Tener una educación de calidad debe ser primordial para todo ser humano. Esta nos permite crecer y adquirir conocimientos que nos ayuden a avanzar en cualquier reto que nos presente la vida. Para esto es importante que el maestro brinde un ambiente de enseñanza-aprendizaje que le permita al estudiante conocer su potencial.
Al momento de educar debemos tener en cuenta que cada estudiante tiene su propio potencial. Un ser humano es capaz de aprender sobre muchas cosas pero hay ciertas áreas donde se sienten más confiados que en otras. La teoría de Howard Gardner nos presenta este aspecto en donde se menciona que existen 8 inteligencias diferentes: lingüística, lógico-matemática, espacial, musical, corporal y cinestésica, intrapersonal, interpersonal y naturalista. Cada una de estas inteligencia se va a manifestar en cierto nivel pero hay algunas que resaltan más que otras. Por eso es importante ofrecer una educación que se enfoque en la interdisciplinariedad ya que el estudiantes puede conectar conceptos realizando actividades que les gusten, por ejemplo, matemáticas y el deporte o matemáticas y la lectura.
Por otro lado, un ser humano debe cumplir con ciertas necesidades para ser capaz de mantener una motivación y lograr sus objetivos. Abraham Maslow identificó 5 principales necesidades que tiene el ser humano y las clasificó por orden jerárquico, lo que quiere decir que se tiene que cumplir una para que el próximo nivel se pueda cumplir. El modelo de Maslow consiste en necesidades básicas, seguridad, afiliación, reconocimiento y autorrealización. En la educación se debe cumplir con estas necesidades para que así el estudiante pueda llegar al objetivo final, el cual es sentirse feliz y satisfecho con el éxito que ha logrado.
La teoría de Vygotsky nos habla de un zona de desarrollo potencial, la cual se distingue por un nivel de desarrollo real donde el niño es capaz de aprender por sí mismo y un nivel de desarrollo potencial en el cual se resuelven los problemas con la ayuda de otros. Es importante entender que cada estudiante tiene la capacidad de aprender por sí mismo, sin embargo, es el maestro quien los va a guiar durante el proceso. En un salón de clase el centro de atención son los estudiantes por esta razón se les debe dar la oportunidad de participar, hablar, debatir y dar su opinión en clase. Por eso es importante que cuando se le asignen actividades, cómo utilizar manipulativos, o resuelvan un problema verbal se les permita explorar para que puedan entender lo que están realizando.
Por otra parte, los estudiantes deberían ser capaces de aprender conceptos matemáticos al realizar la práctica. La explicación es parte importante al momento de enseñar pero no es suficiente. John Dewey la desarrolla esta idea en su filosofía educativa donde menciona que los estudiantes aprenden al realizar las actividades o problemas. Un maestro debe permitir a los estudiantes que exploren, analicen y reflexionen en clase para que así puedan pensar críticamente en lo que están realizando.
En este proceso de enseñanza el rol del maestro es muy importante. Muchos estudiantes no se sienten seguros cometiendo errores debido a que su ambiente lo ha llevado a pensar que equivocarse está mal. Por lo tanto es responsabilidad de nosotros como maestros recalcar la importancia que tienen los errores y los momentos de mayor dificultad. Ir llevándolos por un camino en donde se sientan en confianza de mostrar sus trabajos, incluso si hay errores en él. De esta manera, podrán crecer sabiendo que es normal cometer errores, lo importante es saber aprender de ellos.
Por último, mantener una comunicación efectiva con mis estudiantes hará el cambio en ellos y el ambiente de la clase. A la hora de discutir los conceptos con ellos debemos prestar atención a lo que dicen y escuchar de manera activa para mantener una relación de maestro-estudiante que se base en la confianza. De esta manera podemos comprender su manera de pensar y llegar a explicar los temas de manera eficiente. Hacerles saber cuándo están realizando algo bien con cumplidos y halagos ya que enriquece sus deseos de mejorar. Por lo tanto, es muy importante que los estudiantes en mi salón de clase se sientan escuchados y deseen expresar lo que piensan.