El texto y sus propiedades: coherencia, cohesión y adecuación

Coherencia, cohesión y adecuación... ¿Te suenan de algo? Pues deberían, porque es algo que las profesoras y los profesores de Lengua repetimos hasta la saciedad, en serio.

Por si acaso, vamos a resumir estos conceptos:

Coherencia: 

Todo lo que decimos en un texto tiene que tener SENTIDO, la información tiene que seleccionarse de forma adecuada. Observa el siguiente texto:

El día comenzó con un cielo despejado. Había todavía charcos de agua de la lluvia del día anterior. La carretera estaba desierta y la chica abrió su bolso y sacó la llave. Nadie sabía qué ocurría en la casa. Había algunas nubes, pero el ladrón siguió trepando por la pared. Así que terminé la cena y me puse a ver la tele.

Resulta imposible identificar de qué trata: ¿es un parte meteorológico? ¿una mujer perdida en una carretera? ¿una historia de misterio? ¿o es un robo? ¿o a lo mejor se trata de un día en la vida de un adolescente?... Nos resulta incomprensible porque todos los enunciados deben girar en torno a un tema, es decir, se deben relacionar unos con otros y no debe haber contradicciones.

Cohesión: 

A la información que transmitimos hay que darle FORMA y ORGANIZARLA: evitar repeticiones (mediante pronombres, adverbios, sinónimos, hiperónimos, hipónimos...) y ayudar a que el texto tenga mayor sentido ordenándolo y estructurándolo con conectores textuales ("En primer lugar", "por lo tanto", "además", "porque", "y"...) que sirven para conectar y organizar enunciados, párrafos o todo el conjunto.  

Adecuación:

Cuando elaboramos un texto también debemos tener en cuenta A QUIÉN VA DIRIGIDO (no es lo mismo escribirle un texto a un amigo que a la directora del centro, por ejemplo), qué INTENCIÓN  tienes al escribirlo (describir, opinar...), el CANAL utilizado (oral o escrito, por ejemplo)...

En resumidas cuentas: