El desafío del pretérito y el imperfecto

El desafío del pretérito y el imperfecto

La distinción entre el uso del pretérito y del imperfecto siempre ha sido un desafío para los estudiantes de español como segunda lengua. Existen diferentes hipótesis y teorías que intentan explicar el problema. Pero ninguna hipótesis o teoría tiene evidencia suficiente para explicar por completo la complejidad del aprendizaje de estos dos aspectos. Así que la investigación dentro de este campo continúa con el propósito de disminuir la confusión entre el pretérito y el imperfecto para los aprendices de español como segunda lengua, de desarrollar mejores técnicas de enseñanza sobre estos aspectos, y facilitar su adquisición. Este artículo explora algunas de las hipótesis y las teorías sobre la enseñanza del pretérito y del imperfecto, los problemas de cómo se enseñan, y algunas sugerencias de cómo mejorar la enseñanza del pasado.

Cada una de las hipótesis tiene un punto de enfoque y sus limitaciones. Existen dos teorías que asumen que los estudiantes saben distinguir entre el pretérito y el imperfecto: la teoría del aspecto léxico y la hipótesis del discurso. La teoría del aspecto léxico, de Zeno Vendler, plantea la diferencia entre los predicados verbales. Dentro de esta teoría se clasifican los predicados y los verbos de acuerdo al aspecto que toman dentro de una frase u oración (Fernández Flórez et al. 2014). Por ejemplo, la expresión “entraba a la escuela, cuando se activo la alarma de incendio” tiene un significado distinto a “estaba entrando, cuando se activo la alarma de incendio” porque el aspecto dentro de la expresión es distinta. En la primera expresión una acción está ocurriendo mientras otra acción se lleva a cabo simultáneamente. Sin embargo, en la segunda expresión, la persona simplemente estaba entrando en un tiempo determinado en el pasado.

Por otra parte, la hipótesis del discurso, de Kathleen Bardovi-Harling, dice que los estudiantes utilizan una morfología diferente de acuerdo a la narración del discurso: la narración en primero o segundo plano. De acuerdo a esta teoría, se predice que es más fácil aprender y poner en uso la morfología de pasado en el primer plano que en el segundo plano (Fernández Flórez et al. 2014). Aunque las dos teorías se enfocan en distintas partes de la lingüística, ambas teorías asumen que los estudiantes están en un nivel avanzado para poder distinguir entre los dos aspectos. La primera asume que los estudiantes pueden diferenciar entre el aspecto de un verbo de acuerdo al contexto. Esto es una debilidad porque este no es el caso de la mayoría de los estudiantes. Así que otra hipótesis, una más aceptada, es la hipótesis del tiempo. Propuesta por Máximo Salaberry, la hipótesis declara que los estudiantes primero usan el pretérito como la forma establecida para hablar sobre el pasado en las primeras etapas de adquisición de la morfología de pasado y después añaden el imperfecto (Fernández Flórez et al. 2014). Los resultados del estudio de Fernández Flórez et al. proveen evidencia porque al analizar las producciones orales de los estudiantes de distintos niveles de español se ve que en cada grupo el uso del pretérito es más común que el uso del imperfecto (2014).

Aparte de explorar las distintas teorías que intentan explicar por qué adquirir estas diferencias aspectuales tan difícil para los estudiantes de español como L2, los lingüistas también exploran los problemas que existen con la manera en la que se definen los usos de cada aspecto en los libros de texto. La mayoría de los textos simplifican los usos. El perfecto se define como el aspecto que se usa para acciones que tomaron lugar y se completaron en el pasado y estados o condiciones que existieron solamente en el pasado (Fernández Flórez et al. 2014). Un ejemplo sería: “tuve miedo cuando vi al muchacho cruzar sin que el carro se detuviera.” El problema principal con esto es que existen ocasiones en las que esta regla no se aplica. Por ejemplo, “la Prof. Ayala era mi profesora de español.” Dentro de esta oración el imperfecto se usa para expresar una acción que se llevó a cabo en el pasado y se ha completado. De acuerdo a la regla establecida, este uso del imperfecto no sería posible. Otra regla que no siempre se aplica es el uso de adverbios como indicadores del pretérito porque también se utilizan con el imperfecto. A veces se use el adverbio anoche para expresarse en el imperfecto: “anoche, estaba lloviendo cuando salí al carro.”

El imperfecto suele presentarse como el aspecto para expresar acciones continuas en el pasado o descripciones en el pasado y se compara con el aspecto progresivo en inglés (Fernández Flórez et al. 2014). Esto es problemático porque no existe una traducción exacta. Algunos ejemplos son I was studying = estaba estudiando y I played = jugaba. Lo que esto logra es confundir más a los aprendices de español como lengua extranjera. Esto se debe a que las expresiones “I used to” y “I would” también equivalen al imperfecto en español. Por ejemplo: “We would run together” equivale a “corríamos juntas,” y “I used to play soccer” equivale a “jugaba fútbol.” En inglés existen distintas expresiones para expresarse en el imperfecto mientras que en español todas las conjugaciones en el imperfecto son iguales, al menos que sea un verbo irregular. Además en inglés no existe esta diferencia de aspecto marcada de manera morfológica: “I played one time ” = “jugué una vez” y “I played when I was young” = “jugaba cuando era joven.” Podemos ver que la expresión “I played” se usa para expresar los dos aspectos que existen en el español.

Por esto, podemos afirmar que es difícil que los estudiantes aprendan la morfología del pasado porque es muy distinta de la morfología en inglés. Además, el modo en el cual la mayoría de textos presentan los usos de los textos no parece ser el más eficaz. Los textos Gente y ¿Sabías que…? son dos materiales que presentan los tiempos de una manera más efectiva y comprensible para los aprendices. Gente se enfoca en la adquisición del pretérito y el imperfecto por medio de la comunicación (Fernández Flórez et al. 2014). Así que en lugar de explicar los usos de cada tiempo en el pasado, se enfoca en dar varias situaciones comunicativas en las que el estudiante tiene que expresarse usando uno de los dos tiempos: el pretérito o el imperfecto. Esta forma facilita la adquisición de los estudiantes porque practican ambos por igual y es más fácil notar las diferencias entre los dos. Por otra parte, el texto ¿Sabías que…? contrasta entre los usos del pretérito y el imperfecto en contexto, y esto también ayuda a los aprendices a fijarse en las diferencias y aprenderlas. Este texto también hace más fácil la adquisición del imperfecto porque lo presenta por partes. Primero lo presenta en la forma singular y después se extiende a la forma plural cuando han dominado las conjugaciones en la forma singular. Los dos textos intentan evitar la confusión en el uso. Sin embargo, el texto con el que he trabajado como líder de la tertulia en Denison, Mosaicos: Spanish as a World Language, presenta los dos aspectos con sus propios usos y los simplifican de tal manera que los estudiantes se confunden cuando se enfrentan con las excepciones. Creo que es importante cambiar el estilo en que se presentan los tiempos en el pasado para mejorar la adquisición de morfología del pretérito y el imperfecto en los estudiantes de español como segunda lengua.

Fuente

Fernández Flórez, C., et al. 2014. La adquisición de la morfología de pretérito e imperfecto en el estudio de Español como Segunda Lengua. FIAPE. V Congreso internacional: ¿Qué español enseñar y cómo? Variedades del español y su enseñanza.