Manuel Belgrano y Martín de Güemes

Dos grandes guerreros de  la  independencia

El fin de semana largo y la anunciada aparición de nuevos billetes con las imágenes de Manuel Belgrano y de Miguel de Güemes se convirtieron en temas de actualidad. Así que, circunstancialmente, hoy se habla más de ellos, no por lo que hicieron, sino por el feriado y por la próxima emisión monetaria.

Por esto consideramos oportuno realizar un justo reconocimiento de la trayectoria de los dos guerreros y de su labor conjunta, tan necesaria para los propósitos que ellos compartieron, sobre todo teniendo en cuenta las circunstancias críticas que vivieron por las guerras de la independencia. 

Ambos sirvieron de ejemplo, por lo que nos atrevemos a realizar un paralelismo entre ellos, dado que, además, junto a San Martín integraron una trilogía virtuosa en las luchas por la independencia. 

Belgrano y Güemes vivieron casi en una misma época, y aunque pertenecían a ámbitos geográficos diferentes, sin conocerse, compartían la misma causa. Así, por sus ideas, se encontraron en el mismo espacio: el noroeste argentino.

Formaban parte de distintas esferas sociales y culturales. Belgrano nació en Buenos Aires el 3 de junio 1770, en el seno de una familia muy numerosa (dieciséis hermanos); era hijo de un comerciante italiano venido de Cádiz y de una santiagueña y llegó al mundo 15 años antes que Güemes. Este nació en Salta el 7 de febrero de 1785, de padre español y madre jujeña, en una familia de la aristocracia salteña, no tan numerosa como la de Belgrano; pero tuvo una hermana: Macacha, que lo acompañó mucho en la guerra revolucionaria.

Educados con orientaciones diferentes -el uno, abogado; el otro de formación militar-, la patria los reunió por sus ideales y los comprometió a llevar una mochila cargada de sacrificios, que les exigió entrega, coraje y capacidad para enfrentar la guerra, en cuyo escenario se mantuvieron prácticamente hasta morir.

Manuel Belgrano

Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano* 

Estudió en el Real Colegio de San Carlos y se graduó de abogado en España. 

A su regreso tuvo mucha presencia en Buenos Aires; fue periodista y funcionario del Consulado, pero con ideas revolucionarias. Era un intelectual. Nada hacía prever que algún día se encontraría en el campo de batalla. Sin embargo, integrante de la Primera Junta como vocal, le encomendaron las llamadas expediciones libertadoras, con todo lo que eso implicaba: reclutamiento, imposición de disciplina, equipamiento, avance por zonas inhóspitas, habilidad para lograr adhesión a la causa, entre otras exigencias. Tal vez, nunca había imaginado este rol en su vida. 

Al Ejército del Norte fue enviado dos veces, en circunstancias similares. En ambas oportunidades debió hacerse cargo de un ejército destrozado, indisciplinado y desmoralizado al que, gracias a su carácter y capacidad pudo recomponer -como reconoció el Gral. San Martín-. 

Fueron casi dos décadas de operaciones militares -sin ser guerrero-, en las que dejó gran parte de su vida y debió soportar estoicamente una enfermedad que lo llevó, en 1819, a pedir licencia, y al poco tiempo murió en la pobreza, porque el gobierno le adeudaba sueldos atrasados. 

Su deceso se produjo el 20 de junio de 1820, en el llamado día de los "los tres gobernadores", momento político tan crítico, que su muerte pasó casi desapercibida. 

Sus últimas palabras, "¡ay patria mía!", son casi las de un visionario que, desesperanzado, veía un porvenir incierto para la patria por la que tanto luchó. Tenía tan solo 50 años.

Martín Miguel de Güemes

Martín Miguel Juan de Mata Güemes Montero de Goyechea y la Corte *

Pasó su infancia en Salta, donde ingresó como cadete en la Compañía del Regimiento fijo. Por integrar esta unidad, participó en 1806 y 1807 en las invasiones inglesas. En 1810 -como Belgrano- abrazó el movimiento revolucionario. En 1815 fue elegido, por voto popular, Gobernador de Salta

Pese a su origen aristocrático, por su personalidad y por sus ideales tuvo un gran ascendiente sobre el pueblo y sobre el gauchaje. 

El encuentro entre ambos jefes se produjo por la misión compartida que les había encomendado el Gral. San Martín: si el peligro realista venía desde el Perú y Bolivia para entrar por el noroeste argentino, debían defender esa frontera e impedir el ingreso de fuerzas españolas, sin librarles batalla, porque ellas resultaban superiores en número y equipamiento. La consigna era hostilizar y diezmar estas fuerzas realistas. 

Güemes lo hizo en la llamada guerra gaucha; aprovechó para esto la destreza de los gauchos y su conocimiento de la geografía del lugar; a través de escaramuzas, espionaje y guerra de guerrillas cumplió eficientemente su misión. Por su parte, desde Tucumán, Belgrano estaba a cargo del ejército de apoyo. 

Esta estrategia combinada fue lo que le permitió a San Martín disponer del tiempo necesario -que era fundamental- en la organización del Ejército de los Andes, para realizar la campaña de emancipación americana.

El final

Belgrano y Güemes se ofrendaron a la patria; si bien el primero no murió en el campo de batalla, dejó gran parte de su vida en el ejército y llegó casi agónico a Buenos Aires. 

En cambio, Martín de Güemes fue herido en combate y murió a los pocos días, el 17 de junio de 1821, a los 36 años, casi al año del deceso de Belgrano. Lamentablemente, ninguno de los dos pudo ver concluida la campaña libertadora. Pero la casualidad quiso que su paso a la inmortalidad fuera en el mes de junio, en días cercanos (17 y 20), pero de distinto año. Razón del feriado de este  fin semana largo.

El rostro de ambos en los billetes

En el caso del Creador de la Bandera, repetidas veces se ha reproducido su rostro en billetes de diferente valor y color, y también estará en la próxima emisión monetaria. 

En el caso del salteño, será la primera vez que aparecerá su retrato -según lo anunciado- en los futuros nuevos billetes de 200 pesos argentinos. 

En esta nueva emisión, dos heroínas de la independencia acompañarán la figura de los próceres, Ma. Remedios del Valle, junto a Belgrano, y Juana Azurduy, junto a Güemes.

El cine

También inspirado en ellos, el cinematógrafo ha recreado la trayectoria de sus vidas casi paralelas: 

La Guerra Gaucha, La Patria en armas, El Santo de la Espada son producciones nacionales, que muestran cómo estos hombres fueron capaces de anteponer a sus intereses personales, el servicio honesto y responsable por el bien y el futuro del pueblo argentino.

Fuentes:


PÉREZ AMCHÁSTEGUI. J.A. (1968), Crónica Histórica Argentina, Buenos Aires, Codex. t. 2.PIGNA, Felipe. (2016). Manuel Belgrano el hombre del Bicentenario. Buenos Aires, Ed. Planea. www.salta.gob.ar › prensa › noticias…

Autores: Profes. Delia Reynoso de Ramos y Alejandro Guimera

Colaboración Profesorado de Historia Instituto Sedes Sapientiae

Publicado en "El Argentino" el 19 de Junio de 2022

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