Esta obra se interpreta como una representación de la lucha por sobrevivir, plasmando la desesperación experimentada por los sobrevivientes del naufragio de la fragata francesa Medusa. Además, sirve como crítica a la corrupción y la negligencia militar que permitieron la tragedia. La pintura se convierte en una denuncia gráfica de la corrupción y la negligencia que llevaron al desastre, proporcionando una ventana a la brutal realidad de la supervivencia en condiciones extremas, es un recordatorio visual de las consecuencias de la incompetencia y la indiferencia, llamando a la reflexión sobre la responsabilidad de las autoridades y la necesidad de prevenir tragedias similares mediante la rendición de cuentas y la mejora de los protocolos. de seguridad.