16. El síndrome de Ulises.

¿Sabes lo que es el síndrome del migrante? También se le denomina síndrome de Ulises (por el héroe griego que padeció innumerables adversidades y peligros lejos de sus seres queridos). Se presenta en personas que sufren sensación de aislamiento y estrés crónico.

Cuando la angustia y ansiedad por estar lejos de casa conducen a depresión y fatiga crónica, la salud mental del migrante corre riesgo de verse afectada. A diario escuchamos notas sobre inmigrantes que afrontan infinidad de obstáculos a kilómetros de su hogar buscando mejor vida. Sin embargo, pocas veces nos damos cuenta de que las dificultades que experimentan, más allá de lo material, los hacen vulnerables a la enfermedad mental, sobre todo si no consiguen las metas que tanto habían soñado.

Según especialistas, cualquier inmigrante, en situación ilegal o no, vive una serie de pérdidas que le producen múltiples duelos, de ahí que generalmente consideren al duelo migratorio como uno de los signos más frecuentes de esta afección.

La sensación de fracaso ante el proceso migratorio, la lucha por la supervivencia y el miedo ante peligros físicos o a la detención y deportación del lugar al que llegó, son factores que dañan al individuo a tal grado que pueden originar síntomas del síndrome de Ulises, como por ejemplo:

  • Sensación de aislamiento: la separación de los seres queridos puede provocar soledad en los momentos más difíciles, es decir, la sensación de no encontrar un lugar seguro adecuado o personas cercanas, por lo que el vacío afectivo parece difícil de soportar.

  • Tristeza: la nostalgia suele ser uno de los sentimientos más frecuentes en estas circunstancias que, junto a miedos y preocupaciones, provocan ideas de incapacidad y de falta de valor (baja autoestima).

  • Culpabilidad: el migrante se siente culpable por “hacer mal las cosas”, por haber “abandonado” a seres queridos o por creerse la causa de su propio fracaso.

  • Desengaño: el individuo suele ver que ha llegado a un lugar muy diferente al que esperaba y puede sentir cierto resentimiento por su nuevo “hogar” que además le desprecia.

  • Signos físicos: los síntomas psicológicos suelen ir acompañados de insomnio, migrañas, dolores de cabeza y de estómago, nerviosismo, falta de apetito o exceso en la ingestión, falta de concentración o fatiga crónica.

Estos males suelen acentuarse durante las festividades (navidad, ramadán…), época que más fibras emocionales mueve en la mayoría de las personas.

A la fecha, no existe un tratamiento para los síntomas de la enfermedad del migrante. Algunas personas superan poco a poco el miedo, sin embargo, la posibilidad de recaída es muy alta. En estos casos, la persona necesita que alguien le anime y le haga ver las cosas buenas y positivas que hay en su vida, distrayéndole de sus problemas. Los siguientes consejos pueden servirles de ayuda:

  • Consulta al médico. Es fundamental que un profesional examine al afectado para verificar tanto su salud física como sus emociones y el probable vínculo de éstas con sus malestares.

  • Atención psicológica. Conviene que el migrante reciba terapia para poder procesar y elaborar adecuadamente los duelos y el sentimiento de pertenencia afectado en estos casos.

  • Pensamiento positivo. ¡Adiós al encierro! Lo peor que puede hacer quien experimenta los síntomas del síndrome de Ulises es aislarse y esconder sus emociones; por el contrario, hablar con amigos o seres queridos le ayuda a superar la sensación de aislamiento que lo lastima.

  • Ejercicio físico. La actividad física es magnífico medio para liberar tensión física y mental.

  • Menos estrés.

  • Alimentación equilibrada.

Actividad 15:

Debate con tus compañeros cuáles de los “tratamientos” arriba expuestos puede disfrutar un inmigrante en España y trata de encontrar algunos que se ajusten más a la realidad. Viajar puede ser una experiencia enriquecedora, pero para muchas personas también es un momento de crisis que expone aspectos muy difíciles de superar. Las personas capaces de afrontar este reto son muy fuertes y se merecen nuestro respeto y casi admiración. Tenlo en cuenta cuando veas a un inmigrante… No conoces cuál es su historia pero es muy probable que sea heroica.


PROPUESTAS REALISTAS DE AYUDA PSICOLÓGICA A MIGRANTES Y REFUGIADOS:

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