1 El balance es:
Disturbios continuos en ciudades y en el campo.
División de la población: los dos antiguos estamentos, incluido los partidarios de la revolución son considerados enemigos. Los burgueses moderados, son también considerados enemigos por los jacobinos, que se sitúan al lado de los comerciantes y tenderos de las ciudades, que reclaman igualdad, sufragio universal y justicia popular al segundo. El campo libre del feudalismo desconfía de las ciudades y de sus requisas, que se divide en propietarios beneficiados del reparto agrario y campesinos pobres cuyo objetivo es la venta de los bienes comunales en pequeños lotes.
El rey heredero de una monarquía absoluta no puede aceptar el despojamiento de poder por parte de una asamblea legalista y un pueblo insurrecto. El campo es monárquico y religioso, pero no tiene ningún problema en quemar castillos. Complicado juego de luis XVI con la asamblea y con los extranjeros.