E. La nueva República Turca

Turquía según el Tratado de Sèvre (1920)

En noviembre de 1918, el Imperio Otomano se encontraba derrotado y ocupado militarmente por las potencias aliadas (franceses, británicos, griegos e italianos, principalmente). El viejo imperio que había atemorizado durante tantos siglos a la Cristiandad estaba ahora en vías de desintegración: los árabes querían independizarse, igual que los armenios y los kurdos; mientras que Mesopotamia y la franja sirio-palestina estaban controladas por los aliados. Igual ocurría en el corazón del imperio, en Anatolia, donde las convulsiones políticas, sociales y económicas iban a cambiar el destino de los turcos.

La resistencia la régimen califal de Estambul se organizó el 23 de julio de 1919 en el congreso nacionalista celebrado en Erzerum. Allí se formó el Partido Nacionalista Turco, liderado por Mustafá Kemal, que estableció su cuartel general en Ankara, en el centro de Anatolia. El cinco de octubre de ese año, los nacionalistas (o kemalistas) derrocaron el régimen de autocrático del sultán (que sólo conservó su autoridad religiosa) y convocaron elecciones. La victoria aplastante del partido de Kemal le dio fuerza para emprender la reforma del Estado.

El primer obstáculo al que tuvo que enfrentarse fue la situación heredada de la guerra. En 1920, el Tratado de Sèvres, firmado con las potencias vencedoras, fragmentó el territorio otomano y lo repartió entre diversas potencias:

  • Gran Bretaña adquirió Mesopotamia, muy rica en petróleo. la región pasó a llamarse Iraq. También controló Palestina (donde se proyectó la creación de un Estado Judío por la Declaración de Balfour) y Transjordania (actual Jordania).
  • Francia recibió Siria (que incluía el actual Líbano).
  • Armenia (cuya población tanto había sufrido durante la guerra) se constituyó como un Estado independiente en el este del Imperio.
  • Grecia recibía la Tracia Oriental (excepto la ciudad de Estambul) y una franja costera en el oeste de Anatolia.
  • La zona de los estrechos quedaba internacionalizada, permitiendo la libre entrada y salida de barcos desde el Mar Negro.
  • El Kurdistán se constituía como entidad autónoma en el sureste del Imperio.

Además, extensas regiones que, según el tratado, pertenecían al nuevo Estado Turco, permanecieron ocupadas militarmente por las fuerzas aliadas: Francia mantenía la región de Cilicia, y en el sur de Anatolia, una franja costera era controlada por los ejércitos italianos. El Imperio Otomano estaba siendo troceado y repartido como un pastel en una boda (vean cómo quedaba Turquía según el Tratado de Sèvres en el mapa superior).

El gobierno de Mustafá Kemal inició entonces una serie de ofensivas diplomáticas y militares para restituir los territorios turcos en Anatolia. Esta contienda, que tuvo lugar entre mayo de 1919 y octubre de 1923, es conocida como "Guerra de Independencia Turca". El primer éxito fue el reconocimiento de las fronteras por parte de la Unión Soviética, deseosa de ser reconocida en el panorama internacional.

Posteriormente, en 1921, los turcos expulsaron a los ejércitos franceses de Cilicia y de la franja norte de Siria que volvieron a estar en poder del gobierno otomano. También fueron expulsados los italianos y los griegos de Anatolia. La guerra entre turcos y griegos fue realmente cruel. Los griegos reclamaban tanto la costa occidental de Anatolia, como la Tracia Oriental e incluso la ciudad de Estambul (antigua Constantinopla) pero los otomanos expulsaron a las fuerzas helenas de todos esos territorios. Incluso la población de origen griego asentada durante siglos en esas zonas fue forzada a emigrar para evitar reclamaciones futuras.

Por supuesto, el gobierno de Kemal eliminó la autonomía de los kurdos. También la recién creada república de Armenia, en teoría apoyada por las potencias aliadas, sucumbió ante el avance de los ejércitos nacionalistas turcos. Armenia fue ocupada y repartida entre otomanos y soviéticos.

Las fuerzas aliadas se vieron obligadas a admitir los avances militares turcos y firmaron con el gobierno de Kemal la Paz de Mudanya el 11 de octubre de 1922. Un año después, el Tratado de Lausana reconocía internacionalmente el nuevo Estado Turco y las fronteras que han perdurado hasta la actualidad (vean la reestructuración de las fronteras en el segundo mapa).

Desde la victoria de los kemalistas en las elecciones de 1919, el sultán Mehmed VI apenas tuvo influencia y capacidad de decisión en los asuntos políticos. En 1922, Kemal, quien había establecido su gobierno en Ankara, abolió el sultanato y fue elegido primer presidente turco. Posteriormente, eliminó también el califato (nótese la diferencia: sultanato hace referencia al poder político mientras que califato se refiere al poder religioso). El 29 de octubre de 1923, Kemal proclamaba la República Turca, dando muerte definitivamente al viejo Imperio Otomano. Entonces, trasladó su capital de Estambul (donde había estado la corte de los sultanes) a Ankara, en el centro de Anatolia.

En los quince años posteriores, el gobierno nacionalista de Kemal, transformó completamente la política, la sociedad y la economía turcas. En 1925 se reformó la vestimenta, prohibiendo el uso del velo a las mujeres y el fez a los hombres con el objetivo de occidentalizar la imagen de los turcos. Se adoptó el calendario gregoriano, el sistemas métrico decimal y el alfabeto latino, que sustituyó al árabe usado hasta entonces.

En materia judicial, se adaptaron los sistemas jurídicos de Suiza, Alemania e Italia. También se introdujo el matrimonio monógamo, prohibiendo la poligamia (tan común en otros tiempos) y se estableció la igualdad social de ambos sexos. En 1930, se concedió a las mujeres, por primera vez en un país musulmán, el derecho a votar y en 1934, se les permitió ser funcionarias.

Mustafá Kemal murió en 1938 y se le honró con el apodo de "Atatürk" o "Padre de los turcos". En los años siguientes, sus sucesores siguieron la política de modernización de Turquía que la convirtió en una república estable y en una potencia regional con gran influencia en los Balcanes y en Oriente Próximo.

Guerra de Independencia Turca y formación de la nueva república tras el Tratado de Lausana (1923)