Taxus baccata

Taxus baccata, el tejo común o tejo negro, es una especie del género Taxus originaria de Europa occidental, central y meridional. Es una gimnosperma de la familia de las Taxáceas, grupo primitivo ampliamente difundido ya desde el Jurásico y del que actualmente el tejo es el único representante europeo. 

Taxus baccata fue descrito por Carlos Linneo y publicado en Species Plantarum 2: 1040. 1753​

Es una conífera que puede crecer hasta 10-20 m (excepcionalmente, 28 m). Tiene un tronco marrón grueso que puede llegar a los 4 m de diámetro. Su crecimiento es lento y con una longevidad de hasta 5000 años. Las hojas, lanceoladas, delgadas y de tono verde oscuro, miden 1-4 cm de largo por 2-3 mm de ancho y se agrupan en espiral sobre la rama. Toda la planta es venenosa excepto el arilo que recubre el "fruto" (al tratarse de una gimnosperma, la planta carece de frutos propiamente dichos). Las raíces pueden estar colonizadas por hongos microscópicos que forman la simbiosis, facilitando la nutrición de la planta, especialmente la captación de fosfato.

Es una planta dioica, muy rara vez monoica, con flores solitarias en ambos sexos. Se han descrito algunos casos esporádicos de cambio de sexo parcial o total con la edad . Florece a finales de invierno o inicio de primavera .Los conos están modificados, cada uno contiene una única semilla de 4–7 milímetros de longitud, parcialmente rodeada por una escama carnosa, blanda y roja que le da forma similar a la una de baya, llamada arilo. El arilo tiene 8-15 mm de longitud y está abierto en su extremo. Los arilos maduran entre finales de verano y mediados de otoño del mismo año y son consumidos, junto con la semilla, por los zorzales y otras aves, que las dispersan en sus excrementos. Las semillas son venenosas y amargas, pese a lo cual son abiertas por algunas especies de aves, como el picogordo, el verderón común y el carbonero común. La semilla no germina hasta el segundo o tercer año.

Avda del Hospital Universitario ( 4 ejemplares)

La madera de tejo es rojiza al corte y de gran calidad por su densidad y resistencia a la podredumbre, por lo que carpinteros y ebanistas la valoran mucho para tallar pequeñas piezas y mangos de herramientas. Pero sobre todo era apreciada en la Antigüedad por su dureza y flexibilidad para la confección de arcos y flechas, al punto de que los arqueros ingleses, que tenían fama de ser los mejores en su oficio, diezmaron las poblaciones de tejos en las Islas Británicas. No obstante, este uso es ancestral. Ötzi, el ‘hombre de hielo’ que fue asesinado hace 5300 años y se encontró en el glaciar de los Alpes de Ötzal, viajaba con una larga vara de tejo, que era un arco sin terminar al que aún le faltaban las muescas y la cuerda. Dice un refrán: «Arco de tejo y cureña de serbal, cuando disparan hecho han el mal». Y otro que versa: «Arco de tejo, recio de armar y flojo de dejo». En este caso se refiere a la dureza de la madera del tejo, que sin embargo se rompe con facilidad (la palabra ‘dejo’ significa aquí duración).

Toda la planta es muy venenosa, a excepción del arilo carnoso del falso fruto, que se puede comer. Es dulce y de consistencia gelatinosa, pero hay que tener cuidado de no tragarse la semilla. Su toxicidad se debe a un alcaloide llamado taxina, que es la base del taxol, usado en medicina para combatir las afecciones cardiacas y el cáncer. Tal es la potencia del veneno que durante la dominación romana los guerreros enemigos se suicidaban envenenándose antes de ser apresados.

A pesar de su escasez, afortunadamente se emplea mucho como ornamental y en repoblaciones, con numerosas variedades de jardinería.

El escritor y periodista Víctor de la Serna, en su libro Nuevo viaje de España. La ruta de los foramontanos, escribió: «Y hasta el tejo (el viejo y casi desaparecido monarca de la floresta cantábrica). […] Pues la viña esa señala, además, la presencia simbólica y anunciadora de la bodas de un tejo (árbol del Norte) y de un olivo (árbol del Sur), ambos gigantescos, por encima del dije de piedra tostada que es la basílica mozárabe de Santa María de Lebeña».

Y por último, una reflexión que hace el poeta romántico inglés William Wordsworth sobre estos árboles:«Hay un tejo orgullo del valle Lorton, que aún hoy, en medio de su tiniebla, se yergue igual que en los viejos tiempos […] ¡Ser viviente, creció tan lento que morir no puede! Pero aún más notables son los cuatro hermanos de Borrowdale, en amplia y solemne arboleda unidos: ¡enormes troncos! Y cada uno un muro de entrelazadas fibras serpentinas desde antiguo trenzadas, ascendentes».

El tejo está protegido en todo el territorio por las legislaciones andorrana, española y portuguesa. Además, en España aparece en los catálogos de flora amenazada o protegida de numerosas comunidades autónomas. Taxus es el nombre que los romanos daban a los tejos y a las flechas que hacían con su madera; baccata alude al arilo carnoso que envuelve la semilla y que en conjunto semeja a una baya.

Localizaciones:

Total : 11

c/ Río Nalón  ( 1 ejemplar )

Parque de Santuyanu ( 1 ejemplar )

 N 634 ( 1 ejemplar )

c/ Trece Rosas (4 ejemplares) 

c/ Jesús Arias Velasco ( 1 ejemplar )