11. El día a día

del inmigrante sin papeles.

¡Enhorabuena, has llegado a tu destino!... Bueno, enhorabuena no es la mejor palabra. Acabas de empezar el largo camino de la CLANDESTINIDAD.

A partir de ahora tendrás que andar CON CUIDADO porque si te pillan puedes ser deportado a tu país de origen.

La primera ayuda la obtienes de otros inmigrantes que han llegado hasta aquí antes que tú, pero debes andarte con ojo porque también te pueden estafar. Estás solo y necesitas más ayuda que nunca porque en el país de destino tampoco te aprecian demasiado.

Podrás ganarte la vida en trabajos precarios en los que no tendrás contrato. Al estar sin contrato, no solo TE EXPLOTARÁN laboralmente sino que además no podrás gozar de las ventajas de ser ciudadano porque no cotizarás a la SEGURIDAD SOCIAL. Todos se aprovechan de ti: los empresarios, tus compañeros, las mafias… Lo peor de todo es que te sientes DESPRECIADO POR TODOS.

Para que comprendas la situación de vacío legal en la que se encuentran los sin papeles, puedes ver el siguiente vídeo de La Sexta Columna:

En España, vivir sin papeles no es fácil, porque lo primero que necesitan los inmigrantes como Serigne y Mame Mbaye es pasar tres años aquí de forma irregular, además de conseguir un contrato indefinido. Serigne cuenta el camino que recorrió junto a Mbaye y lo dura que es “la manta”. Vives con miedo, bromeamos diciendo: “desayuna bien que igual no vuelves para comer en casa”.

Actividad 11:

Como tú no conoces el lugar, vas a tener que aprender a confiar y vivir a ciegas. Para ello, tus compañeros te van a guiar por un laberinto tan solo dándote instrucciones físicas (no verbales). Os vais a poner en fila, todos con los ojos tapados excepto el último de la fila. Él será el encargado de guiar al resto por el laberinto propuesto: si os da una palmada en el hombro derecho significará que el primero deberá girar en el siguiente paso a la derecha, si os da en la izquierda deberá girar el primero a la izquierda, si os da en la espalda significará que debéis dar un paso y si os da en la cabeza que debéis retroceder. No se puede hablar ni ver.