Rima III

Volverán las oscuras golondrinas

en tu balcón sus nidos a colgar,

y otra vez con el ala a sus cristales

jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban

tu hermosura y mi dicha a contemplar,

aquellas que aprendieron nuestros nombres...

¡esas... no volverán!.

Volverán las tupidas madreselvas

de tu jardín las tapias a escalar,

y otra vez a la tarde aún más hermosas

sus flores se abrirán.

Pero aquellas, cuajadas de rocío

cuyas gotas mirábamos temblar

y caer como lágrimas del día...

¡esas... no volverán!

Volverán del amor en tus oídos

las palabras ardientes a sonar;

tu corazón de su profundo sueño

tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas

como se adora a Dios ante su altar,

como yo te he querido...; desengáñate,

¡así... no te querrán!

Gustavo Adolfo Bécquer

(1836 - 1870)

Esta famosa poesía de Bécquer se dio a conocer cuando él ya había muerto (con escasos 34 años) y gracias a esa publicación, hecha por sus amigos, el poeta obtuvo fama y reconocimiento.

Aunque en su época estaba de moda el realismo, Gustavo Adolfo Bécquer escribía según los principios del romanticismo (poesía intimista, sobre el individualismo -llegando a egocéntrico-, el pesimismo, la nostalgia, el dolor...).

En esta poesía (como en su vida) habla de la nostalgia por su gran amor pasado, un amor que le dejó. Toma comparaciones con la naturaleza (las golondrinas que volverán, la madreselva que volverá a florecer), pero le dice que no volverán las golondrinas o madreselvas de las que disfrutaban cuando estaban enamorados y, más aún, le deja claro que ella no volverá a encontrar un amor como el que él le dio. Y, además, lo dice entre admiraciones "¡así... no te querrán!". (Tienes que recitar este último verso con un tono de desprecio, como diciendo "¿me has dejado? ¡Pues entérate que no vas a encontrar a nadie que te quiera más que yo!".