Relatado por ella.
Rompiendo límites
Noche de lluvia, el sonido del agua golpeando sobre el techo acompaña la conversación.
Mi hermanita y yo, tiradas en la cama hablando de todo y nada.
Por momentos calor, por momentos frio…
Risas van, risas vienen, nadie imagina lo que llegara después.
Mi Señor se nos une, llega el ansiado abrazo.
Una pregunta, solo una pregunta,
“que querías practicar hoy?”
Un Abanico de posibilidades que se abre ante mi, y la decisión de dejar atrás el miedo hacen que responda firme pero con un hilo de voz : “ agujas”
Como en un ritual voy, busco aquello que tiempo atrás traje con la esperanza que alguna vez llegara este día.
Dejo todo al alcance de mi Señor, luego de hacer las pruebas pertinentes, me entrego… hoy es mi brazo, mañana quien sabe.
Tuve dos opciones, dejar que el miedo me paralice o confiar y entregarme en sus manos.
Confié, porque de esto se trata esta relación.
Primero una, después otra …, siempre regulando la intensidad, velocidad, Angulo, pero sobre todo las sensaciones.
A cada paso me entregaba un poquito mas, y otra vez llego ese viaje a la semi conciencia, en donde siento y apenas puedo expresarme.
Otra vez la mezcla de sensaciones, sentir esa ansiedad que enloquece, impaciencia porque empiece, porque perfore, miedo al dolor insoportable.
Entro una… un pequeño ardor pero gano el placer de la perforación, un poco de dolor se mesclaba con el frio de piel y las manos calientes de mi Señor.
Otra … y era un paso mas que daba derrumbando aquel limite impuesto hace tan solo dos meses atrás.
Mi hermanita, registrando paso a paso con fotos, temblando como una hoja, sin poder creer lo que estaba pasando.
Y yo dejándome llevar, no haciendo caso al dolor, que era el mismo que me impulsaba a más.
Y mi Señor… su orgullo se expandía por toda la habitación, ambos nos estábamos entregando y fue un momento de conexión, aquel en el que da y el que recibe son una sola persona.
De a poco fue tomando forma el pequeño dibujo que él había creado en su cabeza, de a poco fue moldeando la cinta alrededor de las agujas y plasmando en mi piel aquello imaginado.
El flash de la cámara seguía mostrándome que mi hermanita continuaba capturando el paso a paso.
Una vez finalizado el dibujo, llego la pregunta:
“ que sentís?”
Yyyyyy no se, era todo mezclado era dolor, era calor por cada aguja, impresión al ver como se iba inflamando la zona punzada, era la adrenalina de vencer el miedo, el orgullo de mi misma al poder entregarme de esta forma y sobre todo la alegría de ver a mi Señor tan orgulloso, verlo como disfrutaba del momento tanto o mas que yo y sentir sus caricias calientes en mi piel fría.
Comenzó a sacar aguja por aguja y nuevamente cada paso era plasmando por una foto.
Nuevas sensaciones comenzaban a aflorar…
El sentir como “eso” que había estado por minutos entre mi piel era quitado así como si nada daba el sentimiento de que me estaban arrancando una parte mía, nuevamente dolor, nuevamente ese ardor, y cada espacio perforado fue tomando su temperatura, en contraste al resto de la piel.
Este momento no termino cuando salió la ultima aguja, ni siquiera termino cuando me fundi en un abrazo con mi Señor y luego con mi hermanita… estoy segura que aun no termino porque todavía no caí completamente en la realidad de lo vivido.
Sí traspase un limite, sí confié, sí me entregue, sí disfrute de cada instante, sí fue un momento de emociones intensas casi inexplicables …
Sí soy sumisa …. y soy suya.
circe{ }