Poesía contra el amor
Los avisos para evitar caer en el abismo del amor son característicos del pesimismo barroco: el desengaño y la desconfianza también han alcanzado al amor.
Francisco de Quevedo (1580-1645) nos muestra el carácter contradictorio del amor:
Soneto amoroso definiendo el amor
Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado;
es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado1;
es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero parasismo2,
enfermedad que crece si es curada.
Éste es el niño Amor3, éste es su abismo.
¡Mirad cuál amistad tendrá con nada4
el que en todo es contrario de sí mismo!
(1) Aspirar sólo a ser correspondido. (2) Paroxismo, exaltación extrema de la pasión amorosa. (3) Cupido. (4) Con ninguna cosa.
Lo escuchamos recitado por Rogelio Gil:
Luis de Góngora (1561-1627) previene a los amantes de que no deben dejarse engañar por lo que el beso parece prometer:
La dulce boca que a gustar convida
un humor1 entre perlas distilado2,
y a no invidiar5 aquel licor sagrado4
que a Júpiter ministra5 el garzón de Ida6,
amantes, no toquéis, si queréis vida,
porque entre un labio y otro colorado
Amor está, de su veneno armado,
cual entre flor y flor sierpe escondida.
No os engañen las rosas7, que a la Aurora8
diréis que, aljofaradas y olorosas9,
se le cayeron del purpúreo10 seno;
manzanas son de Tántalo11, y no rosas,
que después huyen del que incitan ahora,
y sólo del Amor queda el veneno.
(1) La humedad o saliva de la boca. (2) Destilado. (3) Envidiar. (4) El néctar o ambrosía que bebían los dioses. (5) Sirve, escancia (cultismo). (6) Ganimedes, muchacho (“garzón”) que fue raptado del monte Ida por Júpiter en forma de águila para ejercer de copero en el Olimpo. (7) Las mejillas o los labios. (8) Diosa que se identifica con los colores rosados del amanecer y que es hija de Tea e Hiperión. (9) Cubiertas de aljófares o perlas menudas (de rocío) y “olorosas” porque las flores al amanecer dan más olor (según tratadistas como G. de los Ríos, 1592). (10) Rojo violáceo. (11) Tántalo, rey de Frigia e hijo de Zeus (Júpiter), fue condenado por los dioses a causa de su impiedad. El castigo consistió en padecer sed, rodeado de agua, y hambre, teniendo unas apetitosas manzanas a su alcance; cuando pretendía beber o comer, el agua y las manzanas se retiraban.
Lo escuchamos recitado por Jacpoe3:
Referencia de vídeos:
"Definiendo el amor. Francisco de Quevedo y Villegas. Rogelio Gil": https://www.youtube.com/watch?v=MEC6Ld67f9c
"La dulce boca que a gustar convida. Luis de Góngora (1560-1627)": https://www.youtube.com/watch?v=jn1Z2to5sO4