La finalidad de los textos argumentativos es defender una idea u opinión (llamada TESIS) para convencer o persuadir al receptor.
Los elementos básicos del texto argumentativo son la opinión/postura o tesis y los argumentos o razones que se utilizan para defender esa opinión. Está claro que para convencer a alguien hay que aportar razones, es decir, argumentos, que pueden ser de diferentes tipos:
La estructura de este tipo de texto más habitual es la siguiente:
Introducción: se presenta el tema y se intenta captar la atención del receptor. Puede no aparecer.
Opinión o tesis: es la postura personal del emisor sobre un asunto determinado.
Argumentos: razones o pruebas que el autor del texto presenta para defender su tesis.
Conclusión: parte final del texto que se cierra reafirmando la tesis y resumiendo los argumentos.
Además, hay que tener en cuenta que la tesis y los argumentos que se exponen en el texto pueden aparecer de forma diferente, y según cómo aparezcan, tenemos estructuras diferentes:
En nuestra vida cotidiana. De manera oral, aparecen en debates, conversaciones (por ejemplo, cuando intentas convencer a un amigo para hacer algo), discursos, etc. También son textos argumentativos los anuncios publicitarios, que utilizan no solo la comunicación verbal sino también la no verbal (iconos).
Textos administrativos: Las instancias y las reclamaciones.
En el periodismo. Son muchos los textos argumentativos que aparecen en los medios de comunicación: televisión, radio y prensa escrita. Ya hemos nombrado algunos anteriormente. Otros ejemplos más son: las tertulias, las cartas al director, los artículos y las columnas de opinión, los editoriales de los periódicos, etc.
En los medios electrónicos. Actualmente, las nuevas tecnologías permiten también el intercambio de opiniones en: foros, chats, redes sociales, etc.
Por último, no hay que olvidar que los ensayos son también un texto argumentativo.
Cuando redactamos una argumentación te en cuenta:
La estructuración en párrafos es fundamental. Haz párrafos: en el primero, haz una introducción (puedes exponer la tesis); en el segundo, desarrolla los argumentos y en el tercero, la conclusión.
No te olvides de poner conectores para conectar las diferentes partes del texto argumentativo.
Usa primera persona gramatical (yo o nosotros),: expresas una opinión propia y en algunos casos incluso sentimientos y emociones.
Utiliza verbos que expresen opinión (creer, opinar, pensar,…), voluntad (gustar, querer, desear, etc.)...
Intercala alguna interrogación retórica para llamar la atención del receptor e invitarlo a la reflexión sobre el tema.
Usa oraciones que expresen causa, consecuencia, condición,…
Emplea adjetivos valorativos (adjetivos mediante los que el autor da una opinión sobre la palabra a la que se refieren): estupendo, magnífico, pésimo…
Incluye algún recurso literario como el símil o la comparación, metáforas o hipérboles.