Cerro de la Cruz

El poblado ibérico del Cerro de la Cruz se ubica en la Sierra de las Subbéticas dentro del término municipal de Almedinilla, en la provincia de Córdoba. Estuvo habitado por los bastetanos durante los siglos II-III a.n.e. y es uno de los pocos excavados en Andalucía de la Baja Época Ibérica. Su urbanismo presenta un poblado en ladera, dispuesto en terrazas escalonadas que han sido directamente excavadas en la roca, en el que se distinguen viviendas, almacenes y talleres de artesanos que tienen espacios de hábitat y otros de trabajo: molinos de harina, aljibes, almacenes de ánforas, pesas de telar, etc. Las construcciones poseen un zócalo de piedra y un alzado de ladrillos de adobes o tapial; en algunos casos se conserva la impronta de la ventana, la puerta o los agujeros de los postes que sustentaban el segundo piso de estos edificios. El yacimiento ocupa una extensión de 50.000 metros cuadrados y aunque, al menos en superficie, no conserva restos de muralla ni de estructuras defensivas de época ibérica, sus habitantes controlaban el paso entre las comarcas del sur de Jaén y Córdoba y el oeste de Granada.

Las últimas excavaciones confirman que fue destruido de forma violenta por un incendio a finales del siglo II, incluso se han hallado cadáveres sobre el pavimento de las calles con huellas claras de cortes de espada.

Plano de la excavación

En el año 1867 Luis Maraver y Alfaro llevó a cabo excavaciones arqueológicas en la necrópolis de los Collados, situada en las inmediaciones del Cerro de la Cruz; afloraron más de 250 tumbas en las había ricos ajuares formados, principalmente, por armas: falcatas, lanzas, puñales, puntas de flecha. Una de estas armas características del mundo ibérico recibe desde entonces la denominación "falcata tipo Almedinilla", lo que da idea de la importancia de estos vestigios.

Falcata "tipo Almedinilla", Bronces romanos