1.- ¿Qué es la heráldica?
La RAE nos da las siguientes definiciones:
Heráldico, ca (De heraldo),
1. adj. Perteneciente o relativo a los blasones o a la heráldica.
2. f. Arte del blasón.
Blasón, (Del fr. blason.)
1. m. Arte de explicar y describir los escudos de armas de cada linaje, ciudad o persona.
2. m. Cada figura, señal o pieza de las que se ponen en un escudo.
3. m. escudo de armas
4. m. honor (‖ gloria)
Podemos también dar una definición más antigua, la proporcionada por ejemplo por El Marqués de Avilés, en su “Ciencia Heroyca”, publicada aproximadamente en el 1725:
“el Blasón es el Arte, que con términos, y voces propias de él enseña en la inteligencia del Escudo de Armas, la de los esmaltes, figuras, y ornamentos, el orden de componerles con reglas, y preceptos ciertos, a el modo que le tienen todas las demás Facultades, y Ciencias”.
A lo largo de los siglos, la heráldica se ha extendido tanto a través de diferentes países y a través de diferentes estratos sociales, que hoy en día ya se clasifica en función de su ámbito de existencia. Podemos encontrarnos: la heráldica gentilicia (de las familias o linajes), la heráldica civil (de las entidades territoriales como ayuntamientos, provincias, naciones…), la heráldica corporativa (de las entidades públicas o privadas como universidades, clubes deportivos…), la heráldica militar (de los cuerpos militares), la heráldica industrial (de las marcas elaboradas por empresas), etc…
2.- Elementos que podemos encontrar en un escudo
En un escudo de armas, es posible encontrarse diferentes elementos. A modo de ejemplo ilustrativo, dado que es un ejemplo de escudo civil que consta de muchos elementos, mostraremos las diferentes partes que componen el escudo del Reino Unido que se muestra en la Fig. 1.
Fig. 1 Escudo del Reino Unido (existen diferentes adaptaciones) [ 1 ]. Fuente original: By Sodacan [GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html) or CC BY-SA 3.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], from Wikimedia Commons.
El escudo de armas propiamente dicho, es el CAMPO del escudo y siempre se ubica en el centro. Puede estar dividido en diferentes partes (cuarteles) o no. En el caso que nos ocupa, vemos que está dividido en cuatro partes:
-En el primer y cuarto cuartel figuran los elementos del escudo de Inglaterra: Sobre un fondo rojo, tres leones pasantes de color amarillo.
-En el segundo cuartel figura el escudo de Escocia: Sobe un fondo amarillo, un león erguido de color rojo, situado dentro de un trechor rojo.
-En el tercer cuartel figura el escudo de Irlanda del Norte: sobre fondo azul, un arpa amarilla.
Las figuras y colores que pueden componer las armas de un escudo, pueden ser muchas. Cada poseedor del escudo, elige las figuras del mismo de tal forma que lo representen. Sin ánimo de ser exhaustivo, podemos decir que podríamos encontrarnos colores y figuras tales como:
-Colores (esmaltes): amarillo, blanco, rojo, azul, negro, verde, violeta…
-Figuras básicas: Jefe, palo, faja, cruz, banda, barra, aspa (sotuer), bordura…
-Figuras de animales: León, oso, águila, jabalí, caracol, caballo, ciervo...
-Figuras artificiales: Castillos, murallas, puentes, casas, arpas, banderas, espadas, guadañas…
-Figuras vegetales: Pino, encina, ciprés, olivo…
-Figuras quiméricas: Grifo, dragón, arpía…
No vamos a entrar al detalle de enumerar todas las posibles figuras y colores que podemos encontrarnos dentro de un escudo, para ello, remitimos al lector a uno de los muchos libros, webs o blogs dedicados a este tema y que es muy fácil de encontrar en internet por ejemplo.
Fuera del escudo de armas, a menudo, se incluyen una serie de adornos exteriores. El escudo de armas, por lo general, se trasmite por ejemplo dentro de un linaje generación tras generación. Sin embargo, los adornos exteriores pueden variar en función de quién y donde lo represente. Adornos exteriores típicos suelen ser:
-El timbre: compuesto por yelmos o cascos, celadas, coronas…
-Lambrequines.
-Tenantes o soportes: Pueden ser animales, personas, figuras quiméricas…
-Banderas.
-Divisas.
-Gritos de guerra.
-etc…
Tal y como se aprecia en la Fig. 1, los cuatro cuarteles del escudo del Reino Unido aparecen rodeados por la divisa de la Orden de la Jarretera (Honi soit qui mal y pense: en francés antiguo: “Maldito sea el malpensado”) [ 1 ].
El escudo se timbra con un yelmo adornado con un lambrequín. Sobre el mismo, se corona con la corona real inglesa de San Eduardo. Sobre la misma corona, se sitúa la cimera, que en este caso es un león coronado de nuevo con la Corona de San Eduardo [ 1 ].
Como soportes, se colocan un león coronado y un unicornio, portando una corona abierta en su cuello. Finalmente, en la parte inferior, sobre un montículo de color verde, se situan los emblemas vegetales de Inglaterra (una rosa), de Escocia (una flor de cardo) y de Irlanda (un trébol). Debajo del todo, en una cinta se sitúa el lema del Reino Unido: Dieu et mon droit (en francés: “Dios y mi derecho”) [ 1 ].
Del análisis del escudo del Reino Unido o cualquier otro, se puede observar las sucesivas incorporaciones a lo largo de la historia de diferentes órdenes, reinos o entidades dinásticas. Del estudio de los escudos de linajes familiares, se puede inferir el mismo patrón. En los diferentes cuarteles del escudo, se van incorporando los diferentes linajes familiares que se van uniendo mediante alianzas matrimoniales.
Tal y como hemos dicho anteriormente, durante el análisis realizado en la página web, nos hemos abstraído de los colores o esmaltes de los escudos, ya que en los escudos de piedra actuales, los colores no aparecen.
3.- Simbología
En complicado hacer una síntesis de los innumerables estudios y análisis que se han realizado sobre la simbología de los escudos. En este apartado, simplemente vamos a transcribir una serie de fragmentos de reflexiones y conclusiones sobre la heráldica, de autores de referencia en este ámbito. De esta forma, queremos que lo explicado por estos autores no pierda fuerza al alterar nosotros sus propias palabras y de paso, introducir en el lector el gusanillo de leer más al detalle lo que estos autores han analizado y reflexionado al respecto.
El primer autor que quisiéramos destacar, es Luis Valero de Bernabé y Martín de Eugenio, con su magnífica tesis doctoral defendida en la Universidad Complutense de Madrid el año 2007 y titulada: “Análisis de las características generales de la Heráldica Gentilicia Española y de las singularidades heráldicas existentes entre los diversos territorios históricos hispanos” [ 2 ]. En ella, realiza un exhaustivo y rico análisis de incalculable valor para la heráldica hispana. Es un trabajo ineludible a día de hoy en este campo, puesto que lo analiza prácticamente todo y además citando y recopilando rigurosamente las fuentes. Pues bien, en la presentación de dicha tesis, el autor nos dice:
“El uso de la heráldica se inició a título personal como identificación del caballero, cubierto por su armadura, y sólo a partir del siglo XII comenzará a hacerse hereditario con el objeto de conservar el recuerdo de la procedencia de un origen común. El blasón junto con el apellido se convierte en el elemento identificador de un linaje, entendiendo por tal el conjunto de consanguíneos que proceden de un tronco común.”
También nos dice:
“Es por ello que la mayoría de las Casas Hidalgas portaban en su escudo el blasón de su varonía, cuyo uso estaba reservado a los miembros de dicho linaje, tanto los pertenecientes a la rama troncal del mismo como a las diferentes ramas colaterales que se habían ido desgajando a lo largo de las generaciones y que lo incorporaron a sus blasones, bien sumando nuevas figuras a las originales del blasón de varonía o bien subdividiendo su campo en varios cuarteles.”
Añade:
“El uso de las armas heráldicas se extenderá pronto entre todos los príncipes, nobles, caballeros e incluso alcanzará a la burguesía acomodada. Clérigos y damas tendrán también su escudo, y con el tiempo se extenderá el uso del blasón a todas las clases sociales. Si bien este proceso expansivo llevará su tiempo, a veces de siglos, pues su evolución será diferente según los diversos territorios.”
Finalmente, respecto de la simbología de los escudos afirma:
“Un escudo de armas es una representación pictórica o jeroglífico que encierra una determinada simbología; es decir es un emblema y como tal es un signo de identificación preciso como puede ser una bandera, una enseña, un sello o un logotipo. Por lo que en una sociedad mayoritariamente analfabeta, el uso de un determinado blasón era el mejor procedimiento para identificar un linaje, mucho más firme y determinante aún que el propio apellido de éste.”
Al igual que otros muchos autores, el mismo autor Luis Valero de Bernabé y Martín de Eugenio en su tesis doctoral, recoge lo que sostiene el heraldista Pedro José de Aldazaval y Murguía, en su libro “Compendio Heráldico, Arte de Escudos de Armas según el método más Arreglado del Blasón”:
“fue precisa la invención del arte del blasón para que por este medio se conservase en las familias el lustre y el honor de sus mayores, y su visión motivase a los interesados la imitación de sus hazañas gloriosas”.
También, numerosos autores le alinean con las tesis expuestas por el historiador Maurice Keen, en su tratado sobre “La Caballería”:
“desde los primeros tiempos las fuerzas militares habían utilizado insignias de una u otra clase para reconocerse en el combate. En la edad media los caballeros, forrados de hierro de los pies a la cabeza, trocaron las pinturas decorativas de sus escudos en señales de reconocimiento de la identidad del combatiente, más con el afianzamiento de los linajes a partir del siglo XIII los escudos de armas se convirtieron en hereditarios, regulándose por unas reglas bien definidas por los Heraldos y Reyes de Armas. Se convirtieron así en unas insignias familiares a las que los caballeros tenían derecho por herencia y con ello fueron algo mucho más que una simple marca de reconocimiento; pues en los blasones familiares estaba depositada la historia y el honor del linaje, convirtiéndose así en modelos de virtudes heroicas, mediante una simbología muy precisa, a las que el nuevo caballero debía honrar y nunca cometer acto alguno que pudiera difamarlas.”
Por otro lado, el heraldista francés Nicolas Vernot, tras analizar numerosos escudos incluidos en “Armorial General de France”, entre sus conclusiones nos dice [ 3 ]:
“que no le cabe la menor duda que las armerías fueron concebidas para la mayor gloria de aquellos que las llevan. No es un sistema emblemático individualista, pues diferentes figuras heráldicos escogidos para componer blasones estudiados no han sido tomadas al azar, sino que responde a las aspiraciones sociales de las familias que las tomaron, por lo que constituyen una fuente preciosa para aproximarnos al conocimiento de la mentalidad existente en cada época. Con ello, las armerías son un elemento esencial de la identidad familiar, ya que nos muestra cuales fueron las motivaciones familiares, ideológicas, profesionales, etc… vigentes en una determinada sociedad.”
Antes de concluir este apartado, quisiéramos poner el foco de atención en otro dato que nos proporciona Luis Valero de Bernabé y Martín de Eugenio en su tesis doctoral y que lo sustenta firmemente con múltiples fuentes: Durante la Edad Media, más concretamente durante los primeros siglos de la heráldica, en la mayoría de los reinos como por ejemplo en el de Gran Bretaña, en el de Portugal, en el Navarro o en el de Aragón, los escudos de armas estaban fuertemente restringidos a señores feudales o a la nobleza. Sin embargo, en las provincias vascas y catalanas, sucedía lo contrario, los armoriales estaban extendidos entre toda la población independientemente de su riqueza o condición social. No entraremos en las razones, simplemente resaltar el dato de que entre las regiones españolas, en la región vasca existe la mayor densidad de escudos de linajes en relación a su población (nº de escudos/población) tal y como se puede deducir de la siguiente tabla:
Tabla 1. Número de escudos por región. Fuente: [ 2 ]
Si el lector desea profundizar en las razones por las cuales en las provincias vascas, existen tal cantidad de escudos, un posible camino sería el profundizar en el entendimiento del fenómeno de la hidalguía. Para más información, se puede consultar el libro: Dacosta Arsenio, Jular Pérez-Alfaro, Cristina, Díaz de Durana, José Ramón, “Hidalgos e hidalguía en la Península Ibérica (siglos XII-XV)”, Marcial Pons, 2018. O también, escuchar la entrevista de radio al profesor José Ramón Díaz de Durana en el siguiente link.
Esta realidad, uno lo puede comprobar dando unos pocos paseos por los barrios rurales de Bergara (o de cualquier otro pueblo de las provincias vascas o incluso de la cornisa cantábrica) y comprobar a simple vista, como existen muchos caseríos que todavía conservan sus escudos de piedra en sus fachadas. O si no también, consultando la magnífica y laboriosísima recopilación de los caseríos y apellidos de Bergara realizada por Patxi Larrañaga:
Libro: Francisco Javier Larrañaga “Abizenak, leinuak eta oinetxeak. Bergara”
WEB: https://sites.google.com/site/bergarakobaserriak/
Por otro lado, si se quiere ver muchos de esos escudos de armas construidos en piedra a través de internet, se puede acudir a la siguiente fuente:
https://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Reliefs_of_coats_of_arms_in_Gipuzkoa
En ella encontraremos una magnifica recopilación de imágenes de escudos de toda España.
4.- Historia de los libros de heráldica
Para concluir esta introducción a la heráldica de mínimos, creemos pertinente traer aquí un breve análisis histórico de los libros de heráldica que abarque desde sus inicios hasta nuestros días. Para ello, hacemos un sintético resumen del muy buen estudio realizado por el experto en heráldica: José Antonio Vivar del Riego y cuyo título es ”EL BLASÓN ESCRITO: LA HISTORIA DE LOS LIBROS DE HERÁLDICA” y que está disponible en internet [ 4 ].
Siglo XIII: Surgen los primeros armoriales [ 4 ]
Se dice que durante el siglo XII, los caballeros que tienen que luchar cubiertos por sus elementos de defensa, van desarrollando sus escudos para poder ser identificados. A su vez, en tiempos de paz, muestran y ostentan sus blasones por todo Europa en torneos y justas.
Durante el primer siglo del surgimiento de los escudos, no se conocen libros escritos sobre este fenómeno. Hasta mediados del siglo XIII, no comienzan a aparecer los primeros “rollos de armas” donde profesionales surgidos para tal efecto, por pura necesidad funcional, buscan identificar a los caballeros con sus escudos.
Fig. 2. Dering Roll, fechado hacia 1270. Fuente: By Unknown author [Public domain], via Wikimedia Commons.
Siglo XIV: Armoriales y surgimiento de tratados [ 4 ]
Durante estos años, proliferan los armoriales y surgen armoriales más elaborados. Un ejemplo podría ser el Armorial de Bellenville, o del Rollo de Armas de Zurich, elaborado hacia 1340, un libro que contiene 450 escudos y 28 banderas:
Fig. 3. Rollo de Armas de Zurich [ 4 ]. Fuente: Dominio público.
Con la proliferación de la heráldica, surge la necesidad de normativizar los usos y sistematizar los conocimientos de esta disciplina. De esta necesidad, durante este siglo surgen los primeros tratados. Un ejemplo es el “Tratado de Insignias y armas”, del jurista italiano Bartolo de Sassoferrato, quien lo creó hacia el año 1359.
Siglo XV: Surgimiento de la Imprenta [ 4 ]
La invención de la imprenta y la extensión de su uso, produce una proliferación espectacular de los tratados de heráldica por todo Europa. Se hacen mucho más accesibles a mucha más gente, de diferentes estratos sociales.
Esta expansión de los libros de heráldica, en [ 4 ] se nos dice, que produce una reacción por parte de la nobleza que ve la proliferación como una vulgarización. La nobleza, comienza a demandar armoriales cada vez más artísticos, exclusivos y lujosos (que únicamente los más pudientes puedan acceder a ellos y por tanto, no todo el mundo pueda adquirir). Se puede afirmar que surgen armoriales que son verdaderas obras de arte y que crean una tendencia creadora que durará siglos.
Por otro lado también, durante este siglo surge una tendencia en los tratados de heráldica hacia las explicaciones míticas, legendarias y fabuladoras de los blasones.
Por cercanía, nos gustaría remarcar como en el año 1475 y fuera de estas dos tendencias generales mencionadas, se escribe el “Armorial de los Atondo” como armorial familiar.
Fig. 4. Armorial de los Atondo [ 4 ]. Fuente: FUNDACION SANCHO EL SABIO FUNDAZIOA (Vitoria-Gasteiz). Uso público, obra original perteneciente a los fondos bibliográficos de la Fundación Sancho el Sabio Fundazioa (Vitoria-Gasteiz). http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/
Siglo XVI: La mitificación [ 4 ]
Durante este siglo, se continúan y se consolidan las dos tendencias generales anteriormente citadas: la de libros de armas más ricos y elaborados por un lado, y por otro lado, la de libros que asumen claramente explicaciones fabuladoras y fantasiosas de la simbología y significados heráldicos.
Sin embargo, es de justicia destacar que también surgen libros fuera de esas tendencias y que se basan en fuentes históricas rigurosas. Un clásico ejemplo es el del libro de “Nobleza del Andalucía”, de Gonzalo Argote de Molina publicado el 1588 (Fig. 5). Es una extensa obra de cerca de 800 páginas, dedicada únicamente a distintos linajes de Andalucía.
Fig. 5. Nobleza del Andalucía [ 4 ]. Fuente: Dominio público. Copia digital realizada por la Biblioteca de Andalucía.
Siglo XVII: Sistematización [ 4 ]
Durante este siglo, comienzan a surgir más autores sistemáticos o racionalistas, que tratan de dejar de lado la tendencia mitificadora y que realizan libros y tratados siempre basados en fuentes históricas fidedignas y veraces.
Por cuanto a los armoriales se refiere, se comienzan también a imponer los armoriales impresos y toscos accesibles a todos los públicos, frente a los armoriales artísticos realizados a mano.
Estas dos tendencias comienzan a extenderse por toda Europa claramente.
Siglo XVIII: Recapitulación [ 4 ]
Durante esta época, comienzan a surgir una pluralidad de autores que analizan la heráldica desde multitud de puntos vista. Es una época difícil de catalogar, ya que el pluralismo de análisis y temáticas comienza a imponerse. Se puede afirmar, que se imponen las ideas sistematizadoras o basadas en fuentes rigurosas, pero lógicamente convivirá con autores que siguen alineándose con tendencias mitificadoras. No por mala fe o por intereses ocultos sigue existiendo esta corriente, sino porque por motivos múltiples, siguen haciendo uso y dando por válidas (siguen creyéndoselo, podríamos decir en muchos casos) libros antaño escritos en corrientes fabulistas. Esto no ocurrió únicamente en la heráldica durante este siglo, si no que sigue ocurriendo a día de hoy también, en multitud de disciplinas del saber: historia, ciencia, tecnología, etc… hay tanto escrito ya y tanta gente dispuesta a escribir, que se siguen multitud de tendencias, por multitud de motivos.
Sin embargo, tal y como a nuestro juicio el autor José Antonio Vivar del Riego apunta muy acertadamente, cabe destacar que en esta época comienzan a surgir historiadores de la heráldica que miran al pasado. Hasta la fecha, prácticamente la totalidad de los autores se fijaban en el presente de su época. Sin embargo, durante este siglo comienzan a surgir historiadores que se fijan en autores heraldistas del pasado, los analizan y los tratan de entender, preparando el terreno a los estudios históricos sobre la heráldica que se realizarán los siglos venideros.
Nótese como a día de hoy, los no expertos en el tema, tenemos la tendencia a considerar a los historiadores como “analistas del pasado”, mientras que el presente que vivimos consideramos que lo deben estudiar sociólogos, politólogos, filósofos, etc… Sin embargo, existen muchos historiadores que reivindican también el papel del historiador como estudioso del presente, tal y como lo hicieron algunos primeros y pioneros historiadores de Roma, como por ejemplo Polibio que hizo historia del presente, acudiendo incluso a la primera línea de las batallas junto con el emperador Escipión y desde ahí mismo, escribió el relato de los acontecimientos.
Por cercanía, en este siglo se deben destacar tres tratados clásicos: “Ciencia Heroyca” publicado el 1725 por D. José de Avilés Iturbide, primer marqués de Avilés. La “Adarga catalana” de Francisco Xavier de Garma, publicado en 1753, o al “Compendio heráldico” escrito por el clérigo Pedro Josef de Aldazábal y Murguía en 1775, [ 4 ].
Siglo XIX: Historiadores recopiladores [ 4 ]
En esta época ilustrada, la heráldica vuelve a estar marcada por una pluralidad de tendencias que dan continuidad a las tendencias de siglos anteriores. Sin embrago, predomina una orientación destacada: la visión de la historia.
Es remarcable que surgen una multitud de autores que publican: fuentes, estudios sectoriales, repertorios variados, diccionarios, recopilaciones de datos para investigadores, etc…
Por otro lado también a modo de curiosidad, surgen autores de tratados bizarros o curiosos, fruto a nuestro juicio, de que cada vez más gente tiene acceso a la educación y a los libros y por tanto, tiende a buscar su forma de diferenciación. Unos pocos ejemplos podrían ser: el de Thomas Moule titulado “La Heráldica del pescado”, que trata sobre escudos que blasonan figuras de peces. También surgen tratados similares que se fijan en las flores o finalmente, un libro de 1878 titulado “La cómica historia de la Heráldica”, con un tratamiento humorístico de la heráldica.
Siglo XX hasta hoy: Diversidad
En el último siglo hasta la actualidad, tal y como apunta el autor tenemos de todo [ 4 ]. Paradójicamente, cuando probablemente menos presente está en la sociedad la heráldica, es el momento histórico en el cual más cantidad de textos se publican en relación a ella.
Sin ánimo de ser exhaustivos, podríamos apuntar a tendencias nuevas con enfoque sociológico, estudios muy locales, estudios auspiciados por entidades colectivas (ayuntamientos, diputaciones, asociaciones culturales, obras sociales, etc…) que en muchos casos se hacen no individualmente sino en equipo, libros divulgativos evitando tecnicismos o sistematizaciones tediosas, multitud de blogs, páginas webs (como por ejemplo esta misma), grupos de Facebook y similares creadas por una incontable multitud de individuos conectados en red… y un larguísimo etcétera.
Finalmente, tal y como afirma Luis Valero de Bernabé, cabe destacar que los escudos y la heráldica en general ha tenido muchos detractores en Europa en los últimos años o incluso siglos. Dado que proviene de la época feudal y se asocia en gran medida a la nobleza en general, existe mucha gente que no la ha visto con buenos ojos. Esto en Francia por ejemplo es muy latente y el caso extremo podría ser el de Austria, donde la heráldica privada está prohibida. En Austria solamente se permite la heráldica institucional.
5.- Escudos de países.
Finalmente, en la Fig. 6 se muestran unos pocos ejemplos de escudos de armas de diferentes países europeos, para simplemente mostrar lo extendido que está el uso de escudos por Europa.
Escudo de los Países Bajos
(Painting by Johannes Evert van Leeuwen (1855-1931) (from 1907), CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=28413310 )Escudo de Bélgica
(Sodacan, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=28462803 )Escudo de la
República Federal de Alemania
(Dominio público, Karl-Tobias Schwabhttps://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=640691)Escudo de Rusia
(Dominio público, Е. Ухналёв, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1543211)Fig. 6. Escudos de algunos países europeos.
Para concluir, la siguiente figura muestra un curioso mural que podemos encontrar en una fachada de un edificio antiguo y emblemático situado en el centro de la ciudad de Riga, capital de Letonia. En él, se recopilan los escudos de linajes de la ciudad, a modo de documento histórico.
Fig. 7. Fachada de un edificio antiguo situado en el centro de la ciudad de Riga, capital de Letonia donde se recopilan los escudos de linajes de la ciudad.
5.- Referencias
[ 1 ] https://es.wikipedia.org/wiki/Escudo_del_Reino_Unido. Consultado el 10/07/2018.
[ 2 ] Luis Valero de Bernabé y Martín de Eugenio, “Análisis de las características generales de la Heráldica Gentilicia Española y de las singularidades heráldicas existentes entre los diversos territorios históricos hispanos”, Tesis doctoral defendida en la Universidad Complutense de Madrid, 2007.
[ 3 ] https://www.heraldaria.com/
[ 4 ] Ponencia de José Antonio Vivar del Riego, ” El Blasón escrito: La historia de los libros de heráldica”. Accesible desde internet. . Consultado el 10/07/2018.