Situado en Kensington Gardens, el Palacio de Kensington (Kensington Palace) ha sido lugar de residencia de la monarquía británica desde hace más de 300 años.
Este enorme caserón de campo construido en ladrillo rojo fue reformado en 1689 para convertirse en el hogar de la monarquía durante varias generaciones.
A lo largo de los años, el Palacio de Kensington ha acogido diferentes generaciones de la familia real, desde Guillermo III, hasta la fallecida Lady Diana, pasando por la reina Victoria.
Al igual que la Catedral de San Pablo, el Palacio de Kensington fue diseñado por Christopher Wren.
El palacio permite saciar la curiosidad de sus visitantes, que podrán recorrer las antiguas estancias privadas de la realeza, muestra del lujo y la exhuberancia en los que vivieron. Con su atractiva estructura perfectamente conservada, las paredes del palacio guardan historias que se muestran por medio de las exposiciones de cartas, joyas, vestidos, tapices y numerosos artículos guardados con recelo.
El palacio, de reciente restauración, cuenta con una nueva exposición sobre la Reina Victoria y un pequeño apartado dedicado a la Princesa Diana de Gales. Los jardines del palacio componen un pequeño oasis de tranquilidad en medio de la ajetreada ciudad, mientras que la Orangery ofrece la posibilidad de tomar un té al más puro estilo londinense.
2 De Vere Mews, Kensington Gardens.
Desde marzo hasta octubre: de 10:00 a 18:00 horas.
Desde noviembre hasta febrero: de 10:00 a 17:00 horas.
Adultos: £17,50.
Estudiantes: £14,10.
Entrada gratuita con London Pass.
Metro: High Street Kensington, líneas District y Circle;Queensway, línea Central.
Autobús: líneas 9, 10, 49, 52, 70, 94, 148, 390 y 452.
Kensington Gardens (563 m)
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Una de las salas del Palacio de Kensington