A Jarifa en una orgía
Trae, Jarifa, trae tu mano,
ven y pósala en mi frente,
que en un mar de lava hirviente
mi cabeza siento arder.
Ven y junta con mis labios
esos labios que me irritan,
donde aún los besos palpitan
de tus amantes de ayer.
¿Qué la virtud, la pureza?
¿Qué la verdad y el cariño?
Mentida ilusión de niño
que halagó mi juventud.
Dadme vino: en él se ahoguen
mis recuerdos; aturdida,
sin sentir, huya la vida;
paz me traiga el ataúd.
El sudor mi rostro quema,
y en ardiente sangre, rojos
brillan inciertos mis ojos,
se me salta el corazón.
Huye, mujer; te detesto,
siento tu mano en la mía,
y tu mano siento fría,
y tus besos hielo son.
¡Siempre igual! Necias mujeres,
inventad otras caricias,
otro mundo, otras delicias,
o maldito sea el placer.
Vuestros besos son mentira,
mentira vuestra ternura,
es fealdad vuestra hermosura,
vuestro gozo es padecer.
Yo quiero amor, quiero gloria,
quiero un deleite divino,
como en mi mente imagino,
como en el mundo no hay.
Y es la luz de aquel lucero
que engañó mi fantasía,
fuego fatuo1, falso guía
que errante y ciego me tray2.
¿Por qué murió para el placer mi alma,
y vive aún para el dolor impío3?
¿Por qué, si yazgo en indolente4 calma,
siento en lugar de paz árido hastío?
¿Por qué este inquieto abrasador deseo?
¿Por qué este sentimiento extraño y vago
que yo mismo conozco un devaneo5,
y busco aún su seductor halago6?
¿Por qué aún fingirme amores y placeres
que cierto estoy de que serán mentira?
¿Por qué en pos7 de fantásticas mujeres
necio tal vez mi corazón delira,
si luego, en vez de prados y de flores,
halla desiertos áridos y abrojos8,
y en sus sandios o lúbricos9 amores
fastidio sólo encontrará y enojos?
Yo me arrojé, cual rápido cometa,
en alas de mi ardiente fantasía,
doquier10 mi arrebatada mente inquieta
dichas y triunfos encontrar creía.
Yo me lancé con atrevido vuelo
fuera del mundo en la región etérea11,
y hallé la duda, y el ardiente cielo
vi convertirse en ilusión aérea.
Luego en la tierra la virtud, la gloria,
busqué con ansia y delirante amor,
y hediondo polvo y deleznable escoria12
mi fatigado espíritu encontró.
Mujeres vi de virginal limpieza
entre albas nubes de celeste lumbre;
yo las toqué, y en humo su pureza
trocarse vi, y en lodo y podredumbre.
Y encontré mi ilusión desvanecida,
y eterno e insaciable mi deseo;
palpé la realidad y odié la vida;
sólo en la paz de los sepulcros creo.
Y busco aún y busco codicioso,
y aún deleites el alma finge y quiere;
pregunto, y un acento pavoroso
“¡Ay!” -me responde-, “desespera y muere.
Muere, infeliz: la vida es un tormento,
un engaño el placer; no hay en la tierra
paz para ti, ni dicha, ni contento,
sino eterna ambición y eterna guerra.
Que así castiga Dios el alma osada,
que aspira loca, en su delirio insano13,
de la verdad para el mortal velada,
a descubrir el insondable arcano14”.
¡Oh, cesa! No, yo no quiero
ver más, ni saber ya nada;
harta mi alma y postrada,
sólo anhela el descansar.
En mí muera el sentimiento,
pues ya murió mi ventura,
ni el placer ni la tristura15
vuelvan mi pecho a turbar.
Pasad, pasad en óptica ilusoria16,
y otras jóvenes almas engañad;
nacaradas17 imágenes de gloria,
coronas de oro y de laurel, pasad.
Pasad, pasad, mujeres voluptuosas,
con danza y algazara18 en confusión;
pasad como visiones vaporosas
sin conmover ni herir mi corazón.
Y aturdan mi revuelta fantasía
los brindis y el estruendo del festín,
y huya la noche y me sorprenda el día
en un letargo estúpido y sin fin.
Ven, Jarifa; tú has sufrido
como yo; tú nunca lloras;
mas, ¡ay triste!, que no ignoras
cuán amarga es mi aflicción.
Una misma es nuestra pena,
en vano el llanto contienes...;
tú también, como yo, tienes
desgarrado el corazón.
(1) Llamas que flotan en el aire al inflamarse sustancias desprendidas de la materia en descomposición. (2) Trae. (3) Cruel. (4) Perezosa. (5) Actitud reprobable. (6) Satisfacción. (7) Tras de. (8) Planta perjudicial para el sembrado. (9) Estúpidos y lujuriosos. (10) En cualquier parte. (11) El cielo. (12) Materia inmunda y despreciable. (13) Loco desvarío. (14) Secreto impenetrable. (15) Tristeza. (16) Visión soñada. (17) Blancas como el nácar. (18) Griterío.
Maga Despistada recita el poema en este vídeo:
Referencia de vídeo:
José de Espronceda -A Jarifa en una orgía (recitado por Maga Despistada): https://www.youtube.com/watch?v=IR4f3Iqq_es