Fernando Pessoa
El monstruo
El monstruo que está en el confín del mar
en la noche de brea echó a volar;
en torno a la nave voló, empezó a graznar,
y dijo: «¿Quién ha osado entrar
en mis cavernas que ando ocultando,
en mis techos negros del confín del mundo?».
Y el hombre del timón dijo, temblando:
«¡El Rey Don Juan Segundo!»
«¿De quién son las velas donde me rozo?
¿De quién las quillas que veo y oigo?»,
dijo el monstruo, y rodó tres veces,
inmundo, enorme, tres veces rodó.
«¿Quién va a poder lo que sólo puedo yo,
que donde nunca me vio nadie vivo
y destilo el miedo de este mar profundo?»
Y el hombre del timón tembló y dijo:
«¡El rey Don Juan Segundo»».
Tres veces en las manos del timón alzó,
tres veces al timón las devolvió,
y dijo después de temblar tres veces:
«Aquí, al timón, soy más que yo:
¡soy un Pueblo que quiere el mar que es tuyo;
y más que el monstruo que a mi alma aterra
y rueda en las tinieblas del confín del mundo,
manda la voluntad, que a este timón me aferra,
del Rey Don Juan Segundo!»