Evolución del Tratado de Verdún y su Influencia en el Territorio Europeo

Por: Francisco Cabal Zoppi

Del siglo VIII al siglo IX, el reino franco dominado por la dinastía Carolingia, al cual nos referimos históricamente como el Imperio Carolingio, se expandió en la Europa Occidental con la influencia política de los reyes francos Pipino el breve y su descendiente directo, Carlomagno. Durante el reinado de Carlomagno fue prominente la expansión de los distintos reinos que este poseía convirtiéndolos en un imperio. Sus acciones eran impulsadas por su sueño de regresar y vivir la gloria del antiguo Imperio Romano pero su ideal sólo tuvo un verdadero impulso durante su existencia.

Después de su muerte en 814, el territorio ocupado por el imperio durante el reinado de Carlomagno fue directamente heredado a su hijo, Ludovico Pío. Ludovico tenía una relación complicada con sus hijos en respecto a la lucha por el poder de la corona. En 829, después del nacimiento de Carlos (el 4to hijo de Ludovico) como fruto de su segundo matrimonio, decidió concederle a este el Reino de Alemania. Coléricos con el hecho, los tres hijos mayores de Ludovico: Pipino II, Lotario I y Luis consiguieron destronarlo y le dieron el título de emperador a Lotario en 830, pero los frutos de sus esfuerzos serían poco duraderos ya que en cuestión de meses Ludovico restableció su puesto en el trono por intervención de la Asamblea Nimega.

A partir de 833, guerras familiares como esta surgirían entre los hijos y su padre, hasta que en 838 Pipino II murió. Así que Ludovico convocó una Asamblea para establecer una nueva división del Imperio: Carlos recibiría la mitad occidental, Lotario la mitad oriental y Luis el Germánico se tuvo que conformar con Baviera (Alemania). Ludovico moriría el año siguiente ahogado tratando de cruzar el río Rin. Unos cuatro años después vendría el inicio del tópico de este artículo, el tratado de Verdún, pero para hacer una explicación lógica de las implicaciones que trajo este en el territorio europeo, primero tenemos que aclarar la división que buscaba llevar a cabo.

El acuerdo estaba siendo realizado en el estado de Verdún por los tres herederos restantes tras la muerte de Pipino II y sugería que el reparto equitativo de las tierras sugerido por Ludovico se llevara a cabo con una diferente distinción de tierras: Carlos el Calvo gobernaría las tierras más al Oeste, Luis el Germánico pasaba a reinar sobre los territorios más orientales y Lotario se reservaba un largo corredor desde Frisia, al Norte de los Estados papales. De esta forma cada uno gobernaría su parte de manera autónoma.

De estas condiciones se podría concluir que era Lotario, el hijo prójimo, el que salía con una ventaja de estas negociaciones teniendo en cuenta que su territorio tenía en él las dos capitales imperiales pero, como se aclara posteriormente, esto no tuvo un impacto relevante en el destino de cada reino.

El tratado de Verdún rompía dramáticamente la unidad del Imperio Carolingio. Como se ha demostrado en el pasado la división de un imperio parece resultar desfavorable para al menos una de las partes involucradas. Tal es el caso con el tratado de Verdún y el Imperio Carolingio. Si retrocedemos hasta la muerte de Carlomagno, podemos ver como el imperio carecía de varias características esenciales para la supervivencia de una sociedad, entre ellas la estabilidad económica. A esto se le puede sumar la escasez de población en distintas ciudades y el hecho de que los nobles consiguieron autoridad sobre el Emperador, complementado con la incompetencia de Ludovico al enfrentarse a sus hijos por la posesión de su trono. Si entonces volvemos a 843 vemos cómo estos factores crearon una inestabilidad logística después del tratado de Verdún.

Entonces hágase la pregunta ¿Qué fue de las capitales imperiales; Roma y Aquisgrán? Estas daban una certeza de grandeza y seguramente serían una influencia para sostener la lealtad a los líderes imperiales ¿no es cierto?. Pues resulta que con la división del Imperio estos territorios perdieron su importancia junto con la relevancia del título de emperador que poseía Lotario, porque cada hermano tenía control sobre el gobierno del territorio que poseía y si sumamos la autoridad que los nobles tenían sobre el emperador, es claro qué el título no llevaba ese peso que le habían dado los reyes previos a Ludovico.

Como era inevitable, el Imperio cayó de rodillas ante las conquistas que prioritariamente, los musulmanes, impactaron la península itálica conquistando Sicilia y casi consiguiendo el control de Roma. Esto junto con influencias de los vikingos hacia el norte y los magiares, que desde Asia emigraron hacia Europa Occidental donde realizaban correrías hacia el este del territorio imperial que restaba.

A pesar de ser integral en la inevitable caída del imperio, el tratado de Verdún trajo consecuencias que influenciaron la evolución y el estado actual de cómo vemos el repartimiento del territorio europeo. Estas consecuencias pueden verse en el nacimiento de tres futuras naciones: Alemania, Francia e Italia. Podemos además identificar estos territorios con los tres personajes que firmaron el tratado: Luis (Alemania), Lotario (Italia) y Carlos (Francia). Gracias al tratado es que fueron definidas las divisiones entre Francia occidental y Francia oriental, que se convirtió en el reino de Germania y, posterior a esto, Alemania.

Esta larga lista de eventos nos llevó a definir tres estados esenciales para la evolución histórica del continente Europeo y, aunque se puede reconocer que existen varias diferencias entre los casos, podemos relacionar la división del gobierno a través de un tratado con la actual relación del gobierno y la corona española con los estados de Catalunya y el País Vasco. Es verdad que se puede ignorar esta similitud contrastando los casos propuestos, mientras la división del imperio carolingio era la división de los descendientes de Ludovico transformado en la discusión por el control de estos territorios, la situación actual de España es un movimiento que surge desde la búsqueda de independencia de la corona por los habitantes de estos territorios. Pero se puede proponer que, a pesar de estas diferencias, los resultados pueden ser más similares de lo que parecen. Sugiero que la resistencia de estos estados y su eventual escape pueden resultar en una decadencia que, a pesar de no ser forzada por otro reino como el británico o el Belga, puede ser influenciada por movimientos terroristas como la ETA (en español: País Vasco y Libertad) que con resentimiento al gobierno puede causar desestabilidad social y hasta una catástrofe económica.