En esta obra Juls Mendoza evoca recuerdos de su infancia en México usando su estilo y paleta de colores característicos.
Juls Mendoza nació en El Paso, Texas, y se crió en Ciudad Juárez, México. La herencia y la cultura mexicana de Juls influyen en gran parte de su estilo artístico, al que se refiere como "Surrealismo Cultural". El surrealismo cultural se centra en la identidad cultural, la comunidad y la justicia social e incorpora colores vibrantes y personajes y escenas de ensueño.
La obra nos muestra a Quetzalcoatl haciendo girar un trompo, un juguete con el que Juls solía jugar cuando era niño. Quetzalcoatl es el nombre de la deidad serpiente emplumada que se encuentra en muchas culturas mesoamericanas, incluidas la maya y la azteca. La figura antropomórfica lleva un tocado de plumas azules y rosas. Su rostro, que parece una máscara, recuerda las ilustraciones de los códices aztecas y las esculturas mayas de la deidad. Las manchas azules de jaguar cubren su cuerpo rosado, en alusión a otra figura importante de las culturas mesoamericanas. Quetzalcóatl juega con el colorido trompo de madera, que Juls incorpora con destreza con las crestas texturizadas de la puerta del garaje. La deidad también lanza humo azul desde las yemas de sus dedos, posiblemente en referencia a la maestría de Quetzalcóatl con el viento y el agua. Juls ambienta el mural con amarillos, naranjas y rosas vibrantes.
Con este mural, Juls buscó ilustrar la cultura prehispánica de una manera colorida y divertida, con la esperanza de atraer a la juventud latina para que aprenda más sobre su historia y sus antepasados. Busca transmitir su conocimiento cultural y crear arte para su comunidad, que a menudo está subrepresentada en el mundo del arte. Juls dice sobre su trabajo: “Soy quien soy en gran parte debido a mi herencia mexicana y latina, por lo tanto, incorporar mi herencia a mi arte es significativo para mí, y siento que también es significativo para aquellos que pueden identificarse con ese sentimiento”.