Ventiladores de tiro forzado: Para que exista una combustión necesitaremos aporta el aire suficiente para mantenerla. Debido a los volúmenes de carga en los que se trabaja, necesitaremos unos ventiladores con una gran capacidad.
El aire que meteremos en la caldera se denomina aire secundario.
Calentadores de aire secundario: De igual manera que calentamos el agua que metemos en la caldera, el rendimiento aumenta si hacemos lo mismo con el aire.
Para ello nos servimos de un calentador en cuyo interior se alojan unas cestas metálicas en la parte fija y los conductos de entrada y salida de humos, y una parte giratoria que comprende las campanas de aire frío (inferior) y caliente (superior) que giran simultáneamente de modo que se mantienen enfrentadas entre sí.
Al ser giratorias las campanas estas cestas se calientan por el lado de humos, y por el lado aire ceden su temperatura. Siempre tendremos que tenerlo en funcionamiento para evitar que las cestas se incendien, ten cuidado con sus motores..
Los ventiladores de tiro inducido: Se encargarán de evacuar los humos a la chimenea. Pero antes tendrán los humos que tratarse en un sistema de desulfuración, eliminando con ello la mayor parte de SO2.
Tanto los ventiladores inducidos, como los forzados trabajan al 50%, es decir que para dar la plena carga, necesitaremos ambos.
El criterio de arranque será siempre de ambos, por una parte por los desequilibrios que pueden ocasionar en la combustión de la caldera.
Aún abriendo en este caso los cross-over o comunicación de las líneas comunes de los ventiladores, y por otro los eventuales movimientos de carga que nos exigirán, siempre será conveniente tener ambas parejas funcionando.
Si por alguna causa hay que parar algún ventilador, ya sea un inducido o un forzado, tendremos que bajar la carga máxima posible al 50%, es decir que no podremos dar más de 150 MW.
Ventiladores de aire primario: Aportamos el aire a la presión necesaria para arrastrar el carbón pulverizado desde los molinos hasta los mecheros.
Para controlar la temperatura mezclaremos el aire previamente calentado por humos con el aire a temperatura ambiente.
Si tenemos que parar un primario, solo podremos tener dos molinos funcionando.
SECUENCIA DE ARRANQUE DE LOS VENTILADORES
Lo primero tendremos que tener las compuertas crossover abiertas puesto que el tiro tiene que ser homogéneo en ambos lados.
Para arrancar una pareja de ventiladores tendremos que tener antes arrancados los calentadores de aire secundario.
Con los alabes y compuertas de descarga cerrado arrancaremos el ventilador de tiro inducido y posteriormente abrimos la descarga.
Una vez abierta la descarga del inducido arrancamos el forzado en las mismas condiciones, es decir con los alabes y descargas cerrados.
Cuando tengamos el forzado arrancado abrimos su descarga, una vez abierta automatizamos los alabes del inducido.
Una vez arrancadas una pareja podremos arrancar la otra y siempre en la misma secuencia.
El crossover de humos será necesario tenerlo abierto si no disponemos de un inducido, y el crossover de aire si no disponemos de un forzado.
Los primarios son los últimos en arrancarse y siempre que se cumplan condiciones de temperatura y presión en caldera, y tener en servicio el calentador de aire primario.
ZONAS DE PASO DE LOS HUMOS
Los humos dentro de la caldera realizan un recorrido que aprovechamos para calentar los tubos, ya sean para el vapor recalentado frío, que recibimos de la salida del cuerpo de alta y una vez calentado meterlo en el cuerpo de media, o para calentar el aire primario que usaremos en los molinos de carbón.
Tendremos que regular las compuertas de humos para igualar la temperatura del vapor del recalentado semejante a la del sobre-calentador, en torno a los 538º.
Cuanto más abramos la salida de humos hacia el recalentador, más nos subirá la temperatura en el recalentador.
La influencia de la temperatura de gases sobre el sobre-calentador es menos apreciable, hay que tener en cuenta que el sobre-calentador la temperatura está realmente dada por la radiación.
Los humos no podemos enviarlos a la chimenea, sin antes quitar las partículas volátiles que pueda tener en suspensión. Para ello nos valemos de unos electrofiltros.
Dentro de ellos crearemos una gran tensión mediante unos transformadores elevadores y un rectificador para polarizar la corriente entre unos alambres y placas para que se adhieran a ellas las cenizas.
Unos golpeadores cíclicos se encargan de hacer caer por gravedad a unas tolvas.
Posteriormente se tratarán los humos en una desulfuradora y una vez tratados los humos enviarlos a la chimenea.
DESNITRIFICACIÓN
El sistema DENOX se compone de un tanque de amoniaco que hay que vaporizar mediante un tanque con el vapor de la caldera, unas bombas, una válvula de control y unos rociadores.
Tendremos que controlar el porcentaje de NOX que sale por la chimenea.
Algunas veces se nos atascarán los rociadores, que generalmente mediante unos pequeños golpes se desatascan, si aun así no lo conseguimos, tendremos que llamar para una limpieza manual.
El pedido de Hidracina o Amoniaco siempre será alternativo y nunca ambos al mismo tiempo.
Tenemos que tener cuidado de no excedernos, puesto que no veremos una mejora en los resultados y sin embargo consumiremos más y el precio es alto.
CONDICIONES PARA LA PURGA DE CALDERA
La purga de caldera consiste en hacer un barrido por la caldera y por todo el sistema aire/humos para eliminar los posibles restos de gases de combustibles que pudiese haber en el circuito.
Evitamos con ello posibles explosiones al realizar el primer encendido en caldera.
Cada vez que se quiera arrancar la caldera, tanto después de un disparo como de una parada programada, hay que hacer un barrido.
Para ello se realiza la purga de caldera, donde hay que cumplir ciertas condiciones, una vez cumplidas se barrerá por un corto periodo de tiempo para posteriormente abrir las válvulas de disparo de combustibles para poder meter un mechero y encender la caldera.