Puntas del trompo

La punta del trompo, también llamada pico, púa, rejón o puya es de formas muy variables, desde las redondeadas hasta las acabados en afiladas puntas. Actualmente algunas de esos trompos los podemos encontrar en nuestros comercios, sin embargo se ha prohibido la venta de otros debido a su peligrosidad.

Los trompos pueden tener la punta incrustada o no incrustada. Los trompos que tienen la punta no incrustada, ésta es una prolongación del cuerpo, por lo que suelen tener el mismo material tanto en la punta como el cuerpo. Los trompos que tienen la punta incrustada, ésta será de metal. En este caso la punta consta de dos partes: una que sobresale del cuerpo y cuya finalidad será convertirse en el punto de apoyo del trompo y recibir el impacto contra el suelo, y otra que queda dentro del cuerpo, y cuya finalidad será permitir que se quede sujeta al trompo. Las punta incrustadas pueden ser de dos tipos: Punta de garbanzo o punta chata o puya zaíta. Tiene forma redondeada lo que permite que sea más difícil que se entierre en terrenos blandos, pero aumenta el rozamiento disminuyendo la duración del efecto giroscópico. Punta afilada o punta carrasca o puya herrera o púa chueca. Ésta es más puntiaguda, considerándose más agresiva. Así tiende más a enterrarse en terrenos blandos, dañar el suelo. Las ventajas que presenta son una disminución del rozamiento al estar menor contacto con la superficie y es claramente más letal en el rompetrompos.