Un pastor vio venir siete lobos dispuestos a atacar a su rebaño. Tras dar varias vueltas, una loba consigue entrar en el redil y coge una cordera, casualmente la cordera blanca que pensaban sacrificar en la Pascua. El pastor llamó a sus siete cachorrillos y a su perra trujillana, pero la loba se niega a devolver su presa. Salen corriendo tras ella y, tras recorrer siete leguas, la loba, cansada, accede al trato. Sin embargo, ya es demasiado tarde, y los perros del pastor atacan a la loba.
Hombre mayor que, mientras cuidaba de su rebaño sentado en su majada, presenció el ataque de una loba a uno de sus animales. Azuza a su perra trujillana y sus cachorrillos a seguir a la loba para recuperar la presa.
Fuerte y valiente, no teme tener que enfrentarse al pastor y sus perros. Le arrebata al pastor una cordera blanca. Cuando se ve acorralada por los perros, promete devolverles a la cordera sana, pero ya es tarde para negociar.
Son fieles a su dueño, el pastor. No dudan en salir corriendo tras la loba para recuperar a la cordera blanca y vengarse por lo sucedido.