Cristina Peri Rossi
Los grandes transatlánticos
Cuando los grandes transatlánticos
–blancos como ballenas–
de gloriosos nombres italianos
–Cristóforo Colombo, Américo Vespucci–
zarpaban lentamente de las radas
–quince días de mar
y el clap-clap-clap del agua–
yo te invité al puerto
a ver salir los barcos.
Vivías en una gran ciudad
de espaldas al mar
En tu vida había muchas cosas:
música-autopistas-cenas
comités-colegas-teléfonos
De espaldas al mar
sin contemplar
la mansa taciturnidad de los barcos.
“Son algo majestuosos” dijiste.
El barco blanco
flotaba en la rada
mecido por las aguas
como por un sueño.
Ballena antigua,
se había echado a descansar.
En torno a él
oscuros hombrecitos de mono azul
trabajaban en su vientre
como diminutos Jonases digeridos.
Desde entonces, tu amor
tuvo una maroma:
me amabas
porque una tarde de invierno,
en lugar del cine,
te llevé a ver salir los barcos.