Mar de Aral

Mar de Aral

El mar de Aral (en kazajo, Арал Теңізі, Aral Tengizi; en uzbeko, Orol dengizi; en ruso, Аральскοе мοре, Aralskoye more; en tayiko, Дарёчаи Хоразм, Darëchai Jorazm; en persa: دریاچه خوارزم, Daryocha-i Khorazm , lago Khuarazm) fue un lago endorreico, o mar interior, situado en Asia Central, entre Kazajistán, al norte, y Uzbekistán, al sur. Si bien es denominado «mar», Kazajistán y Uzbekistán son considerados estados sin litoral. Antiguamente, era uno de los cuatro lagos más grandes del mundo, con una superficie de 68 000 km². En la actualidad, el mar de Aral se ha reducido a menos del 10 % de su tamaño original, hecho que se ha calificado como uno de los mayores desastres medioambientales ocurridos en la historia reciente.

Tras los trasvases de agua realizados por la Unión Soviética en los años 1960, de los ríos Amu Daria y Sir Daria que en él confluyen, el lago se redujo de manera drástica aunque oscilante. Se pretendía desviar agua para regar cultivos, principalmente de algodón, en Uzbekistán y Kazajistán. Tras la caída de la URSS, la falta de entendimiento debida al enfrentamiento entre los países que antes formaban parte de la desaparecida Unión Soviética, ha impedido que se detuviese esta reducción constante; pues Kazajistán y Uzbekistán, que se reparten lo que queda del mar de Aral, están enfrentadas con Kirguistán y Tayikistán, repúblicas por donde fluyen los ríos que alimentaban el otrora gran mar interior.1​ Además, como resultado de pruebas armamentísticas, proyectos industriales y vertidos de residuos de fertilizantes durante todo el siglo XX, el mar tiene un alto índice de contaminación.

Hoy en día el mar de Aral se ha dividido en dos; el Mar de Aral Norte, que está creciendo gracias a la construcción de una presa, y el Mar de Aral Sur, que debido al abandono de las autoridades está destinado a desecarse totalmente.

Ubicación geográfica

Vistas de satélite de 1989 y 2014. El Mar de Aral ha acabado dividiéndose en el Mar de Aral Norte, que se mantiene estable, y el Mar de Aral Sur que acabará desecándose totalmente.

(Арал Теңізі • Orol dengizi • Аральскοе мοре • Дарёчаи Хоразм • دریاچه خوارزم)

Mar de Aral

Coordenadas

Cuenca

Región

Continente

endorreica con diversos canales

Toponimia

Ubicación administrativa

Se sabe que los antiguos geógrafos árabes y persas lo denominaron Khuarazm o Kharezm, debido a la vecina región de Corasmia. Su nombre actual, que en español significa aproximadamente ‘mar de islas’,​ se debe a los más de 1500 pequeños islotes mayores de una hectárea de extensión emergidos dentro del lago, la mayoría de los cuales han desaparecido debido a los problemas ambientales que tiene el lago actualmente.

División

País

Cuerpo de agua

Consecuencias de la irrigación artificial

Primeros usos humanos y navegación

Formación

En 1959, la Unión Soviética decidió desviar parte del agua de los dos grandes ríos de Asia Central, el Amu Daria en el sur y el Sir Daria en el noreste, para poder desarrollar cultivos de regadío en el desierto de Asia Central.7​ De esta manera, el Asia Central soviética comenzó a producir arroz, melones, cereales y, muy en especial, algodón. La Unión Soviética pretendía convertirse en uno de los principales productores mundiales de algodón, y lo consiguió; en la actualidad, Uzbekistán es uno de los mayores productores exportadores de algodón en el mundo.

Los canales de irrigación comenzaron a construirse a gran escala en los años 1930. La calidad de la construcción de muchos de estos canales era ínfima, lo cual dejaba que parte del agua se filtrara o se evaporara. En el caso del canal de Kara Kum, el mayor de Asia Central, se desaprovechaba probablemente hasta un 70% del agua. Aun hoy solo el 12% de la longitud total de canales de irrigación de Uzbekistán está impermeabilizado.​

Antes de 1960, se estima que ya se desviaban a la tierra entre 20 y 70 kilómetros cúbicos de agua. Así, la mayor parte del suministro de agua del mar de Aral se había desviado y en la década de 1960, el mar comenzó a menguar. Entre 1961 y 1970, el nivel del mar de Aral descendió a un ritmo medio de 20 cm al año. En los años 70, el ritmo de descenso del nivel casi se triplicó, hasta alcanzar entre 50 y 60 cm anuales. En los años 80, el nivel del mar se reducía una media de entre 80 y 90 cm cada año. Y a pesar de esto, el volumen de agua utilizada para la irrigación continuó en aumento. La cantidad de agua extraída de los ríos se duplicó entre 1960 y 1980.​ Mientras tanto, la producción de algodón casi se duplicó en el mismo periodo.

La progresiva desaparición del gran lago no sorprendía a los soviéticos. Ya lo habían esperado. Aparentemente, en la URSS se consideraba que el Aral era un «error de la naturaleza», y un ingeniero soviético habría dicho en 1968 que «es evidente para todo el mundo que la desaparición del mar de Aral es inevitable».​

La presencia militar rusa en el mar de Aral comenzó en 1847 con la fundación de Raimsk, que pronto pasó a llamarse Aralsk, cerca de la desembocadura del Sir Daria. Después, la Marina Imperial Rusa empezó a desplegar sus buques en el mar. Debido a que la cuenca del Aral no está conectada a otros cuerpos de agua, los buques debieron ser desmontados en Oremburgo, junto al Ural, enviados por tierra a Aralsk (presumiblemente por una caravana de camellos), y luego reensamblados. Las dos primeras embarcaciones en ser botadas al lago fueron dos goletas de dos mástiles, llamadas Nikolai y Mikhail. La primera era un buque de guerra, y la segunda, un buque mercante para servir a los establecimientos pesqueros del lago. En 1848, ambas embarcaciones estudiaron la porción septentrional del lago y, en ese mismo año, fue ensamblado el Constantine, un buque de guerra. Comandado por Alekséi Butakov, el Constantine exploró por completo el mar de Aral en los dos años siguientes.​ El poeta y pintor ucraniano Tarás Shevchenko formó parte de la expedición, en la cual hizo varios dibujos de la costa del Aral.

Para la navegación en 1851, tres vapores suecos de nueva construcción llegaron en camello desde Oremburgo. Sin embargo, dado que las expediciones geológicas previas no habían logrado encontrar depósitos de carbón en la zona, Vasili Perovsky ordenó "un abastecimiento tan grande como fuera posible" de saksaul, un arbusto del desierto similar a la gobernadora, que sería llevada a Aralsk y luego usada en los vapores. Desafortunadamente, esta madera no fue un combustible muy adecuado, y la flotilla finalmente fue abastecida con carbón de Donéts.

Durante el Cenozoico estuvo conectado, entre otros, con el mar Negro ​ y, posteriormente después de su separación, se convirtió en una depresión en medio del desierto de Asia Central; esta fue llenada de manera simultánea por los ríos Amu Daria y Sir Daria hace 10 o 20 mil años (esto es, durante el Pleistoceno), convirtiéndola en una zona de oasis y, posteriormente, en un lago.​ Sin embargo, los trasvases de agua de dichos ríos para el regadío de cultivos como el algodón redujeron de manera considerable el volumen del mar de Aral desde la década de 1960. Esto ha aumentado la desertificación de la región, provocando una catástrofe ecológica irreversible considerada como una de las peores del planeta.

Primeros botes rusos en el mar de Aral. Dibujo de Tarás Shevchenko en 1848.

Otros países de la cuenca

Área drenada

Altitud

Profundidad

Volumen

Superficie

Superficie de cuenca

Anchura máxima

Longitud

Efluentes

Afluentes

Ciudades costeras

Animación del estado del mar de Aral

Ubicación (Kazajistán).

Mapa de localización

Otros datos

Características del embalse

Dimensiones

1 549 000 km²

42 m (lago Norte, 2007)

29 m (lago Sur, 2007)

Media: 8,7 m (lago Norte, 2007)

14-15 m (lago Sur, 2005)

Máxima: 42 m (lago Norte, 2008)

37-40 m (lago Sur, 2005)

27 km³ (2007)

6800 km² (2008, 2 lagos)

17 160 km² (2004, 4 lagos)

28 687 km² (1998, 2 lagos)

68 000 km² (1960, 1 lago)

690 000 kilómetros cuadrados

km

km

Evaporación

Ríos Amu Daria (S) y Sir Daria (N)

Situación actual

La superficie del mar de Aral se ha reducido actualmente en un 60 %, y su volumen en casi un 80 %. En 1960, el mar de Aral era el cuarto mayor lago del mundo, con un área aproximada de 68 042 km², y un volumen de 1100 km³. En 1998, ya había descendido hasta 28 687 km², el octavo lago del mundo. Durante el mismo intervalo de tiempo, la salinidad del mar ha aumentado desde alrededor de 10 g/l hasta unos 45 g/l.

En 1987 la disminución progresiva del nivel de las aguas acabó dividiendo el lago en dos volúmenes de agua separados, el mar de Aral Norte y el mar de Aral Sur, este último dividido a su vez en la porción central y la porción occidental.​ Aunque se construyó un canal artificial para conectar la parte norte y la parte sur, la conexión se había perdido ya en 1999, debido al cada vez más acusado descenso de las aguas.

El ecosistema original del mar de Aral se considera actualmente colapsado (CO) según los criterios de la Lista Roja de Ecosistemas de la UICN.​

Mapa del mar de Aral de 1853.

Mar de Aral Norte y expectativas de recuperación en 2010

Se llevaron a cabo trabajos para preservar el mar de Aral Norte, incluida la construcción de presas que garanticen la preservación de un flujo constante de agua dulce. En octubre de 2003, el Gobierno de Kazajistán dio a conocer un plan para construir una presa de hormigón, el llamado dique Kokaral, para separar las dos partes del mar de Aral, de modo que se pueda elevar el nivel del agua en ese trozo del mar original y reducir los niveles de salinidad. El objetivo se logró en 2007.​Durante 2010 a 2012 se ha llevado una faraónica labor de recuperación del mar de Aral, además de la construcción del dique Kokaral antes mencionado, se están mejorando los sistemas de riego, e incluso se está planteando el trasvase de agua de algún río de Siberia.

En otoño del año 2015 la orilla del mar de Aral Norte se había acercado ya hasta 20 km. de la ciudad de Aralsk,​ cuando hace una década estaba a 100 km. Entre 2005 y 2006, el dique propició que el nivel del agua subiera a un ritmo inesperado. Pero desde entonces la mejoría parece haberse estancado. Hoy, el Aral Norte cubre 800 km cuadrados más que hace 4 años. Para los científicos de la NASA, la velocidad de recuperación incluso supera las expectativas, aunque el dique eliminó la posibilidad de recuperar la parte sur, situada en Uzbekistán.

El Gobierno kazajo y el Banco Mundial están intentando desarrollar una segunda fase de su proyecto, que podría dar al mar otro empujón hacia Aralsk. Esto implicará grandes inversiones para mejorar los sistemas de riego de la región, por los que se escapan cantidades enormes de agua actualmente. Pero el plan todavía no es una realidad. Pese a ello, los resultados ya están ahí: el mar ha vuelto, la pesca se ha recuperado significativamente, las plantas de procesamiento de pescado están trabajando y los productos se exportan a Europa.

Estos logros y la confianza en que el mar volverá han resucitado el sector pesquero. Hace un decenio, no había pescadores en Aralsk. Hoy, 600 hombres agrupados en cooperativas han vuelto a faenar y capturan unas 1.000 toneladas de platija cada año. Detrás de este éxito, se encuentra la ONG local Aral Tenizy. Esta organización, en colaboración con científicos de la Sociedad Danesa para un Océano Vivo, ha orientado a los habitantes de la región de Aralsk que deseaban retomar las artes de pesca abandonadas durante años.

Momento en que la isla Renacimiento, originalmente en el centro del Aral, se convierte en una península (finales de 2000-comienzos de 2001).

El mar de Aral visto desde el espacio en 1985.

Mar de Aral Sur

Por razones económicas, el mar de Aral Sur ha sido abandonado a su suerte. En su agonía, está dejando enormes llanuras de sal, que producen tormentas de arena,​ que llegan a sitios lejanos como Pakistán y el Ártico, y que hacen los inviernos más fríos y los veranos más cálidos.​ Uno de los intentos de mitigar estos efectos consiste en la plantación de vegetación en el antiguo fondo del mar, ahora tierra firme.1

En el verano de 2003, el mar de Aral Sur estaba desapareciendo más rápido de lo que se había previsto.19​ La superficie está ahora a tan solo 30,5 metros sobre el nivel del mar (3,5 metros más baja de lo que se había previsto a principios de los años 90), y el agua tiene una salinidad 2,4 veces mayor que la del océano. En las partes más profundas del mar, las aguas más bajas tienen mayor concentración de sal que las superficiales, conformando dos tipos de agua que no se mezclan entre sí.​ Por esto, solo la parte superficial del mar se calienta en verano, y esta se evapora a mayor velocidad de lo que cabría esperar. Según estimaciones basadas en datos recientes, la parte occidental del mar de Aral Sur habrá desaparecido en (2011),​ mientras que la parte oriental podría mantenerse, de forma precaria, indefinidamente.

El ecosistema del mar de Aral y de los deltas de los ríos que confluyen en él está prácticamente destruido, en gran medida por la altísima salinidad. Además, la tierra en torno al mar está muy contaminada, y las personas que viven en la región sufren de escasez de agua dulce, unida a problemas de salud diversos.​ La contracción del mar ha dejado extensas llanuras cubiertas de sal y de productos tóxicos,​ que son arrastrados por el viento a las zonas habitadas.​ La población cercana al mar de Aral presenta una incidencia elevada de ciertas formas de cáncer y enfermedades pulmonares, entre otras patologías, posiblemente debidas a cambios en el ADN.​ Los cultivos tradicionales también están siendo destruidos por la sal que se deposita en la tierra. La ciudad de Moynaq, en Uzbekistán, tuvo en el pasado un puerto bullicioso y una industria pesquera que daba empleo a unas 60.000 personas. Actualmente, la ciudad dista muchos kilómetros de la nueva costa. Los barcos pesqueros se encuentran varados en tierra sobre las llanuras que una vez fueron fondo del mar. Muchos de esos barcos llevan más de 20 años abandonados. La única empresa pesquera que queda en la zona se encarga de importar pescado desde el océano Pacífico,​ a miles de kilómetros.

La tragedia de la costa del Aral fue narrada en la película Psy (Псы, "Perros"), de Dmitri Svetozarov (URSS, 1989). La película fue filmada en una de las ciudades fantasma de la costa, entre edificios y barcos abandonados.

Los cambios que ha sufrido esta zona en los últimos 14 años fueron documentados a través de imágenes satelitales de la Nasa, que evidencian que el lago se ha ido secando y que las condiciones secas del 2014 causaron que el lóbulo oriental del Mar de Aral Sur se secara por completo.

"La pérdida de agua hizo inviernos más fríos y veranos más cálidos y secos. El daño alcanzó su punto máximo este año, cuando el lóbulo oriental del mar de Aral Sur – que en realidad era el centro del lago original – se secó completamente", informa la Nasa.

Además de ser considerado como uno de los peores desastres naturales, comunidades de la región que antes se dedicaban a la pesca y a la agricultura ya no pueden ejercer esta actividad elevando el desempleo y problemas económicos. También se advirtió que la población cercana al Mar de Aral presenta una incidencia elevada de enfermedades pulmonares y otras patologías.

“A medida que el lago se secó, la pesca y las comunidades que dependen de ellos se derrumbaron. El agua cada vez más salada se contaminó con fertilizantes y pesticidas. El polvo que sopla desde el lecho del lago expuesto, contaminado con productos químicos agrícolas, se convirtió en un peligro para la salud pública”, registró la Nasa.

Entre los años 2009 y 2014 se alternaron temporadas secas y húmedas. Los niveles de agua fluctuaron anualmente. Las condiciones secas en 2014 causaron que el lóbulo oriental del mar del sur se seque por completo por primera vez en los tiempos modernos.

Soluciones posibles

Se han propuesto diferentes soluciones a los problemas ocasionados por la pérdida de agua del mar de Aral, en diversos grados de viabilidad y coste económico. Entre estas se incluyen:

  • Mejora de la calidad de los canales de irrigación.

  • Instalación de plantas de desalinización.

  • Imposición de tasas a los campesinos por el uso del agua de los ríos.

  • Introducción de especies de algodón alternativas, cuyo cultivo requiera menor cantidad de agua.

  • Buscar a voluntarios para labores de limpieza y recuperación.

  • Trasvase de agua de los glaciares de Siberia para reemplazar el agua perdida en el Aral.​

  • Utilización de menos productos químicos en el proceso del algodón.

En enero de 1994, los países de Kazajistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Tayikistán y Kirguistán firmaron un acuerdo por el que se comprometían a destinar un 1% de sus presupuestos a contribuir a la recuperación del mar. Sin embargo, la cooperación entre estos países ha sido mínima.

Actualmente, la porción norte del mar de Aral se está recuperando, debido al dique Kokaral que el Gobierno de Kazajistán construyó para impedir que las aguas fluyeran hacia el lado izquierdo del mar.​

En agosto de 2008 se creó la primera ONG ecologista uzbeca, el Movimiento Ecologista de Uzbekistán, que pretende, entre otros objetivos, recuperar el mar de Aral.​

Instalaciones de armas biológicas en la isla de Vozrozhdeniya

Isla Vozrozhdeniya

En 1948 se construyó un laboratorio soviético secreto de armas biológicas que formaba parte de las 18 instituciones de la agencia de guerra biológica Biopreparat en la isla situada en mitad del mar de Aral,​ en la isla Vozrozhdeniya (Renacimiento); que actualmente es una península, y es territorio en disputa entre Kazajistán y Uzbekistán. Los detalles concretos sobre la historia, las funciones y la situación actual de estas instalaciones no han sido revelados aún. La base fue abandonada en 1992 tras la desintegración del ejército soviético.​ Diversas expediciones científicas demostraron que ese lugar se había utilizado para la producción, pruebas y también el desecho de armas biológicas.​ Estos fueron limpiados, gracias a un proyecto internacional conjunto para limpiar los vertederos, en particular los de carbunco,​

Desarrollo económico

Lo que queda del mar de Aral en agosto de 2017. Se ha dividido en 2 mares; el Mar de Aral Norte, que se conserva, y el Mar de Aral Sur, abandonado y que terminará secándose.

Barco abandonado cerca de la ciudad de Aral (Kazajistán).

Comparación entre el estado del mar de Aral en 1989 y el 12 de agosto de 2003. (origen de la imagen: NASA)

El mar de Aral es en gran parte desconocido, pero posee un montón de promesas en términos de búsqueda de petróleo y gas. Existe riesgo, por supuesto, pero creemos en el éxito de este proyecto único.

Consorcio para la explotación del mar de Aral.

Ergas Shoismatov, Viceprimer Ministro de Uzbekistán, anunció el 30 de agosto de 2006 que el gobierno de Uzbekistán, y un consorcio internacional compuesto por Uzbekneftegaz, LUKoil, Petronas, Korea National Oil Corporation y la Corporación Nacional de Petróleo de China firmaron un acuerdo de participación y producción para explorar y desarrollar yacimientos de gas y petróleo en el mar de Aral. El consorcio fue creado en septiembre de 2005.

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Mar de Aral: el difícil retorno del agua

Sobre la Entidad

Fundación We Are Water

La Fundación We Are Water tiene dos objetivos: La sensibilización y la realización de acciones destinadas a paliar los efectos negativos de la falta de agua.

10 años después del documental rodado por Isabel Coixet, el mar de Aral sigue siendo un paradigma de los errores que desencadenan un desastre medioambiental de nefastas consecuencias humanitarias. Los planes de recuperación han dado algunos resultados, pero la recuperación total del gran lago asiático sigue estando muy lejos.

En septiembre de 2009, la Fundación We Are Water presentó el documental Aral, el mar perdido en Festival Internacional de Cine de San Sebastián. La realización fue el fruto de una propuesta de la Fundación a la cineasta Isabel Coixet: crear un documental que reflejara la importancia del agua en la vida de las personas, en la economía y en el equilibrio medioambiental. La realización de la directora de cine española mostró la terrible realidad de un desastre provocado por el hombre hasta entonces poco conocido internacionalmente.

Aral, el mar perdido, (2009) de Isabel Coixet, narrado por Sir Ben Kingsley.

Un paradigma de lo que no se debe hacer con el agua

En la década de 1950, el mar de Aral era, con más de 67.300 km2, el cuarto lago de más grande del mundo por detrás del mar Caspio, el lago Superior y el lago Victoria. Era especialmente rico en pesca: suministraba una sexta parte de todo el pescado que se consumía en la Unión Soviética y sus fábricas de conservas exportaban a todo el mundo.

A la izquierda, el mar de Aral en 1989; a la derecha, en 2014. © Earth Observatory, NASA.

Los dos países que se reparten sus costas, Kazajstán y Uzbekistán, pertenecían por entonces a la extinta Unión Soviética. Las vastas estepas que rodeaban el lago dieron la idea al Gobierno para desarrollar masivamente la agricultura, en especial el cultivo del algodón. Eran tierras poco aptas para ello, debido a su grado de aridez y falta de infraestructuras hidráulicas para el regadío; por esta razón los ingenieros soviéticos planearon utilizar el agua de los principales ríos que desembocaban en el mar de Aral, en especial la proveniente del Amu Daria y del Sir Daria. El proyecto impulsó un enorme plan de infraestructuras cuyo eje fue la construcción, en 1960, de un canal de 500 km de longitud que tomaría un tercio del agua de los ríos para inundar arrozales y regar los campos de algodón, uno de los cultivos que más agua precisan. Los cálculos erróneos, el pésimo mantenimiento de las infraestructuras y los sistemas de riego poco eficientes causaron un constante incremento de la cantidad de agua extraída a los ríos y los acuíferos.

A principios de la década de 1980, cuando los ingenieros se dieron cuenta de que el agua que llegaba al gran lago era tan sólo un 10% del caudal de 1960, fue demasiado tarde. Gran parte de su superficie se había secado y el resto se encontraba en un acelerado proceso de desaparición; en 1989, el gran cuerpo de agua se partió en dos, dejando una masa al norte y otra al sur, que pasaron a denominarse mar de Aral del Norte y mar de Aral del Sur.

En 2009, cuando Isabel Coixet rodó el documental, el lago había perdido la mitad de su superficie original, (equivalente a la isla de Irlanda) y su volumen se había reducido a una cuarta parte. El 95% de los embalses y humedales cercanos se habían convertido en desiertos y más de 50 lagos de los deltas, las zonas más fértiles, con una superficie de 60.000 hectáreas, estaban secos. Actualmente, la situación poco ha cambiado.

Desastres en efecto dominó

La pérdida del agua desencadenó una cadena de desastres. La evaporación se aceleró, ya que los lagos menos profundos son más fáciles de calentar, por lo que el gran lago entró en un bucle de retroalimentación negativa: a más evaporación, menos profundidad, a menos profundidad, más evaporación … El mar de Aral no sólo disminuyó de tamaño, sino que la evaporación disparó la salinidad lo que causó la muerte de casi todos los peces.

Para contener la salinidad, se incrementó la extracción de aguas freáticas, lo que hizo disminuir el nivel de los acuíferos de 53 a 36 metros. El consumo humano se vio afectado: amplios sectores de la población quedaron sin acceso a agua potable y la que quedó estaba altamente contaminada por los fertilizantes y pesticidas utilizados en los cultivos de algodón.

La pesca se arruinó. El puerto de Aralsk perdió el agua en 1970 y sus habitantes vieron como el mar se alejaba día a día. Los barcos quedaron varados en un desierto de arena salada, en una imagen que se convirtió en el icono del desastre.

Isabel Coixet en el mar de Aral en el rodaje de Aral, el mar perdido

Por otra parte, mar de Aral perdió su capacidad de regular el clima: los inviernos y los veranos se hicieron más duros y ​​las tormentas de polvo comenzaron a devastar las regiones ribereñas, arrastrando la sal del antiguo fondo marino. Las consecuencias para la salud fueron nefastas: enfermedades como el cáncer linfático, de hígado y de garganta, la anemia, la bronquitis crónica, la tuberculosis, la fiebre tifoidea, la hepatitis y el asma se dispararon. La mortalidad infantil alcanzó una tasa de 7,5 fallecimientos de cada 100; más de la mitad de esos niños murieron de enfermedades respiratorias debido a la sal y los minerales existentes en polvo que respiraban.

Las tormentas de sal y la disminución de los acuíferos acabaron con el 40% de la vegetación de las tierras circundantes y la agricultura de supervivencia se hizo imposible. Todo ello provocó un gran éxodo migratorio hacia zonas más prósperas que causó un desequilibrio demográfico, y problemas transfronterizos cuando desapareció la Unión Soviética, y Kazajstán y Uzbekistán lograron su independencia en 1991.

La sal y el polvo viajaron más lejos, hasta 200 km, alcanzando amplias tierras de cultivo en Uzbekistán, Kirguistán, Turkmenistán y otros países, disminuyendo la productividad agrícola. La sal también llegó a las cimas de las montañas de Kirguistán, causando el derretimiento de los glaciares que ya se había iniciado a causa del cambio climático.

¿Volverá el agua?

En algunas zonas del mar de Aral de sur el agua está retornando lentamente

Recuperar la totalidad del antiguo cuerpo de agua del lago requiere la cooperación de todos los países por donde transcurren los ríos que lo alimentan. La mala relación política existente entre muchos de ellos ha sido un obstáculo insalvable para vertebrar un proyecto con las mínimas garantías de éxito. Kazajistán y Uzbekistán están enfrentados con Kirguizistán y Tayikistán, repúblicas por donde fluyen el Amu Daria y el Sir Daria, tras la caída de la Unión Soviética.

Los intentos por recuperar el mar de Aral comenzaron en 1996 cuando se levantó un dique para retener el agua del Sir Daria, río que desemboca en el norte del mar de Aral, para regular el nivel del agua en esta zona del lago y regar las tierras circundantes. La idea era sacrificar el mar de Aral del Sur para que el mar de Aral del Norte pudiera salvarse. Pero la presa, construida rudimentariamente con arena, barro y palos, se rompió a los pocos años.

En 2004 se construyó otro dique de 13 km de longitud y diversas instalaciones hidráulicas en el cauce del río que contaron con la financiación del Banco Mundial. El mar de Aral del Norte aumentó su nivel casi cuatro metros en seis meses, y en un año logró aumentar de tamaño en un tercio y recuperar parte de su fauna acuática. Lo más esperanzador fue que parte del agua comenzó a fluir tímidamente hacia el mar del Aral del Sur.

La recuperación de la zona norte del lago se ha visto favorecida por la propia naturaleza, que ha invertido la retroalimentación negativa de la evaporación: el agua disminuye hasta un volumen determinado con alta salinidad, lo que frena la evaporación estabilizando el proceso.

El agua, que una vez estuvo a 50 km de la ciudad de Aralsk, ahora está a solo 15 km. La recuperación del lago está aún lejos, pero hay síntomas de que está en marcha. En el mar de Aral del Norte, está renaciendo pesca y la agricultura es más fácil. La salubridad ha mejorado notablemente, disminuyendo la anemia en un 65% debido a una mejor nutrición.

Sin embargo, los expertos alertan de que la recuperación total sigue siendo muy difícil, ya que persisten muchos de los factores que desencadenaron los desastres. El mar de Aral del Sur sigue sin soluciones a corto plazo y la crisis climática amenaza con más sequías.

Concienciación local e internacional ante un desafío planetario

El antiguo fondo del mar de Aral es ahora un desierto polvoriento 2011.

La desaparición del mar de Aral es la tragedia que afortunadamente ha trascendido los últimos años las fronteras nacionales y regionales. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) impulsó en Tashkent, la capital de Uzbekistán, una conferencia internacional sobre el tema "Acciones conjuntas para mitigar las consecuencias de la catástrofe de Aral: nuevos enfoques, soluciones innovadoras, inversiones”. En la reunión, un equipo multidisciplinario de expertos expuso varias ideas para atraer inversión y tecnologías a la región y proponer las mejores soluciones prácticas para el Gobierno de Uzbekistán. Las conclusiones de la conferencia tuvieron su continuidad el pasado octubre en Nukus (Uzbekistán) con la Conferencia Internacional de Alto Nivel titulada “Área del Mar de Aral - Zona de Innovaciones y Tecnologías Ambientales”. Por primera vez, el presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev, ha planteado la idea de transformar el mar en una zona de innovaciones y tecnologías ambientales. Durante lo que ha sido un auténtica cumbre de jefes de estado para crear un fondo internacional para recuperar el mar, Mirziyoyev ha hecho un llamamiento para realizar esfuerzos comunes para atraer inversión internacional con la finalidad de desarrollar tecnologías amigables con el medio ambiente, implementar la economía verde y lograr el ahorro de energía y agua. La reunión concluyó con la propuesta de organizar una conferencia especial el próximo año con el apoyo del PNUD, el Banco Mundial, el Banco Asiático de Desarrollo y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial.

En plena lucha contra la crisis climática, debemos aprender de la que es una de las mayores catástrofes ambientales causadas por las actividades humanas. Las consecuencias ambientales, climáticas, económicas y humanitarias derivadas de la mala gestión del agua son la peor amenaza para el ecosistema planetario y para la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6. El caso del mar de Aral debería ser materia de estudio en todos los programas escolares.

Aral, el mar que secó la Unión Soviética y que ahora trata de volver a la vida

El desvío de los ríos que lo alimentaban para regar ha reducido el cuarto mayor lago del mundo a un desierto de sal y ántrax

Donde antes había peces y barcos hoy solo hay arena, cascos oxidados y esporas tóxicas de ántrax. Dentro de muy poco del mar de Aral, antaño el cuarto lago más grande del mundo, solo quedará el recuerdo. Desde 1960 este mar interior, fronterizo entre las Kazajistán y Uzbekistán, se ha reducido hasta la mínima expresión, después de que Stalin y sus sucesores al frente de la Unión Soviética decidieran que cualquier cosa era sacrificable con tal de convertir los desérticos territorios de Asia Central en un vergel capaz de producir miles y miles de toneladas de algodón.

Para lograr su meta, las autoridades soviéticas diseñaron y ejecutaron una de las transformaciones más ambiciosas que se conocen, de una magnitud solo equiparable al daño medioambiental que provocó. En pocos años se construyeron 45 embalses, más de 80 presas y cerca de 32.000 kilómetros de canales —la mayoría de factura tan deficiente que pierden casi tanta o incluso más agua de la que transportan—. Semejante infraestructura desvía de los ríos Amu Darya y Sir Darya la friolera de 48.000 millones de metros cúbicos al año, dejándo que el lago quede alimentado únicamente por una octava parte del caudal original, cifra que la elevada evaporación reduce aún más.

El plan funcionó... pero a cambio de un precio altísimo. En la actualidad Kazajstán es uno de los mayores productores mundiales de algodón, pero la otrora próspera industria pesquera de la zona, que daba trabajo a cientos de kazajos y uzbecos, está tan seca y muerta como el propio lago, tal y como muestra el documental «Aral. El mar perdido» que la cineasta Isabel Coixet grabó en 2010.

El mar de Aral, en 2005

Los muelles, las plantas de procesamiento, almacenes e incluso pueblos y ciudades enteras que vivían de la pesca languidecen abandonadas, pudriéndose al sol del desierto. La vida sólo sobrevive en en la zona norte, donde una presa construida en 2005 gracias a una donación de trescientos millones de dólares del Banco Mundial mantiene estancada una mínima parte de lo que hasta hace pocas décadas fue una extensión de agua del tamaño de Irlanda.

Sin embargo, la industria pesquera no fue la única víctima de la desecación del lago. El gran perjudicado fue el ecosistema de la zona, ya que han desaparecido 20 de las 24 especies de peces existentes y con ellas, otras tantas tantas de aves que dependían de ellos y de la flora del lugar, que también se ha visto severamente afectada. Un daño provocado con conocimiento de causa: según denunció el hidrólogo Aleksandr Asarin, empleado en el proyecto, al diario norteamericano «The New York Times», la cúpula soviética tenía previsto el secado del Mar de Aral en apenas cinco años.

Esporal de ántrax

También el clima de la región se ha visto afectado de forma irrecuperable. Las tormentas de polvo son habituales y lo peor es que no arrastran solo arena, sino también esporas tóxicas de ántrax procedentes la antigua base secreta de investigación biológica de Vozrozhdeniye, abandonada tras la caída del muro de Berlín en 1989.

Cuando fue construida por los soviéticos, en 1948, la base presentaba una ubicación inmejorable en plena isla Renacimiento, asilada en el centro del lago. Sin embargo, la desecación de las aguas convirtió la isla primero en una península y, poco a poco, en una parte indistinguible del desolado desierto que ahora ocupa la mayor parte de la cuenca del lago, que ha pasado aser conocido como Desierto de Aralkum.

Antes de abandonarla, no obstante, los oficiales del Ejército Rojo trataron de eliminar las esporas sumergiéndolas en lejía y enterrándolas profundamente en la arena. Sin embargo, una exporación realizada en 1997 por científicos norteamericanos encontró esporas todavía activas en seis de las once áreas donde habían sido enterradas.

Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 Estados Unidos se comprometió a financiar la limpieza del ántrax para evitar que fuera utilizado por grupos terroristas, aunque poco se podía hacer para eliminar las esporas que ya se habían filtrado a la superficie y que durante décadas el viento difuminó sin ningún control. Aún hoy, la tasa de mortalidad infantil es del 10%, la bronquitis crónica ha aumentado un 3000%, la artritis un 6000% y los alrededores del moribundo lago tienen el triste honor de ostentar la mayor tasa de cáncer de esófago del planeta, hasta catorce veces superior a la media del entorno.

La esperanza, en el norte

En la actualidad, los esfuerzos de la comunidad internacional se centran en recuperar la pequeña parte norte, delimitada por el muro construído con el dinero del Banco Mundial. Las últimas imágenes de la NASA, de 2017, muestran la mejoría en la zona. No obstante, prácticamente no queda ninguna esperanza para la zona sur, que según las estimaciones de los científicos se secará totalmente antes de 2020.

Estado del mar de Aral en agosto de 2017