La razón principal es que un Mentor disfruta de la actividad de enseñar, pero sobre todo disfruta de escuchar a la persona, que en última instancia es de lo que se trata ser Mentor, escuchar y sólo cada tanto hacer una pregunta.
Entonces podemos encontrar la segunda razón por la que alguien educaría a una sumisa que no va a ser para él. Aprender. Todo Dominante sea Mentor o no debería dedicar parte de su formación en escuchar lo que las sumisas tienen para decir. Es así como uno aprende de qué se trata ser sumisa y cuáles son sus necesidades. El Mentor entonces tiene la oportunidad de seguir aprendiendo, de ver nuevos puntos de vista que le sirven como Dominante.
Otra razón más es mejorar el ambiente de la o las comunidades en las que participa, ya que trae beneficios educar a una sumisa que van más allá de ella misma y de su Mentor:
La sumisa que sabe como manejarse, se siente más segura, al entender la diversidad de criterios del ambiente, al conocer los usos y costumbres de la comunidad gana confianza en si misma, y sabe como reaccionar en diferentes situaciones.
La sumisa contenida no se va, el Mentor le da cierta contención al hacerle notar que existen muchas formas de ver y vivir el BDSM, que no tiene porque gustarle todo lo que ve, sino que con el tiempo va a encontrar su propia visión del BDSM y gente afín.
La sumisa, sólo con tener herramientas para simplemente responder con amabilidad al mal dominante, baja el nivel de agresividad del ambiente y mueve a la reflexión al dominante que está confundido. Muchas sumisas que se ven acosada por algunos "dominantes", suelen ser agredidas verbalmente por ellos. El saber que responder en el momento adecuado puede llevar una situación que iba a terminar en agresiones, a una en la que donde el "dominante" vea una mejor forma de actuar y de ahí en más cambie su comportamiento.
En resumen, las razones son que disfruta de la actividad, que aprende de las experiencias de sus pupilas y que ve mejorar la comunidad en la que participa.
La persona mezquina, puede preguntarse qué gana para sí aquel que dedica parte de su tiempo a ayudar a otros. Respondo que si el BDSM se trata de la oportunidad de experimentar sensaciones y sentimientos reveladores, intensos y profundos, entonces la experiencia del Mentor le brinda a quién la atraviesa las ganancias más nobles. Además de templar el carácter y volvernos sujetos un poco más sabios, nos regala un paquete de emociones de incalculable riqueza y calidad, nos vincula con el otro desde la ternura, la comprensión, la amistad y el afecto. Las risas y lágrimas que la pupila te regala al confiarte sus dudas más íntimas, valen en sí mismas y son suficiente tesoro.