Tarea final: Escritura de un ensayo académico
Como anticipábamos al comienzo del itinerario, el trabajo final consiste en la elaboración de un ensayo académico en torno a uno de estos temas, o algún otro acordado con tu profesor o profesora:
Han sido semanas dedicadas a la lectura de los textos de este itinerario establecido a partir de la novela Tea Rooms. Ahora toca plantear la tarea final que, como sabes, consiste en la escritura de un ensayo académico que pueda constituirse como línea de desarrollo que va más allá de lo que hemos estado tratando durante las clases.
El ensayo es un género discursivo que nos permite ilustrar, analizar, interpretar y valorar personalmente un tema concreto. Es decir, en él se debe ver reflejado tanto la tarea de investigación que le dé consistencia teórica a lo escrito como una aportación personal al mismo. Para su elaboración, deberás seguir un proceso cuyas fases son las siguientes:
PLANIFICACIÓN: Búsqueda y selección de información en diversas fuentes (nunca menos de tres) que dará ocasión a que vayas pensando de qué manera vas a enfocar tu trabajo y qué estructura vas a seguir. Es la fase de tomar notas (sin olvidar referenciar la fuente de donde has extraído) sobre lo que se va leyendo y de ir tomando decisiones acerca del enfoque que vas a darle al ensayo. Es importante también ir integrando la información seleccionada en el esquema que vayas a seguir e ir definiendo este.
TEXTUALIZACIÓN: Una vez que te has provisto de la suficiente información y has planificado más o menos qué estructura vas a seguir, toca ponerse a redactar el trabajo. Durante la primera fase de la redacción, es conveniente estar pendiente únicamente de lo que vas a hablar (sin prestarle demasiada atención a si están escritas con las palabras y adecuadas o con la ortografía correcta, ya habrá tiempo de volver a ello más adelante). Redactar ideas, decidir qué orden siguen, rectificar la estructura prevista inicialmente si lo consideras necesario, delimitar los párrafos según las necesidades internas de lo que estás redactando: estos son los movimientos más importantes que se llevan a cabo durante esta fase. Puede ser que cuando estés a mitad de la redacción, te des cuenta de que hay déficits o lagunas con respecto a lo que estás contando y que esto te obligue a retomar el proceso de búsqueda de información para completar de forma satisfactoria el desarrollo de tu ensayo. No dejes de hacerlo, pues es muy posible que esta nueva incursión en la fase de investigación dote a tu trabajo de mucha mayor consistencia.
En un ensayo, no está prohibido incorporar literalmente las ideas que aparecen en otros texto. Eso sí, tendrás que señalarlo debidamente (con comillas). En el botón de abajo se te ofrecen las recomendaciones mínimas para ello.
REVISIÓN: Una vez que has redactado el ensayo, viene el momento de la revisión (importantísimo). Ahora es el momento de "redondear" la escritura de cada uno de los enunciados, buscar conectores entre ideas que mejoren el que habías usado inicialmente, reajustar, en el caso de que haga falta, el orden de la información; revisar puntuación y, por último, supervisar las posibles faltas ortográficas.
EDICIÓN: decide en qué formato vas a presentarlo teniendo en cuenta siempre que cualquier decisión que afecte a la estética tiene que estar al servicio de la información (colores, transparencias, tamaño y fuente de letra, etc.). No olvides incorporar al final la bibliografía manejada ajustándote a unos mínimos estandarizados. Pincha el botón para saber cómo se hace.
Otros consejos útiles para escribir un ensayo
Utiliza un tono formal. Por ello deben evitarse el lenguaje coloquial y las observaciones irrelevantes.
Ten presente que un ensayo se escribe para un lector que, lo más probable, es que no conozca la materia de la que estás hablando. Deberás ajustar la información ofrecida sin perder esto de vista.
Debes tener en cuenta que un ensayo académica se valora de acuerdo a tres criterios fundamentalmente: contenido relevante y bien documentado, estructura apropiada y bien organizada, uso correcto y adecuado del lenguaje.
Una vez hayas acabado de escribir tu ensayo, plantéate cambiarle o personalizar su título, sin olvidar que este debe ser mínimamente clarificador del contenido que trata.
Estructura general recomendada
Ofrecemos una estructura estándar de desarrollo de un ensayo: Introducción, cuerpo, cierre.
INTRODUCCIÓN: La introducción le indica al lector el propósito del escritor, el acercamiento al tema y la organización que seguirá el ensayo. La introducción no se extenderá más de un párrafo (como mucho dos). En ella redactarás una introducción general sobre el tema elegido y ofrecerás la principal interpretación o idea a la que has llegado después de haber investigado sobre este.
CUERPO: Este bloque es en realidad el grueso de tu trabajo. Deberás organizar la información de acuerdo a un desarrollo lógico que permita que el lector vaya siguiendo sin dificultad el tema. Intenta establecer relaciones entre los subtemas que vayas abordando, evitando saltos bruscos que den la sensación de que estás saltando de una cosa a otra de forma caótica o desordenada.
CONCLUSIÓN: La conclusión es el último párrafo del ensayo y debe recoger (o recapitular) las ideas que se presentaron en la tesis, en la introducción. En ella puedes hacer un breve resumen de lo que has contado en tu trabajo y terminar con una idea que te parezca importante y que consideres que quien te lee la va a entender como clave. Lo más probable es que esta idea sea la reformulación de la que adelantaste en la introducción y que podría centrar tu ensayo dentro de toda la información que has ofrecido en el desarrollo.
Ten presente la rúbrica con la que se te va a evaluar el ensayo. Así podrás supervisarlo antes de presentarlo para asegurarte de que estás sujetándote debidamente a las indicaciones propuestas.