Joticas del tio Evaristo

©Jaime Cinca Yago 2023

El tio Mariano el “Esquilador” o “el Evaristo”, que así lo conocíamos en Lécera, se llamaba Mariano Mercadal Quílez. Vivía en la Dula y por lo tanto era vecino mío (cuando yo estaba soltero y vivía con mis padres en la plaza del Santo). Era un hombre alto y corpulento, grande y de voz potente. Su presencia imponía, pero al mismo tiempo era muy buen hombre, muy buena persona. Cuántas veces me habrá dejado la llave para entrar a su corral a coger algún gorrión que yo había matado con mi escopeta de perdigones en la pared de piedras de la casa de al lado de aquel corral. Me decía: “toma la llave, hijo mío, y entra, pero sobre todo asegúrate de dejar la puerta bien cerrada cuando salgas”.

Unos años después, cuando investigaba para recuperar el Dance de Lécera, tuve la suerte de entrevistarlo y conservo aquella grabación con gran cariño.

Antonio, un hijo del señor Mariano, que vivía en Zaragoza y trabajaba en la Coca Cola, venía con su familia a casa de sus padres para las vacaciones de verano. Tenía un hijo de mi edad llamado José Antonio, con el que yo jugaba al frontón en la fachada del Felipe (en mi placeta) o en la fachada de la tia “Galana” y del “Lito”.

A partir de los diez o doce años de edad dejamos de vernos, pasaron muchísimos años, hasta que al cumplir los 60 años hicimos una fiesta todos de nuestra quinta (chicos y chicas nacidos en 1959) y volvimos a juntarnos, fue en 2019. Que entrañables y bonitas son esas reuniones con amigos de la infancia.

Después de aquello, José Antonio ha estado pasando, de vez en cuando, por mi estanco en Santa Isabel a saludarme y aprovechábamos de charlar mientras nos tomábamos algún café. En una ocasión, le regalé una copia de aquella entrevista que le hice a su abuelo Mariano sobre el Dance de Lécera, con el fin de que pudiera escucharla su padre (ya bastante enfermo) que poco después murió. Al recoger las cosas de la casa del pueblo encontraron algunos papeles, que José Antonio y su familia quisieron regalarme a mí, conocedores de mi afición por la historia de nuestro pueblo. Fue un detalle muy bonito y les estoy agradecido.

Mis problemas de salud y el trabajo han hecho que haya tenido que dejar un poco de lado estas cosas de la historia y mis papeles, pero hoy, al ponerme a recoger mi desastroso cuarto, de pronto he encontrado una carpeta azul (de esas con gomas) que contenía unos papeles sobre Lécera. Quería recordar vagamente que alguien me los dió, pero que no conseguía saber quién fue. Así que, en un intento de averiguarlo, me he puesto a leerlos y en  un cuaderno de muelles manuscrito, con una letra algo temblorosa, sin duda de una persona muy mayor, en el que hay cientos de datos sobre corridas de toros, he ido revisando página a página en busca de alguna pista; hasta que en las últimas páginas había unas coplas o jotas muy curiosas que he leído con agrado y al final de ellas ponía: Mariano Mercadal Quílez. De pronto mi mente ha recordado todo esto que relato en esta historia, algo que me ha producido mucha alegría y he aprovechado para llamar por teléfono a mi amigo José Antonio y felicitarle el año.

Ahora, en homenaje al tio Mariano “el Evaristo” o “el Esquilador” comparto con todos sus joticas.

  

Día 16 de mayo de 1920,

una fecha no olvidable.

Porque ha muerto Gallito,

con valor incomparable.

 

España está por los toros,

va en aumento la afición,

por ver al Gallo y Belmonte,

empeñan hasta el colchón.

 

El hijo de la Gabriela

no dará más esplendor,

ni entusiasmará a la gente,

con su muleta y valor.

 

Mil quinientos treinta toros,

lleva muertos Joselito.

Triunfos, riquezas y honores,

destrozó un toro maldito.

 

El toro de nombre Bailaor.

 

-Miguel, hermano del tio Mariano, le dice en una carta:

Santa Isabel 28-3-1974

Queridos hermanos después de saludaros y muchas felicidades, te voy a decir una jota. Miguel Mercadal.

Has tenido más talento

que toda familia entera.

Porque todos emigramos

y tú te estás en Lecera.

 

-Respuesta del tio Mariano:

Lécera 5 de abril de 1974, hermano:

De lo que dice tu jota

que yo me estoy en Lecera.

Hace falta tener cuello

y aguantar todo que venga.

 

Que soy agudo lo dicen,

que soy tonto ya lo sé.

A los toros y al casino,

y a las quinielas también.

 

Ya son 74 años

y no dejas de ir al Plata.

En el pozo San Lamberto,

ojo no metas la pata.

 

-Unos años más tarde, volvió a escribirle su hermano Miguel:

Santa Isabel 28-3-1983.

Cuando subes a Muniesa

y bajas por el barranco,

tus piernas siempre han paicido

lo mismo que las de un galgo.

 

-Respuesta del tio Mariano:

Lécera 5 de abril de 1983. La escala de tu vida entera:

El año 1900

fue un año excepcional,

el día 5 de abril

nació Miguel Mercadal.

 

De muy joven carrilano,

hoyas no tuvieron cuento,

en el pajar de don Pedro

aventastes el sombrero.

 

Por los años 26

estabas en la academia,

esquilabas los domingos

y te traías la yerba.

 

Aquello todo pasó,

la familia, se crió,

esquilas algún perrico

y le das gracias a Dios.

 

Esquilastes en Malpica,

esquilastes en Lamella,

esquilastes en San Jorge,

una tarde de tormenta.

 

Nos marchamos cara casa

y allí fueron los apuros,

estábamos en Vasallo,

todo oscuro y más oscuro.

 

A las entradas del pueblo

los truenos estremecieron,

 ¡alabado sea Dios!

Estaba por despedida.

 

Ya son 83 años

y subes a Zaragoza,

te podías retirar,

no te pase alguna cosa.

 

Si subes a Zaragoza,

es que tienes facultades,

y yo me alegro en el alma

que sigan las facultades.

 

Me despido de mi hermano,

de la Josefa también;

del Emilio y de la Carmen,

y de los demás también.

 

Mariano Mercadal Quílez.