Calienta el horno a 160º.

Pon la mantequilla en una fuente (o bol) y colócala en el microondas durante 10 o 15 segundos y empiece a derretirse.

Echa el azúcar y la harina a la fuente y mezcla todo bien.

Pon un poco de harina en la mesa y amasa la masa :)

Estira la masa bien con un rodillo de cocina o, si no tienes, simplemente con una botella limpia.

Si tienes moldes de galletas, genial, puedes hacer diferentes formas; si no tienes moldes, genial, puedes inventarte las formas que quieras (siempre puedes coger algún objeto redondo -como un vaso pequeño- y hacer pastas circulares).

Coloca las galletas, con cuidado para que no se rompan, encima de papel para horno, una alfombrilla de silicona o directamente en la bandeja del horno (en este último caso, unta con un poco de mantequilla el fondo de la bandeja para que no se peguen las galletas).