NOCTURNO (I)

Toma y toma la llave de Roma,

porque en Roma hay una calle,

en la calle hay una casa,

en la casa hay una alcoba,

en la alcoba hay una cama,

en la cama hay una dama,

una dama enamorada,

que toma la llave,

que deja la cama,

que deja la alcoba,

que deja la casa,

que sale a la calle,

que toma una espada,

que corre en la noche,

matando al que pasa,

que vuelve a su calle,

que vuelve a su casa,

que sube a su alcoba,

que se entra en su cama,

que esconde la llave,

que esconde la espada,

quedándose Roma

sin gente que pasa,

sin muerte y sin noche,

sin llave y sin dama.

Rafael Alberti

(1902 - 1999)

Esta poesía tiene la estructura de un poema encadenado. Alberti coge las retahílas de canciones infantiles y va encadenando palabras que siguen un orden dado. Habla de Roma, ciudad eterna, en la qeu vivió exiliado y en la que refleja su soledad y nostalgia.

Tienes que ponerte en situación y ser tú quien está diciendo que en Roma hay una calle, que en esa calle hay una casa, una casa con una alcoba con cama en la que está una dama, una dama enamorada y, a partir de ese momento, como si volvieras recoger el hilo del ovillo que has ido soltando hasta llegar a la dama, vuelves a desandar el camino hasta llegar a la calle, coger la espada y ¡oh! matar a quien pasa para, de nuevo, volver a la alcoba, la alcoba sin dama de una casa que está en una calle de una Roma sin gente. Y, así, la canción infantil acaba trágicamente. Qué duro, qué triste.