La Gracia Versus El Diezmo.

Hebreos 7:5 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

5 Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.


Dios, en su infinita gracia y misericordia, eligió de entre todos los pueblos a los descendientes de Abraham y los eligió como pueblo santo, de quienes son la adopción, las promesas, y los patriarcas. Sin embargo, esto no solo con la finalidad de bendecir a los Hebreos, sino que a través de ellos vino Jesús en el cual hay promesa de salvación y redención para todas las naciones a través de su preciosa sangre, la cual fue derramada en la cruz a causa de nuestras rebeliones y pecados, haciéndonos así hijos, reyes y sacerdotes del reino de Dios y aceptos delante de la presencia del Padre, por medio de la justificación que es en Cristo Jesús, constituyéndose sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.

Sin embargo, antes de la gracia que es en Cristo Jesús, Jehová dio ordenanzas y mandamientos a Israel en el desierto a través de su siervo Moisés, y es a este conjunto de mandamientos y ordenanzas, que llamamos Antiguo o Viejo Pacto (de aquí el nombre que recibe la primera parte de las sagradas escrituras.), pero al Jesús morir en la cruz del calvario, nos legó un nuevo pacto, el cual a diferencia del primero, nos justifica, no por las obras de la ley, sino por gracia, como don de Dios, no porque merecemos la salvación, si por la fe que tenemos en aquel, que siendo libre de pecado, tomó forma de siervo, y murió en la cruz pagando todas nuestras deudas y borrando todos nuestros pecados. (Aunque cuando aceptamos el señorío de Jesús en nuestras vidas y nacemos de nuevo, ya no andamos en tinieblas sino en la luz del amor de Dios, en el Espíritu Santo, el cual reclama de nosotros santidad, y nos ayuda a mantenernos en ella, ya que sin esta, nadie verá al Señor.)

Como hemos visto, la salvación no es por las obras de la ley, si no por la gracia de Dios que es en Cristo Jesús, la cual anula los mandamientos y ordenanzas del viejo pacto, instaurando un nuevo y único mandamiento: El mandamiento del amor: a Dios sobre todas las cosas y con todo nuestro ser y al prójimo como a nosotros mismos. Sin embargo demos fundamento bíblico a esta breve apología del evangelio de Cristo:

Echemos un vistazo a los siguientes versículos:

Anulando el acta de decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz.; Col 2:14. (En referencia al pacto antiguo).

Y también dice:

Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley; Ro. 3:28.

Y en otro lugar:

“Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Por si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. He. 8:6-7.

(El autor de hebreos hace una detallada explicación de por que el pacto de Moisés era defectuoso y cual era la razón de su instauración para los de la circuncisión).

Y también:

“Al decir nuevo pacto, a dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, esta próximo a desaparecer” He. 8:13. (Este texto hace referencia a un verso profético del Antiguo Testamento, el cual tuvo su cumplimiento con la primera venida de Cristo).Y con relación a hebreos una última referencia: “Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia”. He. 7:18. Y aunque solo existe una ley (ya que los amigos de otras creencias se refieren a la ley ritual y la ley moral como dos ordenanzas diferentes), quiero citar un importante texto presente en II De Corintios:

3:6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.

3:7 Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer,

3:8 ¿Cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu?

3:9 Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.

3:10 Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente.

3:11 Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.

3:12 Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza;

3:13 y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido.

3:14 Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.

3:15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos.

3:16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará.

3:17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

Con estas palabras, en especial las escritas en el verso 7, es claro que incluso la ley escrita por la mano de Dios y entregada a Moisés para el pueblo de Israel fue abrogada por Cristo Jesús por medio de su sacrificio redentor (no que existan formatos de leyes diferentes en el antiguo pacto como alegan algunas denominaciones del séptimo día), aunque es práctico señalar el hecho de que aquí el apóstol se refiere directamente a los 10 mandamientos.

La palabra nos muestra otros textos que nos enseñan la doctrina que hemos presentado, aquí les suministró algunas referencias:

Ef. 2:8-10; Gá. 5:4; 2 Co.3:13-18; Gá. 3:24-29; Gá. 3:19; Entre otros.

Ahora bien, los Cristianos Evangélicos (Doctrina que profesa el autor de este artículo), aceptan y predican como buena y valida la doctrina de la gracia estudiada en los párrafos anteriores, razón por la que, no guardamos el día sábado, día de reposo obligatorio durante el viejo pacto, comemos carne de cerdo y otras carnes que eran consideradas inmundas en la ley de Moisés, aunque no ingerimos productos hechos a base de sangre, ya que hay una razón pre-ley, de la ley y neo testamentaria que lo prohíbe, tampoco sacrificamos machos cabríos, ni corderos como lo ordena la ley de moisés, ya que Jesús fue el Cordero Inmolado por los que le sirven en amor, fe y santidad, ni celebramos el jubileo, ni otras fiestas establecidas en el pacto anterior, ya que para nosotros todo el año es de fiesta y jubileo y el reposo de Cristo (Hebreos 4) en celebración por el amor de Dios que nos salva y da vida eterna juntamente con su unigénito hijo. Y así, tampoco guardamos muchos otros mandamientos y ordenanzas expresadas en el viejo pacto, practicando tan solo unas pocas liturgias de carácter bíblico y universal como son el matrimonio, y otras instituidas por Jesús y los apóstoles, como la santa cena y el bautismo en agua.

Por esto a muchos nos resulta extraño, que en la mayoría de las iglesias, se lleve a cabo la práctica del diezmo, y se haga tanto énfasis en esta, ya que en el antiguo testamento, este forma parte de los mandamientos y ordenanzas que Moisés recibió de Dios para que Israel los practicara de manera perpetua (por tiempo extenso e indefinido, no eternamente, como algunos entienden) hasta que llegara la promesa de la gracia, en la persona del Mesías (al cual desecharon y no fue recibido por los israelitas a los cuales fue enviado); Además el diezmo era para los de la tribu de Leví, es decir, los levitas, para su mantenimiento y el de sus familias ya que cuando Israel conquistó la tierra prometida dicha tribu no recibió territorio o heredad como las demás tribus Hebreas, además el diezmo se presentaba en especies (Cereales, ganado, etc) conforme a la producción anual de cada persona y no en dinero, y cada tres años era repartido entre los extranjeros, los huérfanos y las viudas. Lv. 27:30; Dt. 14: 28-29 además de los siguientes textos:

Números 18:26

También hablarás a los levitas y les dirás: Cuando recibáis de los hijos de Israel los diezmos que de ellos os he dado por vuestra heredad, ofreceréis de ello una ofrenda al SEÑOR, el diezmo de los diezmos.

Josué 13:14

Sólo a la tribu de Leví no dio heredad; las ofrendas encendidas al SEÑOR, Dios de Israel, son su heredad, como El le había dicho.

Josué 13:33

33 Mas a la tribu de Leví no dio Moisés heredad; Jehová Dios de Israel es la heredad de ellos, como él les había dicho.

Es importante recordar que la tribu de Levi no ejerce ningún ministerio en la actualidad y mucho menos en la Iglesia de Jesucristo, por lo que la acción de diezmar de forma obligatoria no solo es innecesaria sino que también es absurda.

Por otra parte aquellos que defienden esta práctica generalmente se basan en el siguiente versículo:

“Hay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque diezmáis la menta el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.”. Mt. 23:23.

Sin embargo este texto apoya la doctrina de la justificación por fe sin ser antagónica con los textos anteriormente estudiados, ya que Jesús en su omnisciencia, era conocedor de que muy pronto su sacrifico en la cruz iba a cumplir la ley y las ordenanzas en su totalidad, la cual era sombra de lo que había de venir. Por lo que claramente se expresa en pasado cuando se refiere a lo que tenían que hacer los escribas y fariseos de acuerdo a la ley de Moisés, al decir: ¨Era necesario, sin dejar de hacer aquello”. Otro aspecto clave que nos revela este versículo es la sección que contiene la siguiente frase “Lo mas importante de la ley” por lo que podemos inferir con claridad que Jesús incluye el Diezmo dentro de los los mandamientos entregados a Moisés, además como el mismo Jesús nos muestra en su palabra:

“La ley y los profetas eran hasta Juan”, Lucas 16:16 , al leer esto último , no argumente lo mismo que nuestros amigos de otras creencias legalistas, que se basan en las palabras de Jesús cuando este dice “Ni una tilde de la ley será frustrada" lo cual es enteramente cierto, pero de nuevo les recuerdo que la ley no fue frustrada ni abolida , simplemente cumplida y clavada por siempre en la cruz del calvario y en la vida de Jesús.

Otra objeción que a menudo presentan los defensores de la práctica del diezmo, es cuando citan textos del antiguo testamento en donde se expone la perpetuidad de esta práctica, sin embargo lo mismo sucede con otras prácticas Mosaicas, como la perpetuidad del día de reposo, y esto desde mi punto de vista no tiene validez alguna por dos razones, la primera de las cuales es sencilla de explicar: Ningún cristiano evangélico guarda el sábado basándose en que Jehová estableció este día como pacto perpetuo entre su pueblo Israel y El. (Éxodo 31:16), y la segunda razón, es el complemento de la primera: Él término perpetuo, como ya hemos mencionado, por definición quiere decir, por tiempo indefinido y no como muchos piensan sinónimo de eternidad, esto puede ser confirmado con cualquier diccionario de bolsillo, pero mejor aun con un análisis exhaustivo de las sagradas escrituras. Otro argumento es el diezmo que le ofreció Abraham a Melquisedec (Sacerdote para siempre según su orden), sin embargo Abrahán también ofreció a Jehová sacrificios de corderos y a su ves fue circuncidado junto con los de su casa en cumplimiento al pacto que Dios efectuó con el , así que el diezmo a Melquisedec tampoco es excusa para la apologética del diezmo durante el periodo de la gracia. (Además lo diezmado por Abraham a Melquisedec fue parte de un botín de guerra).

Aunque en mi opinión personal, no creo que diezmar sea pecado u ofenda en alguna manera a Dios, ya que su palabra nos enseña que hay hermanos débiles, los que todavía practican las obras de la ley, a veces por ignorancia y en ocasiones por su falta de fe, un texto que nos plantea este punto de vista lo encontramos en el libro de Romanos capitulo 14.

Pero a causa de esta debilidad, no viven conforme a las grandezas que nos brinda la libertad en Cristo. (La libertad del amor y la fe y no el libertinaje de la carne y el pecado). Sin embargo hay muchos que manipulan las escrituras, y con una conciencia entenebrecida por la codicia, aun conociendo el error, predican la práctica del diezmo en nuestros días con la finalidad de hacer mercadería de la fe, buscando riquezas ilícitas y ganancias deshonestas, (las riquezas en si no son impedimento para el cristiano y muchas veces son de bendición para el que posee las riquezas, para la obra de Dios y para muchos necesitados que son beneficiados por esos bienes otorgados en mayordomía) y no guardan tesoros para sí en el reino de los cielos, borrando así su nombre del libro de la vida en forma irreversible. No olvidando también que si queremos cumplir con tan solo uno de los mandamientos de la ley para justificarnos delante de Dios, tenemos que cumplir con toda la ley (Lo que es imposible para los hombres) Por lo cual el Apóstol Pablo en el libro de Gálatas capítulo 3 verso 10 escribió lo siguiente:

“Porque todos los que están bajo las obras de la ley, están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.”, y no que seamos malditos por guardar cualquier mandamiento y no los demás , si no que pablo en cierta forma ridiculizó con esto a los que querían mancillar el evangelio de Cristo con la práctica parcial de la ley (y esto como una humilde y flexible postura) y más aún en Gálatas 5:4 hasta nos muestra que los que quieren justificarse a través de la ley se desligan de Cristo.

Antes de concluir citemos el conocido texto encontrado en Malaquías 3:10 (Jehová maldice a aquellos que le robaban al no diezmar), Aunque una advertencia similar hace Jehová a los de Israel por no guardar el Día de reposo, lectura encontrada en Ezequiel 20:19-21, restandole validez a este último argumento que se aleja de toda base doctrina que respete la doctrina de la gracia.

Algunos exegetas, en su apología de la doctrina del diezmo, recurren a herramientas hermenéuticas poco metódicas y carentes fundamento bíblico, para alegar que solo los mandamientos ceremoniales de la ley fueron abrogados por nuestro Mesías en la cruz, sin embargo, no es la enseñanza extraída de los textos citados con anterioridad en este capítulo o enseñanzas Paulinas como las encontradas en Gálatas 5:14 :

Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Es evidente que tanto en este como en otros capítulos de la presente obra, se ha recurrido a las enseñanzas contenidas en el Antiguo Testamento como referencias bíblicas irrefutables, ya que el evangelio no resta importancia a las enseñanzas contenidas en ninguna parte de la sagrada Palabra De Dios, el apóstol Pablo nos muestra que toda escritura es útil para ensenar, instruir y redargüir en referencia a las escrituras antiguo testamentarias aunque podemos extrapolarlo también al NT (El NT no había sido recopilado aún, y quizás no todos los libros existían cuando Pablo escribió estas líneas), en otras palabras, Aunque Jesús clavo la ley y los mandamientos expresados en ordenanzas en el madero, las enseñanzas contenidas en el AT tienen la misma vigencia en nuestros días, como palabra eterna y santa de Dios nuestro Padre y esta aclaración es vital, ya que muchos teólogos de la "gracia" han omitido por completo el uso del Antiguo Testamento en sus sermones, doctrinas y enseñanzas.

Es de vital importancia el explicar, que la invalidación del diezmo en el nuevo pacto excluye la practica de las ofrendas, la cual a sido llevada a cabo por los cristianos desde el nacimiento de la iglesia y es confirmada y expresada por la palabra de Dios como doctrina vital para el sustento del Cuerpo De Cristo que es su iglesia; Las ofrendas son necesarias para dar soporte a la obra de Dios, honrar a pastores y evangelistas y para el apoyo financiero de los diversos ministerios que lleva a cabo el cuerpo de Cristo, entre los que podemos mencionar, la evangelización, la ayuda a los pobres, huérfanos y viudas (Diaconado), en la congregación primeramente, y en segundo orden con los de afuera. Además de ser una práctica que trae abundantes bendiciones materiales y espirituales para aquellos que lo hacen con buena voluntad y corazón alegre, promesa que podría en ocasiones alcanzar incluso a los no creyentes. 2 Co. 9: 6-9; 1 Co. 16: 2.

¡Dios les bendiga conforme a sus riquezas en gloria!.


Lic. Luis Padilla

padillacury@gmail.com