Estructuras cooperativas simples

Al pulsar en estos botones, descubriréis las estructuras cooperativas simples que he integrado en mi aula con mis estudiantes. Pero, queridos colegas docentes, antes de sumergiros en estas estructuras, os invito a leer el texto que se encuentra debajo de los botones. Os brindará una visión más clara de cómo las empleo para potenciar el aprendizaje cooperativo en clase. 

¡Un paso esencial para aquellos que buscan enriquecer su práctica pedagógica!

A lo largo de mi trayectoria docente, he incorporado diversas estructuras cooperativas simples para potenciar el aprendizaje. Entre las estructuras que he integrado en mi aula, algunas destacan por su eficacia: "lápices al centro", "1-2-2 o 1-2-4", "4-2-1", "folio giratorio", "dictado cooperativo", "PI-MA-PA", "partido de tenis (rally robin)", "el sabio y el escriba", "parada de 3 minutos" y "¿lo hacemos juntos?". Aunque existen muchas más estructuras cooperativas simples, estas son las que he encontrado más valiosas y las que más frecuentemente empleo en mi clase.

Estas me permiten trabajar con diferentes patrones de cooperación, que son esencialmente niveles de ayuda adaptados a la estructura cooperativa en uso. Hay cuatro patrones principales: trabajo grupal, trabajo grupal-individual, trabajo individual-grupal y trabajo individual. Los patrones intermedios, trabajo grupal-individual y trabajo individual-grupal, son los que más utilizo.

El patrón de trabajo grupal-individual es especialmente útil cuando la mayoría de los estudiantes tienen una comprensión básica de los contenidos, pero aún pueden enfrentar desafíos. En este patrón, se inicia con un momento de trabajo grupal, donde los estudiantes comienzan juntos la tarea, y luego transitan hacia un momento de trabajo individual, donde desarrollan la tarea de forma autónoma. Por otro lado, en el patrón de trabajo individual-grupal, adecuado cuando la mayoría puede abordar la tarea de forma autónoma, se comienza con un momento individual y silencioso, seguido de un momento compartido en el que los estudiantes contrastan su trabajo o buscan ayuda.

Una de mis prioridades es que los estudiantes no solo adopten técnicas cooperativas por el hecho de hacerlo, sino que las utilicen con un propósito claro y definido. Mi perspectiva sobre este enfoque fue influenciada por Francisco Zariquiey, quien me introdujo a los patrones de cooperación. Su enfoque me mostró la importancia de adaptar las técnicas cooperativas al nivel de conocimiento y habilidades de los estudiantes. En pocas palabras, no utilizar estructuras cooperativas por utilizarlas y decir que trabajo de forma cooperativa. Además, he incorporado el modelo Flipped Classroom, que me permite conocer los conocimientos previos de los estudiantes. Esta información es crucial, ya que me permite seleccionar la estructura cooperativa más adecuada para cada situación de aprendizaje con mis estudiantes.