Recomendaciones para los padres de niños con TDAH

1) El problema no es el niño, sino el TDAH que presenta. Es importante que el niño comprenda que el problema es su comportamiento, no él mismo. No olviden que su hijo no puede evitar ser así, por eso no le deben exigir más de lo que puede dar. El mejor remedio para su hijo es sentirse comprendido y aceptado, lo que facilitará el desarrollo de todo su potencial innato.

2) El ambiente familiar debe favorecer la creación de rutinas en la vida del niño. Manteniendo constantes los horarios de las comidas, del baño diario, del sueño, etc. Y creando pequeñas responsabilidades, como ayudarles a poner la mesa, conseguirá una mejora de su autonomía.

3) Su hijo tiene propensión a “acelerarse”, por lo que deben procurar mantener la calma y mostrarse tranquilos con él. Su conducta es un modelo que será copiado por el niño. Por ejemplo no deben ordenarle a gritos: “¡No quiero oírte gritar!”. Delen ordenes sencillas, de una en una, las veces necesarias, sin perder los nervios. Acérquense, mírenlo para decírselas y háganlo de forma razonada. Solo cuando consigamos captar su atención podremos darle la norma. Díganle por ejemplo “se que te gustaría quedarte levantado mas tiempo, pero son las 10, la hora de irte a la cama para que puedas dormir lo que necesitas”.

4) No actúen de forma permisiva con su hijo, los niños hiperactivos suelen necesitar unas normas de conducta claras, pocas, bien definidas y adecuadas a su edad y capacidad, que le van a generar una mayor seguridad y tranquilidad. Exijan su cumplimiento, háganle por ejemplo recoger la ropa o los juguetes desordenados y colocarlos en su sitio.

5) Programen las tareas de su hijo. El niño debe saber cuales son sus tareas exactas y cómo ha de llevarlas a cabo. Si no las realiza no deben sermonearle. Délen un margen de actuación y adviértanle de cuáles serán las consecuencias en caso de no obedecer. Para recordarle sus responsabilidades pueden utilizar agendas o calendarios de fácil acceso para el niño.

6) Procuren no castigar físicamente el niño. Equivocadamente, se cree que la disciplina se basa en castigar lo inadecuado, pero en realidad consiste en conseguir modificar las conductas inapropiadas por otras correctas. Para esto es imprescindible el elogio y el reconocimiento de lo bien hecho. Cuando sea absolutamente necesario castigarle empleen otros procedimientos. Por ejemplo unos minutos sentado en una silla sin hacer nada y sin poder levantarse. Tenga en cuenta que permitir comportamientos ligeramente perturbadores que no resulten dañinos para nadie, sirve para que el niño libere energía inofensiva.

7) Coméntenle sus acciones impulsivas. Por ejemplo “siempre es mejor pensar antes de actuar”. Para-Piensa-Actúa. Si tienes prisa para irte al colegio, es mejor que te vistas fijándote y despacio, que deprisa y equivocándote. Pierdes mas tiempo volviéndote a poner el jersey que te habías puesto al revés por las prisas.

8) Sorprendan a su hijo “siendo bueno”. Hay que intentar erradicar la tendencia a fijarse solo en las conductas negativas. No olviden que para su hijo es mucho más fácil llamar la atención por su mal comportamiento que por hacer algo bien. Demuéstrenle al niño su cariño con besos, caricias, sonrisas, etc. Con frecuencia y siempre que haga algo bien. Si lo ven sentado y trabajando en silencio, acérquense y díganle “Así me gusta, que trabajes sentado y en silencio. Muy bien”.

9) Ayuden a su hijo a conseguir unos buenos hábitos de estudio, evitando los estímulos que le distraigan. Establezcan un lugar de estudio que siempre sea el mismo, eviten que su habitación sea ruidosa, preparen el material que tiene que llevar al colegio al otro día y no olviden premiar las tareas bien hechas y la conservación de su material escolar. Poco a poco debe ir favoreciendo la autonomía del niño dejando de supervisar estas conductas.

10) Mejoren la autoestima de su hijo, no le sobreprotejan pero refuercen los logros que vaya consiguiendo el niño por pequeños que sean, por ejemplo, “me encanta que te hayas hecho la cama”. Los padres inconscientemente limitan el crecimiento personal de sus hijos al intentar ayudarles en exceso a realizar sus tareas. El crecimiento personal no se limita solo a la familia, por lo que en el resto de situaciones, al no darse esta sobreprotección su hijo se sentirá perdido.

11) Desde edades muy tempranas mantenga una buena comunicación con su hijo, dedicando un tiempo mínimo a escuchar los problemas del niño, evite los sermones y reproches que suelen generar rechazo. Utilice siempre un estilo positivo en vez de uno negativo, díganle por ejemplo: “habla flojito”, en lugar de “No grites”.

12) Si pasan tiempo libre con su hijo y comparten con él actividades lúdicas, él les asociará a situaciones agradables y no siempre a ambientes de conflicto o negación.

13) La energía, el empuje, la tenacidad y la creatividad, son características de los chicos con TDAH al igual que la impulsividad, la hiperactividad y las limitaciones atencionales. Estas características bien canalizadas ayudarán al joven a tener éxito en la vida.