POLYARMONIA (25/11/2007)
La polyarmonía es algo que tiene que ver con la relación que se establece en un harem entre las distintas sumisas y su Amo, así como entre ellas, ya sea que convivan físicamente o no.
Ojo, no es lo mismo tener varias sumisas por ahí, o tener sesiones conjuntas cada tanto, que tener un harem de ningún tipo. Mucho menos si hay mentiras y cada sumisa ignora la existencia de las otras. Tampoco es lo mismo que la poliamoría nacida en el mundo vainilla, como se da, por ejemplo en un menaje a troi, en dónde los tres se aman por igual, y el tipo de sexo que se practica es bastante más tradicional.
Antes que nada es importante distinguir que no es lo mismo polyarmonía que poligamia. Por ejemplo, el típico harem islámico es difícilmente polyarmónico.
La clave de todo esto es lo que se desea vivir en este tipo de relación, y cómo se puede lograr esto si acaso es posible.
En primer lugar, es importante que el Dominante pueda estimar a cada sumisa individualmente, apreciar su valor como ser único, entender la magnitud del regalo de su entrega, y no tomar un harem como una colección de trofeos. El máximo de sumisas que puede haber en un harem polyarmónico es un número equivalente a la cantidad de sumisas a la que el Dominante pueda dedicarse seriamente. Hay veces en que por falta de tiempo o recursos no se puede tener bien ni siquiera a una sumisa sola, así que intentar esto es una decisión que se debe tomar con mucha responsabilidad, porque tiene que ver mucho más con no dañar la autoestima de ninguna sumisa antes que de complacer los deseos del Dominante.
Administrar un harem polyarmónico es muy difícil, y si se cuenta con los medios para hacerlo, es un reto muy interesante y atractivo para un Dominante. Es una fuente de experiencias muy variadas y ese mosaico puede ser muy rico si se lo explota al máximo, pero va a depender de los límites de cada sumisa y del talento de su Amo que los ejercicios entre ellos no sólo sean ricos en técnicas sino que puedan vivirse sentimientos muy fuertes e intensos.
Aunque una sumisa aprende de su Amo y se apoya en El, muchas veces hay rincones de su personalidad que sólo puede entender en el reflejo que de sí misma encuentra en otra sumisa. Esto es todavía mucho más fuerte si ese sentimiento de empatía se vivencia junto a otra sumisa que comparte a su propio Amo. El desafío acá es que la primera reacción natural de competencia, deje lugar paulatinamente a una interacción de enriquecimiento mutuo, de fraternidad, de hermandad.
El espectro de las cosas que pueden compartir las sumisas entre ellas va desde una charla hasta el apoyo mutuo en las sesiones más duras, pasando por sexo vainilla. En una relación D/s cualquiera, generar un vínculo de tanta confianza termina por despertar afectos entre las partes, y por más que esto es muy diferente del amor de pareja (no son un par, y no están parejos) se generan y experimentan distintos tipos de afectos entre Dominante y sumisas, y entre sumisas y sumisas comparables en calidad y cantidad. Algunas sumisas entre ellas pueden quererse tanto y necesitarse tanto como necesitan a su Dominante, sólo que de una forma complementaria y distinta. Son amores que no se excluyen. Y así como un día uno se descubre a sí mismo Dominante o sumiso, y necesita encontrar su contraparte para sentirse pleno, de la misma manera algunas persona un día sienten que necesitan de la vida polyarmónica para completarse. Para algunos será un desafío. Para otros podrá resultar un absurdo, o un imposible, para otros una necesidad. Como en todo, cada uno elige vivir de la manera en que más se enriquezca, y en que menos se dañe a terceros. Lo principal es ir siempre con la verdad.