Álvaro de Campos

Trapo

El día está lluvioso.

La mañana, sin embargo, fue soleada.

Pero el día, al fin, se hizo lluvioso.

Desde la mañana yo estaba un poco triste.

¿Anticipación? ¿Tristeza? ¿Nada?

No sé: ya al despertarme estaba triste.

El día, al fin, se hizo lluvioso.

Lo sé: la penumbra de la lluvia es elegante.

Lo sé: el sol oprime, por ser tan ordinario, a un elegante.

Lo sé: ser susceptible a los cambios de luz no es elegante.

¿Pero quién le dijo al sol o a los demás que yo quiero ser elegante?

Lo que quiero es que me den el cielo azul y el sol visible.

Nieblas, lluvias, oscuridades – de eso tengo sobra.

Hoy sólo quiero sosiego.

¡No exageremos!

Tengo sueño, efectivamente. Sin explicación

El día está lluvioso.

 

¿Cariños? ¿Afectos? No son más que recuerdos…

Hay que ser niño para tenerlos…

¿Mi madrugada perdida, mi cielo azul verdadero!

El día está lluvioso.

 

Boca bonita la de la hija del casero,

Pulpa de fruta de corazón por comer…

¿Cuándo fue eso? No sé…

En el azul e la mañana…

 

El día está lluvioso.


Fernando Pessoa | Álvaro de Campos (Heterónimo)
de Ficciones del interludio [1914-1935]

Trad. Santiago Kovadloff