Control: ¿Lo tiene el Dominante o la sumisa?
Este tema da para escribir realmente mucho, espero poder resumir en un post no muy largo todas las ideas que vienen a mi mente.
Hace unos años atrás conocí a una sumisa con muy pocos años de edad, en ese entonces dieciocho, pero con una idea muy clara de lo que el BDSM es. Esta sumisa tenía en su firma algo por el estilo “Yo por ahora soy el juez”.
Esta frase no era muy bien vista es ese entonces por muchos “dominantes”, ya que la consideraban muy arrogante para provenir de una sumisa, pero sin embargo describe la realidad de las sumisas sin Amo. Mientras estén en la búsqueda de su futuro Amo, las que juzgan las aptitudes del Dominante que pretenda ser su Dueño, son ellas.
En contraste con esta idea en donde es la sumisa la que tiene el poder de decidir cuál es el Dominante que ella prefiere, sé de por lo menos dos sumisas que lo que les pasa es que se subyugan frente a la presencia del Dominante y que ellas sólo pueden esperar el ser aceptadas o rechazadas por él.
El uso del término "subyugar" no fue arbitrario. Decir que una sumisa se siente subyugada no es lo mismo que decir que el Dominante subyuga a la sumisa. No hablamos del caso en que un Dominante seduce o enamora activamente a una sumisa y que ella decide dejarse seducir o enamorar, sino de estos dos casos puntuales en que la sumisa experimenta un sentimiento espontáneo de entrega al estar en presencia de un Dominante que no ha hecho nada activamente para acercarse. La sumisa puede reprimir o no este sentimiento, pero no fue su decisión experimentarlo.
Con respecto al inicio de la relación en el primer caso, el poder de decisión la tiene la sumisa, en cambio en el segundo caso el poder de decisión lo tiene el Dominante.
Con respecto a los límites, no es verdad que los impone la sumisa, la sumisa simplemente los enuncia. El que se impone a sí mismo esos límites es el Dominante. Es el Dominante el que decide pasar o no pasar un límite cuando la sumisa no está preparada. El sentido común le dice al Dominante que pasar un límite cuando no es el momento va en contra de la relación, que puede dañar a la sumisa y todas las demás contras que puede traer esta decisión, pero es el Dominante el que decide autoimponerse esos límites. La sumisa después, podrá enojarse con el Dominante e incluso podrá terminar la relación, pero esa es otra decisión.
No hay que confundir un acto con su consecuencia. Por un lado tenemos la decisión de pasar o no un límite y por el otro la decisión de seguir o no con la relación como consecuencia de este primer acto.
Por lo que podemos ver que el tema de respetar los límites es decisión del Dominante.
Queda más que claro que el verdadero control, es decir el poder de decidir al momento de pasar o no pasar un límite, es del Dominante. Es el Dominante el que decide actuar de esta manera a pesar de las consecuencias. Si un Dominante pasa un límite cuando no es momento sabe que la reacción natural de la sumisa es terminar con la relación.
Del mismo modo que el Dominante se ve limitado en su accionar por algunas circunstancias, como por ejemplo las necesidades y/o limitaciones de la sumisa, la sumisa en el caso de que el Dominante no respete un límite, no tiene la opción de decidir si termina o no con la relación, sino que por sentido común debería terminarla.
Es decir, acá no hay verdadera libertad de la sumisa para terminar la relación, ni siquiera ella "desearía" terminarla. ella hubiera preferido seguir, ella hubiera preferido que todo está bien y seguir. Pero sin embargo, dadas las circunstancias (que el Dominante no es la persona que ella pensaba y en quién confió), "no tiene más remedio" que terminar. Y si decide seguir en una relación así, en una relación que la daña, tampoco la elección es libre, ya que una decisión tomada desde la patología de la dependencia de ninguna manera es una real "decisión", sino que sólo es una actitud, una acción más allá de la razón justificada con falsas razones.
Conclusión: No hay libertad de elección cuando una sumisa "debe" terminar la relación porque se la ha dañado traspasando un límite, simplemente hay circunstancias (el traspaso del límite), y consecuencias necesarias:
1) O bien la ruptura de la relación, "inevitable" como una actitud sana.
2) O bien la continuación de la relación, "inevitable" desde la patología.
Acá no se puede decir que es ella la que decide por gusto, opinión o preferencias, como cuando durante un período de prueba ella se da cuenta de que las personalidades no son compatibles, sino que hay una "causa de fuerza mayor" más allá de sus preferencias, y se hace lo que se puede, porque "es lo que hay".
Por otro lado, cuando el Dominante decide contenerse y respetar el límite, lo debe hacer por razones diferentes del temor a que la relación se termine. Los motivos que deberían llevar al Dominante a respetar los límites, deberían ser el bienestar de su sumisa.
Por lo que el supuesto control que tiene la sumisa de la situación que deviene de la premisa: "si no respetas los limites termino con la relación" es una ilusión, ya que si el Dominante no respeta el límite, significa que no le importa la consecuencia o bien si el Dominante respeta el limite debería ser por una razón diferente a esta consecuencia.
En el caso en que realmente el "dominante" respeta el límite sólo por el miedo al fin de la relación nos encontramos en presencia de un peligro potencial, ya que cuando no le importe más que la relación se mantenga no va a tener ningún problema en pasar el límite.
Yo siempre profeso que todo Dominante debería respetar tres obligaciones que yo aprendí en mis inicios: Conocer, Cuidar, Educar. El Dominante debería estar supeditado a ellas ¿Pero por esto significa que el control lo tiene la sumisa?
También siempre repito que a la sumisa hay que darle aquello que necesita, que no siempre coincide con lo que quiere.
Es verdad que las sumisas tienen necesidades, pero no son ellas las que decidieron tenerlas. Por lo que una necesidad de la sumisa no es algo que ella imponga sobre el Dominante, sino que es algo que el Dominante debe descubrir y saciar.
Si no confundimos límites (de lo que ya hable más arriba) con limitaciones, es algo más que la sumisa no decide tener y por lo tanto no es algo que ella decida imponer sobre el Dominante, sino que es algo más que el dominante debe conocer para poder cuidarla.
Otro tema es si el “dominante” cree que debe estar supeditado al capricho de la sumisa, en este caso el “dominante” está sufriendo lo que se denomina “dominación desde abajo” por la sumisa.
La sumisa acuerda el inicio de la relación con el Dominante, decide ceder el poder, por eso también se llama Intercambio Erótico de Poder, y decide, si la relación no es lo que ella esperaba ponerle fin unilateralmente.
Pero dentro de la relación el que debe tomar las decisiones, por ende el que debe tener el control debe ser en todo tiempo el Dominante.