Las primeras referencias que he podido encontrar de los Núñez de Arenas o, simplemente Núñez Arenas se sitúan en la localidad de Daimiel, provincia de Ciudad Real. Se cita así a un cura, Antonio Núñez Arenas que era párroco allí en 1739. Por otra parte, en la partida de bautismo del artillero José Núñez Arenas nacido en Ciudad Real en 1784, y del que se hablará más adelante, se recoge que su abuelo, Juan Ángel Núñez de Arenas, fue natural de la villa de Daimiel.
Hay también otro Antonio Núñez Arenas, vecino y propietario de tierras en Daimiel, de su oligarquía local, perteneciente al tercer estado y que ocupará cargos en municipios constitucionales. Aparece este Antonio como el causante de una capellanía que se pone en venta, que se desamortiza, en 1808. Estas capellanías eran cesiones de tierras a la iglesia local a cambio de favores que solían concretarse en misas para el donante (Juan Vidal Gago (2013): La primera desamortización del siglo XIX en Daimiel, II Jornadas de historia de Daimiel: 125 aniversario ciudad de Daimiel, Ayuntamiento de Daimiel).
Y todavía otro, y aún no es el último, Antonio Núñez Arenas, aparece como vicepresidente del comité republicano de Daimiel en 1889: Presidente honorario, D. Manuel Ruiz Zorrilla. Presidente efectivo, D. Manuel Naranjo. Vicepresidente, D. Antonio Núñez Arenas (El País, Diario Republicano-Progresista, 2.8.1889).
Por otra parte, cuando crece la población en Daimiel a lo largo del XVIII, la abundancia de vecinos con el mismo nombre, originó la costumbre de añadirles un sobre nombre o segundo apellido que podía aludir a un rasgo físico, a su oficio, o bien a su lugar de procedencia en el caso de que fuese otro municipio. Desde luego, esta práctica en absoluto fue exclusiva de Daimiel, pero parece ser que tuvo allí una aceptación mayor. Todavía hoy se reconoce a los vecinos del pueblo por la longitud de sus apellidos. Por último, esta denominación, que es muy local y no se repite en otros municipios que tendrán las suyas propias, permite situar a quienes disfrutan de estos apellidos como originarios de Daimiel. Al respecto, puede leerse: Juan José Fernández-Espartero García Consuegra (2013): Aproximación al origen de los apellidos compuestos daimieleños, II Jornadas de historia de Daimiel: 125 aniversario ciudad de Daimiel, Ayuntamiento de Daimiel. Obsérvese que el autor posee dos apellidos dobles, y que debió contar con un antepasado dedicado al trabajo con el esparto y otro que vino de Consuegra.
A tenor de lo anterior, cabe pensar que un Núñez que procediera del vecino pueblo de Arenas de San Juan mudara a Daimiel, mudando también su apellido a Núñez de Arenas. Pero esto es solo una cábala.
Durante varias generaciones la familia Núñez Arenas firmó y se le conoció incluso oficialmente por el doble apellido paterno, descartando el materno salvo muy rara excepción. Y esto ha ocasionado cierta confusión. Pero hay que recordar que el uso de los apellidos ha contado con cierta liberalidad hasta tiempos muy recientes. Los primeros que he observado que añaden el apellido materno son los hijos del diputado Bernardino Núñez Arenas o de su hermano el catedrático Isaac Núñez Arenas, hijos que debieron nacer a partir de 1830.
El oficial de artillería José Núñez Arenas y Palacios (3.7.1784, Ciudad Real - 1861, Murcia) fue una destacada figura del partido liberal con una intensa y ajetreada vida. Masón sobresaliente, como tantos otros liberales de su tiempo, mantuvo desde muy joven una decidida lucha en favor del régimen constitucional.
Se recoge en su partida de bautismo: Yo Bartolomé Alonso, cura párroco de esta iglesia parroquial de Santiago de Ciudad Real certifico que en el libro de bautismos que dio principio en el año de 1774 dice así: En la Ciudad de Ciudad Real en cinco días del mes de Julio de año de 1784, bauticé solemnemente en ella a un niño que nació el día tres de dicho mes, hijo legítimo de D. José Núñez Cerdán y de Doña Vicenta Palacios, naturales de esa referida ciudad, al cual le puse por nombre José, Trifón, Joaquín, María: son sus abuelos paternos D. Juan Ángel Núñez de Arenas, natural de la villa de Daimiel y Doña Cándida Cerdán natural de ésta; y maternos D. Alfonso Palacios natural de la villa de Manzanares y Doña Paz de Almazán natural del Campo de Criptana, fue su padrino D. Fernando Camborda, su tío, a quien advertí en su obligación y parentesco espiritual.
Procediendo pues su familia de varias localidades manchegas, una parte de ella pasó a vivir a Ciudad Real, dedicándose como ahora se verá, a la abogacía o a la notaría. En PARES existe también distinta documentación sobre un abogado y juez llamado Francisco Núñez Arenas, natural de Daimiel que ejerce su profesión a partir de 1830. Y todavía hoy es posible encontrar el apellido en esa localidad.
Un primo de José fue el abogado y periodista Fernando Leandro Camborda y Núñez (de Arenas) del cual existe información que da nuevas pistas sobre su familia, introduciendo además, la figura de un tío cura ilustrado y parece que por ello apartado al pequeño pueblo de Cardente en la provincia de Cuenca.
Pero volviendo al primo periodista, se recoge en la wikipedia :
Fernando Leandro Camborda y Núñez (Ciudad Real, 13 de marzo de 1769 - Madrid, 18 de abril de 1823), periodista y poeta afrancesado español. Era hijo del hidalgo Fernando Camborda Espinosa, natural de Malagón y escribano de profesión en Ciudad Real, y de Bárbara Núñez de Arenas Cerdán, de Ciudad Real, cuya familia se hallaba vinculada al ilustrado arzobispo de Toledo Francisco Antonio de Lorenzana. Estudió Derecho en la Complutense, pero en su formación colaboró estrechamente su tío, el ilustrado sacerdote Manuel Núñez de Arenas, párroco de Cardenete (Cuenca) con el que pasaba las vacaciones de verano y de Navidad y que era un activo colaborador del Memorial Literario de Madrid, con intereses científicos y afín a las ideas filosóficas de Andrés Piquer y a las ideas ilustradas de León de Arroyal. Escribió algunos artículos científicos en El Memorial Literario de Madrid. Al estallar la Guerra de la Independencia, fue alcalde y corregidor en Llerena; los conflictos con la junta de defensa de Llerena le llevaron a permutar su destino por el de Hornachos. Vuelto afrancesado a causa de estas disputas, trabajó como oidor en la comisión criminal josefina de Manzanares (Ciudad Real) y estuvo en la logia bonapartista de esta localidad junto con los hermanos del helenista afrancesado Pedro Estala. Tras la guerra puso un bufete en la capital de España y dirigió y redactó con su compatricio y amigo Félix Mejía diversos periódicos en Madrid de inspiración liberal. Murió el 18 de abril de 1823 de un súbito ataque cardíaco mientras defendía un pleito en la Audiencia de Madrid.
Puede apreciarse que este hidalgo Fernando Camborda Espinosa, natural de Malagón y escribano de profesión en Ciudad Real, debió ser el padrino de José.
Y puede leerse también sobre el periodista Camborda el interesante artículo de Romera, A. (2010): La trayectoria periodística de Félix Mejía durante el Trienio Liberal: Primera parte. De la colmena y la periódico- manía a El cetro constitucional (1820-1821), Cuadernos de Ilustración y Romanticismo, Revista Digital del Grupo de Estudios del Siglo XVIII, Universidad de Cádiz, nº 16, que recoge información adicional sobre la familia:
Fernando Camborda Espinosa, nacido en 1744, se hizo escribano de número de la ciudad (Ciudad Real) en 1771, y casó allí con una ciudadrealeña tres años mayor que él, Bárbara Núñez Cerdán, que era hija del notario de visita de la audiencia arzobispal de Ciudad Real, Juan Ángel Núñez de Arenas, y de María Cándida Cerdán. Por eso hay que suponer que este matrimonio debió de facilitarle bastante el negocio de su escribanía. Bárbara, que venía de una familia muy prolífica, le dio a su vez a Fernando muchos hijos, el mayor de los cuales, el futuro periodista, tomó el nombre de pila del padre, Fernando... Juan Ángel Núñez de Arenas contaba con treinta y ocho años en 1751, María Cándida Cerdán con treinta y cinco, y en dicho año tenían ya cinco hijos, tres varones y dos hembras, Juan Manuel, de doce años, José Joaquín, de ocho, y Antonio Prudencio, de cuatro, por un lado, y Bárbara Leonor, de diez, y Manuela Anastasia, de cinco.
No es posible saber si el tío cura Manuel Núñez Arenas tuvo influencia sobre José, como si parece que la tuvo sobre su primo Fernando, pero lo que está claro es que el cura contaba con un carácter endiablado a la vez que estaba adornado de ese espíritu ilustrado que lleva al amor por el estudio y al uso de la razón. Caracteres que yo creo ver también en José. De esta manera, por una parte, el cura es bien conocido por la atrevida ocurrencia que llevó a cabo en 1811 al denunciar ante el Consejo de Castilla a un grupo de familias ricas del pueblo donde estaba su parroquia, Cardenete, por malversación de los fondos públicos y del pósito de la villa. (El documento está digitalizado en PARES). Por otra parte, Manuel también es conocido por el conjunto de artículos de diversa índole que escribió a la revista Memorial Literario, una veces con su firma y otra con el sobrenombre de El Escrupuloso. En estos artículo, aboga por la creación de una Sociedad de Amigos del País en su patria, Ciudad Real, habla de varios fenómenos que tienen que ver con la electricidad y, finalmente, solicita también el fin de la fiesta de los toros, asunto por el que Manuel sigue teniendo tanto partidarios como adversarios en la actualidad. Su relato de la fiesta (Discurso contra la perniciosa costumbre de correr toros, escrito por El escrupuloso en la palestra literaria del rectoral colegio cardenetense, 1788, Tomo XIV) era desde luego muy gráfico: Allí se ve que una fiera va llena de brutal ira corriendo tras de un hombre, tras de un individuo de la humana naturaleza, en todo semejante a nosotros. Allí se ve que falta poco para alcanzarlo. Allí se ve que suele a veces tropezar o resbalar, que persigiéndolo la bestia, al fin, se levanta con prontitud. Allí se ve que, al tiempo de ir a subir a la talanquera, suele juntarle de una testarada las vértebras con el esternón. Allí se ve que lo prende con las astas. Allí se ve que lo saca a la plaza, que jugando con él lo voltea por tres o cuatro veces en el aire. Allí se ve recurrir otros tres o cuatro hombres a libertar a su compañero. Allí se ve a el [sic] toro burlarse de todos, saciarse de carne humana. Allí se ve un hombre muerto violentamente por una fiera, todo su cuerpo lleno de heridas penetrantes, regada la plaza de sangre. Allí, finalmente, se ve a los espectadores pálidos, sobresaltados, llorosos. No se oye decir otra cosa que: “¿Lo ha muerto? Pobrecito. ¡Dios lo haya amparado!”. No se oye otra cosa que llantos, suspiros, ayes, vocería; todo es confusión, tristeza, lágrimas... ¡Ah! ¡Qué horroroso espectáculo! ¡Qué escena tan lastimosa! Vulgo impertinente: ¿es esta tu diversión, esto te complace?.
Sobre su artículo titulado «Deseo de que se establezca una sociedad económica en Ciudad Real, escrito por el Escrupuloso en la villa de Cardenete, Cuenca», Memorial Literario, Instructivo y Curioso de la Corte de Madrid, agosto de 1788, tomo XIV, se ha indicado que se trataba de la primera vez que alguien hacía esta propuesta (Espadas Burgos, M. (1971): Ciudad Real y su Sociedad Económica de Amigos del País, Comunicación presentada al III Pleno del Patronato José María Quadrado del CSIC, San Sebastián).
En el caso de la electricidad, la misma revista ilustrada, venía publicando varios artículos sobre fenómenos naturales como el fuego fatuo o las auroras boreales. Era un tema de moda ya que durante el siglo XVIII se realizaron grandes avances en su conocimiento. Sobre el tema, Núñez de Arenas escribió en abril de 1788, (número LIX) un artículo sobre una luz que aparecía en una cruz de Ciudad Real en días de tormenta, bajo el título: Observación física sobre un fenómeno eléctrico. Se afirmaba allí: En Ciudad Real, patria mía, sobre el chapital de un texado del Coro de la Iglesia Parroquial de San Pedro está fixada una Cruz de acero que tiene tres palmos de magnitud. Siempre que se suscita alguna tempestad fuerte se observa en la obscuridad de la noche que des sus cuspides ó extremedidades salen tres llamas, como si tres velas estuviesen iluminando la Cruz, y de lo último de estas se ven como bullir unas chispas de color de fuego sulfureo. Duran encendidas mientras el mayor rigor de la tempestad, y luego se van remitiendo mas, según se mitiga el estrépito de truenos y relámpagos hasta desaparecer del todo... El vulgo… mira el fenómeno con terror, pareciéndole que un Crucifixo que hay en dicha Cruz, enciende las llamas para que nos acordemos de nuestros pecados, y que le tenemos muy ofendido.
Escribe también Reflexiones sobre la carta o adición que se insertó en el memorial de agosto de este presente año y en la que se expone la causa verdadera de las auroras Boreales, Memorial Literario, octubre de 1787, tomo XVLII, firmado con su nombre.
Y por último, y esto no lo he encontrado citado, ofrece Manuel un remedio casero para la conservación del vino: (1788, Tomo XIV, y de nuevo como el Escrupuloso) Remedio para preservar los vinos fácilmente corruptibles: Consiguiráse conservarlos mucho tiempo, si a cada tonel o tinaja de 40 arrobas se le pone en el fondo medio cuartillo de sal, y si es gemma un terrón bueno. No perderá su gusto antes al contrario, lo aumentará. No perderá su fortaleza. No perderá su color. Todo esto me consta por experiencias, y si es verdad que prestat unum experimentum, centum rationibus, como ningún hombre de buenas luces negará, no debía yo dar más razón que esta.
Volviendo a José Núñez Arenas, un expediente para la clasificación de su vida laboral correspondiente a 1835 y fechado en Valencia (digitalizado en PARES), permite conocer los inicios de su carrera y su participación en la Guerra de la Independencia. Por cierto, que esta participación parece ir en contra de las acusaciones de afrancesado que se le han hecho, como más adelante se verá.
Se dice en el citado expediente que con fecha 12.2.1804 inicia su carrera militar con el grado de cadete del cuerpo militar de Ingenieros Cosmógrafos del Estado. Tenía ya 20 años, una edad avanzada, por lo que interpreto que en este año acabó sus estudios adquiriendo la condición de cadete de número dejado de ser cadete aspirante, de acuerdo a la terminología de su escuela. Se especifica a continuación que fue cadete 4 años, 8 meses y 15 días, lo que lleva hasta 1808, el inicio de la guerra contra los franceses. Se añade entonces que entró a servir en el ejército de Castilla la Vieja adonde fue desde Madrid por el mes de Junio de 1808 siendo cadete del Cuerpo de Ingenieros Cosmógrafos del Estado, y en el que fue promovido a Subteniente del Regimiento de Ávila de infantería de línea.
Sobre este cuerpo de ingenieros tan peculiar, se recoge en Martín Peña, M [(2011): Historia del Cuerpo de Ingenieros Geógrafos 1900-2010, Cultiva Libros], que su creación se añadía a la de otros cuerpos de especialistas en los trabajos relacionados con la definición de la forma y dimensiones de la Tierra, siendo el resultado de una iniciativa de Manuel Godoy al rey Carlos IV en el año 1796. La Escuela estaría situada en el Retiro de Madrid, junto al Observatorio Astronómico con el que estrechamente colaboraría. La principal misión que se les iba a encomendar a estos nuevos ingenieros era la de la realización de mapas militares, lo que les obligaba a estudiar matemática, topografía y cartografía:
REAL CUERPO DE INGENIEROS Cosmógrafos de Estado. Fue creado en 1796 para la teórica y práctica de la Astronomía, formación de Cartas geográficas, y cualesquiera otras operaciones anexas á estos dos ramos. Consta de Capitanes, Tenientes, Subtenientes, Cadetes de número, y supernumerarios. Su Uniforme casaca verde, botón dorado, chupa, calzón, solapa, buelta y collarín encarnado, sombrero sin galón. Este Cuerpo tiene su Academia en Madrid en el Real Palacio del Buen-Retiro, y en ella Oficiales del mismo Cuerpo se ejercitan en la enseñanza de los diferentes ramos que su instituto abraza, en las siguientes clases: De Aritmética, Análisis finita, y Geometría. De Cálculo infinitesimal, y Mecánica sublime y De Trigonometría plana y esférica, y de Óptica en todas sus partes. De Astronomía sintética. De Astronomía práctica, y aplicación, formación de las Cartas geográficas y geométricas. -- De Meteorología y sus aplicaciones. De Astronomía física. De Diseño y Lavado de Planes.
Constaba este Cuerpo de un Director, de Capitanes, Tenientes, Subtenientes, Cadetes de número y Cadetes supernumerarios o aspirantes. Más adelante se le agregaron cierto número de hombres robustos que, en calidad de soldados, formando una compañía con sus sargentos y cabos, ayudase en las expediciones a los oficiales, a cuyo efecto se les dio también cierta instrucción acomodada a la clase de sus funciones (Anuario del Real Observatorio de Madrid, Volumen 1, Imprenta Nacional 1859).
Se puso al frente del centro a un clérigo, Salvador Jiménez Coronado, siendo su vicedirector un matemático de justa fama, el valenciano Joseph Chaix Isniel (1766-1811).
Desafortunadamente, la Escuela de Cosmografía sería un proyecto muy efímero, ya que por Orden de 31de agosto de 1804 se suprimió y se reestructuró el Observatorio Astronómico. Las razones del cierre parecen haber sido varias, incluyendo conflictos de intereses y disputas personales:
Fue el propio Director del Observatorio el que en su propuesta de supresión escribía: “.. pero vino la envidia, la codicia y el orgullo a plantar en medio del más bello jardín, la pérfida discordia, la ciega desconfianza, y todo quedó yerto y desmayado”… Probablemente el origen del fracaso habría que buscarlo en las presiones de otros Cuerpos de ingenieros, que veían disminuidas sus competencias con la aparición de estos especialistas que acapararían todas las actividades relacionadas con las ciencias geográficas (Martín Peña, M (2011), opus cit.).
El Cuerpo de Ingenieros cosmógrafos, con su organización militar, sufrió varios ataques que pusieron su existencia e en peligro; ya la vedad estaba sujeto a muy grandes inconvenientes respecto de la ciencia. Conociólo el mismo Jiménez Coronado; y a resultas de una exposición suya, quedó aquel Cuerpo extinguido dándose una nueva organización al Observatorio por RO de 31 de agosto de 1804 (Anuario, opus cit.).
Siendo el más crítico otro sacerdote, liberal exiliado, Joaquín Villanueva Lorenzo, que en su libro Vida Literaria, publicado en Londres en 1825 afirmaba: Por el mismo tiempo se estableció el observatorio astronómico de Madrid y el cuerpo de Cosmógrafos de estado, que á pesar de ser militares, tuvieron á la cabeza como director al famoso abate Jiménez Coronado. Este ex-esculapio, á pesar de su ignorancia en la astronomía, le sorbió los sesos, como decimos en España, al príncipe de la Paz, en términos que se le confió la dirección de aquel instituto científico, y se le autorizó para formar un cuerpo de cosmógrafos. Estuvo antes pensionado en Paris estudiando la astronomía: y para embaucar á nuestro gobierno con sus progresos, le dirigió como obra suya la traducción castellana de una memoria publicada en aquella capital sobre el método de hallar la longitud por distancias lunares. Examinada la tal obra por don Vicente Tofiño, descubrió el plagio. No alcanzó esto á contener el torrente de su favor, ni aun el haber venido á ser su falta de ilustración materia de desprecio y aun de befa para sus mismos discípulos. Al cabo desengañado su mecenas, y aún fastidiado de la división que reinaba en aquella escuela, y de las intrigas del director; dió al traste con el observatorio.
Continuando con la hoja de servicios de José Núñez Arenas, se recoge que se unió a la lucha contra el francés desde los primeros momentos, escapando de al menos dos cautiverios. No he podido encontrar referencias a todos los hechos de guerra o acciones que se citan, y he encontrado también en ellas algunas pequeñas contradicciones. Invito al lector interesado a que descargue el documento de PARES.
1808. En la defensa de la Plaza de Madrid por diciembre de 1808, en la que fue hecho prisionero y logró fugarse. Quitó a los enemigos de sus baterías un cañón de a 4 y un carro de municiones que presentó en el Ejército de Extremadura. Permaneció en éste, y se halló en las acciones generales y algunas particulares que tuvo el año de 1809.
1809. Sirviendo en el ejército de Extremadura por Julio de 1809, fue comisionado por los jefes del cuerpo para conducir desde Badajoz y situar sobre el Tajo, el Puente Militar de Pontones, cuya misión desempeñó muy a satisfacción de aquellos.
Existe información sobre el mencionado puente. El general Arthur Wellesley, después lord Wellington, desembarcó en Lisboa en abril de 1809 y, poco después, se unió en Almaraz con el general Gregorio García de la Cuesta (1741-1811), comandante del ejército en Extremadura para ir juntos hacia la que sería la batalla de Talavera. Cuenta el propio Cuesta: Con esta novedad mandé establecer inmediatamente el puente de pontones, que anticipadamente había hecho transportar de Badajoz, a la inmediación del de piedra que había sido cortado en el mes de febrero; y pasando por aquel la vanguardia con bastante caballería, se situó por de pronto en Almaraz, y destacó sus guerrillas hasta la Calzada, reconociendo y reprimiendo diariamente a las enemigas, hasta que el día 10 de julio, hallándose ya el cuartel general del ejército británico en Plasencia, vino el general Wellesley a visitarme y concertar las futuras operaciones, a las casas del Puerto donde tenía establecido el mío, media legua distante del puente de Almaraz (Gregorio García de la Cuesta, Manifiesto que presenta á la Europa el Capitán General de los Reales Egércitos Don Gregorio García de la Cuesta, sobre sus operaciones militares y políticas desde el mes de junio de 1808 hasta el dia 12 de agosto de 1809 en que dejó el mando del egército de Estremadura, 1811, Palma de Mallorca).
Fue nombrado para ir a reforzar el Ejército del Centro que se hallaba en la Mancha, y se encontró en las acciones de Santa Cruz de Mudela, en la de Madridejos, en las tres de la Cuesta del Madero y Ocaña, en los días 8, 10 y 19 de noviembre, en la que fue segunda vez hecho prisionero de guerra.
La derrota de Ocaña se produjo efectivamente el 19.11.1809 y, se califica como un completo desastre: Ésta fue espantosa, pues 4.000 hombres resultaron muertos o heridos, de 15.000 a 20.000 prisioneros y se perdieron 40 cañones, equipajes, víveres, etc., casi todo el material del ejército español.
1810. Vuelto a fugarse desde la raya de Francia, y presentándose en Valencia, se halló mandando tres baterías en el bloqueo que sufrió por mes de Marzo de 1810. Se halló en la acción y retirada del 17 de Agosto: en la acción del 26 de Noviembre todo del mismo año.
En el mes de marzo de 1810 el general Suchet llevó a cabo un ataque sobre Valencia que no tuvo éxito como tampoco lo había tenido uno anterior en 1808 llevado a cabo por el mariscal Moncey. La ciudad caería definitivamente en enero de 1812 de nuevo frente a Suchet.
Desde Aragón el mariscal Suchet se presenta ante Valencia el 5 de marzo de 1810, pero encuentra nuevas fortificaciones y al ahora capitán general José Caro dispuesto a la resistencia a cualquier precio: tras cinco días frente a las defensas de la ciudad atrincherado en el Palacio del Real el 10 de marzo de 1810 se retira volviendo de nuevo a Aragón (Wikipedia).
1811. En la marcha que hizo del Reino de Aragón la División del General D. José Miranda y en la retirada por Mayo de 1811. Cuando por el mes de Mayo de 1811 en el Ejército de Valencia marchó la División del General Miranda (José Miranda y Pérez de Cabezón) al Reino de Aragón, le comisionaron también los Jefes del Cuerpo para que habilitase el paso de las cortaduras de Alventosa, cuya arriesgada operación por hallarse a la vista del enemigo verificó con suma prontitud y aprobación de dichos Jefes.
Tuvieron lugar en el municipio de Albentosa, al sureste de la provincia de Teruel, en el camino hacia Segobe y Valencia), varios enfrentamientos durante la Guerra de la Independencia dada sus condiciones naturales para la defensa. No he encontrado uno referido al año 1811.
1812. Este año asciende José a Teniente: Por decretos de 25 han sido nombrados … l teniente que ha sido de artillería á caballo D. Josef Nuñez Arenas segundo teniente de dicho real Cuerpo (Diario de Madrid, 31/3/1812).
Destinado segunda vez al Ejército del Centro, se halló en la marcha que hizo de las Cabrillas en su retirada por Enero de 1812. En la retirada que hizo el ejército del Centro al mando del D. Manuel Freiro por Enero de 1812 desde las Cabrillas a la Plaza de Alicante, fue del mismo nuevo comisionado para habilitar las barcas llamadas de los Frailes y Bolinches, y reorganizar el Puente de Porquera sobre el Júcar, a fin de que con la mayor brevedad repasaran este río todas las tropas y la artillería en muy pocas horas desempeñó su comisión y mereció por ello mil satisfacciones del General y de los Jefes del Cuerpo.
Existe un molino de los Pantones y otro llamado de los Bolinches en el río Júcar a su paso por Albacete, en el municipio de Mahora. Entre ambos molinos, hubo tradicionalmente unos barqueros que ayudaban a los viajeros a cruzar el río tal como se indica en el diccionario de Madoz: pasa el río Júcar a distancia de una legua, formando la línea divisoria del sur; en su orilla izquierda hay un molino titulado de Bolinches, y un batán; a las inmediaciones de estos artefactos, se encuentra una barca que proporciona el paso. Todavía existe un camino del pueblo al río denominado camino del barco. Creo que este es el paraje al que alude José (39°08'40.1"N 1°45'48.5"W).
En cuanto a las operaciones militares puede relatarse que: De orden de Napoleón, las divisiones de los generales Reylle y Severoli penetraron en el Reino de Valencia para formar parte del ejército de Suchet mientras sitiaba la capital. Este cuerpo compuesto de 14.000 hombres con 40 cañones, se reunió en Teruel, en donde tuvo que detenerse para observar los movimientos del Conde de Montijo y del General Freire, que se extendían con sus fuerzas hasta las montañas de Cuenca; pero la llegada de otras tropas enemigas desde Madrid ahuyentó a los españoles, y Reylle y Severoli continuando su marcha llegaron a Segorbe el 24 de diciembre de 1811 (Muñoz Maldonado, J., Historia política y militar de la guerra de la independencia de España contra Napoleón Bonaparte desde 1808 á 1814, Madrid, 1833). Las tropas de Freire llegaron finalmente a Alicante ayudando en su defensa.
Cuando en 1812 regresaron los franceses de Valencia, le comisionaron el General Bassecourt (Luis de Bassecourt) y el Empecinado a cuyas órdenes servía, para establecer una batería sobre el Puente de Auñón y defender el paso del Rio cuyas operaciones desempeñó también a satisfacción de los referidos jefes.
El estratégico puente de Auñón, sobre el Tajo (40º 29' 25.96'' , -2º 45' 53.99'') en la provincia de Guadalajara fue objeto de un famoso ataque del Empecinado y el general Villacampa en marzo de 1811 algo antes de que empezaran las maniobras sobre Valencia. Por otra parte, Bassecourt había sido cesado en su mando de Valencia en 1811. No coinciden por tanto todas las fechas y nombres. Sin embargo, por lo celebrada que fue la acción de 1811 creo que se hace referencia a ella equivocando algunos datos.
A principios de Marzo Villacampa, que con su división había bajado á la provincia de Guadalajara, noticioso de que entre los pueblos de Sacedón y Auñón, y sobre el puente de este nombre, en el rio Tajo, se hallaba un destacamento de 600 franceses, se dirigió á atacarle, y logró tomar la posición del puente, y destruyen do sus fortificaciones, persiguió al enemigo hasta los atrincheramientos del mismo pueblo de Auñón, y los atacó con el mayor denuedo, incorporado ya con las tropas del Empecinado, que concurrieron á esta operación; y desalojado el enemigo de todos ellos, se retiró, é hizo fuerte en la iglesia, que tenia de antemano fortificada. Este día costó á los franceses más de 90 muertos, muchos heridos, y 109 prisioneros: los españoles solo perdieron 31 muertos, 47 heridos, y 37 prisioneros (Muñoz. J. 1833: Historia de la Guerra de la Independencia de España, Tomo III, Madrid).
La batalla es conocida también por haber combatido allí el coronel Hugo, padre del escritor Victor Hugo.
Por disposición del General D. Pedro Villacampa, fue con su División desde los campos de Cartagena hasta el reino de Aragón haciendo el servicio de caballería en guerrillas: tuvo varias acciones e hizo algunos prisioneros en el referido Reino y en la provincia de la Mancha por el mes de Febrero del mismo año, cuando se presentó en Valencia fugado de los enemigos, pidió salir voluntariamente a campaña y se le accedió.
En efecto, El 9 de enero de 1812, Valencia capitula ante Suchet, quedando desarticulados y dispersos el 2º y 3er Ejército, marchando Villacampa hacia el sur para seguir peleando con los franceses en Elche, Orihuela, Cartagena y Murcia hasta el 25 en que abandona Murcia con su División camino de Aragón, por Jorquera, en la provincia de Albacete, dirigiéndose hacia la sierra de Albarracín, ocupada por los franceses de la Brigada Pannetier y donde llega a primeros de marzo (Ramón Guirao Larrañaga (2009): Don Pedro Villacampa. Un general altoaragonés en la Sierra de Albarracín durante la Guerra de la Independencia española, Rehalda: Revista del Centro de Estudios de la Comunidad de Albarracín, Nº. 10).
En la expedición que hizo a Navarra el Ejército de Operaciones del Norte, por abril de este año, fue desde Vitoria a las inmediatas órdenes del General en Jefe Ministro de la Guerra y se halló en las acciones dadas en las dos Améscuas (o Amescoas) los días 21 y 22 del mismo mes, en las cuales, por haber dirigido a los enemigos con acierto y buen efecto algunos cohetes de guerra, mereció que S.E. declarase haberle sido muy útiles sus servicios, y que le recomendase por ellos al Gobierno.
Améscoa Alta y Baja son dos poblaciones navarras situadas en la comarca de Estella, próximas a Álava. Creo que aquí se hace referencia a estas poblaciones aunque se lee con dificultad. No he podido encontrar hechos de guerra allí en la fecha que se menciona, lo que naturalmente no quiere decir que no existieran, sino que quizás no fueron muy relevantes o bien, que ha existido falta de habilidad en la búsqueda o que me equivoco de lugar.
El primer uso de cohetes modernos o con la tecnología congreve se cita en España en la toma de Badajoz, finales de marzo a principios de abril de 1812, por lo que éste realizado por Núñez Arenas, puede considerarse uno de los primeros ya que se realiza sólo unos días después. Como se verá, años después José será enviado a Londres para la compra de cohetes que serían usados en la primera Guerra Carlista.
Acabada la guerra. da comienzo la etapa de intrigas y pronunciamientos en que participa Núñez Arenas lo que le obligará a la postre, y como a tantos otros, a un largo exilio.
En 1818, siendo capitán de artillería con destino en Madrid, tuvo una actuación destacada en la rocambolesca fuga del militar Juan Van Halen y Sartí, un aventurero oficial al que dedicó Baroja una de sus numerosísimas obras. Para la huida de las garras de la Inquisición, un destacado personaje público, del que aún hoy se discute su nombre, suministró a José los fondos necesarios para su realización. Van Halen, en sus Memorias, escribe profusamente sobre José, al que describe por aquel entonces como como un joven entusiasta que le ayuda a escapar y le acompaña después en el escondite donde se refugia mientras cura de las heridas del tormento:
Núñez de Arenas, uno de aquellos amigos más diligentes, proveyendo obstáculos, había tomado la precaución, bajo lícitos pretextos, de hacerse con las llaves de un piso de casa para alquilar, hacia un barrio de los mas lejanos de aquel donde nos hallábamos. Allí había hecho colocar un catre de tijera y dos sillas. Beida y Polo me condujeron á este paraje, y obligados á retirarse á sus casas, donde no les era posible alarmar con ausencias nocturnas sus familias, me dejaron solo, asegurándome que Núñez vendría muy en breve para acompañarme. En efecto un instante después se apareció Nuñez, que aprovisionado de fósforo, velas y comestibles venia á pasar conmigo la noche. El carácter naturalmente exaltado de Núñez, y la vasta materia de que podíamos tratar, dio pábulo á nuestros diálogos de aquella noche, cuyo silencio solo interrumpía la tos seca que me agitaba. Tendidos entrambos sobre el mismo lecho, se paraba muchas veces á contemplar las señales de mi brazo, que mas que mi relación le revelaban el teatro de horrores de donde yo acababa de sustraerme… Núñez de Arenas, pasando como ya he dicho la noche conmigo, con su natural jovialidad me había detallado una gran porción de ocurrencias, ya desagradables, ya risueñas que yo totalmente ignoraba… Al instante Núñez acudió al conde de M*** que vigilado muy de cerca por el gobierno, rodeado de espías de alta y baja clase, evitaba ciertos roces. El conde puso en manos de Núñez una gran suma, que luego le fue devuelta, ofreciendo uno de sus mejores caballos y todo cuanto se necesitara para mi completa libertad.
Efectuada la huida, se resolvió formar un espionaje contra los mismos inquisidores, y Núñez fue desde entonces uno de los mas eficaces en esta especie de contramina. El se había propuesto no perder de vista la red que tenia tendida á los que inútilmente me buscaban. Se había asociado al efecto con un antiguo amigo suyo, de su mismo temple de alma y astucia, y entrambos, cada cual por su sendero, se habían repartido el provecho de la burla. Las circunstancias le abrían campo.
El marques ***- el autor no da el nombre pero hace referencia al Marqués de Mataflorida - , hombre de la inquisición, había por si y ante si organizado una tropa de espías que él pagaba á sus propias expensas. El ama de la posada donde él hospedaba, tenia dos ó tres hijas jóvenes. Núñez visitaba hacia años esta familia, que le profesaba una estimación particular; una pared sencilla se paraba el dormitorio de las señoritas del aposento del marques. Núñez había encargado eficazmente á una de ellas, que vigilasen el huésped, lo escuchasen y no perdiesen instante en saber cuanto él con sus confidentes trataba, iniciándolas en cierto modo en todo lo que era necesario para que supiesen el valor de las expresiones. Las muchachas, diligentes en complacerle, habían practicado un agujero en la pared, el cual por la parte de la habitación del marques quedaba cubierto por el lienzo de una de las pinturas ó cuadros que lo adornaban. Establecieron su guardia, la una relevaba á la otra y el marques no hablaba ni solo ni acompañado, sin que un apunte exacto fuera hecho, y Núñez sacara sus consecuencias.
Pero sobre todo, José Núñez Arenas aparece en estos años como un conspirador liberal para el restablecimiento de un régimen constitucional y, a continuación, como un preso de los absolutistas que sólo consigue su libertad con la llegada del denominado Trienio Liberal en 1820.
Desde que Fernando VII a la vuelta de Francia se inclinó por un sistema absolutista, no faltaron quienes intentaron por la fuerza instaurar un sistema constitucional. De esta manera, en una nota del libro de Baroja ya citado Juan Van Halen el aventurero, indica este autor que ya en 1816 José participó de la que se denominó la conspiración del triángulo. Conspiración tan secreta que no se está muy seguro de sus participantes mientras que otros dudan incluso de su existencia. Pero la cuestión es que se cree que una organización secreta de masones, dirigida por el general Ramón Vicente Richart, planeó matar al rey cuando éste se dirigiera a un burdel donde era asiduo de una tal "Pepa la Malagueña". Revelada la trama por unos delatores, se detuvo, ejecutó y descuartizó a Richart en la plaza de la Cebada. De esta muerte, al menos, nadie duda.
Y Baroja, abunda en el papel relevante de José en la masonería que estaba detrás de estos acontecimientos: Durante el tiempo de la prisión de Van Halen la masonería había hecho grandes progresos. La Junta directiva, formada en Granada y trasladada a Madrid, estaba presidida por un abogado de fama y se componía de diez individuos. Entre ellos estaban el coronel Arco Agüero, el brigadier don Mariano Zorraquin, los tenientes coroneles Manzanares y Fació, los dos hermanos Domínguez y los capitanes Infante, Núñez y Polo.
Otro de los pronunciamientos, fue el protagonizado por Luis Lacy y Gautier en Cataluña que, fracasado, tuvo como resultado el fusilamiento del general en 1817. Esto freno un tanto los ánimos, pero poco después el movimiento siguió adelante:
La muerte de Lacy desconcertó por algunos meses los trabajos que había establecidos en casi todas las provincias, pero pasado el periodo álgido de aquellos sucesos se volvieron á reanudar, escojitándose los medios de intentar de nuevo lo que tantas víctimas llevaba costadas al partido liberal. López Pinto, Romero Alpuente, Núñez Arenas, Torrijos, Van-Halen y otros muchos patriotas distinguidos, trabajaban en Murcia, Alicante y Cartagena, extendiendo sus ramificaciones é inteligencias con los centros de Andalucía, Madrid y Valencia (Ameller, V. y Castillo, M., Los mártires de la libertad española, Madrid, 1853).
En el año 1819, el coronel Joaquín Vidal dirigió un complot en Valencia para restaurar un sistema constitucional. Traicionado y descubierto, Vidal quedó en su detención herido de muerte, siendo pese a ello ejecutado poco después junto a doce compañeros. Se recoge en las Memorias de Van Halen que Núñez participó en este golpe fallido, siendo apresado poco después de las ejecuciones: Un sin fin de calamidades siguieron de cerca el desastroso desenlace de la empresa de Valencia. Núñez de Arenas, Beltrán de Lis (don Mariano, tío del joven) fueron, entre los primeros capturados, del corto número que sobrevivió á las victimas del dia 22. El torrente de persecución se derramó por todas las provincias y extendió su pesada guadaña sobre cuantas personas parecían sospechosas.
Se cuenta entonces (Ameller, V. y Castillo, M., opus cit.): Sembradas las cárceles de la inquisición de una porción de personas, clasificólas el capitán general como reos de la primera época, y abrió un segundo proceso en extremo complicado. Núñez Arenas y D. Mariano Beltrán de Lis fueron de los primeros capturados; á estos siguieron el conde de Almodóvar, D. Martín Serrano, D. Ramón Miralles, D. Juan Genovés y otros muchos, entre ellos algunos que por tímidos se delataron y fueron puestos como los demás en los calabozos del santo oficio por orden del rey. Para colocarlos á todos fue preciso habilitar las cárceles del palacio arzobispal, las del Temple y aun las celdas del monasterio de Montesa. Una comisión especial de la inquisición fue nombra da para actuar en aquel laberinto de acusaciones, revelaciones ó sospechas… Núñez Arenas, hombre de un talento despejado y de viva penetración, temiendo por sus propios compañeros, consiguió á fuerza de mil recursos organizar dentro de la cárcel una comunicación por señas y golpes, que aunque ruidosos y á veces alarmantes, llegó á poner á los mas de los procesados á cubierto de una funesta contradicción. A estos esfuerzos se siguió el de la comunicación dificultosa con los parientes ó amigos de fuera, quienes enterados del origen de donde partía la causa y los cargos que se hacían, pudieron precaverse muchos, y entregarse otros á la confusa esperanza que era dable concebir en un periodo tan aglomerado de espantosas contrariedades, cuyos tiros alcanzaron á Carlos IV y María Luisa, desaparecidos de la escena de los sucesos por medios que aún no ha depurado bien la historia. En la época de inacción que siguió á este suceso, algunos encarcelados consiguieron disfrutar de más amplitud; pero después llegó una época en que las amenazas y aun la inspección de los instrumentos del tormento, vinieron á manifestar que la persecución y la tiranía arreciaba de nuevo. Sumergidos tanto número de beneméritos ciudadanos en una perpetua soledad, el silencio de aquellos corredores solo era interrumpido, ya por el ruido de los hierros, ya por el murmullo de algún autillo de fé que secretamente celebraban los inquisidores, ya oyendo clamores extraños de personas que no estaban iniciadas en el ingenioso telégrafo de Núñez Arenas. Tal llegó á ser el estado de lóbrega confusión en que vino á sumergirse la viva imaginación de los que ya habían agotado los resortes de su valor cívico, que el joven D. Joaquín Arteaga, bizarro oficial del regimiento de Lorena, perdió el juicio, é interpretada siniestramente por los familiares su demencia, le cargaron de cadenas y trasladaron á otro calabozo, donde se acrecentó extraordinariamente su misérrimo estado. Esta era la condición de muchos ciudadanos ilustres, cuando el grito de libertad dado por Riego en las Cabezas de San Juan, vino á poner término á todos sus padecimientos, y á sacarlos en triunfo de las mazmorras donde la saña de Elio y de la corte los guardaba para haber ofrecido con ellos otro día de sangre y de luto á la nación española.
Puesto en libertad, durante el trienio liberal, 1820-1823, José fue elegido diputado suplente a Cortes en diciembre de 1821, representando a la Mancha.
Pero su actuación más destacada durante este Trienio fue con motivo de la sublevación que protagoniza la Guardia Real, muy probablemente con el apoyo real, a partir del 30 de junio de 1822 en Madrid. Tras varios sucesos, el día 7 de julio, de madrugada, varios batallones de la Guardia Real avanzaron hacia la Plaza Mayor que estaba defendida por inexpertas tropas de la milicia nacional liberal. Pero allí, la decidida defensa de esta milicia, y la artillería muy acertadamente dirigida por José, consiguieron la derrota de la tropa de élite que eran los guardias. He aquí un relato de los hechos:
Recuerdos Históricos de la Revolución de España en el siglo XIX. Por A. de Letamendi. Día 7 de Julio. Año de 1822.
Tres días habían transcurrido ya desde que Fernando VII había cerrado las cortes, y el aspecto de los dos bandos era amenazador é imponente, cuando en la madrugada del día 3 de julio, se supo con general alarma, que 5000 hombres de la guardia real que habían estado desde el día 30 de julio sobre las armas en sus cuarteles, habían salido de Madrid para ir á camparse al real Sitio del Pardo y sus cercanías… Las dos serían de la madrugada del día 7 de Julio, hora en que la luna se ocultaba en el ocaso, cuando dos columnas de la guardia real rebelde penetraban sigilosamente en la capital por la puerta de San Fernando , dirigiéndose una por la calle ancha de san Bernardo, y otra por las de la Luna y Preciados á confluir ambas á la Puerta del Sol. Otra columna penetró por el Campo del Moro, y se dirigió por la plaza de Oriente á la calle Mayor, pasando primero por la del Arenal con el fin de atacar por dos puntos la milicia de Madrid que ocupaba la Plaza Mayor, o sea de la Constitución, mientras las otras dos columnas simultáneamente atacaban la casa de Correos y pasaban después por la calle de Atocha a caer también por Santa Cruz sobre la Plaza Mayor. …
Entre los 3.000 combatientes de la milicia de Madrid de infantería, que ocupaban la Plaza de la Constitución, se contaban muchos oficiales de la Guardia Real y retirados del ejército, todos liberales, a quienes los oficiales de la milicia ciudadana tuvieron la laudable deferencia de asignarla mando y dirección en la batalla, prevista con algunos días de anticipación, y cuyo auxilio fué oportuno cuando llegó el caso de la intentada sorpresa.
No tenía más aviso la fuerza constitucional del ejército y milicia de Madrid que el dado, momentos antes, por el brigadier Zarco del Valle, cuando por las tres boca-calles de la Amargura, Panadería y Boteros se presentaron, á un mismo tiempo, formados en columna de ataque los batallones de la guardia real re belde, tocando las bandas de tambores un estrepitoso cata-cuerda Y gritando los soldados ¡Vira el rey absoluto! La milicia de Madrid presentaba tres columnas cerradas, cada una de estas columnas tocaba á su frente y á corta distancia una pieza de artillería, cuyos fuegos mandaban los capitanes Bañona, y Núñez Arenas; y tan pronto como los rebeldes llegaban á tocar con las puntas de sus bayonetas las bocas de los cañones, estos disparaban á metralla y la milicia hacia sus descargas cerradas de fusilería, cediendo el frente las mitades que acababan de disparar sus armas, á las descargas de las mitades que les seguían, pasando alternativamente á retaguardia unas de otras, al grito imponente de ¡Viva la Constitución! y recibiendo á quema ropa las descargas de los rebeldes que en el mismo orden de ataque habían empeñado el combate. Era tanto el encarnizamiento, tal la mortandad, en el corto espacio de aquellas tres avenidas por donde atacaron formidablemente los enemigos de la libertad de España á la heroica y bizarra milicia de Madrid, que en menos de media hora los cadáveres, tomando la expresión en el sentido más estricto y liberal, habían obstruido las calles de la Amargura, Panadería y Botero, y el fuego que vomitaban las piezas de artillería se estrellaba ya contra los inmediatos promontorios de cuerpos exánimes. La guardia real rebelde se pronunció entonces en vergonzosa retirada, y la milicia de Madrid, al grito aterrador de ¡viva la Constitución! desbordó de sus posiciones con frenético furor, y llevó por delante á sus contrarios por la calle del Arenal, donde al empuje de las enrojecidas bayonetas de la falange ciudadana, median el pavimento con sus cuerpos atravesados algunos centenares de veteranos, que el plomo de las huestes de Napoleón había respetado en los campos de Medellín, Salamanca, Vitoria y San Marcial (El Clamor Público, 133, miércoles 2.10.1844).
Un oficial de la guardia real, Teodoro Goiffeu, francés de origen, que optó por huir tras el pronunciamiento relatado, fue apresado en Buitrago, devuelto a Madrid y sometido a juicio con la acusación adicional de haber participado en la muerte de otro teniente de la guardia real, llamado Landáburu, no proclive al alzamiento. Se eligió como fiscal a José Núñez Arenas y éste consigue la pena de muerte y la ejecución del reo. En un periódico absolutista se relata el proceso y, desde luego, no se deja en buen lugar al fiscal. Pero interesa también la cita porque primero, se acusa de afrancesado a José: "jurando siendo militar al gobierno intruso". Esta acusación podría ser fundada porque, más adelante, y exiliado en Londres, le resulta difícil acceder a las ayudas del gobierno inglés precisamente por ese carácter de afrancesado: El gobierno durante nuestra presencia en Londres en su lista para socorrerlos a todos aquellos que habían servido en la Guerra de la Independencia… Diré dos ocurrencias acaecidas en este acto de humanidad, y por ellas se interferirá la extensión que se dio a la orden del Gobierno, y su carácter y justicia… Otra fue que ni al Jefe Político que fue de Vitoria y antes capitán de artillería don José Núñez de Arenas, ni al valiente Coronel del Regimiento Imperial Alejandro O’Donnell. Ambos sujetos muy recomendables por sus servicios en el tiempo de la Constitución, quiso el Gobierno inglés admitirlos en la lista para socorrerlos en razón a que uno y otro habían sido afrancesados; sin que para hacer desistir al Gobierno de su determinación bastasen las repetidas instancias de varios Jefes recomendables ni los sufragios del mimado General Mina Llorens, Vicente Castañeda y Alcover (1948) Bosquejo del estado de España desde fines de 1819 hasta 17 de noviembre de 1823: Memorias de la emigracion de Don Juan Lopez P, Madrid, página 178).
En segundo lugar, porque la cita pone también de manifiesto que José ya había pasado por varios procesos judiciales en su contra, señalándose su presencia en el intento de golpe de Vidal en 1819, en Valencia:
Tristes recuerdos del inicuo proceso, sentencia injusta y sacrificio atroz del glorioso mártir de la legitimidad Borbónica D. Teodoro Goiffeu, francés de nacimiento y Teniente de Reales Guardias Españolas y graduado de Teniente coronel. Hoy 16 de agosto es el aniversario del funesto día, en que puesto en capilla para ser ajusticiado en el siguiente 17 D. T. Goiffieu. El Restaurador no cumpliría sus promesas, sino consagrara al menos estos dos días, á perpetuar la memoria de los crímenes revolucionarios cometidos en la actuación y perpetración de este enormemente grande…
Oigo también decir, que de los trece oficiales jueces que componían el consejo, siete aseguraron á García –el abogado defensor- que no votarían la muerte; y que bajo esta confianza giró su defensa absteniéndose de reclamar contra la incompetencia del tribunal por no exasperarle. Pero que en la conferencia que precedió á la votación, á la que contra estilo y la ley se admitió al Fiscal Nuñez Arenas, fué tanto lo que éste declamó y se irritó conminando á los siete, que amilanados éstos con los 20 puñales ó martillos de gorros decididos, suscribieron al inicuo folio. Si todo esto fuera verdad te absolveríamos ó defensor malaventurado! y solo nos restaría invocar las furias del Averno contra el execrable monstruo que traidor un día a su patria, jurando siendo militar al gobierno intruso; justamente procesado y malamente absuelto en 1819; con fundados motivos preso á los 20 días de haber llegado á Valencia, alzó al fin su cabeza revolucionaria en 1820, y tan presto fingidamente moderado, ora ya exaltado, mereció al fin que se le confiaran la judicatura fiscal de esta causa, como hombre el mas a propósito para tan insigne fechoría. ¡ Nuñez ! tú sacrificaste á Goiffeu, y el gobierno á los dos días del inicuo fallo, y dos antes de la muerte del infeliz, es decir el 15 de agosto, con poca delicadeza, ó mejor diremos con la impudencia mas rota y descarada galardonó un nefando crimen nombrándote Gefe político de Vitoria. Gózate pues en tu triunfo, pero tu triunfo será muy efímero. Hay un Dios justo, y no está lejos el día de sus venganzas. Dónde te guarecerás ¡ó infeliz! La sangre del virtuoso mártir Goiffieu gríta al cielo, y no, no quedará impune (El Restaudor, Sábado 16 de agosto de 1823).
Como se recoge en la cita, después de esa actuación, José fue nombrado jefe político (gobernador civil) de Vitoria: SM se ha servido nombrar gefe político de Vitoria al capitán de artillería D. José Núñez Arenas (Diario constitucional de Barcelona Número 238 - 1822 agosto 26). Tomó posesión el 2.9.1822.
Acabado el trienio, septiembre de 1823, José tuvo que exiliarse, pasando por Gibraltar y por Tánger, para finalmente establecerse en Londres donde permaneció durante toda la década ominosa, 1823-1833, hasta la muerte de Fernando VII.
En 1824, durante su estancia en Gibraltar, actuó como uno de los jefes masones conspiradores en la plaza para la reposición de un régimen constitucional. Ayudó a organizar un desembarco de tropas que se efectuaría en Tarifa y otros punto de la costa. Formaba parte de una organización secreta revolucionaria denominada Santa Hermandad, que junto al El Oriente masón, formaron una Junta Común Restauradora de la Libertad de la que dependía un pequeño “Ejército Libertador” situado en aquella plaza:
Según las informaciones del cónsul de Gibraltar, formaban parte también de aquella Junta Restauradora el capitán de artillería José Núñez Arenas (que había estado un tiempo en Tánger), el coronel Francisco Cano, el ex cónsul de Gibraltar José Shee, el corredor José Monroy, los comerciantes Roque Blánquez y Luis M. Pérez, el estaquero Tendilla, el lotero Juan Ramírez y José Santacana y Alcoy, que había sido nombrado por la Junta tesorero general de los Ejércitos Libertadores. Solían reunirse al anochecer, casi todos los días, en casa de O’Shee (Fernández Daza, C. (2013): Francisco Fernández Golfín, los años del exilio 1823-1831, Actas de las IV Jornadas de Historia de Almendralejo y Tierra de Barros).
El gobierno de Fernando VII tenía también conocimiento de estas actividades citándose que: El gobierno tuvo conocimiento de la conspiración a finales de 1824, y pronto activó la alerta, como lo recoge la extensa real orden de carácter reservado enviada el 24 de noviembre por Calomarde, titular de Gracia y Justicia, a Cea Bermúdez, entonces ministro de Estado. En ella, Calomarde se hacía eco de la existencia de un gobierno secreto que, apoyado en distintas «asociaciones clandestinas», tenía como objetivo alterar la tranquilidad de Europa, acabar con sus tronos y establecer un nuevo orden de cosas, principalmente en España, Francia, Nápoles y Portugal. Al frente de este gobierno decía encontrarse, como Supremo Dictador, Francisco Espoz y Mina, que contaba con siete ministros (Antonio Alcalá Galiano, un tal Franco, Evaristo San Miguel, José Núñez de Arenas, Miguel López Baños, Salvador Martínez Muñoz y Francisco Díaz Morales), tres de ellos residentes, como él, en Londres y los cuatro restantes en Gibraltar. Este gobierno contaba, según el relato de Calomarde, con el apoyo de una amplia red de sociedades secretas llamadas círculos, compuestos cada uno de ellos de solo cuatro miembros. Sabía de la existencia de siete círculos en Madrid, que habían formado una «Dirección Central Peninsular en la Corte», así como de otras dos de este tipo en Cádiz y Gibraltar, la primera se ocupaba, bajo el nombre de Gades, de reunir financiación, en tanto que la segunda, llamada Calpe, se encargaba de la correspondencia con el litoral (Burtón Prida, G. (2015): Resistencia e internacionalismo liberal en Cádiz en la segunda restauración Fernandina, Historia Contemporánea, nº 52).
Las disputas entre los exiliados en Gibraltar fueron numerosas, lo que obligó a organizar finalmente dos desembarcos, uno al mando del coronel Valdés y otro al mando de Pablo Iglesias. Parece ser, que Valdés no aceptaba estar a las órdenes de un guerrillero como era Iglesias:
Los dirigentes masones en Gibraltar (Núñez Arenas, López Baños, Felipe Benicio Navarro) y en Tánger (Golfín, Zenón de Orúe) nombraron a Francisco Valdés general de la llamada Primera División del Ejército Libertador. Su fin era tomar las costas de Almería y Málaga … La segunda operación estaba organizada por los comuneros de la Santa Hermandad (Díaz Morales, Septién, Rojo, Núñez Arenas y Bertrán de Lis) que formaron la Segunda División del Ejército Libertador. El general fue Pablo Iglesias … (Fernández Daza, C. (2013): Francisco Fernández Golfín, los años del exilio 1823-1831, Actas de las IV Jornadas de Historia de Almendralejo y Tierra de Barros).
Finalmente, la expedición de Valdés desembarcó en Tarifa, mientras que la otra, la que popularmente se llamó “los coloraos” por el color de sus uniformes fue a Almería. De la expedición de Tarifa se retiraron algunos mandos abandonando al resto a su suerte. Setenta y seis de ellos fueron después fusiladas. La de Almería acabó aún peor por ser aún más difícil la huida. La mayoría de los participantes fueron fusilados o ahorcados. José Núñez Arenas escapó de la matanza al decidirse que permanecía en el peñón a expectativas de lo que sucediese y para apoyar los desembarcos que fueran exitosos:
el 3 de agosto de 1824, se embarca el primer ejército liberador. Su fuerza era de unos ciento veinte hombres, su general en jefe el ex-coronel D. Francisco Valdés; su uniforme verde, y Núñez Arenas que lo había organizado, quedó en Gibraltar con el título de inspector general para proveer a cuanto ocurriese (Segura, W. (2004: Manifiesto de las operaciones militares en la plaza de Tarifa en el mes de agosto de 1824 por Mariano Linares, Monografías y Documentos sobre la Historia de Tarifa, nº 2)
En 1828, ya definitivamente exiliado en Inglaterra, fundó José Núñez Arenas junto a La Gasea y Mendíbil el Ateneo Español de Londres: En la capital inglesa existía ya el famoso Athenaeum, fundado el 16 de febrero de 1824 (entre los fundadores figura Walter Scott), club de enorme prestigio y punto de reunión de literatos, artistas y científicos. Los emigrados españoles no pudieron conocer esta institución más que indirectamente, pues sus actividades no eran públicas y la admisión de socios muy restringida. Por esto, al sentir la necesidad de que los hijos de los emigrados recibieran una instrucción adecuada y gratuita, decidieron crear un centro de enseñanza que, aunque se llamó Ateneo, tomó el modelo del madrileño y no del londinense. El propósito de instruir pública y gratuitamente, más la ilusión nostálgica de remozar en la emigración una de las instituciones liberales del trienio parecen señalar indiscutiblemente al Ateneo español de Madrid como fuente directa del de Londres de 1829. Uno de los editores del periódico londinense Ocios de Españoles Emigrados, Pablo de Mendíbil, el capitán José Núñez de Arenas (de quien partió la idea fundacional) y el ateneísta madrileño Mariano de Lagasca se pusieron en contacto, a fines de 1828, con el Comité inglés de ayuda. Este acogió la idea de fundar un Ateneo español con gran entusiasmo y logró que el Instituto de Artesanos facilitara aulas a los emigrados. El impresor Wood, por su parte, se ofreció a proporcionar la biblioteca. El 16 de marzo de 1829 se pudo celebrar la ceremonia de apertura con discursos de Antonio Alcalá Galiano y de dos miembros del Comité inglés de ayuda, Smith y Bowring, (Ruiz, A. (1971): El Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid (1835-1885), Tamesis Books Limited, Londres).
La enseñanza de las matemáticas en el Ateneo londinense la desarrolló el propio José, que dedicó mucho esfuerzo a su estudio, alcanzando cierto renombre. Por su prestigio, fue llamado a escribir varias obras con destino escolar como el Catecismo de Algebra, Londres 1828, Catecismo de ambas Trigonometrías, Londres, 1928, Catecismo de Geometría Elemental, 1829, Catecismo de Geometría Práctica o el Catecismo de Geografia para el uso de los globos, Londres, 1829, todos ellos de la colección Ackerman. Esta colección, había aparecido para suministrar libros, sobre todo textos, a los países americanos que por su reciente independencia no mantenían buenas relaciones con España: En repúblicas se constituían por aquel tiempo los virreinatos y las capitanías generales de la América española: de la antigua metrópoli no les podían ir libros por estar absolutamente rotas las relaciones entre los dominadores y los emancipados; y editores extranjeros empezaron á satisfacer esta necesidad imperiosa con gran lucro. Ackermann se anticipó desde la capital de Inglaterra á todos. A su empresa alimentaron el respetable é ilustradísimo teólogo y literato D. Joaquín Lorenzo Yillanueva, el ilustre hacendista D. José Canga Arguelles, el buen matemático D. José Nuñez Arenas, y particularmente Urcullu y Mora, (Antonio Ferrer del Río: Don José Joaquín de Mora, Necrológica, La América, crónica hispano-americana, Madrid, 12 de noviembre de 1864).
Vuelto de exilio, recuperó su carrera militar con un destino como jefe de un regimiento de artillería en Valencia. En 1835 fue nombrado gobernador de Cuenca. Se cita en la noticia de prensa que recoge su nombramiento, que se había dedicado al estudio de las ciencias exactas durante su exilio de 11 años, habiendo traído además como nueva arma, cohetes desde Inglaterra, (El Eco del Comercio, 15.11.1835).
asó con Fernanda Bravo Coronado (¿ - 8.11.1862) teniendo cuatro hijos. Hizo carrera en la administración pública, participando también en política y en variados negocios. Considerado liberal, al menos en su juventud, resulta ser mucho más moderado que algunos de sus parientes.
En su partida de bautismo se puede leer: Que en el libro de Bautismos que dio principio en el año de mil setecientos sesenta y nueve, al folio 243 vuelto, se halla una partida, cuyo tenor es el siguiente = En las parroquias reunidas de San Nicolás el Real de Medina y Santa María de Atienza de la ciudad de Huete, y en el día 23 de mayo de 1806: yo frai Juan José Guillén, religioso de la orden de San Francisco con expresa licencia de D. Manuel de Cuebas y Fuente, cura propio de las sobredichas parroquias, bauticé solemnemente, según el ritual romano, a un niño, que nació en esta ciudad, el día 20 del referido mes, hijo legítimo de D. Leoncio Núñez, natural de Ciudad Real, arzobispado de Toledo y de Doña María del Carmen Blanco natural de las villa de la Almarcha casados y velados en la parroquia de San Esteban de esta ciudad y feligreses de esta unida de Medina y Atienza, a quien puse por nombre: Bernardino Santiago: sus abuelos paternos D. José Núñez y doña Vicenta Palacios naturales de Ciudad Real: los maternos. D. Francisco Blanco y Doña Francisca Buzó naturales de la ciudad de Valencia; que fue su padrino su abuelo materno feligrés de la de San Esteban a quien advertí el parentesco espiritual que había contraído, y lo firmé.
En lo que se refiere a la defensa de la libertad, aparece en 1834, aún veinteañero, en la Milicia Nacional de Madrid, organización patriótica paramilitar que defendía los intereses liberales y que había sido restablecida este mismo año durante la regencia de María Cristina: Ocurrencias de antes de ayer tarde. Imposible parece que llegue a tanto la audacia de los enemigos de nuestra prosperidad que osen insultar en medio de las calles de la capital a los que se deciden por la justa causa; pero desgraciadamente es cierto. En la tarde indicada Roque Lorenzo, criado de la Sra. Marquesa de Goyeneche, ultrajó a Juan Gómez Ribera, miliciano Urbano, llamándole soldado del Papa; y viéndose contestado por él le hirió en la sien con un palo: agolpóse la gente, acudieron paisanos y Urbanos, y atraído el celador del barrio por el rumor, reconoció la casa de la referida señora marquesa, sita en la Red de San Luis y donde se había refugiado el agresor…. No se hubiera restablecido la tranquilidad y disuelto la reunión, si no se hubiese presentado un capitán de granaderos del primer batallón de la Milicia Urbana D. Manuel Elizaicín[i], quien ayudado del prestigio del cuerpo y graduación, y de los esfuerzos de don José de Lara, D. Ramón Pingarrón y D. Bernardino Núñez de Arenas, teniente y subteniente Urbanos, consiguió esparcir los grupos, (Diario balear Número 54 - 1834 mayo 24).
En 1836 acude al recibimiento de un regimiento de la Guardia Real que vuelve a Madrid tras vencer en la batalla de Mendigorría: RECIBIMIENTO DEL 4º REGIMlENTO DE LA GUARDIA REAL. El recibimiento que hicieron á los valientes del 4.° regimiento, excitó la sensibilidad de todos los que lo presenciaron. Salieron muy temprano y llegaron á la una, poco mas ó menos, á la Pradera de los Guardias donde los esperaba la Guardia Nacional de Madrid de infantería y caballería colocada del modo siguiente: Los cuatro bata1lones de infantería estaban formados en batalla por su orden á la derecha del camino, seguía á estos la caballería, situada de la misma manera. Tan luego como se divisaron los valientes de la Guardia Real que venían de vencer en Mendigorría, un grito de universal aplauso sofocó por un momento el estruendo de las marciales músicas que venían entonando el himno de Riego. Confundidos Nacionales, Guardia, Real y paisanos formaban una sola columna, que ocupaba todo el camino, y cuyos flancos estaban llenos de un numeroso gentío que se agolpaba á ver á los valientes de la guardia. Las lágrimas de los patriotas corrían en abundancia al presenciar este grandioso cuadro que la pluma difícilmente puede expresar. A seguida de estas y otras manifestaciones de júbilo que no tenemos presentes, se acordó invitar, como se verificó, por medio de tres enviados de la reunión, al Excmo. Duque de Zaragoza, á que viniese á disfrutar de la satisfacción de este magnífico cuadro. Vino en efecto, y se multiplicaron los brindis y viva. Acto continuo se acordó enviar una diputación compuesta de tres individuos, que lo fueron don Bernardino Nuñez de Arenas, D. Manuel Gómez de la Serna y D. Ángel Nuñez, para convidar á los Sres. Mendizabal, Heros y Becerra (El Español Diciembre 1834).
Sigue en 1837, ya elegido capitán, en la Milicia (Eco del Comercio de 14.8.1837). Su actuación allí, ha sido estudiada por María del Carmen Simón Palmer (1974) en el artículo: “Intelectuales y artistas en la Milicia Nacional de Madrid”, Anales del Instituto de Estudios Madrileños, 10. Y se indica allí que: Aún cuando en octubre de 1836 se le nombró para formar parte de los Consejos de Subordinación, lo que podría hacer pensar en que sus jefes inmediatos confiaban plenamente en su honradez, examinando la correspondencia intercambiada a partir de aquel momento se observan algunas pequeñas irregularidades y repetidas protestas de lealtad, finalmente inútiles, al descubrirse que al parecer dispensaba a algunos milicianos del cumplimiento de sus obligaciones a cambio de dinero… Al parecer Núñez Arenas tuvo dificultades desde el principio para hacerse respetar u conseguir que sus subordinados cumpliesen con el Reglamento de la Milicia, porque en distintas ocasiones reconoce que su Compañía era un completo desastre … Invitado a dimitir, Bernardino prefiere sufrir una oportuna enfermedad, pero más tarde, procesado por sus irregularidades, lo intentó en varias ocasiones sin que fuera aceptada su renuncia. Finalmente, y pese a las varias pruebas presentadas en su contra, resultó absuelto.
En lo que se refiere a su carrera administrativa, había empezado a trabajar en Huete, en correos, muy probablemente con ayuda paternal. Tuvo que recurrir con posterioridad para que se le reconocieran ese primer trabajo en su antigüedad como funcionario. En la orden consiguiente (15/07/1852, nº 6597) donde se resuelve su recurso se describe su modesta carrera como funcionario público:
Que D. Bernardino Núñez de Arenas sirvió la administración de correos de la ciudad de Huete, de nombramiento del director general del ramo, desde el 1º de Abril de 1822 hasta fin de marzo de 1823, en que la abandonó con motivo de las frecuentes invasiones de las tropas realistas al mando del general Besieres. Que desde esta época permaneció Núñez cesante, hasta que por real orden de 29 de octubre del mismo año fue nombrado oficial cuarto de la secretaría de la sección del interior en el Consejo Real de España e Indias con 10.000 reales anuales. Que por real orden de 13.5.1836 fue ascendido Núñez a oficial tercero de la Hacienda Pública, con destino a la contaduría general de valores. Que desde 1º de diciembre de 1841 sirvió de auxiliar de la empresa de arriendo de la sal con 20.000 reales anuales, haciendo cesado en 10 de octubre de 1844 por ser incompatible su ocupación con los trabajos de las Cortes… Vengo a declarar que D. Bernardino Núñez Arenas, al desempeñar la administración de correos de Huete, adquirió el carácter de verdadero empleado público; y que los servicios prestados en ella después de haber cumplido los 16 años de edad, son de abono para su clasificación como si hubiera obtenido real nombramiento. Dado en Aranjuez a 16.6.1852, El ministro de la Gobernación Manuel Bertrán de Lis.
Se complementa el historial anterior con el hecho de que en 1839 alcanzó el puesto de jefe de sección, continuando siendo oficial tercero: En nombre de mi augusta hija la Reina doña Isabel II he tenido a bien nombrar gefe de sección en la dirección general de aduanas; y tercer oficial á don Bernardino Núñez Arenas, que lo es de la clase de terceros en la contaduría general de valores. Real Decreto de 13.9.1839
Pero, una vez que fue diputado en 1840, ya compaginará esta labor con el desarrollo de muy variados nombramientos entre los que cabe citar: Oficial de los Consejos de España e Indias y de Hacienda pública, jefe superior de Administración y consejero real de Agricultura, Industria y Comercio, Director General de Agricultura y, durante el bienio progresista (1954-1956), director de la Escuela de Montes situada en Villaviciosa de Odón. Como resultado de esa experiencia escribió Cartas sobre la existencia y conservación de los montes, impreso en 1854 en el establecimiento de Francisco Mellado.
En 1854 es elegido vocal para la Comisión que ha de organizar la participación española en la Exposición Universal de París de 1855. La Comisión habría de estar compuesta de personas que por su inteligencia en las artes y en la industria, y por sus relaciones y posición social, aseguren el buen éxito de sus tareas (RO 26.5.1854). Acompañan a Bernardino, Pascual Madoz, Agustín Pascual y su futuro consuegro Francisco de Paula Mellado, entre otros.
Se jubiló en 1861: Se le declara el haber anual de 24.000 rs a D Bernardino Núñez Arenas, vocal jubilado de la junta de clases pasivas y en la actualidad consejero de agricultura, industria y comercio, (La Correspondencia de España: diario universal de noticias Año XIV Número 1049 - 1861 agosto 9).
Sin embargo, desde 1854 cobraba una pensión por incapacidad. Se especifica en un expediente que se puede consultar en PARES que en ese año contaba con 48 años de edad.
Con aficiones literarias, son numerosas las citas donde aparece bien como escritor, bien como director de algún medio o, bien como industrial de la imprenta o de industrias auxiliares. Desde luego, se relacionó intensamente con los escritores románticos de su época, y mantuvo una relación muy estrecha, después familiar, con el impresor y editorialista Francisco Mellado.
Escribió la novela histórica El Siglo XVI en Francia, ó, Ulina de Montpensier, imprenta de Palacios, 1831. Participó en 1837 en la revista Observatorio Pintoresco con los artículos “Fragmentos de un Delirio”, “Un Recuerdo” y “El Sueño”, de marcado carácter romántico (Borja Rodríguez Gutiérrez: La narración breve en tres revistas románticas: "Observatorio pintoresco" (1837), "El Panorama" (1838-1841), "La Alhambra" (1839-1843)). Colaboró también en el Semanario Enciclopédico EL Iris, dirigido por Francisco Mellado.
Fue socio de la Sociedad Económica de Amigos del País, como también del Liceo Artístico y Literario de Madrid. Coincidió allí con muchos de sus socios y amigos. En un artículo sobre Francisco Mellado (López Zazo, R. (2010): la actividad editorial de Francisco de Paula Mellado) se cita a ambos en relación al Liceo: Hijo de su tiempo, Mellado participó activamente en la vida social del Madrid isabelino. En 1838 aparece ya como miembro del Liceo Artístico y Literario de Madrid, centro de reunión y una de las principales instituciones culturales del Madrid romántico, junto a las tertulias en los cafés como la ya nombrada del café Solito, o la de “El Parnasillo” en el café Príncipe, que tuvo un carácter mayormente literario, y al que acudían literatos, artistas y periodistas, que era entonces la profesión de Mellado. Este era miembro de la Sección de Literatura. Personajes que tuvieron relación con Francisco de Paula también fueron miembros del Liceo, como el poeta Gregorio Romero Larrañaga, su futuro consuegro Bernardino Núñez de Arenas, o Salvador Bermúdez de Castro y Díez. También acudían al Liceo escritores como Enrique Gil, Bretón de los Herreros, Gil y Zárate, Patricio de la Escosura, Larra, Espronceda, o el mismo Mesonero Romanos; impresores como Sancha, Burgos, el editor Delgado, o grabadores como Peleguer, Ortega y Castelló.
En esta Sección de Literatura del Liceo pueden añadirse también, en los mismos años, al malagueño Serafín Estébanez Calderón y a Dionisio Alcalá Galiano (El Liceo Artístico y Literario Español, 1838), aunque creo que debe ser Antonio Alcalá Galiano, hijo del marino Dionisio.
Pero su aventura más conocida fue la puesta en marcha en 1834 de uno de los periódicos románticos por excelencia: El Siglo, del que Espronceda fue el alma mater y donde escribieron figuras tan conocidas como Ros de Olano, Ventura de la Vega, Joaquín Francisco Pacheco[ii] o el propio Bernardino. La publicación se declaró defensora de las ideas liberales y románticas, anticarlista y aperturista. Sus problemas con la censura fueron muchos y, por ello, su vida efímera, poco más de un mes, 14 números.
En lo que se refiere a su actividad económica o empresarial se cita, en primer lugar, que aprovechó la desamortización de Mendizábal (1836-1837) para hacerse con buena cantidad de tierras. Compró al menos en la provincia de Cuenca, en Garcinarro y en Mazarulleque, muy cerca de Huete donde nació. Compró también en Navarra. Fue también propietario de tierras en Villaviciosa de Odón, donde él mismo tenía casa y pasaba largas temporadas, pero desconozco el momento de su compra. Algunas de esas fincas de Navarra o Villaviciosa las vendería más adelante a su consuegro Francisco Mellado del que más adelante se hablará.
Una vez diputado, debió Bernardino participar de muy diversas empresas, algunas de las cuales cabe citar:
Aparece así Bernardino en 1847 como fundador del "Banco Español de Ultramar y empresa de correos marítimos". Sobre este banco indica la Wikipedia que: fue una entidad financiera española creada por iniciativa privada en 1845-1846 por un grupo de empresarios españoles, encabezados por Francisco de las Rivas, Pedro Juan de Zulueta, Antonio Jordá y Guillermo O'Shea [iii], con la presidencia de Francisco de Paula de Borbón (tío de Isabel II) y con un capital de 200 millones de reales.
Su objetivo primordial y casi único fue la absorción y posterior gestión de la Empresa de Correos Marítimos de La Habana fundada en 1827 que mantenía la concesión del servicio postal entre la Gran Antilla y la península ibérica. La absorción se produjo en 1846 a través de un acuerdo privado, y obtuvo la concesión definitiva del servicio postal de ultramar en 1847, siendo en la práctica la única actividad que desarrollo el banco. La deficiente gestión del servicio postal por la empresa creada en tiempos de Fernando VII, hizo que Juan Álvarez Mendizábal, hombre fuerte de los gabinetes económicos en tiempos del reinado de Isabel II, apoyase la operación. Un año después de hecha efectiva la concesión, el Banco Español de Ultramar había incumplido sus obligaciones, la más destacada la promesa de ampliación de los servicios de sólo cuatro goletas, por más goletas y barcos de vapor. El incumplimiento coincidió con una operación de fusión del banco con el Banco de Fomento y el Banco de La Probidad para formar el Banco de Fomento y Ultramar que absorbió los negocios de las tres compañías y, por tanto, los bienes, deudas y concesiones del Ultramar. La tarea especulativa del Banco de Ultramar, junto con otros problemas, llevó a la quiebra poco después al Banco de Fomento y Ultramar.
En los Estatutos del banco (imprenta de Mellado), en su órgano ejecutivo o comisión inspectora, se recogen las siguientes personas:
El Vice-presidente, Duque de Veraguas — El Director, Antonio Jordá.—Los vocales de la Comisión Inspectora y Junta Consultiva.—Viuda de Lavin é hijo.— Manuel de Villota y Lavin — Gabino Gaseo — Bernardino Nuñez de Arenas.— Ramon de Villota.— Bernardo de la Torre y Rojas—Manuel Gil Santibañez — Antonio González — Gaspar de Soliveres — Lorenzo García — El conde de Yumuri — Matías Ángulo.—Pedro Tomás de Córdoba.— José Landero y Corchado — Marqués de Ordoño — Manuel Gil y Gil — Juan Manuel Muela.— José María Monreal — Francisco de Paula Mellado— Manuel Fernandez Cadiñanos.—Marqués de Campo-Verde — José de la Peña Aguayo — Isaac Nuñez de Arenas.
De donde cabe destacar además del diputado y senador Antonio Jordá Santandreu como director y el Duque de Veraguas como Vicepresidente [iv], al propio Bernardino, a su hermano Isaac Núñez Arenas, como abogado consultor de la compañía, y a su futuro consuegro, Francisco de Paula Mellado. Junto a ellos también, Bernardo de la Torre y Rojas como Consultor General. Bernardo de la Torre (1792, Ecija – 1875, Madrid) fue un abogado y militar que desarrolló variados puestos de responsabilidad pública. Estaba vinculado a Villaviciosa de Odón por cuanto fue administrador de los bienes de la Casa de Chinchón, con intereses en esa localidad que incluían su castillo, y fue el fundador y primer director de la Escuela de Montes que se abriría allí, en el citado castillo, en 1848. Precisamente Bernardino, fue también director de la escuela en el breve paréntesis del Bienio Progresista (1854-1856). Sucedió y fue sucedido por Bernardo. En el cementerio de Villaviciosa está también la tumba de Bernardo junto a la de los Campuzano.
En 1843 pone Bernardino en marcha una industria de caracteres de imprenta y quizás otra, o la misma, para el grabado:
En las mismas fechas en las que nació “La Unión Literaria”, concretamente el 30 de enero de 1843, se escritura una sociedad para establecer una Fábrica de Fundición de Caracteres de Imprenta en Madrid. Mellado figuraba entre los socios de la misma.
El resto de asociados eran Lorenzo Landeta, Bernardino Núñez de Arenas, José Cosme Peña, Francisco de Iturribarria, José Manuel Carranza, José de Rada, José María Castro, Juan Ignacio Crespo y Nazario Carriquiri, este último incorporado el 25 de septiembre del mismo año. El objeto de esta sociedad era fundir caracteres de imprenta de todas las clases… El 25 de octubre de 1845 Mellado, junto con Modesto Lafuente, Bernardino Núñez de Arenas, y Nazario Carriquiri, refunden la anterior sociedad, ya que los otros socios les ceden sus acciones. En esta Mellado posee 41.000 reales. Crean así la Sociedad Fundición Española de Caracteres de Imprenta, con un capital de 300.000 reales, de los cuales cada socio aportará 100.000 (López Zazo, R. (2010), opus cit.).
Por su parte, también en 1843 aparece en el Boletín de la provincia de Cáceres (28.7.1843) el anuncio de un nuevo periódico que, para mayor prestigio indica que: “Para la parte de grabados contamos con la excelente fábrica de fundición, y clisaje que ha establecido en Madrid don Bernardino Núñez Arenas, cuyos modelos pueden competir con los del extranjero”.
En 1859 aparece como socio de la empresa minera Sociedad de desagüe y explotación en Sierra Almagrera: El capital social es de 8.000,000 de reales representado por 4,000 acciones de 2,000 reales cada una. Se compone el consejo de administración de El Excmo. Sr. D. Juan de Lara, ex-ministro de la Guerra, teniente general y senador del reino. Presidente. Excmo. Sr. D. Alejandro Olivan, ex-ministro de Marina y senador del reino. Excmo. Sr. D. Patricio de la Escosura.ex-ministro de la Gobernación. Excmo. Sr. D. José de Zaragoza, ex-consejero real. Excmo. Sr. D. Juan Ortega y Pavín, brigadier y propietario. limo. Sr. D. Aureliano Bemete, consejero de agricultura. Sr. D. Bernardino Nuñez Arenas, propietario y diputado á Cortes ... (La América, 26.6.1859).
En 1862 aparece en el Consejo de Administración de una entidad financiera: Consejo de la Caja General de Imposiciones y Descuentos, Sociedad de Crédito, Consejo de Vigilancia, Presidente Excmo. D. Luis González Bravo, ex presidente del consejo de ministros. Ilmo. Bernardino NA, consejero general de agricultura, diputado a Cortes y propietario, (La Correspondencia de España: diario universal de noticias Año XV Número 1353 - 1862 febrero 27).
Debió tener también intereses en el ferrocarril, la gran obra del siglo XIX, realizada con capital privado pero subvencionada con fondos públicos. Es muy conocida la anécdota que le atribuye haber utilizado sus influencias para evitar que el tren pasase por Villaviciosa de Odón, lo que podría haber llevado allí a demasiado público que hubiera perturbado a los veraneantes entre los que él mismo se encontraba. En 1860, es posible encontrarlo en una comisión del Congreso donde se da el visto bueno al anticipo de las subvenciones a las compañías ferroviarias: Hé aquí el dictamen nuevamente redactado por la comisión del Congreso, sobre el proyecto de ley presentado por el señor ministro de Hacienda, facultando al gobierno para hacer anticipos á las empresas de ferrocarriles á cuenta de las subvenciones. Proyecto de ley. Se autoriza al gobierno para que usando de los medios señalados en la ley de 22 de mayo de 1859, pueda anticipar á las empresas de ferrocarriles subvencionadas por el Estado la parte de la subvención que considere oportuno, siempre que aquellas abonen al Tesoro por las sumas recibidas e1 interés que el mismo pague por el anticipo realizado. Bernardino Nuñez de Arenas.—Miguel María Fuentes—Joaquín Maria de Paz —Jaime Sánchez— Mariano Ballesteros (La discusión 2.11.1860). A continuación, defendió el proyecto en la cámara en debate que se produjo el 3.11.1860, acusando al portavoz del partido progresista Núñez de Prado, que ponía algunos inconvenientes, de estar vinculado a los intereses del ferrocarril:
Abierta discusión sobre este proyecto, dijo El Sr. Núñez de Prado: … lo que se (quiere) hacer aquí es una innovación de contrato… En nuestra legislación de ferrocarriles no teníamos hasta 1844, mas que la ley de 20 de febrero de 1851, donde se decía que el gobierno podría auxiliar a las empresas con la garantía de 6 por 100 y del 1 por 100 de amortización. A pesar de la claridad de estos términos, sabidos son los abusos que se cometieron a la sombra de la ley: Hubo gobierno que, fundándose en ella, se creyó autorizado para contratar los ferrocarriles pagándolos directamente por el Estado, empezando las obras antes de la licitación, y luego verificándose esta con la condición de que el concesionario había de pagar los gastos causados y sus intereses. De aquí la falta de concurrencia; de aquí que se abonasen por 16 millones obras que valían cuatro, porque se decía que la tasación debía hacerse á prorrata del importe total del camino, no por lo que ellas intrínsecamente valiesen. Pues bien: si esto sucedía entonces con aquella ley tan concisa y tan clara, ¿qué no podrán hacer los gobiernos con la ley que hoy se somete al Congreso? En ella se da al gobierno facultad de conceder á las empresas la parte de subvención que considere oportuna; y si esto se establece ¿no podría un gobierno decidir que considera oportuno anticipar á una empresa todo su capital?
El Sr. Núñez Arenas
No hay novación de contrato en el fondo, como supone el Sr. Núñez de Prado: no se hace mas que variar una forma en beneficio de estas compañías. El gobierno, conociendo que podían presentarse circunstancias en que las empresas necesitasen su auxilio, ha dicho: no tengo inconveniente en que la subvención que debía darse en cierto tiempo y estado de las obras, se de á buena cuenta cuando lo crea oportuno. Y estas palabras 'dan al gobierno la facultad, no le imponen la obligación de prestar esos servicios á las empresas. La comisión se ha asociado á los deseos del gobierno porque desea favorecer lo posible á las compañías. Dice S. S, que en este país encuentran muchas facilidades las empresas; extraño que el Sr Nuñez de Prado se queje de qua encuentren facilidades las empresas que forman la especialidad de S. S. (La Discusión, 4.11.1860).
Por último, y en lo que se refiere a su carrera política, fue elegido diputado a Cortes en seis ocasiones, falleciendo en calidad de tal: Elecciones 19.1.1840 (Ciudad Real). 3.9.1844 (Madrid), 25.3.1857 (Toledo), 31.10.1858 (Toledo), 11.10.1863 (Toledo)y 1.12.1865 (Toledo).
No resulta fácil reconstruir la carrera política de Bernardino por cuanto las noticias de prensa, o el archivo del Congreso disponible en internet, no suelen especificar el partido político por el que se presentan los candidatos o por el que salen diputados.
Bernardino parece ser liberal en su juventud, al menos en la medida en que perteneció a la Milicia Nacional. A falta de más información, en las primeras elecciones a las que se presenta sin éxito, parece estar aún en las filas del partido progresista. En lo quizás pueda considerarse su punto de inflexión y su giro hacia posturas más conservadoras, publica en 1840 un librito o folleto, en la imprenta de Mellado, que bajo el título: De nuestra situación. Moderados. Exaltados. Tercer partido, por Bernardíno Nuñez de Arenas diputado y miliciano nacional, abogaba por un tercer partido que quedaría entre los dos entonces existentes, el progresista y el moderado o conservador. Abogaba en realidad (puede verse al respecto: José Luis Ollero Vallés (2006): Sagasta de conspirador a gobernante, Ed. Marcial Pons), por un partido conservador pero más centrado que el partido moderado, terreno que sería en aquel entonces ocupado por los llamados moderados puritanos, grupo renovador liderado por Joaquín Francisco Pacheco. Pero no he encontrado citado a Bernardino con ellos pese a la cercanía de sus posiciones.
Este grupo de puritanos junto a los progresistas “templados” o menos radicales, “puros”, acabaron apoyando más adelante la estrategia de una tercera vía como fue la que llevó a cabo O’Donnell y su nuevo partido Unión Liberal. Este general, tomó el poder cuando finalizó el bienio progresista 1854-1856 que él mismo había ayudado a instaurar mediante un pronunciamiento, la Vicalvarada, y continuó en el gobierno hasta 1857 en que sustituido por el moderado Narváez. Pero volvió al poder de 1857 a 1863 en lo que se denominó el gobierno largo de O’Donnell. Mano derecha y mano férrea del general en el ministerio de Gobernación fue José Posada Herrera, muñidor de las elecciones: Cuando era ministro de la Gobernación fue denominado "el gran elector", dada la falta de escrúpulos y habilidad para que en las elecciones se mantuviera el control gubernamental del resultado, dándole la victoria, en un papel idéntico al que más adelante realizaría Romero Robledo para el presidente Cánovas del Castillo, ahora también en el partido puritano y protegido por su líder Pacheco.
Precisamente, como un hombre de Posada se define en un medio de prensa a Bernardino en estos años, presentándose a Diputado por la circunscripción de Illescas en Toledo: Sección electoral. El distrito de Illescas, en la provincia de Toledo, es un verdadero campo de Agramante en donde luchan todos los partidos todas las pasiones. Nueve candidatos han salido, cada uno de distinto color; pero el que hace rudísima oposición es el joven abogado don Eladio Bernálder. Disputa la elección al protegido del señor Posada, don Bernardino Núñez Arenas, dimisionario por una cuestión política, de vicepresidencia de este Consejo provincial y no se comprende que un empleado en disensión tan ostensible con el gobierno, sea su candidato oficial en un distrito a las puertas de la corte, apoyado con todo el empeño y más que puede emplear la Casa de Correos y el señor gobernador de Toledo. No obstante cuanto en el programa famoso dijo el ministerio sobre elecciones, no es posible que ningún gobierno anterior haya hecho más evoluciones que el gobernador de Toledo está practicando hoy con los electores de la provincia. Día llegará que publiquemos una lista de las multas, apremios, denuncias, separaciones de alcaldes, turrones repartidos y otras habilidades de influencia moral á que se apela para conseguir el triunfo de los candidatos ahijados de la casa de la gobernación. A pesar de todo, el gobierno cuenta hoy perdida la elección en los distritos de Toledo, Torrijos, Illescas y Madridejos, no teniéndola muy segura en algún otro donde los candidatos son ahijados de la casa de Gobernación. E. Escalera, La Iberia, 1321, 20.10.1858).
Aparece también como tal hombre de Posada en un trabajo donde se analiza el clientelismo: El importante volumen de peticiones concernientes a nombramientos de familiares y amigos confirman, … el trascendental papel que el círculo de parientes y allegados desempeñaron en la configuración y articulación de las clientelas políticas. La norma general vino marcada por las meras recomendaciones de familiares para cargos, abrumadoramente relacionados con la administración, realizadas por los prohombres del unionismo y diputados a Cortes castellano-manchegos del amplio círculo de amistades de Posada Herrera. Baste recordar, entre una amplia lista … la reposición de dos unionistas cesantes de los ramos de Fomento y Bienes Nacionales, hijo y cuñado de Núñez Arenas -el solicitante- (Juan Antonio Inarejos Muñoz 2008: Los parientes del diputado: las redes familiares del caciquismo liberal, Coloquio: Familia y organización social en Europa y América siglos XV-XX Murcia-Albacete 12-14 diciembre 2007
(El único hijo varón de Bernardino fue Fernando, mientras que el cuñado creo que debe ser Francisco Bravo Coronado, ya que el otro cuñado, Juan Bravo Coronado fue un médico de reconocido prestigio).
Por último, en lo que se refiere a la ideología de esta Unión Liberal me parece muy oportuno lo que se resume en la wikipedia: La mayor parte de los historiadores afirman que la Unión Liberal no tenía una ideología concreta, un reproche que en su día le lanzó el político progresista Fernández de los Ríos.
Un repaso de sus éxitos y fracaso electorales lleva a lo siguiente:
En 1836 se presentó a diputado por Ciudad Real en compañía de su tío José Núñez Arenas, ambos sin éxito. En esta ciudad tenían raíces como también las tenía el primero de la lista, Baldomero Espartero, nacido allí.
En 1838 se presenta por Cuenca en una segunda vuelta para cubrir una vacante (Revista Española, 28.7.1838). Lo hace de nuevo en 1839 (El Corresponsal 7.8.1839).
En 1840 obtiene por vez primera acta de diputado. Se presentó en Ciudad Real por el partido moderado, denominado en esta ocasión monárquico constitucional.
CIUDAD REAL. Las elecciones de esta provincia. Son bastante animadas; se hecha de ver que luego que ha quedado desembarazada de facciosos revive el espíritu público que estaba ciertamente amortecido. Generalmente se inclina la balanza al lado de la moderación, porque lo que ante todas cosas hace falta á los manchegos es la paz, como único elemento de su prosperidad. Ha sido notable lo ocurrido en esta pequeña capital el primer día da elecciones , pues muy de mañana se vieron entrar en ella multitud de carros cargados da electores y algunos en coches, que venían de los pueblos del distrito electoral, particularmente de Torralba y de Carrión, impulsados por los agentes progresistas para ganar la elección de la mesa, persuadido» de que permanecerían en su aparente apatía los vecinos de Ciudad Real; pero se equivocaron, porque esta especie de alarma política picó el amor propio de los idólatras de su capital y salieron á la palestra decididos á triunfar, como en efecto se verificó, pues de setecientos y mas votantes sacaron los moderados mas de quinientos votos. Es de advertir que no fue necsario cantar el Te Deum por esta victoria, pues concluida la lucha quedaron muy serenos y en buena amistad los vencedores y los vencidos. Esto prueba que no hay animosidad de partidos en la mancha ; los que pretendan darle este nombre á ciertas desavenencias que suelen notarse entre algunos pueblos de la provincia se equivocan, pues no son hijas de opiniones políticas si no de algunos intereses locales. Por las noticias que hasta el dia se tienen de los distritos electorales llevan los moderados una inmensa mayoría en la votación (El Corresponsal 27.1.1840). El triunfo del partido monárquico - constitucional ha sido el más completo, pues no solamente ha sacado en la primera vuelta los seis diputados sino también el suplente (El Corresponsal 6.2.1840). Para Diputados: D. Francisco González Elipe, D. Diego Medrano, D. Ramón Maestre, D. Bernardino Nuñez Arenas… (BOE de Ciudad Real 2.2.1840).
En 1843 está en la Diputación de Madrid, por el partido moderado: Según los datos y las noticias que hemos recibido, parece fuera de duda que en las elecciones para la diputación provincial de Madrid han predominado los hombres adictos á la situación actual, y que se reunirá una mayoría de sujetos pertenecientes al partido parlamentario. En Getafe ha salido elegido D. Agustín Marcoartú. En Colmenar D. Bernardíno Nuñez Arenas (La Posdata 24.10.1843).
En las elecciones a Cortes de 1844, vuelve a presentarse por el partido moderado, de nuevo denominado monárquico constitucional. Se presenta por Madrid, rodeado por primera figuras, en la es, creo, su mayor éxito en su carrera como diputado.
CANDIDATURA DE MADRID para diputados a Cortes, acordada anoche por las personas influyentes del partido monárquico-constitucional. Diputados: Excmo. Sr. D. Francisco Martínez de la Rosa, embajador de S. M.; Sr. D. Cándido de Nocedal, abogado, ex-diputado, secretario del último Congreso; Exmo. Sr. D. Antonio Alcalá Galiano, ex-ministro de Marina, Comercio y Ultramar; Sr. D. José María Fernández de la Hoz, propietario, abogado y diputado provincial; señor don Pablo Cabrero, fabricante y propietario; señor D. Bernardino Núñez Arenas, ex-diputado á cortes y actual diputado provincial; Excmo. Señor duque de Ábranles, propietario y ex- diputado á corles; Sr. D, Manuel Guerrero, idem, abogado y teniente alcalde constitucional do Madrid; Sr. Don José Eugenio Equizabal, ídem ídem; Excmo. señor Marqués de Povar, idem, ídem. (La Posdata 27.8.1844 y 3.9.1844).
Después de esta etapa como diputado, Bernardino probablemente abandonó el partido moderado por razones que desconozco. En 1846 parece que hace un intento de volver al partido progresista que resulta fallido: Huete 2.5 de noviembre. — (De nuestro corresponsal.— Creo que recibirán con gusto las comunicaciones que les dirija poniéndoles al corriente de lo que pasa en este país en asunto de elecciones. El domingo 22 tuvieron los electores del partido moderado una reunión en el pueblo de Torrejoncilo, sección que creo va á ser de este distrito de Huete, en la cual determinaron presentar como candidato en las inmediatas elecciones á don Ramón Bordaji y Parada, diputado en las últimas cortes, y los progresistas piensan presentar á don Bernardino Núñez Arenas (El Tiempo, Diario Conservador, 29.11.1846).
Pasado algunos años, vuelve a presentarse ya en las filas de la Unión Liberal donde estará hasta el final de su vida. Así, lo hace primero en las lecciones de 1857 por la circunscripción de Illescas, Toledo, donde también seguirá en adelante: Según verán nuestros lectores por la carta de Toledo, que publicamos en otro lugar, los candidatos ministeriales de la provincia de Toledo, son: por Illescas el señor don Bernardino Núñez Arenas. En el de Illescas dícese igualmente que combatirán al candidato ministerial los señores don Félix Martín (progresista), y don Víctor Martín (moderado) (La España, 24.2.1857).
Vuelve a presentarse en 1858, 1863 y 1865: Ayer se reunieron los unionistas en casa del marqués de Valdeterrazo con objeto de nombrar un comité electoral. La Correspondencia hace la reseña de esta reunión en los términos siguientes: «En esta reunión se ha acordado formar el comité general central del partido, que ha de imprimir dirección y dar unidad á los esfuerzos de todos sus correligionarios en las próximas elecciones. Después de una animada discusión en la que reinó la mas completa armonía, se procedió á la constitución del comité, que se compone de los señores siguientes: … Martin Larios. D. Antonio Méndez Vigo. D. Bernardino Nuñez Arenas… (La España, 8.11.1865).
Su mujer falleció en 1862: Hoy se han celebrado en la parroquia de San José los funerales por el alma de la ilustrísima señora doña Fernanda Brabo, esposa del diputado a cortes y hombre público, D. Bernardino Núñez Arenas, cuya señora falleció el día 8 del corriente, (La Correspondencia de España: diario universal de noticias Año XV Número 1603 - 1862 noviembre 11).
Por su parte, Bernardino fallece en 1865: Para mañana a las once están invitados a asistir al puente de Segovia todos los amigos del ya difunto Sr. D. Bernardino Núñez Arenas, con el objeto de recibir el cadáver de dicho señor, y asistir a la inhumación que se verificará en el cementerio de la Sacramental de San Lorenzo. El farmacéutico Sr. Ulzurrum, acompañado de varios profesores de medicina, se trasladó ayer a Villaviciosa, donde falleció el Sr. Núñez Arenas, con el objeto de embalsamar el cadáver, cuya operación se hizo en presencia del subdelegado de medicina de Navalcarnero. (La Correspondencia de España: diario universal de noticias Año XVIII Número 2882 - 1865 diciembre 22).
Anteanoche se celebraron en Santo Tomás los funerales por el alma del ilustrísimo Sr. Bernardino Núñez Arenas. El catafalco era suntuoso y casi llegaba a la media naranja. Una numerosa y bien dirigida orquesta, así como un gran conjunto de voces, realzó la solemnidad de aquel grandioso acto, en que veían representadas todas las clases de la sociedad y hombres de todos los partidos, que sin duda quisieron dar esta prueba ostensible del aprecio y de las simpatías que les merecía el finado (La Correspondencia de España: diario universal de noticias Año XIX Número 2892 - 1866 enero 1).
Nosotros, que profesábamos un particular cariño al Sr. Núñez Arenas, nos asociamos de todo corazón al sentimiento casi unánime que ha producido su muerte, y enviamos nuestro pésame á su apreciable familia. Presidían el duelo el general O'Donnell, los señores Posada Herrera, Goicorrotea, Coronado, el digno continuador de El Diablo Mundo, Sr. D. Miguel de los Santos Álvarez, y el Sr. Crespo (La Época, 31.12.1865).
Es interesante la lista de personas que presiden el duelo ya que se trata de sus compañeros de partido y algunos amigos:
Leopoldo O'Donnell, figura suficientemente conocida, fue ministro en varias ocasiones y presidente del gobierno en 1856, 1858 a 1863 y en 1865 a 1866. Presidente del partido Unión Liberal donde militó Bernardino al final de su vida.
José Posada Herrera, mano derecha del anterior, muñidor de elecciones, "el gran elector", como fue llamado con ironía.
Por Goicorrotea pueden referirse el periodista a Francisco o a su hermano Román Goicorrotea Grábalos, ambos diputados.
Coronado creo que debe ser Carlos María Coronado y Parada (4.11.1814, Huete – 17.6.1891, Madrid). Hijo de José Coronado y Martos de Madrid, empleado en «una de las oficinas de los Consejos» y de Josefa Parada y Alonso de Ojeda, de Huete, hija de Vicente de Parada Henestrosa y Otazo, regidor perpetuo de Huete y patrono de su hospital de San Juan Evangelista, y de doña Tecla Alonso de Ojeda y Guilarte. Comparte con Isaac Núñez Arenas el haber nacido en el mismo pueblo y parecido año, haber estudiado en la misma universidad de Alcalá 1832 y haber sido catedráticos en la Universidad Central. Estuvo casado con María de la Presentación Sánchez Merino, natural de Madrid, el 12 de enero de 1840, que falleció el 27 de abril de 1889. Fue diputado provincial de Madrid en 1857 y, sobre todo, uno de los hombres fuertes del partido moderado en Cuenca y diputado y senador por esa provincia en numerosas ocasiones. También Director General de Rentas en 1867 y Ministro de Justicia en 1868.
Por último, y parece que representando al mundo literario, asiste Miguel de los Santos Álvarez (8.7.1818, Valladolid – 18.11.1892, Madrid), ardiente liberal, poeta, amigo íntimo de Esprocenda (El Heraldo de Madrid, 15.11.1892).
Fueron los hijos de Bernardino y Fernanda: Fernando, Carmen, Amelia y Matilde Núñez Arenas Bravo.
Fernando Núñez Arenas Bravo (¿ - 2.2.1883), jefe de negociado de segunda enseñanza del Ministerio de Fomento cuando fallece, casó con Carmen Méndez de Vigo y Fernández Cuevas, hija de Modesta Fernández Cuevas y Antonio Manuel Méndez de Vigo y Pérez Santamaría. Tuvieron a:
Bernardino Núñez Arenas Méndez de Vigo. Aparece en 1884 como bachiller aprobado en el Instituto Cardenal Cisneros, (La Correspondencia de España: 1884 julio 21).
Antonio Núñez Arenas Méndez de Vigo casado con Elisa Álvarez Bisbal.
Fernanda Núñez-Arenas Méndez de Vigo (¿- 1972) casada con José Robles Pérez (1871, Málaga - 1916), profesor en varias Escuelas de Comercio, hijo de Enrique Robles Postigo y Virgina Pérez Benavides. Tuvieron a José María y a Antonio Robles Núñez Arenas, oficiales de ingenieros, y a Carmen y Virginia Robles Núñez Arenas (1908 - 7.12.2005).
Carmen Núñez Arenas Bravo casó con Antonio Manuel Méndez de Vigo y Pérez Santamaría (11.8.1817 - ?), viudo de Modesta Fernández Cuevas y, por tanto, suegro de su hermano Fernando. Tuvieron a:
Amelia Méndez de Vigo Núñez Arenas
Teresa Méndez de Vigo Núñez Arenas
Leoncio Méndez de Vigo Núñez Arenas casado con Elvira Leoz Reta. Aparece eximido del servicio militar como redimido en metálico en el Boletín oficial de la provincia de Santander Número 213 - 1883 marzo 19. Fallece en 1920: En las Rozas (Madrid) ha fallecido cristianamente el distinguido señor don Leoncio Méndez de Vigo y Núñez Arenas, probo funcionario del Tribunal de Cuentas del Reino. Era el finado persona distinguida, de agradable trato, de cristianos sentimientos y muy querido de sus jefes y compañeros por lo que su fallecimiento ha sido muy sentido como lo ha sido también en esta ciudad y en la de Amposta en donde contaba con muy buneas amistades. A su afligida esposa doña Elvira Leoz, hijas, hermanas y demás familia damos nuestro más sentido pésame y a nuestros lectores rogamos encomienden al Señor el alma del finado para su eterno descanso (El Restaurador: diario de propaganda católico-social y de avisos, 1920 febrero 25).
Antonio Méndez de Vigo Núñez Arenas casado con Sofía González-Estéfani Bertrán de Lis (¿ - 1962).
Amelia Núñez Arenas Bravo
Matilde Núñez Arenas Bravo casó con Fernando Mellado Leguey (25.10.1842 - 15.1.1912), hijo de Francisco de Paula Mellado Salvador (1818-1876) y de Isidra Leguey Monso. Francisco de Paula fue un impresor y escritor, uno de los renovadores de la industria de la edición en el siglo XIX. Había nacido en Granada, hijo de Pedro Mellado, de Antequera, y de Francisca Orejuela, de Granada. Se trasladó a Madrid donde se casó en 1.835 con Isidra Leguey Monso, de Madrid. Comenzó su actividad como editor el año 1.838, al calor de los cambios producidos tras la muerte de Fernando VII. Tuvo pronto gran éxito, ampliando su negocio y entrando en otros. En 1.848 se compró una casa de verano en Villaviciosa de Odón, quizás animado por su socio, consuegro y amigo Bernardino Núñez Arenas.
Fernando Mellado Leguey fue catedrático de la Facultad de Derecho de Madrid y escritor aficionado. Fue también diputado en 1.893 y Senador por la provincia de Málaga en 1.899 aunque no llegó a jurar su cargo. Fernando Mellado y Matilde Núñez Arenas tuvieron tres hijos: Carmen, Fernando (¿ -3.5.1932, Madrid), jefe de administración de la secretaría del Congreso de Diputados e Isidro Mellado y Núñez de Arenas, abogado, jefe de administración del Ministerio de la Gobernación, a los que se unió Fernanda Núñez-Arenas y Méndez de Vigo, sobrina de Matilde, cuando quedó huérfana. Carmen Mellado y Núñez de Arenas (¿ - 1921), se casó con Manuel Gutiérrez Jiménez, de Ronda, cuya hermana Isabel estaba casada con Saturnino Calleja, de la editorial Calleja. Tuvieron dos hijos, Fernando (Madrid, 1911 - Madrid, 1986) y Manuel Gutiérrez Mellado (Madrid, 1912 - 1995). Al quedar los hermanos huérfanos, se repitió la historia, siendo acogidos en esta ocasión por su tío Antonio Núñez-Arenas y Méndez de Vigo, hermano de Fernanda, aunque la familia Calleja contribuyó generosamente a su sustento.
Luis Robles Teigeiro
Málaga, agosto de 2016
Adenda.
Una referencia biográfica sobre el historiador Manuel Núñéz Arenas, recogida en el preámbulo del libro Historia del Movimiento Obrero Español, me ha llamado a engaño durante largo tiempo dado que se afirma allí que: contaba Núñez de Arenas entre sus antepasados inmediatos y parientes varios personajes que desempeñaron un papel importante en la vida política y literaria de la España del siglo XIX ... José Núñez de Arenas, gran figura de la emigración liberal durante la “ominosa década”, matemático y fundador, con La Gasea y Mendíbil, del Ateneo Español de Londres, en 1828; el nieto del anterior, Bernardino Núñez de Arenas, diputado a Cortes, intendente de la provincia de Ávila, escritor, que fue, en 1834, en compañía de Ros de Olano, Ventura de la Vega y Espronceda, uno de los fundadores del periódico El Siglo, órgano de la joven oposición liberal y romántica, suprimido por real orden. En realidad, donde dice nieto debería decir sobrino.
[i] Puede tratarse de Manuel Elizaicín y Vilasoara, que llegó a Intendente de primera clase, y que casó con María Vicenta Gonzalo y Gracia (¿ - 1871, Madrid). Manuel había encabezado con Manuel Valls un exitoso levantamiento en 1820 en La Habana para que las autoridades juraran la constitución del 12 (Cecilia Arrozarena (2003): El roble y la ceiba: historia de los vascos en Cuba, Ed. Txalaparta). Se conserva un retrato de él en la Biblioteca Nacional a cuyo pie se indica: El Intendente D. Manuel de Elizaicín, pronunciamiento de libertad Habana 15.4.1820. Como premio por su actuación, fue nombrado tesorero de la Aduana de la Habana, cargo que lógicamente perdió el año 1823, al finalizar del Trienio Liberal.
Años después, en 1843, se encontraba Manuel en Málaga donde era jefe político interino, cuando se produjo una fuerte revuelta. Pasó a presidir una Comisión de Gobierno que difundiendo proclamas y mediante desfiles y arengas animó a la población a continuar con su revolución. Ganado el pronunciamiento y expulsado Espartero, se publicó la orden siguiente: “El Gobierno Provisional, en nombre de S. M. Doña Isabel II, queriendo demostrar a la Ciudad su agradecimiento por el denuedo con que se lanzó la primera en la lucha, y a fin de que las generaciones venideras tengan en sus timbres gloriosos un objeto de noble emulación, ha venido en decretar lo siguiente: Art. 1º La Ciudad de Málaga añadirá a los títulos que hoy goza de “Muy Noble, Muy Leal”, el de “Siempre denodada”. Art. 2. Por cimera de su escudo de Armas, llevará una corona Cívica y por debajo pondrá esta divisa: “La primera en el peligro de la Libertad”. Dado en Madrid a 21 de agosto de I853. Puede verse al respecto: Olmedo Checa, M. (1993): La primera en el peligro de la libertad, Isla de Arriarán, nº 2.
[ii] Joaquín Pacheco, que llegaría a ser presidente del gobierno en 1847, fue otro de los veraneantes en Villaviciosa de Odón. Su ascendencia años después sobre Cánovas del Castillo es bien conocida. Se dice de él en lo referente a El Siglo: Javier de Burgos, ministro de Hacienda en 1833, creó un Diario de la Administración, cuya redacción sometió a dos jóvenes ilustres: D. Salustiano de Olózaga y D. Joaquín Francisco Pacheco. Uno y otro estaban cortados para más, y el último, en la cátedra del Ateneo, había ya logrado hacer el trono de su reputación, saber y elocuencia. Hasta los jóvenes de su edad le llamaban el maestro, y las ocupaciones del periódico burocrático de que fue encargado no obstaron para que D. Bernardino Núñez Arenas, al crear otro periódico todavía más literario que político, El Siglo, contase con su colaboración principal, así como la de Nicomedes Pastor, José García de Villalta, el Duque de Frías, Espronceda, Ventura de la Vega y Ros de Olano (La España moderna - 1904 marzo).
Heredero de Joaquín Pacheco fue su sobrino Francisco de Asís Pacheco Montoro que casó con Obdulia Robles Nisarre (1.855 - 1.915), hija de José Robles Postigo y Pilar Nisarre Martínez. Creo que a través de este matrimonio comenzó la vinculación de la familia Robles con Villaviciosa.
[iii] Se trata de un irlandés que se afinca en Málaga donde se asocia con los Heredia en sus negocios de herrerías. Sus descendientes se desvincularon de esta ciudad partiendo a diferentes lugares. En Madrid se dedicaron pronto al negocio bancario estando aún la familia, como es bien sabido, vinculada al Bando de Santander. Sobre la estancia de Guillermo en Málaga puede leerse: Eva María Mendoza (2004): O'Shea y los inicios de la industrialización en Málaga en el siglo XIX a través de los documentos notariales, Isla de Arriarán: revista cultural y científica, 23-24.
[iv] Estimo que debe ser Pedro Colón de Toledo y Ramírez de Vaquedano (1801, Madrid – 1866, Madrid), XII duque, Senador vitalicio, descendiente de Colón.
Se cita poco después el uso de estos cohetes durante la guerra carlista, en las cercanías de Estella: “también han sido muy útiles los servicios del capitán D. José Núñez Arenas, que dirigió con acierto y buen efecto cuatro cohetes a la congreve de los que saqué de Vitoria con el objeto de practicar un ensayo al frente del enemigo. El Secretario de Estado y del Despacho de Guerra, (Boletín oficial de la provincia de Santander Número 39 - 1835 Mayo 15). Se trataba de la primera vez que se usaban cohetes en España. Explica al respecto la web de la Academia de Artillería de Segovia: En el año 1820, y remitida a través del Capitán General de Cuba, se eleva a la Junta Superior Facultativa una memoria escrita por el Brigadier Fernando Cacho, sobre las pruebas realizadas en La Habana con “toda clase de cohetes de guerra”, para que la superioridad pueda apreciar la importancia de esta nueva arma. Pocos años después, se ordena al marqués de Viluma (capitán Juan de Pezuela) que redacte una memoria sobre los sistemas de cohetes empleados en Europa, que no eran sino variantes del sistema Congreve. Y como consecuencia de dicha memoria, en el año 1833, se envía al teniente coronel Núñez a Inglaterra para traer a España cohetes a la Congreve, con idea de suplir la ineficacia de la artillería de montaña dotada de cañones de a 4 irregulares. Se consideraba que la guerra que se desarrollaba en el norte de la península (primera guerra carlista) sería la ocasión oportuna para probar este tipo de armas. Y en el año 1835 llegó a Navarra la primera batería de cohetes a la Congreve que, casi de inmediato, participó en los combates de Villamediana, Vendejo y otros puntos junto a las unidades inglesas de cohetes que también tomaron parte en la guerra carlista.
El expediente laboral de José, especifica que estuvo en Londres un año y dos meses, negociando la compra y el transporte de los cohetes: Por Real Orden de septiembre de 1834, se sirvió SM honrarle con una comisión para pasar a Londres a comprar y conducir a la península 300 cohetes de guerra, llamados a la congreve y varias otras máquinas pertenecientes a ellos. Regresado a España, fue por R Orden de fecha 2 de enero de este año, comisionado por SM para pasar a Vitoria a conducir 120 de los comprados cohetes, y enseñar a los oficiales del cuerpo los ejercicios para el servicio de ellos en la campaña; lo que también verificó con los oficiales del 5º regimiento pasando a Burgos por disposición del General en Jefe Ministro de la Guerra.
En opinión de un militar americano que ha escrito un artículo al respecto, el resultado del uso de los cohetes fue pobre primero, pero lograron después ganar mejor reputación: Winter. F. USAF (1968): Máquinas detonantes, pólvora voladora y cohetes de guerra.La historia del cohete en España, Revista de Aeronaútica y Astronautica, Ministerio del Aire, nº 334. Se habla allí del primer uso de los cohetes en España: Los cohetes de Congreve resultaron verdaderamente eficaces en 1812, utilizados al unísono por las tropas españolas e inglesas, bajo el mando de Lord Vellington, cuando la ciudad de Badajoz fue liberada.
Refiriéndose después que la memoria citada del marqués de Viluma que se tituló Noticia sobre el origen, proqresos y estado actual de los cohetes de guerra llamados a la Congreve llamó especialmente la atención de don Joaquín Navarro Sangrán, General en Jefe de las Provincias del Norte. Sangrán se interesó de tal forma por la fuerza de cohetes, que inmediatamente despachó un enviado a Inglaterra, el Teniente Coronel don José Núñez Arenas, con el propósito expreso de negociar con aquel país la adquisición de cohetes británicos. Inglaterra, como respuesta, vendió a la Reina Isabel alrededor de 5.000 Cohetes de Congreve con sus respectivos armones, de forma que las tropas de dicha Reina quedaron preparadas para emplear gran número de ellos. Parte del acuerdo consistía en el envío de una «Legión Auxiliar» voluntaria inglesa, como ayuda para los isabelinos en el campo de batalla. En 1835 los cohetes y la «Batería de Cohetes», propiedad de la Legión (en la que iban incluidos, al menos, dos artilleros que habían trabajado con el mismo Congreve) fueron transportados a Navarra. Su deber era el de adoctrinar y entrenar a los artilleros isabelinos en el uso del arma. Las cantidades de cohetes enviados a España fueron limitados y poco seleccionadas. Los efectos subsiguientes eran obvios; los carlistas, objetivo de los proyectiles, se mofaron y rieron de ellos, a pesar de que se decía que en aquellos tiempos dichas tropas no conocían los Cohetes de Congreve y no contaban con ellos entre su material.
Las fuerzas isabelinas del ilustre General y futuro regente del país don Baldomero Espartero, adoptaron rápidamente los cohetes. Las tropas portadoras de cohetes fueron reunidas y lucharon bravamente en las zonas montañosas vascas, en los alrededores de la ciudad de Bilbao en 1836. También comenzó a implantar en su ejército una batería de cohetes el Brigadier don Joaquín Ponte y Araújo, entrando en acción en las cercanías del castillo de Ulizarra, junto a Ojacastro (Logroño). Asimismo,llovieron sobre el enemigo en Villamediana (Logroño), Vendejo (Santander) y otros puntos, con resultados efectivos.
Con fecha 18.11.1835, se nombra a José Núñez Arenas Gobernador Civil de la provincia de Cuenca donde estará hasta su cese el 11.6.1836: Parece que ha sido nombrado gobernador civil de Cuenca el Sr. Nuñez Arenas, oficial de artillería, gefe político que fue de Vitoria, y emigrado los once años. Tenemos muy buenas ideas del patriotismo y decisión de este sujeto y de sus buenas prendas morales. Es el que ha traído de Inglaterra los cohetes a la congreve, que se ensayaron con tan buen éxito en el teatro de la guerra, porque constantemente se aplica al estudio dé las ciencias exactas durante su residencia en los países extranjeros. Actualmente se halla mandando un regimiento de su arma en Valencia (Eco del Comercio, 15.11.1835).
Se cita también una de sus actuaciones como Gobernador de Cuenca: Cartas de Tarancón (Cuenca) fecha de antes de ayer 14, nos dicen que se había descubierto una conspiración carlista en aquel territorio. Varios pájaros de cuenta, bien conocidos por sus ideas, así de parte de la Alcarria, como de pueblos de la Mancha, se proponían reunirse en el castillo de Almenara y formar una facción. El gobernador civil de Cuenca Don José Nuñez Arenas tuvo noticia del plan, según parece, por un anónimo que recibió el juez de Trancón; y certificado de la existencia de la trama, ha procedido á prender á los principales motores. Una comisión ha recorrido los pueblos del Horcajo, Torrubia, la Fuente, Almendros y otros, apoderándose de muchos de los carlinos, entre los que se cuentan el guardia de Almendros y un hijo suyo. Habiendo celo y decisión en las autoridades, todas las tentativas deben sofocarse en la cuna. Los gefes político y militar de Cuenca abundan en patriotismo, y con los medios que el ministerio acaba de confiarles sabrán cumplir con el deber de mantener en paz á los buenos y aterrados á los malévolos. (El Eco del Comercio, 17.1.1836).
Y su recuperación de una enfermedad:
En el Boletín oficial de Cuenca hemos visto con satisfacción que el señor don José Núñez Arenas, gobernador civil de aquella provincia, se encuentra ya fuera de peligro, de la grave enfermedad que por muchos días ha amenazado su existencia. Este patriota era uno de los candidatos para procuradores á Cortes por la provincia de la Mancha, al cual deseaban nombrar los electores de la minoría. Los amantes de la libertad hubieran celebrado su elección, como celebrarán la conservación de un patriota de sus servicios y decisión. (Revista Española, Mensagero de las Cortes, 24.3.1836).
En 1836 se presenta como candidato a diputado junto con su sobrino Bernardino Núñez Arenas por Ciudad Real.
El 10.9.1836 fue nombrado jefe político de la provincia de Valladolid. Era teniente coronel de artillería. En el mes de octubre de 1837 es cesado en sus funciones, “por haber abandonado la ciudad el 18 de septiembre ante la amenaza de invasión por parte de la facción enemiga de Zariategui”. En su descarga escribe: Contestación a lo dicho y escrito contra el gefe politico de Valladolid, Valladolid, Imprenta de Aparicio, 1837.
En 1839, aparece como candidato a cortes por Ciudad Real, siendo coronel de artillería. (El Corresponsal, 27.6.1939).
En 1839 aparece también como candidato por Valladolid, provincia de la que ha sido jefe político. (Eco del Comercio 18.7.1839).
En 1940 aparece en Santander: En el día dc ayer ha salido el coronel de artillería comandante de la de esta plaza D José Nuñez Arenas vocal de la junta directiva, con destino á Santoña, para llenar una comisión de importancia. El arresto de seis sargentos de los provinciales de Betanzos de la guarnición de aquella plaza por haber solemnizado la adhesión del invicto duque de la Victoria y de Morella al pronunciamiento de Madrid debe ser el objeto de su misión: parece va facultado el señor Núñez Arenas para reasumir el mando militar, y, siendo necesario, el político, á fin de examinar y poner remedio á tan desagradable acaecimiento, (El Correo Nacional, 23.9.1840).
Santander 5 de octubre.— A las once de la mañana de ayer se hallaban formadas á lo largo del magnífico muelle de esta ciudad todas las tropas de la guarnición ... Terminada la revista, se dirigieron las tropas a la plaza de la constitución, marchando en columna de honor por frente a la casa consistorial, á cuyo pie se hallaban las autoridades.
Algunos de los muchos buenos constitucionales que hay en este pueblo, tanto militares como paisanos, celebraron la función y las buenas noticias con un elegante banquete dispuesto en obsequio particular del distinguido patriota don José Nuñez Arenas, y sería imposible referir la fraternidad, decisión y alegría que allí reinaron en los brindis que se improvisaron en obsequio de la causa constitucional y del ilustre duque de la Victoria. Eco del Comercio 9.10.1840.
En 1842 es destinado a Ciudad Rodrigo: Por resolución de 9 del corriente S. A. se ha servido destinar comandante dc Ciudad Rodrigo al teniente coronel D. José Nuñez Arenas, (El Correo Nacional 15.3.1842).
En 1844 aparece en el Estado Militar de España como brigadier.
El final de su carrera la realiza en el Levante, siendo responsable de la maestranza de artillería de Cartagena en 1853 (El balear: periódico de la tarde Año 6 Número 1461 - 1853 febrero 7).
Fallece en 1861: Acaba de morir en Murcia a los setenta y nueve años de edad, el brigadier D. José Núñez Arenas. Este valiente militar, que tanto padeció por la causa de la libertad, y que tan heroicamente combatió durante su permanencia en el ejército en todas nuestras campañas, es una sensible pérdida para su familia, y cuantas personas habían llegado a conocer sus apreciables circunstancias, así como una falta irreparable para el partido liberal, (La Correspondencia de España: diario universal de noticias Año XIV Número 923 - 1861 marzo 24).
***
Leoncio Núñez de Arenas (Palacios), natural de Ciudad Real, hermano del artillero y cosmógrafo anterior, también hijo de José Núñez y de Vicenta Palacios naturales de Ciudad Real, fue funcionario de la administración pública. Estuvo destinado en Huete, Cuenca, donde fue fiel de la Hacienda Pública. Casó con María del Carmen Blanco Buzó, hija de Francisco Blanco y de Francisca Buzó, naturales de Valencia, teniendo al menos a dos hijos: Bernardino e Isaac, ambos nacidos en Huete.
Es muy posible que pasara a trabajar a Correos ya que durante el Trienio Liberal, entregó a las Cortes un informe para la reforma de este servicio: La Comisión primera de hacienda se ha enterado de cuanto propone el secretario del despacho de la gobernación de la península en su oficio de 10 del presente, y ha examinado las nuevas tarifas y bases que acompaña, dispuestas por la dirección de correos, relativas al sistema de cuenta y razón de esta renta. En vista de todo no puede menos la comisión de manifestar a las Cortes que en su concepto lo que conviente ante todo es pasar al ministerio de Hacienda este expediente, y los presentados por Leoncio Núñez Arenas, para que en vista de todo proponga cuando juzgue oportuno (Diario de las Cortes, 28.5.1822)
Más tarde, Leoncio continúa como funcionario de Correos, siendo promocionado tras la muerte de Fernando VII:
Sobre el arreglo de la Dirección de Correos.
Hemos visto en el arreglo, con satisfacción, que se ha atendido a los cesantes de la época constitucional, y cuyos antecedentes, en los 12 años de sus desgracias, lejos de haber desmerecido lo más mínimo, se han distinguido más. Con mil padecimientos y nuevas pruebas de civismo. Se nos ha asegurado que, en la propuesta, se han tenido presentes las tres bases de servicios anteriores, suficiencia, y franca y decidida adhesión a la causa de la libertad. He aquí los nombramientos y mudanzas hechos en la Dirección General: El décimo primero, D. Leoncio Núñez Arenas, de excelentes antecedentes políticos, oficial décimo séptimo en la actualidad, mandado adelantar en su carrera por expresa orden con 110 reales ahora, (El Español: diario de las doctrinas y de los intereses sociales Número 12 - 1835 noviembre 12).
Fue también nombrado por decreto de 18.9.1834 secretario de una comisión para el arreglo del ramo de Correos.
En 1838 José y Leoncio Núñez Arenas aparecen entre los 500 socios fundadores de la Sociedad para propagar y Mejorar la Educación del Pueblo, institución liberal a la que se debió la apertura de varias escuelas de párvulos y la publicación de manuales para los maestros: La SPEP fue creada a imitación de las iniciativas llevadas a cabo en otros países europeos, especialmente en Inglaterra donde los exiliados habían admirado el vigoroso movimiento en pro de la educación popular promovido por Whigs y Radicales bajo el liderazgo de Henry (luego lord Brougham). Este grupo de liberales filantrópicos fomentó distintas formas de educación popular generalmente por medio de sociedades: las escuelas lancasterianas (British and Eoreign Schooi Society). las escuelas de párvulos (The Infant School Society). Mechanies Institutes y la publicación de libros baratos (Society for dic Dilfusion of Useful Knowledge). De las pocas iniciativas de este tipo emprendidas en esta época en España, sólo la SPEP, dedicada a promover las escuelas de párvulos —equivalente español a las infant schools británicas y las salles d´asile francesas— parece haber gozado de algún éxito (SCANLON, G.M. 1988: Liberalismo y reforma social: la Sociedad para Propagar y Mejorar la Educación del Pueblo, 1838-1850, Cuadernos de Historia Contemporánea, nº 10).
Aparece entre 1847 y 1856 como Intendente Honorario del cuerpo administrativo de la Armada.
Se jubiló en 1852 como administrador de rentas (PARES).
Tuvo que tener Leoncio inquietudes intelectuales y como tantos otros ilustrados de su época se preocupó de temas fiscales. Escribió al respecto una memoria sobre los portazgos y su reforma que llegó a discutirse en las Cortes:
Hemos leído con gusto un plan de reforma de los portazgos del reino, presentado á S. M. por don Leoncio Núñez Arenas, oficial de la dirección general de correos, patriota conocido entre los liberales por sus padecimientos en pro de la libertad, y entre los hombres de gobierno por sus esfuerzos en mejorar varios ramos de administración pública. Eco del Comercio, 28.7.1839.
Isaac Núñez de Arenas (Blanco) (3.6.1812, Huete – 2.4.1869), hijo de Leoncio Núñez Arenas y de Carmen Blanco, estudió con los jesuitas en el Colegio Imperial de Madrid o Reales Estudios de San Isidro. Estudio derecho en Alcalá de Henares acabando en 1837. Se retiró entonces algún tiempo a Colloto, una aldea próxima a Oviedo bajo el amparo de Antonio Manuel Méndez de Vigo y Pérez Santamaría (11.8.1817, Oviedo - ?), más adelante diputado, y anhelosísimo de luces y muy honrado de recibir a tal huésped en aquella cómoda y pintoresca finca de su señor padre (Antonio Ferrer del Río, Necrológica de Isaac Núñez Arenas, Boletín Revista de la Universidad de Madrid, 1869, tomo 1). Permaneció allí Isaac dos años, estudiando.
Antonio Méndez de Vigo debía estar entonces aún casado con Modesta Fernández Cuevas. Su hija Carmen Méndez de Vigo y Fernández Cuevas (¿ - 21.11.1876) se había casado con el primo de Isaac, Fernando Núñez Arenas y Bravo, hijo de Bernardino Núñez Arenas y Fernanda Bravo Coronado. Más adelante, ya viudo, Antonio volvería a casarse con otra prima de Isaac, hermana del anterior, Carmen Núñez Arenas y Bravo, hija también por tanto de Bernardino Núñez Arenas y Fernanda Bravo Coronado.
Ejerció Isaac más tarde como abogado, auditor de guerra, periodista y escritor. Catedrático de Literatura en la Universidad Central, fue miembro de la Real Academia Española de la Lengua a partir de 1863. Abandonó la cátedra en 1862 para ser magistrado en el Tribunal Supremo de Guerra y Marina. Por todos estos cargos que ocupó, existe abundante información sobre Isaac.
Casó con Matilde Castro Irastorza. Un hijo del matrimonio fue José (¿ - 1898, Madrid): Ayer por la mañana ha tenido lugar en el cementerio de San Justo, con muy lucido acompañamiento, el entierro del joven empleado del Banco de España, D. José Núñez Arenas y Castro, hijo del que fue eruditísimo catedrático de la Universidad Central y académico de la Española, don Isaac Núñez Arenas, maestro de la mayor parte de las celebridades contemporáneas, y nieto de D. José Castro, figura de las más caracterizadas del antiguo partido progresista, y en Madrid popularísimo, (La Correspondencia de España, 1898 julio 28). Y otro fue Manuel, natural de Madrid, que casó con una nieta de Espronceda (Puede leerse al respecto: Alfonso de Ceballos-Escalera Gila (2008): JOSÉ DE ESPRONCEDA: LINAJE Y PROLE EN EL BICENTENARIO DE SU NACIMIENTO, Cuadernos de Ayala 34):
De la relación del poeta romántico por excelencia, José de Espronceda Delgado (1808, Almendralejo – 1842, Madrid), y su amante Teresa Mancha y Arrayal (¿, Utrera -1839), nació Blanca de Espronceda y Mancha (1834, Madrid – 1894, Madrid) que casó a su debido tiempo con Narciso de la Escosura y Morrogh (¿, Valladolid – 1875, Madrid), cuando éste quedó viudo de un matrimonio anterior. Narciso, como su hermano Patricio (1807, Oviedo – 1878, Madrid), había sido íntimo amigo del poeta, había participado del rapto de Teresa y, había acogido en su casa a madre e hija cuando Teresa liquidó definitivamente su atormentado y apasionado amor con el poeta. El matrimonio tuvo seis hijos, de los que vienen ahora al caso, Laura de la Escosura y Espronceda (1862, Alcalá de Henares - ?) que casó con Cristino Martos y Llobel, diputado a Cortes e hijo de Cristino Martos Balbi (1830, Granada – 1893, Madrid), insigne abogado, diputado, ministro y presidente del gobierno, que mantuvo estrecha relación con muchos de los personajes aquí citados. Y, Luz de la Escosura y Espronceda (1869, Alcalá de Henares - ) que casó con Manuel Núñez de Arenas y Castro (, Madrid - 1931), abogado y bibliotecario del Congreso de Diputados e hijo del catedrático y académico de la lengua Isaac Núñez de Arenas y de doña Matilde Castro Irastorza: Hoy ha fallecido el notable escritor don Manuel Núñez Arenas que desde hace años venía desempeñando el cargo de bibliotecario del Congreso. (Diario de Almería: - 1931 julio 4). Fue también jefe del Registro del Banco de España (El Adelanto: Diario político de Salamanca, 1931 Julio 04).
Por último, un hijo de Manuel y Luz fue Manuel Núñez de Arenas y de la Escosura (1886, Madrid – 1951, París), enseñante, historiador y activista político, fundador de la Escuela Nueva en 1910, fundador también del Partido Comunista de España, y exiliado en Francia buena parte de su vida.
Bernardino Núñez Arenas (Blanco) (20.5.1806, Huete - 21.12.1865, Villaviciosa de Odón) c
Poetas románticos. Antonio María Esquivel 1846 - Museo del Prado, Madrid