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Por qué tantos adolescentes y jóvenes acuden a fiestas como la que se celebró en el Madrid Arena el pasado jueves??

Por qué tantos adolescentes y jóvenes acuden (o acudían) a los botellones en lugares públicos??

Probablemente no sea posible contestar a esas preguntas con una sola respuesta. Quizá desde la sociología y/o la antropología puedan ofrecerse respuestas autorizadas. En mi opinión también habría que tener en cuenta otras ciencias, porque desde la etología o incluso desde la zoología, podrían ofrecer muchas claves que explicarían, al menos en parte, los comportamientos humanos y entre ellos, estos. Sin olvidar la historia, claro, porque en la historia podemos encontrar comportamientos parecidos, en otras épocas, en otros lugares y aquellas realidades han de ser incorporadas a cualquier estudio serio que se quiera hacer para responder a las anteriores preguntas.

También se pueden dar respuestas desde otros ámbitos... pero, en ese caso, es aconsejable (y ético) dejar claro que se trata de “opiniones”, incluso si vienen desde instituciones o representantes públicos; y estos debieran de ser muy cuidadosos cuando se pronuncian sobre temas que no son su especialidad, porque sus meteduras de pata tienen más alcance (y más repercusión) que las de una persona que sólo se representa a si misma.

En el caso aquellos que ostentan cargos públicos; a veces, harían bien en no abrir la boca¡! O pronunciarse en lo que atañe a sus competencias y no meterse en fangales de los que después les cuesta salir. Y sobre todo cuidar el lenguaje, las expresiones, porque en ellas se les puede ver el alma¡! Y a veces lo que se ve es... terrible. Otras, provocan en quien las escucha esa desagradable sensación a la que solemos llamar “vergüenza ajena”. De todas ellas ha habido esta semana, a raíz del “desafortunado” episodio en el que fallecieron cuatro chicas... Algunas han sido más o menos forzadas; otras, gratuitas y unas pocas, una mezcla de las dos.

El Excelentísimo Señor Eduardo Torres-Dulce Lifante, Fiscal General del Estado; además de decir lo que se espera que diga un cargo público “designado, cómo los anteriores, por el gobierno de turno”; sin aportar ni un ápice de novedad u originalidad, con frases extraídas de las cloacas del reino de los tópicos como: “la ley es igual para todos”, “...la Fiscalía investigará con rigor...”, "…rápidamente, dentro de las posibilidades...", "...un marco de exigencia de responsabilidades..."; quiso, sin abandonar la penitencia de la obviedad, ir más allá de su especialidad y entrar en terrenos pantanosos con una especie de sentencia: “...este tipo de macro-fiestas suponen un verdadero problema social”. Y después intentó regresar un poco a lo suyo, sin lograrlo (y además pasando por Valladolid), con una frase que explica la sentencia anterior: "Hay todo un problema sociológico generacional, familiar, de estructura familiar que hay que atender, pero sobre todo con la perspectiva de la legalidad".

Merece una respuesta¡! Aunque ni la desea ni espera que llegue ninguna a su pedestal, así que desde esta parte del cosmos... desde el otro lado... desde el pueblo llano... desde la “villanía” (si lo prefiere)... desde ese tumulto en el que “ellos” sólo ven “súbditos, corderos...” desde esa parte de la realidad que la mayoría de los cargos públicos (altos funcionarios del Estado, políticos...) y algunos grandes empresarios que, pagan sus campañas (a veces, condonando los créditos a los partidos políticos; algo que no hacen con las hipotecas) y les ríen las gracias; parecen no ver¡!, porque está claro que no la conocen, y somos muchos los que sospechamos que no tienen interés en conocerla; yo estoy en disposición de ofrecérsela y pienso hacerlo aquí y ahora¡!.

Sobre los lugares comunes prefiero no decir mucho. Torres-Dulce nació en mayo de 1950, él ya tiene edad, formación y experiencia para saber que “la ley NO es igual para todos” y yo ya he vivido suficiente para haberme enterado de que “los Reyes Magos son los padres”. Y no es que me apetezca calificarle de mentiroso o iluso; se trata de algo más sencillo, constato dos realidades¡! Así que mejor nos centramos en esa otra parte de sus declaraciones; en las que dice: “...este tipo de macro-fiestas suponen un verdadero problema social” y habla de ellas cómo: “...un problema sociológico generacional, familiar, de estructura familiar que hay que atender, pero sobre todo con la perspectiva de la legalidad”.

Comenzaré devolviéndole la pelota al Fiscal General del Estado; pero jugando en terrenos que le son familiares. De la perspectiva de la legalidad aplicada a los problemas sociológicos generacionales, familiares, de estructura familiar, hablaremos más adelante. Comenzaré por lo más sencillo, a ver si así lo entiende...

El fiscal Torres-Dulce es un tipo simpático, un gran aficionado al cine y al fútbol; incluso ha ejercido como crítico de cine y ha escrito bastante sobre cine, pero también de fútbol y en este último caso “desde una perspectiva jurídica”. Quizá pueda darnos una explicación o una opinión o responder a estas otras preguntas:

Por qué tantos niños, adolescentes, jóvenes y adultos acuden a los estadios de fútbol cada fin de semana, y a veces en medio de la semana, llegando muchos de ellos al extremo de desplazarse a otros estadios en el extranjero; a veces con un esfuerzo muy superior al de comprar unas cervezas y ver esos partidos en las televisiones??

Por qué tantos niños, adolescentes, jóvenes y adultos acuden (siguen acudiendo, si...) a las salas de proyección, a los cines, sobre todo a los estrenos; haciendo un esfuerzo económico muy superior al de comprar unas palomitas, unos refrescos de cola y ver las películas en las televisiones??

Supongo que tendrá una respuesta a estas dos preguntas... y espero que esa respuesta no sea un: “son cosas diferentes”; porque no lo son¡! teniendo presente el tema que nos ocupa, no lo son.

(No hablaré aquí de “los toros” porque en ese otro tipo de concentraciones si hay elementos específicos que no se dan en los dos anteriores).

Y el tema que nos ocupa es: “la muerte de cuatro chicas jóvenes, una de ellas aún menor de edad” (y todavía queda una quinta en el Giménez Diáz, en estado crítico... ese es el caso que nos ocupa¡! Y el Fiscal General del Estado lo que tendría que haber hecho es llamar a sus fiscales para decirles algo cómo: “pónganse ustedes a trabajar como lo que son, el Ministerio Público¡!” Miren a ver si esas declaraciones en las que el vicealcalde de Madrid, MiguelÁngel Villanueva, dijo: "el promotor no contrató con el Ayuntamiento de Madrid, sino que lo hizo con una empresa municipal (Madrid Espacios y Congresos)" y por tanto "no necesitaba estar al corriente de pago con las administraciones públicas"; tienen un número en el Código Penal, o en el Código Civil, o en el Mercantil o en el que sea... porque esas palabras son una clara invitación para que munícipes (y concejales) desalmados y empresarios sin escrúpulos, se salten las leyes¡! Les está diciendo un: "cómo lo hicimos nosotros"¡! Porque eso que hace el señor Villanueva, el hecho de declararlo así, públicamente, es “apología”, no?? o sólo es apología cuando están las siglas ETA?? Eso es lo que debería estar haciendo el señor Torres-Dulce¡! Más a lo suyo y menos en labores de sociólogo¡! O de predicador¡!

Introduciendo juicios morales acerca de las estructuras familiares... Porque, de qué estructuras familiares está hablando?? Que quiere decir?? el hijo de la Delegada del Gobierno en Madrid y la hija del juez decano de Madrid estaban en esa fiesta... habla de esas familias??

Insinúa acaso el señor Fiscal General del Estado que la familia de la Delegada del Gobierno en Madrid y la del juez decano de Madrid, tienen problemas de estructura?? choques generacionales?? Y si los tuviesen, qué tienen que ver esos problemas con que el Ayuntamiento de Madrid tenga una “empresa fantasma” para poder alquilar locales municipales a empresas que no pasarían las exigencias de unconcurso público?? Qué tienen que ver los problemas generacionales de los madrileños con el hecho de que la policía municipal de Madrid no tuviese suficientes efectivos desplazados a una concentración en la que se preveía la asistencia de casi 8000 personas, disfrazadas para bailar, divertirse y sí, también beber??

El señor Torres-Dulce escribió “Régimen Jurídico del fútbol profesional” y ejerció (tuvo que dimitir a los cuatro meses por “perdonar un partido de castigo que el Comité de Competición había impuesto como sanción a Hugo Sanchez”) como presidente del Comité de Apelación de la Federación Española de Fútbol. Quiere hacerme creer que la seguridad que el Ayuntamiento de Madrid previó para la fiesta del Madrid Arena fue la misma que se prevé para un partido de fútbol en el Santiago Bernabéu?? O siquiera proporcional al número de asistentes?? Por qué antes, durante y después de la celebración de un encuentro en el estadio de fútbol del Real Madrid se mueven tantos policías (municipales y nacionales)?? Por qué si el Bernabeu es un recinto de propiedad privada siempre hay policías nacionales incluso al pié del césped y en un edificio de propiedad municipal se pretende cargar con esa responsabilidad (la seguridad, incluido el control del aforo y el acceso de menores), exclusivamente a la empresa organizadora?? Acaso el hecho de que el Real Madrid tenga contratada la seguridad interior con una empresa privada, impide que las Fuerzas de Seguridad del Estado hagan su trabajo dentro del recinto??