Trakl Muk, general de la secta
Trakl Muk, general de la secta
Trakl Muk, general de la secta
En un tiempo olvidado, en las profundidades de la guerras tribales, nació Trakl Muk, el último vestigio de un clan ancestral de guerreros akudfel. Los Muk eran célebres y temidos, no solo por su destreza en el combate, sino por su macabro ritual de recolectar los cráneos de sus enemigos, trofeos que atesoraban como símbolos de su invencible legado. Sin embargo, el destino es cruel, y cuando los abismales, descendieron sobre su pueblo, el clan Muk se enfrentó a su aniquilación. Los guerreros, preferentes a vivir como esclavos, lucharon hasta el último aliento, pero su resistencia fue en vano. Solo Trakl y unos pocos sobrevivieron, marcados por el horror de la derrota y la maldición del Abismo.
En un último intento por aplastar la resistencia, Crukttel el abismal de la sangre, en un acto de suprema malicia, infundió a Trakl y sus compañeros con las artes oscuras del abismo, transformándolos en semi-abismales. La cordura de Trakl se tambaleó, y su ser se llenó de un poder tentador y a la vez aterrador. Su salvación llegó en forma de Drack Shel, el Pontífice de la Sangre, quien, reconociendo el potencial siniestro en Trakl, lo convenció de abrazar su nueva identidad y servir bajo su oscuro estandarte. A cambio, le otorgó la Llave del Abismo, un artefacto que le permitía abrir portales hacia dimensiones ignotas y convocar a las despiadadas criaturas conocidas como driviles.
Drack Shel
Pontifice de la sangre
Así, Trakl Muk se estableció en la tenebrosa selva de Monba, donde, guiado por la voluntad de Drack Shel, desató una serie de invasiones contra los doelds que habitaban Espian, bañando la tierra en un torrente de sangre. Sin embargo, su sed de venganza no conocía límites. En una misión fatídica para erradicar a los invasores de la costa, se enfrentó al príncipe de Grarack en un duelo que lo dejó marcado para siempre. En el fragor de la batalla, perdió su brazo derecho, pero el dolor lo llevó a una transformación aún más oscura. La energía abismal que corría por sus venas se desató con furia, llevándolo al borde de la locura.
Trakl Muk se convirtió en una amenaza indomable, un espectro de destrucción y caos que nadie podía controlar. Su demencia se apoderó de él, y, al perderse en la espesura de la selva de Monba, se desvaneció en las sombras, convirtiéndose en una leyenda, un susurro aterrador en la bruma. Los que se atrevían a hablar de él lo describían como una criatura de pesadilla, un guerrero que había sucumbido a las profundidades del Abismo y que ahora vagaba por la selva, dejando a su paso un rastro de cráneos y horror. Nunca más se le vio, pero su nombre se convirtió en un eco persistente en las mentes de aquellos que temían el legado de los Muk y el poder oscuro que su linaje había desatado.
Trakl Muk
Devorardor de carne