Un Mediopollito se encontró una bolsa de dinero en un estercolero. Pasó por allí el rey y se la pidió prestada hasta el año siguiente. Viendo el Mediopollito que los años pasaban y nadie venía a devolvérselo, decidió ir al palacio real a pedírselo al rey. Por el camino se encontró con una zorra que se lo quiso comer, con un río que lo quiso ahogar, con unas piedras de molino que lo quisieron aplastar, con un lobo que lo quiso matar, pero a todos se los fue metiendo en su culito. Al llegar al palacio, el rey ordenó que lo encerraran en un corral, pero el Mediopollito sacó de su cuerpo a la zorra, que mató a todas las gallinas. Entonces lo encerró en un establo con las bestias, y el Mediopollito sacó de su cuerpo al lobo y este mató a todas las bestias. El rey ordenó que lo metieran en una tinaja llena de aceite, pero el Mediopollito dejó salir las piedras de molino y rompió la tinaja. El rey, desesperado, lo encarceló en un horno para que se asfixiara, pero el Mediopollito dejó salir el agua e inundó gran parte del palacio. Viendo lo sucedido, el rey, desesperado, decidió devolverle el dinero al Mediopollito.
Le presta al rey un saco de dinero que encontró en un estercolero. Tras esperar varios años sin recibir nada, decide ir al palacio a reclamarlo. Por el camino intentan matarlo pero no lo consiguen. Gracias a su astucia y vehemencia consigue desesperar al rey que, finalmente, accede a devolverle el dinero.
Le pide un saco de dinero al Mediopollito y no tiene intención de devolvérselo. Al acudir el Mediopollito a reclamárselo intenta matarlo, pero no lo consigue. Acaba devolviéndole el dinero para librarse de él.
Intenta matar al Mediopollito y acaba salvándole la vida matando a las gallinas del rey.
Intenta ahogar al Mediopollito y acaba salvándolo de morir asfixiado.
Cuando conocen al Mediopollito tratan de aplastarlo. Finalmente lo ayudan, liberándolo de una tinaja de aceite en la que se encontraba preso.
Comienza intentando matar al Mediopollito y finalmente le salva la vida.