28. Al-Andalus: política, sociedad y cultura.

Para la transcripción de las palabras árabes, en este tema se mantiene la norma culta hispana moderna simplificada salvo en aquellas que están incorporadas tradicionalmente al idioma español. No obstante, si se considera necesario, se indican otras normas de transcripciones para facilitar su localización en las enciclopedias.

La llegada del islam a la península *

Consecuencias de la invasión musulmana *

La frontera *

La monarquía omeya y al-Ándalus *

El emirato *

El califato *

Los primeros reinos de taifas *

Los almorávides *

Las segundas taifas *

Los almohades *

Las terceras taifas: El reino nazarí de Granada *

Mudéjares y moriscos *

La sociedad andalusí *

Los mozárabes *

Los judíos *

Los árabes *

Los bereberes *

Los muladíes *

Los eslavos *

Los esclavos *

La jerarquía *

La cultura andalusí *

La espiritualidad *

La enseñanza *

La poesía *

La prosa *

Filosofía *

La ciencia *

La medicina *

Bibliografía *

Tema

La llegada del islam a la península

La expansión islámica se debe a muchas causas, entre las que destacan el impulso conquistador que la religión musulmana dio a los árabes, y el deseo conseguir las riquezas de los países limítrofes, mucho más ricos y avanzados que los nómadas del desierto. La expansión árabe se aprovecha de las infraestructuras viarias que el Imperio romano había dejado en el norte de África y en Asia. Gracias a ellas, conquistan el Imperio persa, Egipto y el norte de África. Desde su creación en el 622 el islam no deja de crecer. A la muerte de Mahoma, en el 632, dominaba media península arábiga, con el califa Abú Bakr (632-634) se somete a toda la península. Con el califa Omar (634-644) se conquista el Imperio de los persas sasánidas y Egipto. En el califato deOtmán (644-656) y en el de Alí (656-661) el resto del Imperio sasánida, parte del Imperio bizantino, se llega hasta el Cáucaso y en África se penetra hasta el centro del continente, en el norte. En el661 llegan al poder los califas omeyas, que continuarán ampliando el territorio en nombre de la Guerra Santa contra los infieles. Entre el 704 y el 715, con el califa Valid I, el califato de Damasco llega a su apogeo, conquistan la India y la península ibérica. La invasión del Magreb supone la rápida islamización de los bereberes; tribus nómadas y guerras del desierto que está dispuestas a la expansión.

La conquista de nuevos territorios estaba dirigida por el califa de Damasco, pero el Magreb quedaba demasiado lejos de la capital como para esperar órdenes de continuar la expansión. En el710 el valí de África, Muza, ordena a Tarif hacer una incursión en España. Ese mismo año, el don Rodrigo es elegido rey en Toledo. El nuevo rey tiene que hacer frente, en el 711, a los nobles vascones, que se rebelan. Mientras tanto, en el sur Tarif inicia la conquista de la península asolando el Campo de Gibraltar. Ese año pasa a la península el ejército bereber de Muza. Las tropas cristianas de Rodrigo y las musulmanas de Muza y Tarif se enfrentan en la batalla de Guadalete, donde muere Rodrigo. En la derrota cristiana colaboran algunos comes visigodos contrarios al rey. La derrota de Guadalete supone la desintegración del reino visigodo, con lo que se deja vía libre para la penetración de los musulmanes en España.

El avance musulmán por la península es muy rápido, gracias a la indiferencia, o la colaboración, de los comes y los obispos cristianos; e incluso de la población hispanorromana. La campaña de Tarif es rápida y exitosa. En el 711 conquista Córdoba, Toledo y ataca León y Amaya, más de la mitad de la península está bajo su control. En el 712 llega a España Muza, con un ejército árabe, y se suma a la conquista. Caen Sevilla, Mérida, etc. En el 713 toman Murcia y el valle del Ebro. En el 714 invaden el norte de la península, hasta Gijón y Galicia. El avance fue espectacular, con poca o ninguna resistencia por parte de la población hispanorromana, ya que su situación mejoró con respecto a los antiguos señores.

En el 714, antes de tener consolidada la conquista, Muza es llamado a Damasco para rendir cuentas; donde caerá en desgracia. Sin embargo, deja como valí a su hijo Abd al-Aziz, (714 -716) que continúa y consolida la ocupación. Cuando muere Abdelaziz el califato de Damasco se encuentra en crisis, y los invasores continuaron con su conquista. Cuando era valí al-Hur al-Taqafí (716-718) los árabes atraviesan los Pirineos, en el 717. El país conquistado por los musulmanes comienza a llamarse al-Ándalus.

Pelayo huye a Asturias desde Córdoba y organiza la resistencia cristiana en los montes de los Picos de Europa. La tradición sitúa en el 718 la batalla de Covadonga, pero no se produjo hasta el 722, según Claudio Sánchez Albornoz. Las conquistas árabes son imparables y están atacando el corazón del reino franco de Carlos Martel. En el 721 el valí al-Sam toma Narbona y asedia Tolosa, pero es derrotado. En el 722 el valí Anbasa al-Kalbí envía un ejército mandado por al-Qama contra Pelayo, que es derrotado en Covadonga. Munusa ha de evacuar Gijón. La conquista continúa, pero comienzan los problemas. En el 730 tienen lugar las primeras revueltas yemenies y las primeras luchas tribales por el asentamiento en la península, lo que ayudó a consolidar el reino de Asturias. En el 732 Abd al-Rahmán al-Gafiqi ataca Poitiers, pero cae derrotado ante Carlos Martel. Esta derrota significa la detención definitiva de la expansión. Los éxitos militares contra los cristianos disminuyen y los problemas internos aumentan.

Consecuencias de la invasión musulmana

Los invasores musulmanes fueron un pequeño grupo de soldados que tuvieron que vivir sobre el terreno, por lo tanto debían tener buenas relaciones con la población civilhispanorromana. Los buenos vínculos favorecieron su marcha por la península. Además, libraron a los campesinos de las cargas de los comes visigodos. Por otra parte, los musulmanes tenían un código de conducta con los pueblos conquistados, los cuales, si se rendían, recibirían un trato de favor, y encima, los fieles que pertenecían a la umma, no pagaban impuestos. Todo esto favoreció la islamización de la población hispanorromana.

De los alrededor de 40.000 invasores la mayoría fueron bereberes del norte de África, con grandes tendencias a la tribalización dentro de su estructura social. Esta circunstancia provocará pronto luchas internas por el reparto del territorio. Muy pocos fueron árabes, y aún no habían llegado los sirios, ni los grupos bereberes de agricultores. Los soldados tomaron aquí sus mujeres, lo que ayudó a la convivencia entre musulmanes e hispanorromanos, judíos y visigodos. Sin embargo, los árabes fueron los que consiguieron unas mejores condiciones en el reparto del territorio, y una mejor posición social. En el 730 aparece la primera rebelión de los yemenies. Pero la sublevación más importante tuvo lugar en el 740 con la rebelión de los bereberes, contra los árabes. Fue, este, un año de hambre. Los disturbios bereberes inquietaron al califa Hisam, en Damasco, que envió un ejército para reprimir la sublevación. Al mando de Kultúm llegaron los sirios a España y se hicieron los amos de al-Ándalus; no sin dificultades. La llegada de los sirios evitó que se formase una monarquía bereber en el al-Ándalus, y es el origen del desierto administrativo del valle del Duero, que seguirá controlado por los bereberes. Fue al-Sumail quién intentó crear esa monarquía, en la figura de Yusuf (745-755).

La frontera

Una frontera es la zona de contacto entre dos ámbitos geográficos diferentes. La frontera que se establece entre al-Ándalus y la España cristiana es una franja de contacto dinámica que estará en permanente cambio durante todo el periodo.

La frontera se estableció cuando el reino de Asturias alcanzó los territorios al norte del Duero. La zona de contacto no fue un desierto, ni un despoblado, sino una región que no se controlaba administrativamente. Era un desierto administrativo.

En la frontera debían vivir grupos tribales, de los que se obtenía información sobre los movimientos del enemigo. En realidad es una amplia zona de colchón. Este era el sistema de frontera habitual desde la antigüedad. Una frontera segura para al-Ándalus hubiese sido la que se podría haber establecido al norte de los Pirineos. Pero la derrota en Poitiers supuso el repliegue musulmán mucho más al sur. En el oeste la frontera se estableció en el valle del Duero, y en el este en una estrecha franja entre los Pirineos y las cadenas prepirenaicas. Para reforzar la frontera se crearían ciudades fortificadas, como Calatrava, Madrid, Calatayud, etc. Habrá, pues, una frontera superior, en las cadenas prepirenaicas, una frontera media, que unía aquella con una frontera inferior, al sur del Duero. A mediados del siglo VIII ya estaban definidos los límites.

La monarquía omeya y al-Ándalus

A pesar de que los musulmanes andalusíes eran fundamentalmente bereberes y árabes, con un fuerte sentido tribal en las relaciones sociales, su estructura familiar nunca se impusoen el al-Ándalus. Ninguna tribu estaba completa, ni dominaba un territorio lo suficientemente amplio en la península. Los miembros de las diferentes tribus debían apoyarse entre sí. Sin embargo, sí se tendió a formar tribus autóctonas a través de las familias con vínculos civiles. Los individuos que se establecieron en el al-Ándalus trajeron a su parentela y formaron clanes, pero no tribus, aunque la tendencia tribal nunca desapareció.

En plena conquista de la península ibérica, los califas de Damasco desconfían de la observancia coránica de Muza y Tarif, sobre todo en lo que a reparto, distribución de bienes y trato a los conquistados, se refiere. En el 714 Muza es llamado a Damasco para rendir cuentas. En Damasco cae en desgracia; pero la situación de los califas omeyas no es muy estable, debido a las intrigas internas. El califato de Damasco ha crecido demasiado y empieza a haber revueltas contra él. En el 747 comienza la rebelión abásida contra Damasco. Esta rebelión triunfa en el 750, cuando muere, en la batalla de Zab, el califa omeya Marván II. Los Abasíes desatan una feroz represión contra la familia Omeya.

El emirato

La tradición atribuye la llegada de Abderramán I a la península, a su huida de Damasco en busca de un territorio donde establecerse y desde el que reconquistar el poder. Las condiciones en el al-Ándalus eran más favorables que en el norte de África, ya que era un país con más presencia árabe. La posibilidad de crear una monarquía andalusí, independiente, fue anterior a la llegada de Abderramán. Ya lo habían intentado los bereberes, de la mano de al-Sumail, quién pretendió crear esa monarquía, en la figura de Yusuf (745-755); justo antes de la llegada de Abderramán. Con ellos tuvo que luchar por la supremacía en la península. En el año 755 Abderramán es el único heredero de la dinastía omeya, con lo que sería visto como un «rey» legítimo. En el 756 Abderramán I conquistó Córdoba, y se proclamó emir en la Gran mezquita. Al año siguiente entra en Toledo y somete a todo al-Ándalus. Aunque continúan rebelándose Yusuf y al-Sumail, hasta el 760.

Abderramán I organizó el Estado andalusí, aunque esto no quiere decir que crease un Estado, ni una monarquía como hoy la entendemos. Abderramán se apoyó en su clientela para dominar el territorio, el cual se divide en coras. Concede coras entre su clientela, a la manera de los señores feudales cristianos, aunque los cargos no eran vitalicios, con lo que estaban sujetos a una menor independencia. Además, la estructura jurídica musulmana venía definida por el Corán y la saría. Habrá, pues, un semifeudalismo.

El ejército que recluta es temporal y los hombres son aportados por los distintos clanes. El sistema económico es casi autárquico, y la tolerancia una postura táctica. Abderramán I encomendó los principales cargos políticos a miembros de su familia, clientes y libertos. Los gobiernos regionales de las coras tenían una notable autonomía, y se encomendaron a un valí. Los principales cargos eran los de uazir (ministro), hayib (mayordomo) y los visires.

Abderramán I hubo de hacer frente a numerosas revueltas, como la de los bereberes de norte, o las de signo abasí, como la de Niebla, en el 766. La consolidación del emirato impide la expansión de los reinos cristianos del norte. Abderramán I sólo se proclamará malik y Emir. Una vez consolidado su poder creará un ejército regular y establecerá su capital en Córdoba. Aquí inicia la construcción de una gran capital, comenzando por una gran mezquita. Con el establecimiento de la capital la Administración aumentó, así como el número de funcionarios.

En el 788 muere Abderramán I, y le sucede su hijo Hisam I, que hace una serie de reformas administrativas. Se establece el fiqh malikí (doctrina jurídica de Malik ibn Anás) como norma jurídica básica. Apoyándose en el fiqh malikí Hisam I, Abderramán II y sus sucesores, concibieron el «reinado» como absoluto y autoritario. El emir era la fuente de todo el poder temporal por voluntad de Alá. Abderramán II estableció en Córdoba, como capital, la ceca. El comercio se controló por medio de aduanas e impuestos de paso. En el interior de las ciudades se creó el zoco donde una autoridad, el almotacén o zabazoque, fija los precios, los pesos y las medidas, además de arbitrar en los conflictos. No existe un gobierno propiamente dicho, peroAbderramán II organiza una jerarquía administrativa. Estableció dos ramas: la Cancillería Real, órgano consultivo, y la Recaudación de Impuestos. Al frente de ambas instituciones había un diván, ayudado por varios visires. Toda la Administración funcionó gracias al registro en libros, que eran controlados por el hayib. También fueron muy importantes las obras públicasque se emprendieron, principalmente en Córdoba. El comercio fue creciendo paulatinamente, tanto en el interior como en el norte de África, tanto con los reinos cristianos como con tierras más lejanas. Se mercadeaba con todo tipo de productos, pero especialmente con los de alto valor, como las sedas, los esclavos, las joyas, etc. También comienza el impulso cultural de al-Ándalus, y su reconocimiento en el mundo.

Con el paso del tiempo los emires van perdiendo control sobre su territorio, y se van haciendo fuertes en sus coras diferentes señores; algunos de ellos de origen muladí, como los Banú Qasí de Zaragoza.

El califato

La instauración del califato de Córdoba fue, en realidad, la formalización legal de un poder que ya tenían. En el 912 es proclamado emir Abderramán III, y deberá luchar intensamente para controlar el emirato. La tolerancia musulmana con los mozárabes y judíos era más formal que real. En realidad se limitaba a una coexistencia llena de tensiones e ignorancia mutua. Losmozárabes se quejan de las cargas impositivas, e incluso se levantan en revueltas, como las de los años 850 al 895. Pero no sólo se rebelaron los mozárabes, también los hicieron los bereberes, los abasíes y hasta los muladíes.

En el 929 Abderramán III decidió proclamarse califa en virtud de los derechos de sucesión que tenía como descendiente de los califas omeyas de Damasco. Con la proclamación del Califato la numerosa familia califal se hace cortesana y domina grandes patrimonios territoriales, aunque siempre estuvo vigilada por el califa. La Corte se llenó de sirvientes y esclavos que tendrán mucha influencia. El protocolo se hizo muy complejo y será dominado por ellos. Todo en la Corte era lujo y esplendor. Se construyó para vivir una pequeña ciudad privada: Medina Azahara.

Abderramán III fortaleció la posición del islam en la península, conteniendo la frontera y sometiendo todo el al-Ándalus. Se crean poderosas oligarquías que cada vez se burocratizan más. Estas serán las constantes del califato hasta su desaparición. Durante este período se terminará la tolerancia religiosa, y se desarrollará extraordinariamente la cultura. En la época de Abderramán III coincidieron tres califas: el de Damasco, el de África y el de Córdoba.

Al igual que sucedió con el emirato, con el tiempo el control directo de los califas fue disminuyendo, y en las distintas coras se fueron haciendo fuertes diferentes señores. En el año 976 es proclamado califa Hisam II, que deja el ejercicio del poder en manos de su lugarteniente Almanzor. Este fue quien le ayudó a apartar a sus competidores. Almanzor es el gran guerrero querealiza las aceifas sobre los cristianos, y que somete a los rebeldes del norte de África. Consigue tener un ejército propio, controlar el poder y crear una dinastía: la amirí. Es, también, el comienzo del fin del califato. En el 981 consigue que Hisam II declare públicamente que deja las tareas de gobierno en sus manos, es un auténtico golpe de Estado, pero no se atreve a sustituir al califa. A su muerte, en el 1002, le suceden sus hijos, al-Malik (1002-1008) y a este Abderramán Sanchuelo (1008-1009), en el ejercicio del poder. Almanzor y sus descendientes interferirán en la designación del califa.

La tradición árabe atribuye el fin del califato de Córdoba a la ambición del segundo de los sucesores de Almanzor, Abderramán Sanchuelo. En el 1009 perdió el control de todo el territorio, y en cuatro meses la poderosa estructura estatal del califato se vino abajo. Entonces se hicieron fuertes pequeños reyezuelos en las diferentes coras. Pero la ambición de Abderramán Sanchuelo sólo fue un reflejo del poder de la oligarquía amirí. Al-Yasubí pretendió sustituir al califa Hisam II por un nieto de Abderramán III. Pero la estructura básica, y el nombre del califato, se mantuvieron gracias a los éxitos militares de las aceifas. En aquella época, Córdoba era la mayor ciudad de Occidente y una de las más grandes del mundo, y centralizaba todo el poder del califato.

Cuando en el 1009 muere Abderramán Sanchuelo se desata una guerra civil entre los bereberes que quieren poner como califa a Mohamed II, y la milicia cordobesa favorable a Hisam II. Mohamed II simuló la muerte de Hisam II. La autoridad de Mohamed II sólo se respetó en las coras del sur. En el resto de al-Ándalus se proclamó califa, en Toledo, Sulaymán I, que también llegó a conquistar Córdoba. Cuando murió Mohamed II fue repuesto, en el año 1010, Hisam II, con lo que se descubrió el engaño. Sin embargo, esto no hizo detenerse a las tropas bereberes, que continuaban asolando el al-Ándalus y pusieron cerco a Córdoba. Córdoba caería en el 1013 y fue saqueada. Sulaymán I volvería a proclamarse califa. Será un califa sin legitimidad, ya que no es descendiente de los Omeyas.

Pero la fragmentación de al-Ándalus ya era un hecho desde el 1009, y comenzaron a construirse los reinos de taifas; al frente de los que se pusieron bereberes, muladíes, árabes y amiríes con su clientela de esclavos. Estos reyes de taifas lucharon contra Sulaymán I hasta derrotarlo en el 1016. Se proclamó califa Alí ibn Hamjud que sería asesinado en el 1018, año en que será proclamado califa un descendiente de los Omeyas: Abderramán IV, pero su gobierno duró sólo unos días. Abderramán IV fue derrocado por al-Qasim ibn Hamjud que gobernaría hasta el 1023. Pero, también, hubo de pelear con un competidor, Yahía I, que le arrebataría el califato entre el 1021 y el 1023. Estos tampoco son califas descendientes de los Omeyas. A estas alturas el califa de Córdoba sólo tenía autoridad sobre la ciudad y su alfoz. En el año 1023 se recupera la legitimidad omeya y es proclamado califa Abderramán V, pero su gobierno fue breve. Fue sustituido por otro Omeya: Mohamed III, que fue califa poco más de un año, pues le arrebataría el califato Yahía I, que será califa por segunda vez. Como el poder del califa de Córdoba no iba más allá de la ciudad renunció, y la oligarquía cordobesa proclamó califa a Hisam III, un Omeya, en el 1027. Desde comienzos de siglo la titularidad del califato se ha estado debatiendo entre la legitimidad omeya y la ambición de las oligarquías de los reinos de taifas, que no poseían esa legitimidad. La influencia de Córdoba ha ido disminuyendo y es solamente nominal. En 1031 la oligarquía cordobesa se rebela contra Hisam III, el califa es depuesto, el califato es abolido legalmente y fue sustituido por una república oligárquica y laica (no habrá otra en el islam hasta la Turquía de Ataturk en 1924). El Califato ha terminado.

Los primeros reinos de taifas

Durante el tormentoso proceso de descomposición del califato de Córdoba se han ido haciendo fuertes en las diferentes coras sus gobernadores. Estos valíes eran bereberes, muladíes, árabes y amiríes con su clientela de esclavos. El territorio controlado por estos valíes será conocido como taifa, y su tamaño es muy variable. Depende de la capacidad de la ciudad que tenga como capital. Serán muy grandes las taifas de Toledo, Badajoz, Zaragoza, Sevilla o Valencia, y muy pequeñas taifas como las de Niebla, Albarracín, Morón o Rota.

Las luchas entre ellas son continuas, y la desunión de los musulmanes les pone en una posición militar inferior, ante el empuje de los reinos cristianos del norte. Ahora son los musulmanes quienes deben pagar parias, y la Reconquista avanza de manera imparable. Las taifas de la frontera pierden territorio en favor de los reinos cristianos. En el año 1085 seconquista Toledo, la taifa más grande y una de las ciudades más importantes e islamizadas de el al-Ándalus. Toledo era, además, la antigua capital del reino visigodo. Sin embargo, para entonces la división en taifas era absoluta y su caída no implicó ningún cambio grave en la estructura social de los reinos de taifas. Las taifas, según periodos, fueron muy débiles, lo que permitió que un caballero aventurero como el Cid conquistase la taifa de Valencia en el 1094.

La legitimidad en las taifas se logró porque el malik gobernaba en nombre del califa, aunque el califa no existiese. El único que intentó romper esta ficción fue la del malik de Sevilla, una taifa que absorbió a las que tenía a su alrededor. En el 1060 conquistó Córdoba, pero no logró imponerse en el al-Ándalus. Para mantenerse en su taifa cada malik gobernó despóticamente, lo que generalizó la corrupción y debilitó a las taifas. El comercio con el exterior disminuyó extraordinariamente, y las taifas se fueron empobreciendo.

Los almorávides

El recurso a los almorávides se debió: por un lado al peligro que suponían los cristianos tras la caída de Toledo en el 1085, y por otro a la necesidad que tenían los malik de las taifas de legitimar su poder gobernando en nombre de un emir real. Para esto llamaron a los almorávides, que controlaban el norte de África. Su emir, Yusuf I, realizó tres campañas contra los cristianos en el al-Ándalus antes de decidirse a su conquista, en el año 1090. Con lo que los malik de las taifas no contaron, fue con que Yusuf I ejercería el poder sin ellos de intermediarios. Para deshacerse de los malik de las taifas les acusaba de impiedad, no olvidemos que los almorávides eran una secta integrista del islam. En el 1094 conquistó Sevilla, la taifa más importante de al-Ándalus.

Tras la caída de Sevilla los almorávides incorporaron al-Ándalus a su imperio. En el 1108 todo al-Ándalus está dominado por los almorávides, y el avance de los reinos cristianos es detenido.

El gobierno almorávide estuvo fundamentado en un cuerpo normativo muy complejo, pero efectivo. Los descendientes de Yusuf I se dedicaron, como antes lo hicieran los Omeyas, a cultivar lavida palaciega. La corrupción se instaló en el gobierno y la fidelidad al clan pudo más que el sentido del Estado. El intento de reconstruir el califato fracasó, y la dinastía cayó en el norte de África a manos de los almohades, en el año 1145. La descomposición del Imperio almorávide abre el segundo periodo de taifas.

Las segundas taifas

En las segundas taifas se establecen como malik los valíes almorávides que ostentaban el gobierno entonces. Estas segundas taifas también tuvieron que pagar parias a los reinos cristianos, cada vez más fuertes, y vieron como se perdían sus territorios: Tortosa cae en 1147, Lérida en 1149, etc. Los malik de las taifas se limitaron al ejercicio oligárquico del poder.

Pero las segundas taifas no podían durar mucho tiempo, y menos habiendo caído el poder almorávide en el Magreb ante una secta integrista y expansiva como la de los almohades. Si en 1145comenzó el segundo periodo de taifas, en 1146 comenzó la conquista almohade de al-Ándalus.

Los almohades

La reforma integrista almohade fue una revolución expansiva que terminó con el dominio almorávide en el Magreb y se hizo con su imperio, al-Ándalus incluido. En 1147 conquistaronSevilla, en 1150 Córdoba, sólo se resistió el rey Lobo en Murcia hasta 1172. En 1175 todo al-Ándalus estaba bajo su dominio y establecieron su capital en Marraquech.

El periodo almohade es de gran esplendor cultural, pese a la tradicional fama de anticultural que tiene. Se hacen grandes obras públicas, entre las que destacan el amurallamiento de las ciudades andalusíes. Pese a ser un imperio unitario tampoco pueden sustraerse a la fidelidad al clan, lo que debilitará su posición política. Su carácter integrista ira haciendo que tomen cada vez posturas más tiránicas.

La invasión almohade no supuso una detención real de la Reconquista. Durante el período de conquista de al-Ándalus había avanzado mucho, y los reinos cristianos se habían hecho muy poderosos, hasta el punto de plantar cara ante el Imperio. En 1212 un ejército aliado de los reinos cristianos peninsulares y tropas francesas, vence a los almohades en las Navas de Tolosa. No será la primera vez que vencen a los almohades, pero sí en una gran batalla. Las Navas de Tolosa son la puerta de entrada al valle de Guadalquivir, y la Reconquista avanzará rápidamente. Tras la derrota de las Navas de Tolosa el Imperio almohade cae, tanto aquí como en el Magreb, y se abre el tercer periodo de taifas.

Las terceras taifas: El reino nazarí de Granada

La derrota almohade en las Navas de Tolosa implicó la caída del Imperio almohade y la formación de taifas en la península. Desde 1212 hasta 1224 los cristianos dejan de lado la conquista del valle del Guadalquivir, por motivos internos, lo que da pie a la formación de nuevos reinos de taifas. Pero en 1225 Fernando III y Jaime I comienzan la conquista del valle del Guadalquivir, y el Levante. En 1262 se ha terminado la Reconquista del valle, pero se consolida un reino musulmán en las montañas de los sistemas bético y penibético. El reino nazarí de Granada será el más largo y estable de la España musulmana.

Granada había sido una taifa desde sus primeros tiempos. Entre el 1012 y el 1090 estuvo dominada por la dinastía bereber de los Ziríes. El reino de Granada y la dinastía nazarí tiene su origen en la figura de Mohamed ibn Yusuf ibn Nasrí, de origen árabe, que se proclamó Sultán en 1232. Mohamed ibn Yusuf ibn Nasrí fue reconocido como Sultán por las oligarquías de Guadix, Baza, Jaén, Málaga y Almería. En 1234 se declaró vasallo de Córdoba, pero en 1236 Fernando III conquistó Córdoba y Mohamed ibn Yusuf ibn Nasrí se hizo con el poder en Granada. Para ello Mohamed I se enfeudó con Fernando III, en 1236, lo que le garantizaba su independencia. Pero en 1246 Fernando III, para consolidar sus conquistas en el valle de Guadalquivir, conquista Jaén. Mohamed I debe pagar parias, para conseguir paces de 20 años, y reconocer a Fernando III como señor, y así conservar su reino. El reino sobreviviríaprecariamente, aunque perdiendo territorios, hasta 1492. La monarquía se mantuvo gracias a las concesiones a los cristianos, a la necesidad de estos de consolidar sus conquistas, y a los pactos con los benimerines del Magreb; ya que apelarán a la solidaridad islámica.

Mohamed I obtuvo su legitimidad al crear en su reino una estructura administrativa sensiblemente igual a la de los Omeyas en Córdoba. Además, tenía una situación geográficafavorable, tanto para la defensa como para establecer relaciones con los cristianos y los árabes del Magreb. Sin embargo, el reino estará siempre superpoblado, lo que traerá, por un lado problemas y por otro una economía suficientemente diversificada.

La difícil situación de Granada se mantuvo gracias a la habilidad política de sus reyes, desde Mohamed I (1237-1273) hasta Boabdil (1482-1483 y 1486-1492). Los reinados más esplendorosos fueron los de Yusuf I (1333-1354) y Mohamed V (1345-1359). En los que la cultura alcanzaría sus cotas más altas. A partir de estos reyes las luchas dinásticas serían la tónica general del reino. Las disputas hereditarias hacían que la permanencia del reino de Granada dependiera de la voluntad de los reyes de Castilla, y las relaciones de equilibrio con los reyes de Aragón. Granada fue perdiendo territorio paulatinamente. Cuando en 1479 se unan definitivamente las coronas de Castilla y Aragón, y el ideal humanista de la república cristiana y de larecuperación de España se imponga en la península, los días del reino de Granada estarán contados. La conquista de Granada, con Fernando V e Isabel I al frente, comenzó en 1482 y no terminó hasta 1492 debido a las difíciles condiciones geográficas. Fue el fin de la presencia musulmana en la península.

Mudéjares y moriscos

Si los mozárabes fueros los cristianos que vivieron bajo dominio musulmán, los mudéjares serán los árabes que vivan bajo dominio cristiano. Los mudéjares aparecieron en España tras laconquista de Toledo, en el 1085, aunque se documentan ya en el reino de León. La población mudéjar fue en aumento según iba avanzando la Reconquista. Fueron una población minoritaria y discriminada a la que se les exigía impuestos y se repartían sus tierras entre los nuevos colonos cristianos, pero conservaron sus leyes, jueces y costumbres. Para evitar esta discriminaciónmuchos mudéjares se bautizaron, convirtiéndose en moriscos, pero no evitaron la discriminación contra los cristianos nuevos. A partir de 1492 se llaman moriscos a todos los musulmanes y descendientes de musulmanes.

Los moriscos continúan con sus tradiciones, o son sospechosos de continuar con ellas. Contra ellos se realizan pogromos, como contra los judíos, aunque no con tanta frecuencia. Si los judíos son expulsados en 1492, los moriscos no se verán obligados a convertirse hasta 1502, y no serán expulsados hasta 1609.

Los moriscos se levantaran en numerosas ocasiones como: en 1270 en Andalucía, en 1499 en Albaicín, o en 1502 en las Alpujarras.

Frecuentemente fueron utilizados para explotar el territorio ante la falta de colonos cristianos.

La sociedad andalusí

El islam sólo reconoce una clase social, la umma o comunidad de creyentes. En la umma, teóricamente, todos los creyentes son iguales, y tienen las mismas obligaciones y derechos. Pero los juristas islámicos hacen una distinción entre libres y esclavos. La esclavitud fue una práctica abundante y duradera, que se ha prolongado hasta nuestros días. En las zonas conquistadas por el islam, donde existía una población con un libro revelado (cristianos y judíos), y se sometían mediante un pacto, estos no formaban parte de la umma. Aunque quedabanprotegidos, pertenecían a una sociedad que jurídicamente no existía, sin embargo tendrían sus jueces y conservarían sus ritos. La sociedad andalusí fue muy compleja. Por un lado estaban los hispanovisigodos, ya mezclados con los hispanorromanos, los judíos, los árabes y bereberes, los conversos y, por último, las minorías de esclavos y marginados.

Los mozárabes

Se llamaron mozárabes a los hispanorromanos e hispanovisigodos cristianos que vivieron bajo la dominación árabe. Los mozárabes conservaron sus riquezas, sus instituciones, su nobleza y su Iglesia. Mantuvieron vigentes sus ritos y sus edificios de culto, aunque no pudieron construir otros nuevos, ni arreglarlos, lo que implicó un progresivo deterioro de las iglesias.

Aunque se conservaron los ritos, estos sólo se podían celebrar en el interior de las iglesias. El rito más común fue el gótico-isidoriano, o rito mozárabe, que se extendió por toda la península, incluso en los reinos cristianos, hasta que Alfonso VI impuso la liturgia latina.

Los mozárabes eran un porcentaje elevado de la población, tanto en el campo como en la ciudad, sobre todo durante la época omeya. Luego la población fue disminuyendo, fueron perseguidos y expulsados. Los mozárabes debían pagar tributo a un conde cristiano, el cual pagaba sus impuestos a la jerarquía musulmana. En el campo los mozárabes eran dueños de minifundios de subsistencia, en condiciones similares a la de los pequeños propietarios musulmanes. En las ciudades eran artesanos, burgueses o pertenecían a la nobleza o al clero. En las ciudades no viven, necesariamente, en guetos ni en barrios apartados.

Los mozárabes utilizaban la lengua latín romance, entre ellos, y el árabe con los musulmanes, era una sociedad bilingüe.

La resistencia mozárabe a los musulmanes fue, fundamentalmente, pasiva. Nunca estuvieron aislados de los cristianos del norte, existieron múltiples contactos, e influyeron ideológicamente en la marcha de la Reconquista. Cuando la presión sobre ellos se hizo más fuerte optaron por la emigración. La represión más violenta contra ellos tuvo lugar hacia el 1099, con la supremacía almorávide. Después de esto los mozárabes prácticamente desaparecieron de al-Ándalus, ya que huyeron al norte o fueron deportados la Magreb.

Los judíos

Los judíos fueron una minoría muy influyente en el al-Ándalus, aunque se ignora su número. Su papel social es notablemente destacado. Suelen ser ricos y cultos. Vivieron fundamentalmente en las ciudades, los agricultores judíos debieron ser muy pocos. En las ciudades fueron artesanos y burgueses, y tuvieron las mismas condiciones sociales que los mozárabes. Sin embargo, la discriminación contra ellos debió ser mayor, a pesar de que su grado de islamización fue más profundo. Usaban cotidianamente el árabe para hablar; el hebreo sólo lo empleaban en la liturgia.

A diferencia de los mozárabes vivieron en barrios apartados: en las juderías. También sufrieron presiones para que se convirtieran o huyeran. Esta represión ya comenzó en la época omeya pero fueron, también, los almorávides los que terminaron con su presencia en al-Ándalus.

Los árabes

Los árabes fueron la minoría dominante en el al-Ándalus. Fueron los que ocuparon la cúspide de la sociedad andalusí. Los primeros árabes que llegaron a España, los conquistadores y sus descendientes, se diferenciaron de los demás llamándose baladíes.

Los árabes se asentaron, fundamentalmente, en las ciudades. La segunda oleada de árabes llegó con los Omeyas, fueron los sirios, que desplazaron, en buena medida, a los baladíes. Estos se instalaron, sobre todo, en las ciudades del sur.

Ocuparon los rangos y puestos de privilegio durante todo el periodo, incluso en los reinos de taifas. Acapararon las magistraturas, el monopolio de los negocios y los latifundios absentistas. Pero también se adaptaron al país: hablaban árabe y latín romance.

Los bereberes

Los bereberes fueron la mayoría musulmana de los conquistadores, aunque también eran minoría. Una vez consolidada la conquista trajeron a sus mujeres, y a parte de su tribu del norte de África, para formar clanes.

Los bereberes se instalaron en las serranías peninsulares. Fueron, principalmente, población rural. Se sentirían explotados, como los demás campesinos, y desplazados de los beneficios de la conquista por los árabes, y durante todo el periodo intentarían asaltar el poder por la fuerza. Algunos de ellos lo conseguirán, cuando se hagan dueños de los reinos de taifas.

La población bereber crece rápidamente. Constituyen el grueso del ejército omeya profesional.

Los muladíes

Los muladíes son la mayoría de la población andalusí. Son los conversos cristianos al islam y sus descendientes. Algunos de ellos fueron nobles visigodos que consiguieron medrar en la sociedad andalusí; como los Banú Qasí de Zaragoza.

En su mayoría son campesinos y siervos de la gleba que fueron sometidos a servidumbre a pesar de ser parte de la umma. Pertenecieron a todas las clases sociales y a todos los oficios, y vivieron tanto en el campo como en la ciudad.

Los eslavos

Los eslavos fueron la población blanca y rubia de las fronteras septentrionales del Imperio. Eran cautivos de las expediciones piratas y las aceifas del norte. Su consideración social era muy alta, tanto en su condición de esclavos como en la de libertos. Durante la época omeya sólo estuvieron en Córdoba, pero al hundirse el califato se aliaron con los amiríes y se hicieron dueños de algunas taifas, como las de Valencia o Denia, y se islamizaron.

Las mujeres cautivas, si daban a luz a un hijo varón, pasaban a ser libres, e incluso se convertían en princesas si el hijo era del emir o del califa.

Los esclavos

Los esclavos, aparte de los cautivos, eran los negros y los renegados o elches. Eran el grupo más bajo de la condición social. Es utilizaron como mano de obra barata, bastaba con su manutención. Nunca actuaron como un grupo social diferenciado.

La jerarquía

La sociedad islámica, como la cristiana, fue básicamente estamental, de tipo feudal. En la cúspide de la sociedad estaba el malik, el califa o el emir, un descendiente del Profeta que estaba por encima de los demás mortales, pero que gobernaba los asuntos terrenales. Era, al mismo tiempo, jefe espiritual y temporal. El califa, es el único con poder para interpretar las leyes establecidas en el Corán.

El segundo escalón lo constituía la aristocracia funcionarial. En realidad no existía una nobleza como la cristiana, sino que los aristócratas eran la familia real, árabes y los que tenían cargos de importancia concedidos por el califa, el cual los dotaba con rentas y tierras.

En el tercer escalón estaban los notables, ricos y poderosos, letrados, comerciantes, artesanos, etc. En su mayoría fueron bereberes.

Por debajo estaba la masa, o pueblo, que era la categoría inferior de los miembros libres de la sociedad islámica. Encuadrados en el pueblo estaban desde los campesinos más pobres, no mejor considerados que los mozárabes pobres, hasta los artesanos con posibles de las ciudades.

Por su parte los mozárabes tenían su propia jerarquía social interna, muy parecida a la de los reinos cristianos, no completa, porque estaba descabezada. Los nobles cristianos estaban socialmente mejor considerados que la masa islámica. Los judíos también tenían su jerarquía interna, encabezada por los rabinos. Ambas sociedades estaban sometidas al poder califal, e incluso a algún noble árabe.

La cultura andalusí

La cultura islámica andalusí está considerada como una de las épocas de oro del islam. Aquí vivieron algunos de los más importantes pensadores, literatos, artistas y científicos de la historia del islam. La cultura andalusí se fundamenta en el islam, en el islam suní, seguidor de los preceptos islámicos y respetuosos con la autoridad, aunque no puritano, y está escrita en lengua árabe.

La espiritualidad

La espiritualidad andalusí fue una de las más prestigiosas de la cultura islámica. Abundaron los eremitas y los místicos, con una vida ascética, como Mohamed ibn Masarra, que creó la primera escuela de espiritualidad andalusí, la escuela masarrí, la cual triunfó entre los nobles de Córdoba.

El místico andalusí más importante fue Ibn Arabí (1165-1240), un asceta murciano, que pertenecía a una familia conocida por su piedad. Escribió una historia sobre los santones andalusíes, fundamental para conocer el ambiente espiritual y la sociedad de la época.

Pero la espiritualidad andalusí de los siglos XIII al XV está dominada por la tariqa sadiliya, creada por varios filósofos andalusíes como Ibn Masis, al-Sadilí (de quien toma el nombre), al-Ata, Abú-l-Abás o Ibn Abad. Predica la renuncia a los carismas y el amor personal a Alá.

La enseñanza

La enseñanza en el mundo islámico, y en el al-Ándalus, no se diferencia gran cosa de la enseñanza en el mundo cristiano, salvo en que los libros canónicos son el Corán y la suna, se hace en árabe y presta una mayor atención a la antigüedad clásica. El curriculum es el trívium (fundamental), Ciencias Religiosas, Historia y Filología; y el quadrívium (complementario), Matemáticas, Medicina, Astronomía y Filosofía.

La educación está reservada a una minoría privilegiada, pero estaba generalizada entre la nobleza y la aristocracia, a diferencia de lo que ocurría en el mundo cristiano.

Fue el estudio de la antigüedad clásica, y principalmente de la filosofía griega, lo que dio esplendor a la cultura islámica. Este estudio favoreció el conocimiento de ella en el Occidentecristiano.

La poesía

La poesía en el mundo musulmán es muy apreciada, y en el al-Ándalus muy cultivada. Es poesía en lengua árabe y se dedica, fundamentalmente, a la alabanza de los poderosos y la vida palaciega.

Durante el periodo califal los poetas se concentran en Córdoba, como el resto de la cultura. Destacan poetas como Ibn Hazn autor de El collar de la paloma. Era una poesía cantada y fácilmente musicalizada, según la tradición persa. Cantan a la vida y al amor.

Durante los reinos de taifas los poetas abundaron mucho, ya que en todas las taifas quisieron tener poetas como los de Córdoba. Muchos de ellos fueron poetas itinerantes, aduladores de reyes y nobles. Los temas no cambian, hagiografías, la vida de palacio y el amor. Fueron tan apreciados que en los palacios siempre hubo habitaciones para ellos. Destacan poetas como Ibn Zaydún, Abú Bakr, Ibn Vahbún, y mujeres libres como Hafsa Bint, Hamda Bint o Muya Bint.

En el período almorávide el género estaba en decadencia y los poetas escasean. Aparecen, entonces, colecciones y recopilaciones de poetas anteriores. Destacan Abd al-Gafur e Ibn al-Faz.

En el periodo almohade se recupera el género, pese al integrismo de la secta. Los poetas fueron personas al servicio de las cortes, como Averroes y Avenzoar. Los temas vuelven a ser el amor y la vida palaciega. Destacaron Ibn al-Abar, como antologista, y al-Mugrib que escribió El libro de las banderas de los campeones.

El periodo nazarí fue también esplendoroso. Se mantuvieron los temas, aunque se prestó atención a los hechos históricos, a la sensación del fin del islam en la península, y destacaron Ibn Zamrak, Ibn Furkún y Abdelá, entre otros.

La prosa

La prosa fue, ante todo, el vehículo del pensamiento religioso, místico, filosófico y científico. Apenas hubo literatura, aparte de los cuentos, ya que esta estaba reservada para la poesía.

Ibn Zaydún cultivó, durante la época de las taifas, la prosa artística, y también se escribió poesía con estructura de prosa: las risalas y las maqamas.

Filosofía

La filosofía andalusí tiene una importancia fundamental en la historia de la filosofía occidental. Se basa en la tradición religiosa y el pensamiento griego, principalmente el de Aristóteles, que fue introducido en el islam por el persa Avicena.

Avempace (1070-1138) fue uno de los primeros y más importantes filósofos de al-Ándalus. Comentó la física de Aristóteles, y se planteó el tema de la ciudad y la sociedad ideal.

Ibn Tufayl (1110-1185) fue un médico califal y filósofo autodidacto. Escribió una risala El filósofo autodidacto que le dio fama mundial. Este libro fue traducido a la mayoría de los idiomas.

Averroes (1126-1198) es la cima más alta de la filosofía andalusí y en buena medida de la filosofía islámica. Su obra es muy extensa, y abarca temas de literatura, historia, derecho, teología, etc. Toda ella está preñada de juicios críticos e innovadores de la sociedad de su tiempo, con un concepto filosófico profundamente aristotélico. Es el único autor que habla de la condición de la mujer en el mundo islámico.

En el al-Ándalus no sólo destacaron los pensadores musulmanes sino también los cristianos y los judíos. Entre los cristianos sobresalieron san Martín, y entre los judíos Maimónides.

La ciencia

La ciencia no estará separada de la filosofía. Predominaron las disciplinas prácticas como la Medicina, la Agricultura, la Navegación, la Arquitectura, la Física, etc. Todas ellas tuvieron un gran desarrollo a la luz del pensamiento griego.

Las ciencias más prósperas son las Matemáticas y la Astronomía, muy por delante de sus contemporáneos cristianos. Se desarrollo el sistema de numeración arábigo, y se inventó latrigonometría. Al-Ándalus fue la puerta que permitió el conocimiento avanzado de las Matemáticas y la Astronomía en Occidente.

Maslama (¿?-1004) fue una figura de relieve universal. Como astrónomo corrigió las tablas estelares, e inventó un método abreviado para calcular la declinación de los astros.

Azarquiel (¿?-1034) fue el astrónomo más importante del medievo. Escribió Acerca de la órbita de los siete planetas y El horizonte universal. Sus tablas astronómicas fueron utilizadas por todos los marinos hasta que Kepler (1571-1630) inventara las suyas.

La medicina

La medicina andalusí, y la musulmana, tenían gran prestigio, al ser más avanzada que la cristiana. Sin embargo, la medicina estuvo ejercida, fundamentalmente por mozárabes y judíos, que creaban auténticas dinastías de médicos.

El auge de la medicina musulmana se produjo a raíz de la traducción de un libro cristiano Aforismos, el libro de medicina, por excelencia, de la época, pero tuvo un desarrollo propio. Ibn Yulyul escribió un tratado Sobre los medicamentos (sacados) de los árboles. En el siglo XII la familia Banú Zuhr crea una dinastía de médicos ilustres, que se ganan la confianza de los poderosos.

Bibliografía

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