La obra muestra una escena de la historia bíblica, la cual captura la violencia, tragedia, crueldad y opresión de los soldados que bajo órdenes de Herodes, mataban a los bebés en Belén. Cada pincelada parece cargar con el peso de la desesperación y la angustia de las madres, mientras la oscura paleta de colores refleja la ominosa realidad. Las expresiones de los soldados, insensibles y despiadadas, se mezclan con el llanto desgarrador de los inocentes. La composición meticulosa revela la brutalidad de la masacre, con detalles tan vívidos que casi se pueden sentir los ecos de la tragedia. La ambientación sombría, acentuada por sombras profundas, enfatiza la opresión y la desolación que prevalecían en aquel momento.