La piel cumple funciones fundamentales en el período neonatal. Existen prácticas cotidianas que pueden afectar el funcionamiento normal de barrera que ejerce la piel y la hacen propensa a daños cutáneos tanto en recién nacidos prematuros, como de término, por ejemplo, el baño, uso de dispositivos de monitoreo, colocación de vías intravenosas como también su extracción, el uso de cintas adhesivas, son algunas de las prácticas más habituales
A partir del 2do trimestre de embarazo se desarrolla la epidermis, alcanzando su madurez estructural alrededor de las semanas 30 y 37 de gestación (1).
Existe una relación estrecha entre la madurez del recién nacido y el aspecto de su piel, en un neonato de término tendría una apariencia suave, rosada, aterciopelada, en un prematuro será traslúcida, húmeda, más fina, faltando la lámina externa queratinizada. La piel de un niño/a postérmino se caracteriza por la descamación de ella (1).
Un porcentaje importante de bebés prematuros llegará a tener una piel semejante a la de un recién nacido de término a las 2 semanas de edad aproximadamente, pudiendo durar hasta 4 semanas este proceso, inclusive más, en aquellos RN que nacen antes de la semana 28 de gestación (considerados extremadamente prematuros) o aquellos bebés con un peso de nacimiento menor a 1500 grs (2).
Anatómica y fisiológicamente la piel del adulto y del recién nacido presentan notorias diferencias, es por lo cual esta última debe recibir cuidados especiales.
Se pueden evitar o disminuir daños a la piel del neonato si se considera realizar una inspección frecuente de ella e identificando o reconociendo factores de riesgo para el desarrollo de lesiones (1).
Factores de riesgo en la aparición o desarrollo de lesiones en la piel del neonato (2,3):
Imagen obtenida desde banco de imágenes
La piel del RN es distinta a la de los niños mayores y adultos, lo cual nos hace considerar un manejo específico para la piel a esta edad, contando con diversas recomendaciones con respecto a sus cuidados básicos.
Se recomienda remover los adhesivos de forma suave cuando estos ya no cumplan con su función, usando algodón tibio y estéril (2).
Lo ideal para disminuir el riesgo de lesiones es utilizar hidrocoloides en apósitos para que separe la piel y el esparadrapo, actuando de esta forma como barrera (5).
A continuación, se adjunta un video donde se explican las telas y adhesivos más adecuados para el uso en RN.
Video “Apósitos y telas – Neonatología II” (6)
Imagen obtenida desde banco de imágenes
Para la limpieza del recién nacido deben elegirse jabones suaves, neutros o no alcalinos (7). No se debe utilizar colonias directamente en la piel (2).
La frecuencia del baño puede ser 2 o 3 veces por semana, utilizando agua tibia como agente limpiador para los prematuros (7).
La aplicación de antisépticos para la limpieza de la piel del RN no proporciona beneficios claros ni justificados, ya que su utilización frecuente modificaría el ecosistema microbiológico de la piel y ayudaría a la proliferación de otros microorganismos (5).
La recomendación es que en caso de necesidad utilizar alcohol al 70% o clorhexidina al 0,5% (2).
Fotografía de autoría propia
En el uso de emolientes en la piel del recién nacidos se presentan opiniones opuestas, por una parte, se considera que su uso indiscriminado en neonatos extremadamente prematuros genera riesgo de infecciones sistémicas o que modificaría el pH, también se planteó el riesgo de contaminación o lesiones durante su aplicación (2,5).
La contraparte asegura que su uso proporciona hidratación y plasticidad en la piel del bebé que se encuentre seca o fisurada (2).
El cuidado del ombligo es fundamental para evitar la colonización bacteriana y el desencadenamiento de una posible infección (2).
Se recomienda en su cuidado mantener limpia y seca la zona, sin utilizar alcohol o antisépticos ya que retrasaría el proceso natural de deshidratación y putrefacción para su caída, tampoco aplicar pomadas o cremas antibióticas y estar atentos a la aparición de signos de tumefacción o enrojecimiento en la base del cordón (2,4).
Los primeros 10 a 14 días del recién nacido suele usarse la humidificación de la piel hasta que está madura, para ello en los neonatos menores a 32 semanas de gestación y en los de menos de 1200 gr se utiliza una incubadora con humidificación que tiene como finalidad disminuir las pérdidas hídricas a través de la epidermis, conservando la integridad de la piel, ayudando también a disminuir el desequilibrio electrolítico (2).
1. El riesgo de que se produzca una infección sistémica se incrementa al usar emolientes de forma habitual en recién nacidos menores a 28 semanas (2).
2. En prematuros extremos o de muy bajo peso (< 1500 grs), durante las primeras 2 semanas de vida se recomienda utilizar para bañarlos agua tibia destilada (5).
3. Para prevenir la posible absorción de fármacos o alcohol que pueden provocar quemaduras en la piel del bebé debido a su alta permeabilidad, es recomendado limpiar con agua y retirar completamente de ella (5).
El rol desempeñado por matrones/as conlleva una gran responsabilidad, destacando el compromiso profesional con los recién nacidos a nuestro cargo, en materia relacionada con el cuidado de la piel del RN, que va más allá de sólo realizar acciones preventivas y de detección de lesiones sino también debe ser nuestra prioridad, mantenernos informados y actualizados sobre las últimas recomendaciones en manejo y cuidados que se debe brindar al niño/a, para así cumplir otra importante labor, enseñar/educar a los cuidadores a identificar alteraciones de la piel para evitar o reducir la aparición de lesiones y las resultantes consecuencias en los bebés.
1. Tapia Jose Luis; Gonzalez A. Neonatología. 4ta ed. 2018
2. Cloherty J. Manual de neonatología. Lippincott Williams & Wilkins; 2017
3. Faria Talita Faraj, Kamada Ivone. Lesiones de la piel en neonatos en cuidados intensivos neonatales. Enferm. glob. [Internet]. 2018 [citado 2023 Abr 21] ; 17( 49 ): 211-236. Disponible en:http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S169561412018000100211&lng=es.
4. Ayan Kusari, Allison M. Han, Cesar A. Virgen y colaboradores. Cuidado de la piel en recién nacidos prematuros. Revisión y recomendaciones sobre el cuidado de la piel de los neonatos prematuros. Pediatr Dermatol. 2019; 36:16-23
5. Petit-Breuilh P. Cuidados de la piel del recién nacido. Neonatología II, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. 2018
6. Ayudantes Docentes. Apósitos y telas – Neonatología II [Internet]. Chile; 14 de febrero 2021. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=YnZU3W-liaE&list=LL&index=2&t=29s
7. Y Sorte D. Care of Skin in Neonate (Neonatal Skin Care Guidelines). Nurs Healthc Int J. 2019;3.