Vaas met bloemen. 

Esta obra se interpreta como la importancia de la vida, capturando el concepto de apreciar la vida mientras esta está disponible. A través de flores y la naturaleza, muestra la abundancia y, sin embargo, algunas flores están muertas o marchitas como recordatorio de la fugacidad de la belleza de la vida. La presencia de flores frescas y otras marchitas evoca una reflexión sobre la transitoriedad de la vida y la importancia de valorar cada momento. La pintura se convierte en un recordatorio visual de apreciar la belleza efímera que la vida ofrece, invitando a la audiencia a reflexionar sobre la temporalidad de la existencia y la necesidad de aprovechar y celebrar cada instante. Finalmente, la obra es una meditación sobre la fugacidad de la vida y el llamado a reconocer y apreciar la riqueza de la experiencia humana mientras dura.