Cada aplicación ofimática tiene un objetivo: facilitar la realización de una determinada tarea que se presenta con frecuencia en el entorno empresarial. Sin embargo, la estrecha interrelación entre las distintas tareas difumina las fronteras entre aplicaciones. Por ejemplo, si hemos creado un gráfico de estadística de ventas utilizando una hoja de cálculo,es probable que queramos incluirlo en un informe de la empresa, pero también en una presentación multimedia para mostrar a los accionistas. También podríamos querer adjuntarlo en un correo electrónico dirigido a nuestros empleados.
La suite ofimática Office (Fig. 1.12) es seguramente el producto más sólido y menos criticado de los que ofrece la compañía Microsoft, y es en la que se centran la mayor parte de las explicaciones y casos prácticos incluidos en este libro. Office está disponible para los sistemas operativos Windows y Mac OS, bajo un Contrato de Licencia de Usuario Final (CLUF): es por tanto software propietario.
Office no fue la primera suite que apareció en el mercado, pero se convirtió enseguida en la más popular. Comenzó agrupando solo tres aplicaciones: el procesador de texto (Word), la hoja de cálculo (Excel) y el programa de presentaciones multimedia (PowerPoint). Pronto se unirían Outlook (gestor de correo y agenda electrónicos) y Access (gestor de bases de datos).
Determinadas funcionalidades generales, como la revisión ortográfica o las opciones de seguridad, se fueron implantando progresivamente en todas las aplicaciones. Desde su versión 2007, Office utiliza para sus documentos un formato de archivos llamado Office Open XML.
OpenOffice (Fig. 1.13) surgió en el año 2000, cuando la empresa Sun (responsable del lenguaje de programación Java) adquirió el código fuente de una suite propietaria, StarOffice, e hizo público su código fuente. El objetivo era ambicioso: amenazar el dominio absoluto Office en el mercado de las suites ofimáticas ofreciendo una alternativa libre.
OpenOffice (licencia LGPL) ofrece aplicaciones equivalentes a las principales de Office, con una excepción: no presenta una solución para el correo o la agenda. Los componentes fundamentales son por tanto el procesador de texto Writer, la hoja de cálculo Calc, el programa de presentación Impress y el gestor de bases de datos Base (Fig. 1.14); este último es actualmente el componente más débil de OpenOffice en cuanto a funcionalidades y facilidad de uso.
La adquisición de Sun por parte de la compañía Oracle en 2010 desató las dudas sobre el futuro de OpenOffice. Algunos de los desarrolladores originales del proyecto constituyeron una nueva organización, The Document Foundation , con el objetivo de continuar con el proyecto, rebautizándolo como LibreOffice y manteniendo el tipo de licencia LGPL. La continua fuga de desarrolladores hacia LibreOffice (Fig. 1.17) motivó que Oracle anunciara en 2011 el final del desarrollo comercial de OpenOffice, y donó el código del proyecto a la Apache Software Foundation. En el momento de la separación, OpenOffice y LibreOffice eran prácticamente iguales.
A la espera de ver lo que la Fundación Apache hace con OpenOffice, es probable que a corto plazo LibreOffice se mantenga más activa y ofrezca una mayor cantidad de mejoras y actualizaciones: prueba de esta tendencia es que la mayoría de las distribuciones del sistema operativo Linux comienza a incluir LibreOffice en lugar de OpenOffice. Los programas en LibreOffice mantienen el nombre que tenían en OpenOffice, pero sus iconos