Arquitectura popular
Común a todos los poblados de la zona es la casa del páramo cuyas características principales son sus paredes de grueso mampuesto, con los huecos de puertas y ventanas enmarcados en piedra de sillerejo. Casas cúbicas, de grandes dimensiones, con alares de lancha o madera y cubierta de teja árabe. Son viviendas elementales y sobrias, propias de una economía agrícola y ganadera de subsistencia, sin muchas alegrías o lujos. Casas, por lo general, de dos alturas y desván, donde las cuadras ocupan buen espacio de la parte baja y el piso alto se utilizaba para habitaciones y pajar.
Calles
las calles se alinean siguiendo las curvas de nivel de la cuesta en la que se asienta el pueblo.
Fachadas
las fachadas son de piedra de mampuesto con esquinales y vanos marcados por piedra de sillarejo.
Tienda y cantina
La cantina y la tienda de La Piedra ha estado regentada durante muchos años por Avelina y Luis. Cuando, por motivos de jubilación, cerró su negocio, Avelina conservó el establecimiento tal como estaba en el momento de su funcionamiento. conservó su estructura completa y todos los elementos propios de una tienda de pueblo. Cuando uno traspasa la puerta de su taberna- tienda vuelve a los años de nuestra juventud.
Un abigarrado mundo de productos, propio de los años setenta y ochenta, se muestra en sus estanterías con la sencillez de las formas antiguas y nos muestra cómo éramos en aquellos tiempos.
Agradecemos a Avelina que haya sabido mantener de manera tan pulcra y exquisita este rincón de la vida pedrense.
Cuadra
Las cuadras, en La Piedra, ocupaban la parte baja y trasera de las casas. Eran espacios empedrados que separaban el espacio ocupacional de las vacas mediante estambreras. por regla general las vacas o bueyes se ordenaban de dos en dos y cada pareja se separaba de la siguiente mediante las estambreras, que eran unas estructuras hechas de palos verticales y horizontales. Los animales recibían su alimento en las pesebreras.
Prácticamente todas las cuadras han desaparecido en la actualidad.
Colmenar de las eras
En los tiempos en los que la economía familiar era autárquica los pedrenses obtenían el dulzor en los alimentos de la miel colmenera. Casi todos los vecinos tenían una colmena en la casa y varios de ellos tenían varias colmenas en los muros de las casetas de las eras o colmenares exentos en el campo. este colmenar el el único que queda en el pueblo en las eras. Pertenece a Fernando Alonso, uno de los pocos colmeneros que aún ejercen en el pueblo