Introducción *
La restauración imperial *
Los siglos XI y XII *
La querella de las investiduras y la reforma gregoriana *
El Imperio y el «domínium mundi»*
Los Capetos en Francia *
Inglaterra *
La invasión normanda *
El Imperio angevino *
El siglo XIII. Los Estados nacionales *
El último intento del Imperio *
Francia y los grandes Capetos *
Inglaterra y el parlamentarismo *
Bibliografía *
Tema
Introducción
El siglo X se caracteriza por el impacto de las segundas invasiones, tras el fin del Imperio carolingio. La cuestión del imperio, el debate entre la teocracia y el cesaropapismo por el dominio de la cristiandad serán los temas centrales de la época. En torno al año mil se ponen las bases de la cultura y los estados de Europa. Se asienta el feudalismo y se crean las naciones, en un intento decidido del rey de recuperar su poder, pero es el momento del pleno feudalismo.
La Alta Edad Media es una época de recuperación económica y demográfica, caracterizada por el restablecimiento del comercio internacional. Los principales circuitos comerciales estaban en el Mediterráneo, en el mar del Norte y en el centro del continente, entre Brujas y Novgorod.
Tras los años convulsos que siguen a la caída del Imperio carolingio en el año 843, se asientan en torno a la desembocadura Sena los normandos, en el año 911, y se inicia un periodo de estabilidad política que permite el desarrollo del feudalismo.
El feudalismo es un término ambiguo que designa tanto al sistema y la clase social dominante como a los ritos que conlleva: el feudo y el homenaje, los grandes patrimonios territoriales, el vasallaje, la adscripción personal y a la tierra, y la promesa de servicio y de fidelidad. En sentido estricto sólo hay feudalismo en los límites del Imperio, pero también se consideran feudales los sistemas económicos de todo el mundo civilizado de la época, (el resto de Europa, el mundo musulmán y Oriente). Es una sociedad rural estructurada según unos órdenes impuestos por Dios, lo que implica la existencia de tres funciones en la tierra: rezar, combatir y trabajar. Se crean dos clases privilegiadas, la nobleza y el clero, y otra sobre la que recae el papel de servirlas, el estado llano.
La restauración imperial
Tras la caída del Imperio carolingio, en el 843, este se divide entre los tres nietos de Carlomagno: Lotario, Luis y Carlos, en el Tratado de Verdún. Lotario retuvo el título imperial. A la desintegración del Imperio le sobrevinieron las invasiones de escandinavos, magiares y sarracenos. En el 911 muere Luis el Niño, el último descendiente de la dinastía carolingia. Los nobles alemanes se reúnen en Forcheim para elegir un nuevo emperador. Estos nobles serán los electores; al emperador se le votará. Designaron a Conrado de Franconia, pero no llegó a consolidarse como emperador. Será la casa de Sajonia la que afiance un nuevo emperador. En el 919 Enrique I de Sajonia se hace con un trono que terminará siendo el del Imperio. Enrique I lucha contra los bárbaros infieles, construye castillos, renueva la caballería y se alía con la Iglesia. El suyo es un reino en expansión. En el 936 Otón I sube al trono, para continuar la labor de su padre. Fortalece su autoridad personal comenzando un proceso de sumisión de la nobleza alemana. En el 962 el papa Juan XII corona a Otón I como emperador. Pero el papado se convertirá en uno más de los obispados imperiales cuando el papa preste vasallaje al emperador. Sin embargo, aún no está claro qué es el imperio. El emperador influirá en los asuntos del papado. En el 963 es elegido papa León VIII; en el 964 Benedicto V, pero Otón I no está de acuerdo y restaura a León VIII.
En el 983 Otón III es coronado emperador por el papa Silvestre II. La concepción del imperio como una monarquía universal se formula bajo Otón III: un imperio con pueblos y reyes independientes que rendirán vasallaje al emperador, entre ellos el papa. El emperador es el auténtico sucesor de Pedro y el defensor de la Fe. El papa se convierte en un administrador de los bienes del Imperio, y en el lugarteniente del emperador. El Imperio, en sentido estricto, se limita a tres conjuntos políticos: el reino de Germania, el reino de Italia, y las regiones lotaringias, pero tiene muchos pequeños reinos que le prestan vasallaje.
Los siglos XI y XII
Europa era el centro de la cristiandad frente a los infieles. Existen dos grandes poderes que se disputan la autoridad suprema en Europa: el poder temporal del imperio y el poder espiritual del papado. Las relaciones entre ambos son tensas.
La querella de las investiduras y la reforma gregoriana
En el siglo XI, durante el tiempo de los Otones, el imperio nombraba cargos laicos en el papado. Esto se ve como una intromisión, pero los papas, frecuentemente, deben su cargo y su poder al emperador. Gregorio VI emprende una reforma de la Iglesia para recuperar su prestigio social y su poder de influencia y decisión en el Imperio. La cristiandad se debate entre la libertad de la Iglesia y la tendencia teocrática.
Los emperadores no tienen una sucesión hereditaria asegurada, ya que su cargo es electo, y tampoco poseen un patrimonio territorial seguro. El primer enfrentamiento abierto entre el papado y el imperio fue la querella de las investiduras (1024-1122). El emperador se denominará augusto, rey de los romanos, utilizará todos los apelativos que suenen a descendiente de los emperadores romanos, y adquirirá un carácter sagrado, proclamándose Hijo adoptivo de Dios de quien recibe directamente el poder. Pero ha de ser coronado por el papa. El emperador se considera el legítimo sucesor de Pedro. Es lo que se conoce como cesaropapismo. El cesaropapismo alcanza su cima con Enrique III (1039-1056). Enrique III obligó al papa Gregorio VI a convocar el Concilio de Pavía y el Sínodo de Sutri, en el 1046. Para iniciar la reforma de las costumbres de la Iglesia, en donde que se condena la simonía y el matrimonio sacerdotal.
Tras la muerte de Enrique III surge en Roma un movimiento tendente a liberar al papado del sometimiento al imperio. Reivindican la libertad de la Iglesia, en todo el mundo cristiano, para nombrar sus funcionarios. Tratarán de dignificar la vida moral de los clérigos, condenando la simonía, el nicolaísmo e imponiendo el celibato. Se pretenderá fortalecer la autoridad papal. Para ello se unificará la liturgia y los ritos de la Iglesia, con lo que todas las iglesias nacionales quedan sometidas a la autoridad del papa. Se suprime la investidura laica, la Iglesia nombrará a susobispos, tendrá inmunidad jurídica e inviolabilidad para sus bienes y personas. El papa será independiente ante el emperador. El papa es quien nombra reyes y emperadores, y una condena o una destitución del emperador, por parte del papa, implicará que todos los nobles con opciones al trono imperial se pongan en contra del emperador. El poder civil debe procurar la salvación de todos los hombres, con lo que la Iglesia se convierte en la suprema autoridad moral, que debe controlar al poder temporal.
Esta reforma irrita al emperador, que depone al papa y nombra a Nicolás II. Nicolás II seguirá adelante con la reforma, instituyendo el Colegio Cardenalicio, como único responsable de laelección del papa. Pero el gran papa reformado será Gregorio VII.
La pugna entre el régnum y el sacerdócium surge entre Gregorio VII y Enrique IV. Durante la minoría de edad del emperador su poder se había debilitado, y había ganado posiciones el papa. Pero al llegar a la mayoría de edad, Enrique IV intenta recuperar su autoridad. El sometimiento de la nobleza alemana supone una intervención en los territorios papales. Además, había perdido su capacidad de nombrar a los obispos alemanes. En el 1076 se reúne el Sínodo de Worms, y el emperador y los príncipes alemanes deponen a Gregorio VII. Por su parte, Gregorio VII excomulga a Enrique IV. Los príncipes alemanes se reúnen en la Dieta de Tibur y deponen al rey de Alemania. El emperador se encuentra con una rebelión nobiliaria, al verse libres de su vasallaje por haber sido excomulgado el emperador. Enrique IV es derrotado y absuelto, por Gregorio VII, en Canosa en el 1077. Sin embargo, esto no detiene a los nobles alemanes, que deponen a Enrique IV y eligen un nuevo emperador, Rodolfo de Suabia, en el 1080. Gregorio VII reconoce al nuevo emperador. Enrique IV depone al papa, y Gregorio VII vuelve a excomulgar al emperador. Rodolfo muere en la guerra, en el 1080. El emperador nombra papa a Clemente III. En el 1083 Enrique IV conquista Roma, pero no hace prisionero al papa, que se refugia en el castillo de Sant Ángelo, de donde será liberado por los normandos de Roberto Guiscardo en el 1084.
En el 1085 muere Gregorio VII, pero el conflicto continuará con los distintos papas. En el 1088 es nombrado papa Urbano II, que intentará buscar una solución de compromiso al conflicto. En el 1095 Urbano II proclama la primera cruzada. La intransigencia de los contendientes dificulta el entendimiento. En 1106 muere Enrique IV y sube al trono Enrique V. Enrique V intenta someter al papa y envía una expedición a Italia. El papa le excomulga. El emperador tiene que enfrentarse a las ambiciones de los príncipes alemanes. Los papas que elige la Iglesia y los que nombra el emperador se suceden. En 1119 Calixto II se impone como papa en Roma y renueva la excomunión de Enrique V. Pero en 1122 se alcanza un equilibrio y firman el Concordato de Worms que pone fin a la querella de las investiduras.
El Concordato de Worms establece la distinción entre investidura temporal, o de los bienes seculares que eran cedidos en feudo; e investidura canónica, o de las dignidades eclesiásticas. Según esto, el papa investía a sus obispos y abades con el poder espiritual, y el emperador les concedía los feudos y los poderes seculares. En la práctica, la designación de los obispos siguió en manos del emperador.
El Imperio y el «domínium mundi»
Cuando Enrique V muere, en 1125, no deja descendientes. La falta de heredero suscita las luchas por la sucesión en el trono del Imperio. El trono pasaría a manos de Lotario, duque de Sajonia, por decisión del papado y apoyados por la casa de Baviera, los güelfos; y se inició una lucha contra los nobles que apoyaban Federico de Suabia, el designado por Enrique V, de lacasa de Hohenstaufen, los gibelinos. Se inicia un periodo de anarquía que no terminará hasta que suba al trono imperial Federico I Barbarroja, en 1152. Federico I Barbarroja era Hohenstaufen, legítimo heredero del trono, eclipsado durante la guerra civil entre güelfos y gibelinos. En 1152 toma el poder y restaura la autoridad real en Alemania. Sube al trono gracias a lasconcesiones que hace al papado y a las ciudades del norte, cada vez más independientes. En 1153 firma con el papa el Tratado de Constanza y es coronado emperador en Roma. Pero Federico I Barbarroja tratará de ser, también, rey de Italia, lo que le pondrá en contra del papa, y de los normandos, que dominaban Italia. Barbarroja seguía nombrando obispos y papas como en tiempo de los Otones. En 1159 se produjo el cisma entre el papa elegido por la Iglesia, Alejandro III, y el impuesto por el emperador, Víctor IV. La guerra se libró en el norte de Italia. Finalmente, Federico I Barbarroja fue derrotado, en 1176, en Legnano y reconoce como papa a Alejandro III, cerrando el cisma.
El fracaso militar de Federico I Barbarroja hizo olvidar su concepto del imperio, que va más lejos que el de Carlomagno. Se fundamenta en el Derecho romano, que está resurgiendo en esta época, de la mano de Otto de Freising y los juristas de la Escuela de Bolonia. Estos Juristas partieron del pensamiento agustiniano. Según ellos, el imperio restaurado por Carlomagno es el legítimo heredero del Imperio romano. Su concepto del domínium mundi no es una simple adaptación de las ideas cesaropapistas de Enrique IV, sino que es una nueva concepción del imperio. Por un lado, el imperio se reduce al ámbito germánico, y al emperador lo eligen los príncipes alemanes; pero, por otro, el imperio tenía dominio sobre todo el antiguo Imperio romano, por lo que todos los reinos cristianos, y la Iglesia, estaban subordinados al emperador. Los reyes cristianos debían vasallaje al emperador, ya que eran reyes de las provincias del Imperio. Su actitud favoreció la recepción del Derecho romano en Occidente.
Los Capetos en Francia
Desde la desintegración del Imperio carolingio el espacio político francés está muy fragmentado.
El origen de la monarquía en Francia se encuentra en la familia de los Capetos y en la Isla de Francia, a donde, en principio, se reducían los dominios de los Capetos. Sin embargo, con el tiempo, son muchos los dominios que los Capetos tienen en toda Francia. Es una familia muy rica y con un gran prestigio moral entre los caballeros franceses. En principio, la suya es unaautoridad moral de carácter sagrado, los reyes se consagran, están ungidos por Dios, el rey es un personaje casi sagrado. Los Capetos son árbitros en las querellas entre los nobles franceses. La auténtica casa dominante en Francia era la de Toulouse. Pero los Capetos se denominaban reyes de los francos y aspiraban a unificar a todos los francos bajo su mando.
Hugo Capeto refuerza su autoridad real asociando el trono de Francia a su hijo, Roberto II, con lo que se asegura que el trono pertenecerá a la familia. No vinculan su derecho al trono con la descendencia carolingia, sino que convierten sus dominios en un principado, y a la nobleza sus iguales, pero comienzan a construir unas relaciones de vasallaje que les aseguran el trono. Con el tiempo, la autoridad virtual se convierte en real, y los Capetos conseguirán la unión de los francos, por medio de la concesión de fueros. Será bajo Luis VI (1108-1137) y Luis VII (1137-1180) cuando se someta a la baja nobleza y se desarrolle, institucionalmente, la monarquía.
La restauración real se había iniciado tímidamente con Felipe I y será definitiva con Felipe II Augusto (1180-1223). Los Capetos favorecieron en París a los grandes intelectuales de la época, el abad Suger y la universidad. Además, fue un periodo de crecimiento económico. Establecieron vínculos feudales con la nobleza y concedieron fueros a poblaciones. Entre los Capetos no hubo problemas de sucesión dinástica, lo que les proporcionó mucha estabilidad. Además, se apoyaron en la Iglesia para legitimar su poder, y también en la burguesía. El desarrollo de suEstado era muy escaso, apoyándose en una asamblea de carácter feudal. Luis VII es el que comienza a sustituir, en los grandes cargos, a las familias tradicionales por nobles de segundo rango, más fieles. Luis VII luchó contra Enrique V y contra los castellanos, despertando el sentimiento nacionalista. El poder de los Capetos fue aumentando, y cuando Felipe II Augusto llegó al poder tenía todo lo necesario para imponerse en toda Francia.
Inglaterra
En el siglo XI Inglaterra estaba controlada por los grandes condes, que no poseían grandes dominios, ni cargos públicos. Era un país plenamente feudal, muy fragmentado, en el que la monarquía tenía muy poco prestigio.
La invasión normanda
En el año 1066 muere el rey de Inglaterra, Eduardo el Confesor, sin heredero. Dos aspirantes pugnan por el trono: Harold de Godwinson, jefe de la aristocracia anglosajona, y el duque de Normandía, Guillermo. Guillermo tiene un ejército más poderoso y conquista el trono por la fuerza, convirtiéndose en Guillermo I el Conquistador, rey de Inglaterra. Todavía tendrá que luchar por el territorio con Harold de Haardrada, rey de Noruega. Guillermo I el Conquistador organizó el reino de Inglaterra según el modelo normando, imponiendo una jerarquía estrictamente feudal. La aristocracia anglosajona prácticamente desapareció, y Guillermo I se hizo, a su costa, un gran patrimonio territorial. Los feudos que entregó a los suyos estaban muy dispersos, y se reservó el derecho de levantar fortificaciones y de acuñar moneda. En los condados la autoridad real estaba representada por el sheriff, buscó el apoyo de la Iglesia e intervino en la designación de los obispos, y creó un Estado muy eficaz para su época.
Al morir Guillermo I el Conquistador su reino queda dividido entre sus hijos: Normandía para Roberto, e Inglaterra para Guillermo II (1087-1100), que continuó la labor de su padre. A este le siguió Enrique I (1100-1136), que inicio su reinado concediendo una «Carta de Libertades», lo que implicaba una limitación del poder real, aunque no renuncia a nombrar obispos, lo que le traerá problemas con la Iglesia (con san Anselmo y con el papa), que se resolverán en 1107 en el Concordato de Londres/Worms: el rey otorgaba la investiduras de tierras y la Iglesia la dignidad espiritual. Durante el reinado de Enrique I la Administración central se desarrolla extraordinariamente, se sanea la hacienda y se crea el cuerpo de los exchequer, una sección de laCuria Regia especializada en asuntos financieros.
Tras la muerte de Enrique I estalló una guerra civil por la sucesión al trono, entre Esteban de Blois, que ejercerá de rey; y Matilde, hija de Enrique I y emparentada con la casa de Plantagenet. El país entra en un periodo de anarquía, que no se resolverá hasta que en 1153 se firme el pacto de Wallingdorf, por el que Esteban nombra sucesor al hijo de Matilde, Enrique II. Durante este periodo de anarquía, y de debilidad de la corona, la aristocracia inglesa se fortalece.
El Imperio angevino
La herencia que recibe Enrique II es un auténtico imperio: Inglaterra, Normandía, el condado de Anjou (angevino) y el condado de Bretaña. Además, se casó con Leonor de Aquitania con lo que se convirtió en rey en todo el suroeste de Francia. Enrique II fue el auténtico arquitecto del Estado inglés. Sus territorios tenían una cierta unidad cultural, la lengua de la corte y de la nobleza, era el francés. Enrique II volvió a someter a la nobleza inglesa, legislando a través de la assies, y creó una corte de servicios especializados, con lo que reforzó el Estado. Más problemas tuvo para someter a la Iglesia. En 1164 promulgó las Constituciones de Clarendon, por las que se enfrentó al arzobispo de Canterbury, Thomas Becket, y que le permitían controlar los cargos eclesiásticos. Esta cuestión no se resolvería hasta 1172 en la Reconciliación de Avranches que salvaba lo esencial de las Constituciones.
Enrique II desarrolla la figura de los sheriff itinerantes, que imparten justicia en nombre del rey según la Common Law, y no el Derecho romano.
Enrique II se enfrentará a los Capetos por el dominio de Francia, pero los problemas más graves vendrán de sus hijos: Ricardo Corazón de León y Juan Sin Tierra, que desde 1173 no dejaron de conspirar contra él. Ricardo I Corazón de León, reinó entre 1189 y 1199, preocupándose, esencialmente, de la tercera cruzada, y de luchar contra Felipe Augusto en el continente.
El siglo XIII. Los Estados nacionales
Durante el siglo XIII todas las monarquías del mundo cristiano intentan recuperar el poder perdido por la concesión de feudos. Se está terminando la época de las conquistas y la expansión territorial de los reinos. Las monarquías tienden a ser más autoritarias y plenamente feudales, exigiendo vasallaje a los grandes nobles. La última batalla por el Imperio, entre Inocencio III y Federico II, va a debilitar y a desprestigiar tanto al imperio como al papado, y se van a fortalecer a las monarquías feudales periféricas.
El último intento del Imperio
En 1190 sube al trono imperial Enrique VI, hijo de Federico I Barbarroja, y se encuentra unas condiciones favorables para reclamar el domínium mundi: una monarquía universal de tipo feudal sobre todos los reyes cristianos, y sobre todo el antiguo Imperio romano. Los almohades y Bizancio le pagaban parias. Pero Enrique VI se encontró también con la oposición del papado. Enrique VI trató de convertir el título imperial en hereditario, lo que le llevó al fracaso político.
Tras la muerte de Enrique VI, en 1197, se desencadena una guerra por la sucesión del trono imperial que no terminará hasta que en 1212 Federico II sea coronado emperador, coincidiendo con la llegada al papado de Inocencio III. Inocencio III es un firme partidario de la teocracia pontificia, y de la superioridad del sacerdócium sobre el régnum. El poder real no es más que un ejecutor de las órdenes emanadas del único poder legitimado por Dios, el de la Iglesia. Inocencio III amplió sus dominios territoriales, y manipuló a su favor las luchas dinásticas dentro del Imperio, y en las monarquías periféricas. Su política iba encaminada a construir una monarquía como la que pretendía Enrique VI, pero pontificia.
Frente a Inocencio III se encontraba el último gran emperador germánico, Federico II. Tras Federico II, el Sacro Imperio pierde influencia política y surgen las monarquías nacionales.Federico II entendía el imperio al estilo cesaropapista, y lo definía como romano, universal y absoluto. Interviene en Italia, e intenta restablecer la capitalidad del imperio. En 1229, tras su conquista, se proclama rey de Jerusalén.
Federico II, en 1231, promulga en Sicilia las Constituciones de Melfi, que convierten a Sicilia en un Estado centralizado, al establecer una legislación común para todo el territorio basada en el Derecho romano. Una vez consolidado en Sicilia intentará conquistar los Estados Pontificios y las ciudades lombardas. En 1237 el papa Gregorio IX excomulga a Federico II, que ya había conquistado Lombardía, y apoya la independencia de los estados italianos. La idea de monarquía universal del emperador se desmorona. Tras su muerte, en 1250, Italia y Alemania se separan. Sicilia se mantuvo en manos de los Staufen, hasta que en 1266 los pontífices ofrecen la corona a Carlos de Anjou.
En Alemania se disputan el trono Conrado IV y Guillermo de Holanda. Pero en la guerra mueren ambos emperadores y se abre el gran interregno. En 1257 los príncipes electores eligen a dos emperadores no germánicos: Alfonso X el Sabio, de Castilla, y Ricardo de Cornualles. El interregno terminó con la muerte de Ricardo en 1273 y la abdicación de Alfonso X el Sabio en 1275. Los electores eligen, en 1279, a un príncipe germánico de segunda fila, Rodolfo I de Habsburgo, que reconocerá la superioridad del papado sobre el Imperio, y en la práctica la corona se hace hereditaria.
Francia y los grandes Capetos
Una vez consolidada la monarquía de los Capetos en Francia, sus progresos y su influencia política fueron creciendo. En el siglo XIII aprovecharán las posibilidades del sistema feudal para hacer una monarquía centralizada que abarque todo el territorio de Francia, y desarrollarán una auténtica Administración para el reino. Los Capetos incrementan su base territorial y luchan contra los grandes nobles, a los que someten a vasallaje.
Felipe II Augusto (1183 -1223) trató de poner fin a la presencia de los Plantagenet en Francia. Conspiró contra Enrique II de Inglaterra, con sus hijos. Luchó contra Ricardo I Corazón de León, y contra Juan Sin Tierra. Decretó la confiscación de todos los dominios del rey inglés en Francia, por los que le rendía vasallaje. En 1206 a Juan Sin Tierra sólo le quedaba, en Francia, sus posesiones de Aquitania. Su derrota en Bouvines, en 1214, confirmó el dominio de los Capetos sobre todo el noroeste francés.
Felipe II Augusto fijó su capital en París, la rodeó de una muralla y creó una Administración centralizada. Las instituciones de la Administración más importantes fueron: el Hotel, agrupación de los servicios domésticos de la casa real; la Curia Regia o corte feudal; el Parlamento, como tribunal supremo; la Cámara de Cuentas, para las finanzas; y el Consejo del Rey para consultar las decisiones. Creó, también, los bailíos, en 1190, agentes reales que se enviaban por todo el reino en nombre del rey para administrar justicia, reclutar huestes y recibir el homenaje de los pequeños vasallos.
Luis VIII (1223-1226) sucede a su padre en el trono y prosigue la ampliación territorial de los dominios de la corona, a costa de los ingleses y los aragoneses, en el sur. El sur estaba dominado, también, por los condes de Toulouse, con quienes emparentarán, asegurándose la cesión del territorio.
En 1226 sube al trono Luis IX (san Luis), en minoría de edad. La regencia de su madre, Blanca de Castilla, no supuso grandes revueltas nobiliarias. San Luis aporta un nuevo concepto a la autoridad real, la idea de santidad ministerial en las funciones de Estado. Esto suponía defender la supremacía del poder temporal frente al papado. Su principal obra política fue fortalecer la Administración. Su título ya no será el de rey de los franceses, sino el de rey de Francia, pues tenía bajo su dominio todo el territorio francés. Las bailías se hicieron permanentes, y se dividió el territorio en 20 bailías. Los bailes debían rendir cuentas al final de su mandato.
Inglaterra y el parlamentarismo
Los últimos años del siglo XII ocupa el trono de Inglaterra Ricardo I Corazón de León. Este es un periodo de inestabilidad política. Ricardo I Corazón de León marcha a combatir en la tercera cruzada, y cae prisionero del duque de Austria en 1192. Pese a esto el proceso de centralización del poder prosiguió.
Tras la muerte de Ricardo I en 1199 sube al trono Juan Sin Tierra. Juan había usurpado el trono durante el cautiverio de Ricardo I Corazón de León y contaba con todas las antipatías de la nobleza inglesa. No era un buen guerrero y perdió los dominios franceses ante Felipe II Augusto. La rebelión de los nobles contra él le obligó a firmar, en 1215, la Carta Magna, para mantenerse en el poder. La Carta Magna fue un documento donde se plasmó las limitaciones de una monarquía feudal. Era una declaración de derechos y costumbres feudales, pero también un documento nacional, puesto que a él se podía remitir todo el pueblo. La Carta Magna se cimienta en dos ideas básicas: la supremacía de la ley sobre la voluntad del monarca y la garantía de la libertad individual. No se podía actuar contra un individuo a no ser por las normas marcadas en la Common Law. El fortalecimiento de la nobleza que se produjo durante la ausencia de Ricardo I Corazón de León. Su unión le sirvió para imponer a Juan Sin Tierra la Carta Magna, y le obligó a cumplirla, a pesar de sus intentos de derogarla. Pero no sólo la alta nobleza se había independizado, sino también la nobleza media, que se alía con la burguesía urbana y las ciudades. Todos ellos aspiran a limitar el poder del rey y a tener una mayor representación en el gobierno del reino. La Carta Magna será condenada, y anulada, por el papa Inocencio III lo que le servirá a Juan Sin Tierra para que no entre en vigor.
En 1216 muere Juan Sin Tierra, y sube al trono su hijo Enrique III, menor de edad, y se restaura la Carta Magna. El reinado de Enrique III tampoco es brillante. Cae derrotado ante los franceses y se somete al papado. En 1258 estalla la crisis entre Enrique III y la Curia. Los legados pontificios piden dinero y tropas a Enrique III para conquistar Italia. Enrique III convocó unareunión extraordinaria de la Curia, en parlamento (de donde saldría el término parlamento), y solicitó a cada miembro de la Curia 1/3 de sus bienes. La nobleza, acaudillada por Simón de Monfort, se rebeló y tomó el poder. Enrique III se sometió a la tutela de una comisión de 24 miembros, 12 elegidos por el rey y 12 por los nobles. Esta comisión impuso al rey la Provisiones de Oxford, según las cuales los altos funcionarios serían nombrados con el consentimiento del Parlamento, se reunirían tres veces al año, y se creaba un consejo financiero de 24 miembros. También habrá un control ministerial de 15, y una comisión permanente de 12. Nacía, así, el Parlamento.
Enrique III trató de anular los acuerdos con la ayuda del papa y de san Luis, pero no fue capaz de someter a la nobleza, lo que condujo a una guerra civil. En 1264 Simón de Monfort hace prisionero a Enrique III y se entrega el poder a 3 electores y 9 consejeros reales. El poder quedó, de hecho, en manos de Monfort, que ejerció una dura dictadura, como senescal de Inglaterra. En 1265 reunió a un nuevo parlamento, en el que convocó a la nobleza, al clero y a los condados, Londres y puertos; con lo que el tercer estado entraba en el Parlamento. Pero en 1265 Monfortfue derrotado, y muerto, por el príncipe heredero Eduardo. Enrique III es restaurado y anula el Parlamento.
Bibliografía
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Jacques Verger: «La Alta Edad Media. Nacimiento y primera expansión del occidente cristiano. Siglos V-XIII». Edaf. Madrid 1976