En este segundo día de observación, no deja de llamar la atención la calidez en el interior de los espacios nada más entrar de la calle (y eso que, en esta época del año, todavía no ha empezado a hacer frío, ni está haciendo mal tiempo estos días), las plantas o los trabajos de arte de los alumnos que decoran pasillos y aulas.

Todas las aulas disponen de una gran pizarra digital y de un proyector de los que se sirve el profesorado para impartir sus asignaturas: combinan explicación magistral, con preguntas guiadas, ejercicios prácticos, con otras técnicas y estrategias de aprendizaje activo. No se usan libros de texto; sí materiales seleccionados por los profesores.

El alumnado cuenta con su propio material escolar: cuadernos, hojas, según prefieran; portátil o tableta, imprescindibles para la mayoría.

En una clase prototipo estonia, las sillas y las mesas, sin ser móviles, son fácilmente movibles, son ligeras. No hay más puntos de luz que en una clase prototipo española. 

Por grupos, se aprenden esta información, bien en clase o en casa y el docente va preguntando al alumnado. En este sentido, va realizando la explicación y preguntando a los alumnos que cuál es el posicionamiento de su país frente a lo que está explicando y estos les van contestando.   Así, logra involucrar a los discentes en el proceso de enseñanza aprendizaje y asegurándose de un aprendizaje duradero.