Un lobo hambriento estaba buscando comida cuando se encontró con una piara de cerdos en la canaleja. Era una madre con muchos lechones, que le pidió al lobo bautizarlos antes de comérselos. Cuando lo hubo hecho, la madre tiró al lobo de un hocicazo al arroyo y huyó con sus lechones. Después, se disponía a comerse a una yegua y a su potro cuando este le pidió que le sacara una espina de la pata. En el momento en el que el lobo iba a sacársela, le partió los dientes de una patada. Más tarde, llegó donde había dos carneros, que le pidieron ayuda para repartir unas tierras. Lo engañaron y le dieron un gran golpe entre los dos, que le dejó medio muerto. Finalmente, se sentó bajo un pino a lamentarse, cuando un hombre que se encontraba subido al árbol haciendo leña le tiró el hacha y le mató.
Se encuentra hambriento y trata de comerse a varios animales, pero sale muy mal parado.
Pide al lobo que le quite una espina de la pata con la intención de darle una patada en la boca y romperle los dientes.
Se encuentra en un pino haciendo leña cuando tira el hacha al lobo y lo mata.
Engaña al lobo, pidiéndole que le ayudara a bautizar a los lechones con el objetivo de tirarlo al arroyo.
Le dicen al lobo que los ayude a repartir unas tierras, lo sitúan en el centro y lo embisten.